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General: Agresión a Siria: el fraude, 12 objetivos y 8 consecuencias
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From: Ruben1919  (Original message) Sent: 08/09/2013 06:55

Agresión a Siria: el fraude, 12 objetivos y 8 consecuencias

01 sep 2013
 
 
 
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¡Ah, vergüenza! ¿Y tú rubor? (Hamlet, acto III)

Los dirigentes de los mismos países que han matado a cientos de miles de inocentes con sus bombas de napalm, fósforo blanco, proyectiles de uranio empobrecido (Hijos del uranio), sustancias químicas desconocidas que causaron el Síndrome del Golfo, ahora derraman lágrimas de cocodrilo por la muerte de 350 sirios, víctimas al parecer de armas químicas, como si la muerte de 100.000 personas por armas convencionales y la huida de cinco millones de almas de sus hogares no fueran motivos para conmoverse.

¿Guerra de bandera falsa? ¿Es posible que los rebeldes hayan utilizado esas sustancias contra su propia gente y echar la culpa a Damasco? El régimen de Barack Obama, antes de una investigación seria, señaló al gobierno de Bachar Al Asad, a pesar de que los propios insurgentes han reconocido su crimen a la periodista de Associated Press, Dale Gavlak: habían recibido esas sustancias de Arabia Saudí y fue un “accidente” por su mal manejo, dicen. El Gobierno iraní ha revelado que hace nueve meses avisó a Washington de que los insurgentes se habían hecho con dichas armas.

Por otra parte, Carla del Ponte, miembro de la Comisión de Investigación de la ONU sobre el uso de armas químicas en Siria, informó el 6 de mayo de que estos delincuentes habían usado gas sarín en el conflicto. En diciembre, opositores sirios habían sido detenidos en Turquía por la tenencia de dos kilos de gas sarín. ¿Cómo lo habían conseguido? Aun así, la ONU no hizo nada y EEUU y sus aliados, en vez de desmarcarse de estos criminales, aumentaron las ayudas económicas y militares que les prestan desde 2011 (La OTAN, a las puertas de Siria).

Obama había dictado el veredicto antes de recoger las pruebas; la decisión, ya tomada, sólo requería una gran excusa.

La prueba de la ‘casus belli’

Un vídeo borroso difundido por los opositores, sin comprobar siquiera la “cadena de custodia” de la cinta. Sorprende ver los cuerpos de niños en el suelo sin sus madres, y la no celebración de funerales públicos –tan importantes en la cultura musulmana–, la escasez de imágenes de lo que sería una carnicería, a pesar de la abundancia de móviles con cámara, comparando con la cantidad de fotos y grabaciones existentes de la matanza de los kurdos en Halabche hace 30 años y bajo la dictadura de Sadam Husein.

Han pasado 10 años desde que Colin Powell, armado con fotos y gráficos, apareció en la sede de la ONU y mientras sujetaba ¡sin guantes! un frasco con un polvo blanco juraba que era ántrax enviado por el rais iraquí. Escribió Nicholas Kristof del The New York Times que “el FBI sabe desde hace tres meses que el autor de los ataques de ántrax es un norteamericano”. Él y Bush acusaron en falso al presidente iraquí de estar implicado en los atentados del 11-S, de colaborar con Al Qaeda, de comprar uranio a Níger, de matar a bebés kuwaitíes en sus incubadoras… Hoy, sus herederos, John Kerry y Obama, presentan evidencias “innegables” de que las armas de destrucción masiva fueron disparadas por Asad. ¿Por qué no un alto el fuego y una investigación exhaustiva?

Recuerda Jean Daniel, editor de la revista Le Nouvel Observateur, que el 31 de agosto de 1995 el primer ministro francés Edouard Balladur le confesó que el atentado perpetrado en el Markale de Sarajevo, que dejó un centenar de víctimas, fue obra de los musulmanes bosnios y no de los serbios. Querían forzar así la intervención de la OTAN, justo cuando Milosevic había aceptado casi todas las exigencias de Occidente, poniendo en un aprieto a Bill Clinton, que planeaba destruir el último estado socialista en Europa (Yugoslavia: ensayo de la “guerra humanitaria”). No es tiempo de elecciones y un derrotado Obama echa mano a la guerra “preventiva”, ilegal, contraria a la Carta de la ONU, para que dejen de criticarle por “débil y aislacionista”.

