07 de septiembre de 2013, 17:29Por Martin Hacthoun
Aires, 7 sep (PL) Cincuenta y seis años después de acogerlos en 1964, Tokio celebrará los Juegos Olímpicos de 2020 luego de ser escogida hoy aquí su candidatura en la Sesión 125 del Comité Olímpico Internacional (COI).
La elección de la ciudad sede se extendió a tres votaciones, pues en la primera ronda, Madrid y Estambul, quedaron igualadas a 26 votos, con la capital japonesa dueña de una mayoría de 42.
Hubo entonces un segundo sufragio para el desempate entre la capital española y la mayor ciudad turca, que ganó la segunda por el estrecho margen de 49 a 45 boletas.
En la tercera y definitoria ronda, Tokio se alzó con la victoria por cómoda mayoría de sufragios de 60 a 36, y hubo una abstención entre los 97 miembros del COI con derecho al voto.
La candidatura de la capital nipona estuvo sustentada en especial por la estabilidad y fortaleza económica del país, que mostró el músculo del yen para la construcción de las infraestructuras necesarias para un proyecto más compacto con estadios en un perímetro más centrado, más cerca de la Villa Olímpica.
Esta es la tercera ocasión en que Tokio presenta una candidatura después de los fallidos intentos para los Juegos de 2012 y 2016. La presentación que presidió hoy el primer ministro Shinzo Abe mostró una ciudad moderna que acogería unos Juegos que se vivirían con pasión y recuperarían parte de la herencia de la edición que ya albergó en 1964.
El comité organizador nipón presentó un nuevo Plan de Sedes mejorado y trató de despejar las dudas acerca de las secuelas del tsunami de marzo de 2011 que desató el desastre nuclear en Fukushima.
Abe aseguró en su discurso a los miembros del COI que Tokio es hoy una de las ciudades más seguras del mundo, "ahora y en 2020".
"Algunos pueden tener preocupación por Fukushima, pero permítanme decirles que la situación está bajo control", afirmó el primer ministro japonés en su discurso con el que convenció a una mayoría de los miembros del COI.
Acorde con el diseño, el plan constructivo de estadios integraría el 85 por ciento de sus sedes en un radio de siete kilómetros en torno a la Villa Olímpica. Diez de las 11 sedes están en el área metropolitana, con un fondos de cuatro mil 500 millones de dólares para acometer las obras. "Nuestra fuerza reside en la seriedad para la organización", destacó el presidente del Comité Olímpico de Japón, Tsunekazu Takeda, para quien "Tokio es una ciudad en la que se puede confiar en estos tiempos inciertos".
Esa última línea fue especialmente impactante para disipar cualquier duda entre los miembros del COI, en tiempos de turbulencia económica, en particular en España, y de contingencias bélicas cerca de las fronteras de Turquía.
Para Madrid fue cuarta derrota en su aspiración por ser la sede de unos Juegos Olímpicos; ya lo intento para 1972, 2012 y 2016. Su alcaldesa Ana Botella fue demasiado arrogante y prepotente en su discurso, según la opinión generalizada de los periodistas -no españoles- que cubren el evento.
"Les deseo buena suerte para el 2024 a Tokio y a Estambul", dijo con cierto tono de irrespeto la esposa del expresidente José María Aznar, anticipando una cómoda victoria madrileña. Duró poco su soberbia.
Estambul, la ciudad turca más populosa con 14 millones de habitantes, hizo un gran esfuerzo e incluso logró superar a la capital española en la votación, pero su proyecto basado más bien en la multicultura, no fue suficiente para convencer, y perdió por quinta vez. Ya había sido eliminada para el 2000, 2004, 2008 y 2012.
Además, la guerra contra Siria, en la cual Turquía también participa, alejó sus posibilidades.
Mañana, domingo, el COI definirá el programa de competencia de los Juegos de 2020, y para ello deberá completarlo con el deporte número 28, entre béisbol-softbol, lucha o squash.
El segundo piso del hotel Hilton era un desfile de personas. Madrid ya había quedado en el camino. Y mientras Andrea Frigerio y el británico Jonathan Edwards presentaban el programa que antecedía a la elección, turcos y japoneses soñaban con la posibilidad de que Jacques Rogge los nombrara.
El tránsito de personas en el lobby era incesante, entre aquellos que pugnaban por entrar a la sala de anuncios y los españoles que buscaban la mejor forma de evaporarse de Buenos Aires y aparecer sigilosamente en Madrid.
La tristeza también se hizo presente en Madrid. Foto: AP
El llanto de los integrantes de la delegación española frente al Hilton, viendo como la tercera no fue la vencida y otra vez se quedaban con las manos vacías, sintetizaba la imagen de la derrota y el dolor de ya no ser. Es que la capital española dejará pasar un tiempo y no se presentará para 2024, donde aparecen otras tres capitales europeas con intención de ser sede: Berlín, París y Roma.
