Con una ofrenda floral ante el monumento del presidente chileno Salvador Allende, en el hospital que lleva su nombre, en el municipio capitalino de Cerro, se realizó el acto de conmemoración por los 40 años del artero y fascista golpe de Estado en Chile, perpetrado por las Fuerzas Armadas, al mando de Augusto Pinochet, que derrocó al gobierno constitucional de la Unidad Popular.

Roberto Morales Ojeda, ministro de Salud Pública, aseguró que las últimas palabras del Presidente fueron certeras y proféticas, pues las grandes alamedas por donde pasa el hombre libre no solo se abren en Chile, sino en toda América. "Eso se expresa en la integración de nuestros pueblos con la creación de UNASUR, el ALBA, y la CELAC, que posibilitan nuevos cambios en este gran hemisferio. Esas, presidente Allende, son las grandes alamedas que comenzaron a abrirse, como el mejor homenaje a tu memoria", dijo.

El ministro consejero de la embajada de Cuba en Chile durante aquel fatídico 11 de septiembre de 1973, Luis Fernández Oña, hizo un recuento de la amistosa relación que tuviera el Mandatario sudamericano con nuestro país.

Yoel Navarro, médico especialista del recinto hospitalario, dijo que la muerte del Presidente fue de "un gran impacto para el pueblo de Cuba" y que los trabajadores de la salud del otrora Hospital Covadonga no dudaron en cambiarle el nombre a su lugar de trabajo cuatro días después, por el del héroe latinoamericano, Salvador Allende.