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13 de septiembre de 2013, 13:16Por Orlando Oramas León*
 La Habana (PL) Si veinte años no fueron nada en el tango de Carlos Gardel, quince son mucho para la injusticia que prevalece en el caso de los antiterroristas cubanos presos en Estados Unidos, el país que se erige en gendarme de la cruzada mundial contra el flagelo del terrorismo.
Son ellos Gerardo Hernández, Fernando González, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, quienes junto a René González (ya en Cuba luego de sufrir más de 12 años tras las rejas) integran Los Cinco, como se les conoce internacionalmente.
Fueron detenidos por agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) el 12 de septiembre de 1998 cuando monitoreaban a grupos que actúan libremente en Miami y han cometido actos de terrorismo en la isla y en el propio territorio norteamericano.
Corría la administración del presidente William Clinton, quien recibió información de primera mano enviada por el Gobierno de Cuba sobre tales organizaciones violentas.
Fue el colombiano Gabriel García Márquez, premio Nobel de Literatura, el portador de la información. Su encomienda, lejos de provocar la desarticulación de esos grupos, fue seguida por la detención de Los Cinco.
Bastaría este gesto para sustentar la denuncia de Cuba de que la Casa Blanca promueve el terrorismo contra la pequeña y vecina isla. Pero no es el único.
Otras administraciones posteriores se ensañaron con los cubanos, incluso cuando la justicia, a través de la Corte de Apelaciones de Atlanta, revertió algunas de las injustas sentencias y dispuso el traslado de la sede del juicio, fallos rápidamente desechados por la réplica judicial de la fiscalía.
Solo recordar el castigo a Gerardo Hernández, quien tendría que morir en prisión de cumplir su condena: dos cadenas perpetuas más 15 años.
Ni a él ni a sus compañeros de causa se le demostraron los cargos que tendrían que justificar tan inhumana punición. No se pudo probar la acusación de espionaje, tal y como lo ratificaron representantes del FBI, del Pentágono y de otras agencias de seguridad.
Suerte bien distinta la de Luis Posada Carriles, cuya extradición demandan los gobiernos de Cuba y Venezuela por su autoría en la voladura de un avión comercial cubano frente a las costas de Barbados.
En aquel crimen, el 6 de octubre de 1976, murieron 73 personas, en su mayoría cubanos pero también de otras nacionalidades. En ese atentado pereció, en pleno, el equipo juvenil de esgrima de Cuba que se había coronado campeón centroamericano y del Caribe en Caracas.
Posada Carriles nunca fue juzgado por la justicia norteamericana por sus actividades terroristas. Lo eximieron de cargos en un amañado proceso judicial de carácter migratorio. Hoy vive, impune en Miami. Su colega en el crimen de Barbados, Orlando Bosch, murió de viejo en Miami gozando del indulto de la Casa Blanca.
No quedan dudas entonces que el caso de los Cinco es y sigue siendo una revancha contra la Revolución cubana y en particular el pueblo de la isla, que no se ha rendido a las agresiones armadas, ni a la guerra biológica, como tampoco a las penurias provocadas por el bloqueo económico, financiero y comercial. El más largo cerco que conoce la historia.
Es por ello la identificación mutua entre ellos y sus compatriotas, que por estos días poblaron la isla con cintas amarillas cual recordatorio de que esperan el regreso de sus héroes.
Se trata de un viejo resorte de la memoria emotiva de ingleses y estadounidenses que refrenda una vieja tonada con nueva actualidad en Cuba.
René González, en reciente alocución televisiva, pidió a los cubanos el uso de esa prenda, como fórmula de impactar al pueblo norteamericano cuya movilización podría ser fundamental en la liberación de sus compañeros.
Es también la expectativa del actor Danny Glover, entre los más activos en esta campaña mundial que conmemoró los tres lustros de encierro. Por ello su emotiva carta, dada a conocer en el encuentro internacional por la solidaridad de los Cinco que tuvo lugar en esta capital.
Glover coincidió con el mandatario boliviano Evo Morales, quien también envió un sentido mensaje a los participantes del foro, al que asistieron familiares de los prisioneros y René González.