La decepción de Estambul. Foto: AP
Dentro del hotel, los turcos gritaban y se ilusionaban con poder convertir la utopía en realidad: hacerse con los Juegos Olímpicos en el quinto intento, luego de las decepciones de 2000, 2004, 2008 y 2012.
Minutos antes del anuncio oficial, canchallena.com pudo vivir el clima de tensión que se vivía dentro de la sala de conferencias. Todos se miraban a la cara buscando un guiño del destino de los miembros COI. Pero todo se develó puntualmente, luego del himno olímpico, cuando Jacques Rogge abrió su último sobre anunciando que Japón se hacía con sus cuartos Juegos, tras el de verano en Tokio 1964, y los de invierno en Saporo 1972 y Nagano 1998.
Tokio 2020, la nueva sede de los JJOO. Foto: EFE
Los japoneses sacaron a relucir sus banderas y las sonrisas casi no cabían en sus caras. Mientras Tsunekazu Takeda, el miembro COI japonés, era saludado por todos sus pares el grito en la sala era "Tokio, Tokio".
A la salida, el glamour se apoderó de un improvisado pasillo inundado por periodistas que parecía la torre de Babel, con mil idiomas en busca de las declaraciones de príncipes, jeques, primeros ministros y otras personalidades del mundo COI. En ese contexto, Takeda afirmó: "Nosotros creímos en este proyecto desde que lo presentamos. Fuimos superando una a una las adversidades y tuvimos nuestra recompensa". "No vamos a hacer ni más ni menos que lo que prometimos. Nuestro compromiso es con el deporte y con el olimpismo", añadió el constructor del sueño japonés.
Tokio 2020, la nueva sede de los JJOO. Foto: EFE
Las luces se apagaban en el lobby del hotel, los miembros COI alternaban entre el retorno a sus habitaciones y la programación de una salida para la noche... el mundo ya se había conmovido con Tokio y su sede confirmada para los Juegos Olímpicos 2020..
El COI decide que ni a la tercera la capital española se merecía organizar unos Juegos Olímpicos Madrid, en un batacazo tremendo, cayó en la primera ronda con tan solo 26 puntos, igual que Estambul. En el desempate los turcos pasaron a la final.
No hay más víctimas que los deportes no profesionales o semiprofesionales, que proseguirán su imparable descenso a los infiernos. El desastre de la nueva derrota olímpica de Madrid reside en las irreales expectativas con que, de un tiempo a esta parte, se reviste cualquier tipo de proyecto en España: sin el menor espíritu crítico, desde la unanimidad obligatoria y con la soberbia por bandera. El COI está en apuros porque el mundo está en apuros. Esta vez no era la elección de la más bella del baile, sino que tocaba elegir la opción menos mala. Así de crudo. Tokio es el epicentro de una nación que lleva dos décadas en recesión, con gobiernos inestables y serios problemas medioambientales. Estambul es un nido de conflictos sociales, dirigido por un Gobierno autoritario que permitió el dopaje de Estado. Madrid, capital de un país arruinado, posee una deuda de 7.000 millones, casi como el resto de ciudades españoles juntas, y está dirigida por una clase política corrupta y de pésima reputación. Berlín, París y Roma decidieron abstenerse. Así que había que elegir la menos mala. En esta situación, si usted fuera miembro del COI, ¿qué escogería para proteger su negocio? ¿En quién confiaría para mantener el circuito a salvo de daños? ¿En la alcaldesa del café con leche o en el ejecutivo Masato Mizuno ? En la presentación hemos comprobado que los aristócratas ( Samaranch o Felipe de Borbón ) eran infinitamente más brillantes y consistentes que los políticos, desconectados de la realidad, directamente ridículos en su inverosímil Marca España . Madrid tenía un techo de cristal fijado en 32 votos, los que logró en su pelea por los Juegos del 2012, y repitió en la final contra Río. Esta vez se ha frenado en 26. Sus argumentos de siempre ni siquiera le han llevado al mismo resultado de siempre, sino peor.
Deportistas desamparados
Tener construido el 80 % de las infraestructuras siete años antes de unos Juegos no sirve como argumento ante el COI. Y, sin duda, retirar las ayudas a los deportes menos profesionales no es el mejor modo de convencer a los votantes olímpicos sobre tu apoyo al deporte. Que ganar los Juegos fuera la única salida posible para los deportistas españoles era el equivalente a decir que estamos en un país donde lo que menos importa es, precisamente, el deporte. Cuando el presidente de una federación internacional observa que los deportistas españoles tienen que pagarse de su bolsillo el viaje para disputar un Mundial, ¿qué creen que piensa de Madrid 2020? ¿Y cuando lee las excusas sobre el dopaje? A los miembros del COI se les ha descrito, a menudo con razón, como gente de escasos escrúpulos, fosilizados, corruptos y distantes de la realidad. Algunos son así, pero en el COI hay muchas personas inteligentes y bien formadas, capaces de distinguir quién es quién. En tiempos oscuros, han elegido la opción menos mala y abofeteado la reputación de los políticos españoles: el COI les ha dicho, y no en sentido metafórico, que se ocupen de resucitar un país quebrado.