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De: carlos305  (Mensaje original) Enviado: 24/09/2013 12:40

Lo que Cuba dice, no dice

| Por Leonardo Calvo Cardenas
    

LA HABANA, Cuba, septiembre, www.cubanet.org -En un trasnochado afán por maquillar la imagen que tanto desacredita a la prensa oficialista, el noticiero de la televisión cubana ha inaugurado una sección con la que supuestamente pretende profundizar en los más acuciantes problemas sociales que agobian al país. Es la sección Cuba dice.

Cada semana, los periodistas exponen sus valoraciones y criterios y se lanzan a las calles para mostrar testimonios y vivencias de ciudadanos y funcionarios. Temas tan delicados y complejos como los servicios médicos, el transporte público o la situación de la vivienda han sido abordados por esta sección, la cual llega tarde al ruedo de la opinión pública, aunque es mejor tarde que nunca.

El caso es que en la sección, que presume de ser crítica y realista, se hace una relatoría de los problemas que todos conocemos y sufrimos. Los realizadores, a través de sus propios análisis, y mediante criterios o testimonios de los entrevistados, nos brindan un retrato más o menos nítido de los retrasos y carencias que padecemos, pero sin atreverse a penetrar en las esencias de los problemas ni en los traumas que ocasionan.

Es como si desconocieran hasta qué punto somos conscientes los cubanos de a pie de las deficiencias del sistema de atención médica, aquejado de enormes carencias materiales, de la ausencia de decenas de miles de especialistas y técnicos exportados al extranjero, de las pésimas condiciones de trabajo en los centros asistenciales y de la actitud reprochable de algunos trabajadores del sector. Lo mismo sucede con el desastroso sistema de transporte público y el estado ruinoso  y al parecer insoluble de la Vivienda.

En fin, Cuba dice nos agobia con más de lo que conocemos de sobra, sin atreverse a penetrar en sus causas estructurales y socioeconómicas, y mucho menos a señalar las responsabilidades gubernamentales. Hablan de las manifestaciones de corrupción que se manifiestan en cada una de las zonas de la sociedad, pero son incapaces de preguntarse qué impulsa a tantos cubanos a actuar contra la ley y la ética.

Los realizadores del programa nunca llegan a cuestionar frontalmente a los máximos responsables institucionales del desastre que describen. Sin embargo, recurren en la práctica de culpar a las víctimas por su propia tragedia, haciendo hincapié en la supuesta responsabilidad de los ciudadanos y trabajadores en todo el mal que nos agobia.

Para dar seriedad a este esfuerzo de crítica y transparencia, los periodistas encargados bien podrían cuestionarse por qué los extranjeros y miembros de la “nomenclatura” disfrutan de instalaciones hospitalarias diferentes de las disponibles para los ciudadanos. También pueden demostrar su compromiso con la ética y la verdad decidiéndose a cuestionar la corrupción que desborda a importantes espacios institucionales como la policía nacional, el sistema judicial y penitenciario, la Aduana General de la República, los organismos rectores de la Vivienda o el sistema educacional.

No dudo de la buena intención de los que animan y realizan la sección Cuba dice, pero pierden de vista que el cuestionamiento social y la crítica legítima, para que fluya libre de manipulaciones, tutelajes y omisiones interesadas, debe partir de la independencia y el empoderamiento de los ciudadanos.

Pocas semanas han bastado para dejar en ridículo y letra muerta las promesas de transparencia y agresividad periodística que se anunciaron en el congreso de la Unión de Periodistas de Cuba, UPEC. La prensa oficialista guarda lamentable silencio sobre los éxitos de artistas y atletas cubanos libres que prodigan su talento por el mundo, sobre la saga del buque norcoreano interceptado en el Canal de Panamá, sobre las epidemias que ensombrecen la vida en ciudades y pueblos de nuestra Isla, o sobre la violencia desatada en el marco de los depreciados carnavales capitalinos.

No le pedimos peras al olmo, pero deben entender los comunicadores oficialistas que los cubanos somos personas desinformadas e ignorantes de muchas cosas, aunque no somos analfabetos, por lo que cada vez resulta más difícil confundirnos con paños tibios o con jugadas de engaño.

Montesinos3788@gmail.com



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