Cui bono?

Asad no parece tan suicida ni estúpido como para cruzar “la línea roja”, matando a unos cientos de personas y provocando una guerra con EEUU, justo cuando gozaba de una cómoda ventaja sobre los rebeldes. El ataque de EEUU radicalizará a los sectores moderados de su Gobierno, que hasta hoy ni siquiera han respondido a cuatro bombardeos de Israel (en los últimos seis meses) a su territorio; ni tampoco disuadirá los futuros usos de estas armas por ambos bandos. Es más. Ahora que el jefe de la Casa Blanca afirma no tener la intención de derrocar a Asad, los insurgentes pueden volver a emplear dichas armas, para mostrar la necesidad de acabar con el presidente mediante una guerra devastadora.

Mantener a Asad en el poder es la misma estrategia del “caos controlado” de los Bush con Sadam Husein: le convirtieron en el coco, desde 1991 hasta 2003: militarizaron el Golfo Pérsico mientras convertían todo un Estado vertebrado en “fallido” y siguieron ocupando el espacio post-soviético con la falsa bandera de “lucha contra el terrorismo”.

Decenas de miles de mercenarios (lumpens y veteranos gangsters) reclutados por el jeque Bandar, el príncipe saudí, esperan dentro y fuera del país a que Obama apriete el gatillo, para convertirlo en un baño de sangre. Sólo desde Jordania 25.000 individuos han sido organizados por el jeque en la organización Seguidores del Islam.

Aún no se sabe cómo un ataque militar reduce el peligro del uso de esas armas. ¿Son los misiles cruceros y las bombas de todo tipo menos horrendos que las armas químicas? Al menos para éstas existen máscaras y refugios, pero no para artefactos como las bombas bunker-buster –usadas en Afganistán– que penetran hasta el corazón de la tierra.

Los 12 propósitos reales del ataque

La operación castigo a Asad tiene detrás otros objetivos:

1. Dominar Eurasia. Con más o menos fortuna, EEUU ha intentado hacerse con el control de Oriente Próximo, Asia central, Europa central y norte de África, mediante las guerras contra Irak, Afganistán, Yugoslavia y Libia. Ahora, siguiendo los consejos del estratega británico Sir Mackinder sobre la importancia de esta región –a la que llamó Heartland, o Corazón del Mundo– intenta contener el avance de China y de Rusia. Siria es el país que une a ambos continentes.

2. Controlar la totalidad del levante mediterráneo –también uno de los motivos para derrocar a Gadafi.

3. Impedir la construcción del mega-gaseoducto Irán-Irak-Siria (llamado “la tubería chiíta”), que cuenta con inversión ruso-iraní e iba a exportar el gas a Europa, ahora que ha fracasado el proyecto del otro gaseoducto (Naubucco: Europa esclava). Perjudicaba a Turquía, que dejaría de ser la ruta del tránsito de hidrocarburo y a Arabia Saudí, que ha invertido en el Arab Gas Pipeline, tubería que recorrería Egipto, Jordania, Siria, Líbano e Israel. Es tan primordial para Riad apoderarse de Siria que según el diario libanés As-Safir el jeque Bandar en su reciente encuentro con Putin le había insinuado que si retiraba su apoyo a Asad le garantizaría la seguridad de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi (Rusia) del 2014, calmando a los chechenos. ¡En árabe y en ruso, esto suena a chantaje! Además, a los jeques les preocupa mucho el acercamiento de los “gigantes petroleros” Rusia y Venezuela. Una es la mayor productora y exportadora de petróleo del planeta y la otra, la primera reserva probada de crudo mundial. Está en peligro el poder de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que llena el mercado de petróleo, además barato. No menosprecien a Arabia. Las principales instituciones financieras dependen de sus petrodólares.

4. Humillar a Rusia en su zona de influencia y mostrar al mundo su incapacidad de influir sobre los acontecimientos internacionales, en este que es el primer choque entre ambas potencias tras la Guerra Fría. Sergei Lavrov ya ha dicho que su país no va a pelear en Siria con EEUU, a pesar de que las empresas rusas han invertido unos 20.000 millones en este país y cerca de 100.000 rusos viven allí. Una cosa es acoger a Snowden y otra meterse en una guerra. Moscú intentará recuperar la influencia, tras perder a Siria, en otro lugar como Irán.

