EDU SOTOS / Río de Janeiro
Lágrimas, nostalgia y palabras de amor. Para alegría de millones de brasileños, y decepción de otros tantos adolescentes, la declaración en directo de Neymar a su novia, la actriz Bruna Marquezine, fue un momento que superó con creces el mejor de los culebrones que se emiten en la televisión de Brasil. Como sacado de una novela rosa, el amor del futbolista y la estrella teen, separados ahora por la distancia, hace las delicias de sus paisanos y provoca la envidia de los morbosos que esperaban que la marcha del Mohicano a Barcelona supondría el fin de este amor con tintes shakesperianos.
La declaración televisiva de Neymar del domingo.
La conexión en directo, emitida en horario de máxima audiencia cuando Bruna participaba en el programa Domingo de Faustao, no solo fue un éxito sino que rubrica un amor que, aparte de provocar picos de audiencia inimaginables, se ha convertido en un asunto de interés nacional. Un Neymar sonriente, dulce y con una imagen de eterno adolescente, reforzada por la gorra para atrás, se deshizo en elogios hacia su chica, a la que quiso consolar por no haber resultado vencedora en el reality de baile en el que participaba. «La apoyé muchísimo, pero no ganó. Para mí ella ya es un 10 y le doy mi título de campeona», comentaba Ney al tiempo que Bruna no conseguía esconder las lágrimas.