Soy crítico literario de El Cultural desde el año 2000. Colaboré con Revista de Libros desde 2002 hasta su desaparición en 2012. He publicado en Quimera, Cuadernos Hispanomericanos, Claves de Razón práctica, el Diario de Alcalá, Revista Atlánica, Revista de Estudios Orteguianos, La Aventura de la Historia, Paideia y otras revistas especializadas en literatura, historia, poesía, política y filosofía. Escribo un blog (INTO THE WILD UNION) desde julio de 2010. He sido profesor de filosofía de enseñanza secundaria de la Comunidad de Madrid entre 1998 y 2012. Dentro de poco, aparecerá mi primer libro, Miedo de ser dos.
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Desde sus inicios en julio de 2010, mi blog INTO THE WILD UNION, intentó rescatar el espíritu irreverente de las vanguardias históricas (surrealismo, dadaísmo) y el estilo gamberro y provocador de los años 80, cuando Enirque Tierno Galván era el Alcade de Madrid y en nuestra ciduad se respiraba tolerancia y creatividad. Me permití jugar con mi propia biografía, atribuyéndome delitos imaginarios y una inexistente estancia en prisión. No he sido yonqui (algo que no me parece vergonzoso), nunca he cometido un acto violento, pero al igual que Hemingway, Orwell o William Borroughs me gusta fotografiamre con armas. No poseo licencia de armas y fui objetor de conciencia, pero creo en el derecho de resistencia de los pueblos contra la opresión, reconocido por Naciones Unidas y presente en la filosofía política del teólogo jesuita Francisco Suárez. Simpatizo con Marx y creo que los abusos del capitalismo sólo pueden abolirse mediante grandes movilizaciones populares. La democracia se basa en la voluntad popular y no en los intereses de los mercados financieros. Soy bipolar, al igual que Schumann, Virginia Woolf, Juan Ramón Jiménez o Diane Arbus. He hablado de mi enfermedad para romper el estigma, pero empiezo a sentir que algunas personas no son capaces de disociar el trastorno bioquímico de la identidad individual. La ternura es importante, pero el inconformismo no lo es menos y el inconformismo significa transitar por los márgenes, desafiar los tabúes, acercarse a lo marginal y maldito. No voy a repetir que mi padre era un conocido escritor (Premio Nacional de Literatura y Premio Nacional de Periodismo), con una calle en Córdoba y otra en Orihuela. No voy a contar de nuevo que procedo de una familia de cuatro generaciones de médicos, juristas, ingenieros y escritores y que me he dedicado toda la vida a la enseñanza y la crítica literaria. Acaban de ponerme a parir en el pie de una de las fotos donde aparezco con una pistola. Comienzo a estar harto. Estamos sufriendo un golpe de estado silencioso contra las libertades y una contrarrevolución en las costumbres, la moral y el arte. Facebook empieza a parecerme sospechoso y algunos de mis contactos no me inspiran confianza. Tal vez lo mejor sería cerrar el perfil definitivamente o proceder a realizar una limpieza radical. No me interesa un botarate que se escandaliza porque aparezco con un arma, imitando a Hemingway o a James Cagney. Un alma sensible está impregnada de humor y sensatez y no se escandaliza por estas tonterías, sino por el hambre, la injustica o las guerras que se desatan en el Tercer Mundo, causando miles de víctimas inocentes. Si no te gusta lo que lees, bórrate de mis contactos. Y no olvides que soy escritor y la literatura siempre es una mentira. O tal vez la única verdad posible.