5. Destruir el ejército sirio, por sus vínculos con Rusia. EEUU hizo lo mismo con las fuerzas armadas de Irak y Libia. Así, reduce la influencia militar de los eslavos en el planeta.

6. Triunfar en el terreno bélico y controlar militarmente al mundo para recompensar el fracaso en lo económico. A grandes crisis económicas, grandes guerras. El capitalismo venderá más armas, tendrá nuevos mercados y creará oportunidades para las empresas constructoras hábiles en levantar lo derruido. Es otro asalto a las conquistas de los trabajadores de medio mundo, que pagarán con su vida o sus impuestos la aventura de cuatro cowboys. El aumento del pecio del petróleo, que afectará a todos los productos, dañará también la economía china.

7. Anular aún más a la ONU y echar abajo lo que queda de los sistemas legales que hacían de freno en las pretensiones belicistas.

8. Acorralar a Irán. La Agencia Atómica de la ONU acaba de informar de la instalación de 1.000 nuevas centrifugadoras en las plantas nucleares de éste país. China y Rusia creen que el objetivo del asalto a Siria es Irán. Teherán, muy prudente, sopesa los acontecimientos y desliga su suerte de la de su aliado. Le ayudará a través de Hizbolá y Yihad islámica. Su línea roja es la ocupación de Siria. Para la alegría de Tel Aviv y Riad, este ataque complica sus encuentros iniciados con EEUU.

9. Dar la imagen de seguir siendo la potencia hegemónica mundial, a través del “esquema Ponzi”, nombre de un estafador italiano que recaudaba grandes cantidades de dinero y, sin hacer nada, pagaba intereses a los inversores con el dinero de ellos mismos o de nuevas víctimas. Si su montaje duró varios años fue porque el número de ilusionados estafados no paraba de crecer. Decía Madeleine Albright que la existencia misma de la mayor maquinaria militar de la historia humana exige que se haga uso de ella. Misión convertida en el objetivo cuando, en realidad, EEUU no tiene ningún interés sustancial en este conflicto. Pero que nadie subestime el papel de la estupidez en la historia.

10. Inclinar la balanza en el conflicto sirio en favor de los rebeldes y conseguir ventajas en la mesa de negociaciones. De paso, y como una guerra dentro de una guerra que es, los wahabitas saudíes apartan a la Hermandad Musulmana (apoyada por Turquía y Qatar) y también a los al qaedistas del Jabhat al-Nusra. Lo cual desune aún más a la oposición y agrieta la alianza entre EEUU y Qatar, una de las sedes del Pentágono.

11. Francia, tras la exitosa experiencia de reconquistar Libia, sueña con restaurar su dominio sobre otra de sus excolonias.

12. Israel debilita al aliado de Irán, de Hamás y de Hezbolá, mientras se queda con los recursos hídricos sirios de los Altos del Golán e intenta hacerse con la parte correspondiente a Siria en el campo de gas descubierto en el Mediterráneo. (El “factor gas” en la crisis siria y “Is the US Playing With Gas in Syria?”) En su primer desafío de su segundo mandato, Obama aterroriza el mundo ¡por los intereses de Arabia Saudí e Israel!

Ninguno de esos objetivos tiene que ver con los derechos humanos de los sirios.

Las 8 consecuencias

La agresión militar de EEUU y sus socios…

1. Provocará la represalia de Siria contra Israel, Jordania, Turquía y las tropas de la OTAN en Irak y en el Líbano. Este no es el diminuto Kosovo. Aquí además existen armas químicas, terroristas caníbales, el germen de un sangriento conflicto sectario y… un Putin que no hará de Yeltsin.

2. Debilitará a los propios aliados de Washington, como Jordania y Turquía.

3. Cambiará el balance de las fuerzas en Siria sin resolver el conflicto; agudizará la tensión étnica- religiosa del país, incluso después de Asad.

4. Fortalecerá al salafismo y al wahabismo en todo el mundo, en perjuicio de las fuerzas progresistas.

5. Dañará las relaciones de Occidente con Rusia y China y cambiará el clima político internacional.

6. Rusia podrá aumentar los costes de esta agresión interrumpiendo los suministros de la OTAN a sus tropas en Afganistán, desde la Red de Distribución del Norte (Rusia-Kazajistán-Afganistán), lo mismo que hace Pakistán desde la ruta del Sur. O saltarse las sanciones impuestas contra Irán y estrechar sus lazos con éste país. Hassan Rowhani se reunirá con Putin y el presidente de China, Xi Jinping, en Kirguistán el mes que viene.