Allí estuvo la conocida pacifista Cindy Sheehan y su propuesta de sumar voluntades mediante un "bicicletazo" que recorra las cárceles estadounidenses donde están los prisioneros de la isla.
Mientras en La Habana destacadas personalidades y activistas se reunían para definir nuevas estrategias para liberarlos, plazas, parques y otros sitios de Cuba y en otras latitudes se convertían en tribunas con igual propósito.
Así, la campaña internacional cobró múltiples expresiones. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, dijo en un mensaje por la red social de twitter: Queridos héroes de Cuba y América entera, desde la Venezuela de Bolívar y Chávez, los admiramos y amamos! Libertad Ya!!
Necesitamos más y mejores acciones que permitan aumentar la presión internacional sobre la administración Obama y desemboquen en la liberación de ellos, aseveró Nalda Vigezzi, del Comité Internacional por la excarcelación de los Cinco.
Representantes del movimiento de solidaridad con Cuba en países como España, El Salvador y Nicaragua ratificaron su compromiso con dar a conocer la situación de estos hombres hasta lograr el regreso a su país.
El Partido Comunista Paraguayo, entre otras organizaciones, demandó al gobierno de Estados Unidos la inmediata liberación de estos prisioneros, juzgados por el delito de proteger a su nación de los ataques terroristas.
Danny Rivera, el cantante puertorriqueño, dijo aquí que es testigo de los esfuerzos de este pueblo por lograr el retorno de sus hermanos, mientras que el campeón olímpico y recordista mundial en salto alto, Javier Sotomayor, unió su voz a quienes en el orbe claman por el fin de esta situación.
LA JUSTICIA NO SE MUEVE
La batalla legal por la liberación de los cubanos está hoy en el mismo punto que hace un año. Desde entonces la defensa reclama, en un recurso de habeas corpus, que la jueza Joan Lenard obligue al gobierno a develar las pruebas ocultas que demuestran la inocencia de los cubanos y las ilegalidades cometidas en el proceso.
El abogado Martin Garbus explicó en el foro internacional que entre tales violaciones las autoridades conspiraron con medios de prensa y periodistas para enrarecer la atmósfera que acompañó al juicio en Miami, la guarida de los grupos terroristas anticubanos.
"Era como cuando el Ku Klux Klan", evocó a Prensa Latina el emigrado cubano Andrés Gómez, quien refirió amenazas al jurado y la publicación orquestada y dirigida de artículos que presentaban a los Cinco como un peligro para la seguridad nacional y ciudadana.
Ellos tienen el mérito excepcional de haber luchado contra el terrorismo sin emplear la violencia, sin embargo fueron condenados como criminales, apuntó por estos días Ricardo Alarcón, quien ha seguido de cerca el caso.
"No eran miembros del Ejército norteamericano, no se apoderaron de ningún documento oficial ni revelaron ningún secreto. Solo luchaban por defender los derechos del pueblo cubano", insistió.
Garbus, por su parte, explicó que a partir de las revelaciones del soldado Bradley Manning y del consultor de inteligencia Edward Snowden, pudieran aparecer nuevas evidencias para demostrar la inconstitucionalidad del proceso.
Sabemos que emitieron órdenes bajo procedimientos ilegales para incriminarlos, también que han espiado las comunicaciones de los abogados de la defensa, apuntó.
Entretanto, por estos días los mensajes de los Cinco resuenan aquí como nuevo estímulo a la lucha nacional e internacional por la libertad de los cuatro que aún permanecen encarcelados.
Al hablar ante un megaconcierto con que los cubanos les rindieron homenaje en el aniversario 15 de su arresto, René González expresó a la multitud reunida en la Tribuna Antiimperialista de esta capital que sus mensajes traerán la "alegría de vivir que les hizo asumir este sacrificio en primera instancia".
"Nos recordarán que sus espíritus no pueden ser quebrados por todo el encono que el gobierno más poderoso de la historia humana ha dejado caer sobre ellos".
* Jefe de la Redacción Nacional de Prensa Latina
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