28 de septiembre de 2013, 14:49Por Waldo Mendiluza
Naciones Unidas, 28 sep (PL) Las actividades en Naciones Unidas tienen hoy un menor ritmo, luego de que en las jornadas previas de la Asamblea General intervinieran los presidentes y se abordaran temas como el Cambio Climático, los Objetivos del Milenio y el conflicto en Siria.
Al margen de la llegada del fin de semana, son múltiples las señales de un ambiente más relajado en el cuartel general de la ONU, en el neoyorquino distrito de Manhattan, donde entre martes y viernes intervinieron alrededor de 115 jefes de Estado y de Gobierno.
Aunque restan tres días al debate general del 68 período de sesiones de la Asamblea, la seguridad en las inmediaciones y el interior de la instalación ha vuelto a la normalidad, al levantarse las barreras que impedían el acceso de vehículos y peatones decenas de metros a la redonda.
Tampoco se observa el despliegue policial, incluidos perros anti-explosivos, armas largas y grandes camionetas, en la entrada de las Naciones Unidas, hasta hace apenas unas horas fuertemente custodiada por personal uniformado y de civil.
"Definitivamente todo está más tranquilo, y poco a poco las cosas vuelven a la rutina diaria", comentó a Prensa Latina uno de los agentes en la zona.
Por su parte, la sala de prensa habilitada en los exteriores del edificio principal está casi desierta, y muy pocos periodistas transitan por pasillos antes muy concurridos por camarógrafos y fotógrafos en camino a los lugares de las reuniones y conferencias, todo esto independientemente de que prosiguen los discursos.
Además de que la mayoría de los presidentes se marchó de la ONU tras sus intervenciones -que combinaron intereses globales con los propios de los países representados-, las tensiones han bajado a partir de importantes anuncios realizados en la Asamblea y la resolución sobre Siria aprobada la pasada noche por el Consejo de Seguridad.
Respecto al Cambio Climático, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, invitó a los líderes mundiales a una cumbre en septiembre de 2014 en esta sede, con el propósito de tratar amenazas como las emisiones de dióxido de carbono, uno de los gases de efecto invernadero.
Entre las primeras reacciones a la noticia del nuevo foro, algunos lo consideraron una oportuna antesala en la pretensión de que durante 2015 se logre un acuerdo climático, pero no pocos aquí advirtieron o denunciaron la falta de compromiso mostrada de manera recurrente por los mayores contaminadores, en particular los históricos.
También en el tema de los objetivos contra la pobreza y la exclusión, conocidos como Metas del Milenio, se produjeron anuncios, al informarse de la convocatoria para septiembre de 2015 de una reunión que permita dar continuidad a las proyecciones acordadas en Nueva York hace 13 años.
Uno de los asuntos más apremiantes es la cercanía del límite de 2015 fijado, en la Cumbre del Milenio de 2000, para reducir la pobreza, el hambre, la mortalidad materna-infantil, la falta de acceso a la educación, los tratamientos para enfermedades letales y avanzar en la igualdad de género.
Pese a los reconocidos avances en casi todos esos aspectos; la urgencia de una agenda y de compromisos concretos post-2015 está dada porque mil 200 millones de seres humanos viven en la pobreza extrema, casi 900 millones sufren hambre y dos mil 500 millones no tienen acceso a una sanidad adecuada.
Además, 18 mil niños menores de cinco años mueren a diario de enfermedades prevenibles y la igualdad de género sigue siendo un sueño.
Tan complejo escenario se agrava por la reducción -por segundo año consecutivo- de la ayuda al desarrollo prometida por los países ricos a los pobres.
También en el tema de Siria ocurrieron nuevos eventos, al aprobarse por el Consejo de Seguridad una resolución encaminada a eliminar las armas químicas en ese país árabe marcado por un sangriento conflicto.
El texto defiende la salida política y una conferencia internacional para buscarla, cuestión que por el momento parece alejar la posibilidad de una intervención militar promovida por Estados Unidos y sus aliados.
Sin embargo, crecen las preocupaciones por la inclusión en el documento de un acápite que advierte sobre la imposición de medidas por el Consejo de Seguridad en virtud del Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas "en caso de incumplimiento de lo dispuesto".
Ese apartado de la Carta recoge en su Artículo 42 la opción del uso de la fuerza militar, bloqueos y otras operaciones bélicas "para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales", despertando dudas ante la existencia de precedentes de fabricación de pruebas para agredir a países soberanos y aplicarles el cambio de régimen.
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