7. Empujará a los países de la región a una desenfrenada carrera armamentística.

8. Sentará otro precedente de cómo burlar la soberanía nacional de los países pequeños siendo potencias armadas hasta los dientes.
En el marco neo-imperial actual, las pretensiones de EEUU son sueños de un loco llevados a cabo por un borracho.



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From: Ruben1919 Sent: 08/09/2013 07:06

La OTAN, a las puertas de Siria

16 dic 2012
 
 
 
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La demolición controlada de la República de Siria por parte de la OTAN y de sus socios regionales se va culminando con una guerra a gran escala.

Casi dos años después del inicio de la crisis siria, y tras asegurarse el sillón de la Casa Blanca, Barack Obama no sólo se viste con la armadura de Bush para lanzar un ataque militar contra otro país miembro del “Eje del Mal” (después de Libia), sino que también recupera su retórica de “Armas de Destrucción Masiva” (ADM): amenaza con una guerra si Damasco mueve y/o utiliza sus armas químicas. Claro que recurrir al pretexto de la “ayuda humanitaria ya no era creíble” a estas alturas, por lo que echa mano de las ADM y provoca alarma internacional para justificar la agresión.

Después de haber apadrinado a los mercenarios extremistas y de enviarlos a Siria con la misión de provocar caos y terror, EEUU ahora pretende bombardear a los desesperados civiles y así protegerles de las bombas lanzadas por Damasco. Obama hace así de bombero pirómano, que se burla de la memoria de la historia reciente: la invasión de Irak en 2003. La vida de 25 millones de seres humanos fue destrozada por la sarta de mentiras sobre las ADM, las falsas acusaciones de conexión de Sadam Husein con el 11-S y con Al Qaeda, el engaño de la supuesta adquisición de uranio en Níger para fabricar bombas atómicas, y la psicosis que Washington creó en torno al Antrax que, según Colin Powell, Bagdad metía en sobres y los echaba al correo con destino a EEUU. Desmantelar el Estado sirio, al igual que el de Irak, ha sido planeado desde hace años.

Se acelera el fin de Bashar al Asad y de su Gobierno, que ha perdido el control incluso sobre la capital. Washington, mientras realizaba los mayores ejercicios militares conjuntos con Israel en el Mediterráneo, en octubre pasado, rechazaba la propuesta de Rusia, Irán y del propio Al Asad de mantenerse en el poder hasta culminar la transición. Entonces ya sonaban las campanas para el sirio. El siguiente paso fue el reconocimiento por EEUU de la oposición amiga, como futuro Gobierno interino del país.

Resuelto así el problema del vacío del poder que dejaría Al Asad, la OTAN desplegará misiles Patriot en Turquía y mandará tropas, Israel destruirá las instalaciones militares de Siria, y unos 10.000 hombres armados ocuparán el país desde el Líbano y Jordania, a la vez que los 3.500 soldados que el Pentágono envía a un Irak que Obama prometía desocupar, organizarán la logística desde allí. Así se cumple uno de los principales objetivos de la devastadora guerra contra Irak: convertir este corazón de Oriente Próximo en la base de operaciones que pretende imponer la hegemonía de EEUU en la región.

El apoyo financiero y militar de Obama a los grupos terroristas opositores sirios es tan ilegal como lo fue el de de Ronald Reagan a los contras nicaragüenses. Si no fuera por la venia de un padrino como EEUU, dichos grupos nunca podrían derrocar al régimen sirio. ¿No temen los países que hoy los utilizan, ser mañana sus víctimas? ¿Creen que es un “riesgo calculado y controlado”? Bobadas. La paradoja es que sean los países cristianos quienes empleen a los jihadistas (partidarios de la “guerra santa” islamista) contra un Gobierno que ha protegido a las minorías religiosas, incluidos los fieles a Jesús. Esos salafistas (las milicias de Nur y Umma, Albarar, Dahul, Ansar-al-islam), que donde llegan izan su bandera negra con espadas cruzadas, obligan a los combatientes no practicantes a rezar en el frente.

