En dos pequeñas islas deshabitadas (Imeri Gramvousa y Agria Gramvousa) en la costa noroeste de Creta hay lugar para las sorpresas. La primera, es la belleza árida del lugar, un contraste entre promontorios rocosos amesetados y despojados junto a un mar que parece una piscina turquesa. La segunda sorpresa es llegar hasta la laguna Balos (Balos Lagoon) donde se produce una puesta en escena natural bastante peculiar: un islote rocoso forma parte de un cabo que está unido parcialmente a tierra por una piscina turquesa alternada con porciones de arena en color rosa. Un sitio puntual, aislado, poco conocido…en resumen, un lugar increíble digno de estar en la lista del blog:
Las dos pequeñas islas de Gramvousa pertenecen al municipio de Kissamos, y fueron escenario de ocupaciones temporales que incluyeron una fortaleza veneciana (hoy en ruinas) y restos de edificios abandonados por los insurgentes de Creta en la guerra griega de Independencia. Balos Lagoon es uno de los sitios donde encantarse con las numerosas maravillas griegas, especialmente al atardecer, cuando desde lo algo de una de las islas se obtiene una vista panorámica inolvidable de todo el entorno.