06 de septiembre de 2013, 09:50Por Odalys Buscarón Ochoa San Petersburgo, Rusia, 6 sep (PL) Los líderes del Grupo de los 20 (G-20) suscribieron hoy la Declaración de San Petersburgo, inspirada en las iniciativas de la presidencia rusa, en 2013, para impulsar el crecimiento económico, generar empleos y estimular las inversiones.
El documento muestra un espíritu de consenso de los gobiernos con políticas que favorezcan el desarrollo sostenible y equilibrado; el crecimiento y la creación de puestos de trabajo altamente calificados, a pesar de la composición heterogénea del foro, y los visibles desvalances.
"Estamos unidos en nuestra decisión de estimular el crecimiento económico, asequible a todos, y crear más empleos de mejor calidad", reza uno de los compromisos recogidos en el texto, aprobado por representantes de las 20 economías más importantes del planeta.
Se definió como prioridad también del foro adoptar pasos tendientes a revertir la situación del desempleo, en particular entre los jóvenes, problema incluido entre los desafíos principales para la economía mundial.
La Declaración de San Petersburgo refleja en 35 páginas y 20 capítulos, con preámbulo y conclusiones, las posiciones y las decisiones aprobadas de consenso en torno a las políticas para oxigenar la economía mundial, combatir el galopante desempleo, y estimular las inversiones a largo plazo, como instrumento de crecimiento.
Otros temas tienen que ver con el perfeccionamiento de las reglas del comercio mundial, en el que el proteccionismo por parte de países industrializados representa un serio freno a las economías emergentes y en desarrollo.
Se adoptaron asimismo decisiones en torno a las políticas impositivas, y la lucha mancomunada contra la evasión de impuestos, y las reformas de la arquitectura financiera internacional, con nuevos instrumentos reguladores de los mercados.
Al respecto, prevaleció la coincidencia en la necesidad de construir instituciones financieras fuertes y sostenibles, capaces de garantizar la estabilidad frente a la volatilidad de los mercados financieros, y regular, al mismo tiempo, su funcionamiento.
El texto recoge asimismo la necesidad de contar con idóneos mecanismos para enfrentar a estructuras paralelas ilícitas en el sistema monetario-bancario, el lavado de dinero; así como el financiamiento al terrorismo internacional y la lucha contra la corrupción.
Dos plenarios de trabajo, uno ampliado con representantes de organizaciones multilaterales y organismos mundiales, coronaron la jornada final de la cumbre, este viernes, centrada en temas de la agenda económica global.
Paralelo al asunto económico, la cuestión siria estuvo en el centro de atención del G-20, con un almuerzo de trabajo convocado por el canciller ruso, Serguei Lavrov, lo cual sin duda marcó la dimensión política de la magna cita, en San Petersburgo, liderada por Rusia.
Los jefes de Estados reconocieron la labor de Rusia durante la presidencia rotatoria en 2013 y anunciaron la próxima cumbre en la ciudad australiana de Brisbane, en 2014.
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