El proyecto de El Día Después, preparado por el Instituto estadounidense para la Paz (USIP) en el diseño de la Siria sin Asad, prevé que el nuevo régimen reconozca al Estado israelí, se aleje de Irán y desaloje a los grupos armados palestinos del país. Vamos, el modelo egipcio. Está por ver si los sirios se dejarán gobernar por los rebeldes, cuyo núcleo duro son los Hermanos Musulmanes.

La ONU prohíbe el empleo de la fuerza entre los estados, salvo en legítima defensa o por la decisión del Consejo de Seguridad. Pero esta nueva “guerra preventiva” será otra agresión militar ilegal contra una amenaza inexistente y empleando pruebas falsificadas. ¿Es que EEUU planea atacar a todos los países que cuestionan su hegemonía? Ni así conseguirá tal objetivo: el nuevo Irak, ocupado por cerca de medio millón de soldados, hoy es aliado de Irán, se acerca a Rusia, de la que compra armamento por valor de 4.200 millones de dólares, y baraja la posibilidad de acoger a cientos de guerrilleros palestinos que marcharán de la Siria pos-Asad, abriendo un nuevo frente de conflicto y tensión.

Ni China ni Rusia tienen la capacidad de impedir la agresión planeada. Vladimir Putin ya evacua a sus ciudadanos, preocupado no sólo por perder la base naval de Tartus, sino sobre todo por la imparable expansión de los extremismos islámicos, financiados por EEUU, Arabia y Qatar en Euroasia y Asia Central.

En cuanto a la reacción de Irán, la jugada de EEUU ha sido sacar a los Muyahedines del Pueblo iraní (grupo extremista islámico opositor al Gobierno de Teherán) de su lista de organizaciones terroristas y enviarlos al Líbano, para que desde allí combatieran a las tropas de Al Asad y también a los Guardianes Islámicos de Irán que apoyan a Damasco. Existen, además, discrepancias en el seno de la República Islámica, entre los partidarios de enviar más efectivos a Siria y los que ya dan por terminada la era de Al Asad y buscan amistades entre los rebeldes.

El desorden como estrategia

Sobre las cenizas del orden nacido de la Segunda Guerra Mundial, en Oriente Próximo no se están construyendo nuevos sistemas políticos: Washington y sus aliados desmontan estados sólidos para denominarlos “estados fallidos” y así hacerse con su control de forma duradera.

Se acentúan las tensiones religiosas-étnicas en el Líbano, Irak agoniza y se desintegra, al perder el Kurdistán casi independiente. Libia deja de ser un Estado, la V Flota de EEUU en Bahréin tiembla por el ruido de las protestas populares que no cesan, e incluso la oferta de Obama a Irán para abrir unas negociaciones directas puede que pretenda perseguir la inacción de Teherán frente el asalto preparado contra Siria, para luego aumentar el cerco alrededor del propio Irán.

Por otro lado, la guerra que ha organizado Turquía en sus fronteras con Siria puede ser aprovechada por los 12 millones de kurdos del país, o incluso los rebeldes que arma contra su vecino sirio pueden volver contra Ankara; como pasó con Pakistán, que usó a los talibanes contra Afganistán. Los terroristas de Al Qaeda no reconocen a Turquía como ejemplo del islamismo. Recep Tayyip Edogan, cegado por su ambición religiosa de devolver el sunismo a Siria, en vez de contener la agresión de los países cristianos a un país musulmán, les hace de anfitrión. Lo que busca, a través de alinearse con la agenda de EEUU en la región, es mantener el apoyo de Washington a su partido, y así poder seguir debilitando a las fuerzas seculares de su país.

La guerra ya no es el último recurso para proteger unos intereses vitales. El conflicto sirio es un despiadado juego geopolítico entre los actores internacionales y regionales.


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From: Ruben1919 Sent: 08/09/2013 07:14

Siria: ingeniería de un ataque militar

05 feb 2012
 
 
 
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En un cable secreto fechado el 13 de diciembre de 2006, el vicecanciller de Estados Unidos William Burns detallaba la estrategia y las actuaciones encubiertas de su país para debilitar y derrocar al presidente de Siria Bashar al-Assad. En el cable se proponía explotar la inexperiencia del joven oftalmólogo, airear sus trapos sucios, incitar a los kurdos, utilizar el recurso de “la amenaza islamista” y oportunidades como el asesinato del Primer Ministro libanés Rafic Hariri, para acusarle del terrorismo, y todo sobre un caldo de cultivo hecho por la propia dictadura corrupta. Objetivo: eliminar lo que hoy es el último obstáculo al dominio total de la OTAN sobre el levante mediterráneo.  

