En efecto, Uribe no es un simple paramilitar
Foto:
-->
RELACIONADOS
Yo estoy de acuerdo con usted, señor expresidente. No está bien que le llamemos paramilitar.
Podremos tener todas las críticas en su nombre: que usted patrocinó las Convivir y que con su anuencia continuaron delinquiendo desde la clandestinidad. Podemos gritar que usted no es el fundador del paramilitarismo, ni más faltaba. Ese fenómeno se gestaba desde hace muchos años en nuestra comarca, pero lo que sí podemos asegurar es que con usted ese movimiento criminal se fortaleció y, por qué no, se ‘legalizó’ porque hasta las más altas esferas del Estado llegó.
Asegurar que usted es paramilitar, insisto, es faltar a la verdad. Honestamente no creo que usted empuñara un arma. Pero no faltamos a la verdad cuando revisamos los vínculos de sus gobiernos con el oscuro paramilitarismo. No faltamos a la verdad cuando nos atrevemos a afirmar que en Ralito se llegó a un pacto de amigos de espaldas a toda una Nación que pedía información de lo que allí, a puerta cerrada, se acordaba. Ni tampoco que esos criminales entraron a Palacio por el sótano.
Que su elección fue apoyada por jefes paramilitares, es de conocimiento popular. Que su primo Mario está condenado por nexos comprobados con el paramilitarismo, tampoco es un invento. Ni hablar de su hermano Santiago y sus 12 apóstoles. Ni que su jefe de seguridad se declaró culpable de apoyar a paramilitares y narcotraficantes, una verdad aunque usted insista en desconocerlo.
Ni ahondar en sus alianzas con el general Rito Alejo del Río, condenado por nexos con paramilitares. Ni con Jorge Noguera, exdirector del DAS condenado por sus relaciones con el Bloque Norte de las AUC, y con María del Pilar Hurtado, asilada en Panamá y comprometida con el espionaje de su gobierno.
¿Le suena la colaboración de los organismos de seguridad del Estado con el Bloque Cacique Nutibara de las AUC para participar en masacres que dejaron centenares de muertos y desaparecidos? ¿Le suena su omisión en las masacres de El Aro e Ituango, por no mencionar otras?
Decir que usted es paramilitar es quitarle inmerecidamente un rango que se ganó con mucho esfuerzo y con mucha sangre, por supuesto no en sus manos.
Decir que usted es paramilitar es como decir que Timochenko es un simple guerrillero. De esos rasos que empuñan las armas empujados por órdenes de poderosos. Eso sería faltar a la verdad.
Usted fue el máximo jefe del paramilitarismo. Usted patrocinó y abrió la puerta para que estos criminales llegaran a todas las esferas del Estado. Usted, señor expresidente, puso todas las instituciones al servicio de la criminalidad, como el desaparecido DAS convertido en una organización de espionaje, persecución y desaparición.
En más de 60 años de conflicto, las guerrillas no alcanzaron el poder ni lo alcanzarán. Pero con usted, señor, el paramilitarismo lo logró.
Por su orden, señor expresidente, los militares adoptaron prácticas paramilitares para masacrar a civiles y así usted sacara pecho mostrándole al mundo su avance contra las guerrillas izquierdistas. Algo que los medios de comunicación insistieron, con un miedo absoluto a nombrar la verdad, en llamar falsos positivos, lo que en cualquier lugar del mundo se llama crímenes de Estado y ejecuciones extrajudiciales.
Por el bien de este malogrado país, espero que usted responda porque la justicia hasta el momento le ha sonreído y solo ha enviado a sus colaboradores a la cárcel. ¿Y usted? libre y trinando.
Por: Juancho Buendía/