Las protestas cívicas democráticas están siendo utilizadas por el Pentágono que temeroso de que la suma de las reformas ya iniciadas, el rechazo de la población a la intervención extranjera y el ascenso de los fundamentalistas islámicos (en un país multiconfesional) rebaje el nivel de las protestas, está acelerando la operación fin de Assad, a pesar de que la oposición, fragmentada, está lejos de ser  una alternativa viable.

Turquía, brazo oriental de la OTAN y convertido en el centro del mando de esta operación, amenaza a Damasco de cortar la electricidad que suministra al país, y está reclutado, con la cooperación de Arabia Saudi y Catar, a cientos de muyahedines, viejos mercenarios de las guerras de Afganistán, Chechenia y Libia, registrados en la “base de datos” (Al-Qaeda, en árabe), de los Señores de Guerras que ya han dejado su carta de presentación en las protestas: estallar coches bombas, matando a decenas de personas, con la idea de provocar un conflicto civil -al estilo de Líbano en los 80-, bajo el disfraz de una guerra santa suní contra los herejes chiitas alauitas. De este modo, y una vez que Washington se asegure de que Israel se quedará fuera del alcance de las represalias de Assad, establecerá un corredor humanitario en la frontera turco-siria, allanando el camino para el ataque final, que además podrá provocar la división del país en cantones árabe- suníes, kurdos, alauitas y drusos.

Las tropas de Estados Unidos desplegadas en la frontera jordana-siria y la base Incirlik de Turquía preparan la “zona de exclusión aérea”, a pesar de la amenaza de los misiles rusos.

El doble veto de Moscú y Pekín a las sanciones del Consejo de Seguridad, preludio de una intervención militar a la que se oponen, demuestra la importancia de Siria en el tablero euroasiático. China necesita la paz para vender sus productos y considera que el ataque a Siria desestabilizará toda la región, y  es un paso más hacia la agresión a Irán, su proveedor de petróleo. Para la Rusia de Putin, Damasco no solo es su único aliado árabe y su acceso al Mediterráneo oriental, sino también el lugar donde puede demostrar su capacidad de recuperar la influencia “soviética” en el escenario mundial tras perder a Libia. Aun así, el Kremlin puede dar una sorpresa: llevarse a Assad y su familia a Rusia si a cambio Obama abandona la idea de integrar a Georgia en la OTAN. Ambos ganarían: uno como un eficaz actor internacional y el otro se presentará triunfante ante las elecciones presidenciales…..y el pueblo se libraría de una terrible guerra.

Escenario complejo que no descarta un golpe de Estado. El fundador del Ejército de Liberación Siria, el coronel Husein Harmush exiliado en Turquía, ha sido ejecutado después de que, según la prensa asiática, unos oficiales turcos, tras drogarle, le entregasen a Damasco canjeado con varios militantes del PKK. Otro militar, el general Habib Mahmud, Ministro de Defensa, “murió de infarto” en 2011, y su compañero Ghazi Kanan ministrodel Interior “se suicidó” en 2005. La CIA y el MI6 mantienen los viejos contactos que establecieron con los militares y los agentes del Mukhaberat sirios cuando luchaban juntos contra el “terrorismo islámico”.

Los Hermanos Musulmanes, que gracias a EEUU y Turquía y la Liga Árabe y para gran disgusto de Israel y las minorías religiosas cada vez son más fuertes, han rechazado la oferta de entrar en el gobierno. Siria ya es post Assad. Incluso su protegido Hamás le ha abandonado, trasladando su sede a Catar. Hasta se niega a organizar manifestaciones de apoyo en Gaza.

Dicen que Siria es un país de tamaño microscópico, pero de cósmica influencia e impacto regional. Su inestabilidad afectará al Líbano, Jordania, Israel, Palestina e Irán.

Una intervención imperialista causará miles de vidas, y un gobierno instalado por las potencias extranjeras y gestionado por la ultraderecha religiosa nunca será  democrático ni independiente.

La suerte de la rebelión democrática siria, secuestrada y aplastada, ya se decide en los oscuros sótanos, y va en camino de convertirse en un peligroso conflicto internacional.



 
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