Caracas, 22 may. 2013, Tribuna Popular TP.-
Desde el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de
Brasil y la internacional Vía Campesina, se ha denunciado desde hace
algunos años que las causas del alza en el precio de los alimentos en el
ámbito internacional residen en el control oligopólico que unas pocas
empresas mantienen sobre el comercio mundial de trigo, maíz, arroz,
soja, leche, etc, más la especulación de grandes inversores en las
bolsas de productos agrícolas.
A esto se suma la especulación financiera, porque los bancos
invierten en alimentos que han resultado ser más seguros que otras
acciones, las privatizaciones de los servicios públicos para la
agricultura, puestos bajo el control de las empresas multinacionales
(agua, fertilizantes, semillas, etc) y la postura de la Organización
Mundial del Comercio (OMC) que transformó los alimentos en mera
mercancía.
Para Janaina Stronzake, activista brasileña integrante de la
coordinación nacional del MST y representante de La Vía Campesina, una
articulación mundial de movimientos de trabajadores rurales, “uno de los
factores fundamentales del aumento de precios es la especulación
financiera”, dice, y agrega: “Es porque los alimentos se consideran
mercancías y se negocian en las bolsas de los mercados a futuro”.
Es decir, no solo las malas cosechas y el cambio climático están detrás de los altos precios y la escasez de alimentos.
MANIPULANDO LA ESCASEZ
Otra activista española, Esther Vivas, autora de varios libros sobre
soberanía alimentaria y comercio justo, y perteneciente al movimiento
Izquierda Anticapitalista de España, desmonta la tesis acerca de que la
escasez de alimentos tenga que ver con una merma productiva: “La
producción de alimentos desde los años 60 se ha multiplicado por tres,
según indica la organización Grain, mientras que la población mundial,
desde entonces, tan solo se ha duplicado. Hay una cantidad ingente de
comida, mayor que en ningún otro período en la historia, pero si no
tienes dinero para pagarla o acceso a la tierra, al agua, a las
semillas, para producirla, no comes. No se trata de producir más
alimentos, sino de repartir los que ya existen. Es todo el modelo
agroalimentario al servicio de unos pocos intereses privados”.
También señala esta activista que las causas del hambre y la escasez
de alimentos son políticas y tienen que ver con quienes controlan las
políticas agrícolas y alimentarias, a quiénes benefician, y en manos de
quién están los medios de producción de alimentos.
¿A QUIÉN BENEFICIA LA ESPECULACIÓN?
Para Stronzake las empresas transnacionales juegan y especulan con el hambre de la gente y obtienen beneficios.
Explica que “para demostrarlo basta con comparar entre los años de
ascenso de los precios de los alimentos y los gráficos de ganancias y
beneficios de las grandes empresas transnacionales”, agrega que “entre
2004 y 2008 asistimos a una serie de choques y disturbios sociales y al
mismo tiempo alzas en los comestibles, en ese lapso los beneficios de
Syngenta, que es una de las grandes empresas del sector agrícola
mundial, saltaron de 6 mil millones de dólares a 11 mil millones.
Entonces, mientras la hambruna castiga a las poblaciones, mayores
beneficios se embolsan las empresas transnacionales”.
De igual manera este comportamiento evidencia las políticas de esas
compañías por la forma en que las empresas quieren estructurar la
agricultura, quitando capacidad de producción a la gente a través del
control del agua, de semillas y de la propiedad intelectual de los
productos, además de acaparar las mejores tierras. También a partir del
control del mercado. Hoy hay 10 firmas que dominan casi todo el mercado
de soja, de maíz y de la caña de azúcar.
BANCOS QUE JUEGAN CON EL HAMBRE
En artículo publicado en 2011 por el editor del periódico The
Guardian, encargado de temas ambientales, John Vidal reseña que “los
mismos banqueros, fondos de inversión y actores financieros cuya
especulación en los mercados financieros globales causaron la crisis
hipotecaria de las sub-prime, están provocando la inflación y el
comportamiento ‘yo-yo’ de los precios de los alimentos. La acusación
contra ellos es que aprovechándose de las desregulación de los mercados
globales de materias primas, están ganando miles de millones al
especular con la comida y causar miseria en todo el planeta”.
También dice que como los precios de los alimentos se disparan de
nuevo a los mismos niveles de 2008, queda claro que todo el mundo ahora
se está viendo afectado porque están aumentando hasta en 10% al año en
Gran Bretaña y Europa.
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se puede esperar que aumenten al menos 40% en la próxima década.
Según Vidal, los contratos de compra y venta convirtieron a los
alimentos en mercancía que es comprada y vendida entre comerciantes que
no tienen ninguna relación con la agricultura.
Así nació un nuevo mercado irreal, el de la especulación alimentaria.
De tal manera que el cacao, jugos de frutas, azúcar, alimentos básicos,
la carne y el café, son ahora productos del mercado mundial, junto con
el petróleo, el oro y los metales.
Luego, en 2006, llegó a Estados Unidos el desastre de las hipotecas
de inmoviliarias de alto riesgo y los bancos y especuladores movieron
miles de millones de dólares en fondos de pensiones y acciones en
mercancías exentas de riesgo, específicamente en los alimentos.
Ante este panorama, movimientos sociales latinoamericanos como el MST
y Vía Campesina reivindican el derecho a que los alimentos no estén
dentro de los acuerdos que promociona la OMC. “No pueden considerarse
simples mercancías, toda la humanidad necesita alimentos y debemos
garantizar un mínimo para todos, independientemente de sus condiciones
económicas. Y eso no pasa solamente por políticas asistenciales, sino
por empoderar a la gente desde su propia comunidad para garantizar y
producir alimentos. Ésta es la soberanía alimentaria”, afirma Stronzake.
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Cifras del hambre
De acuerdo con el Banco Mundial, 1,2 billones de personas se
encuentran en extrema pobreza hoy, viviendo con menos de un dólar por
día. El hambre es lo que más mata en el planeta. Cada año 70 millones de
personas mueren. De éstas, 18 millones mueren de hambre. En la década
de 1950, 60 millones de personas pasaban hambre. Actualmente más de un
billón.
En las condiciones actuales se pudiera alimentar 12 billones de
personas, de acuerdo con un estudio de la Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). No hay escasez de
alimentos, sino de acceso. Hoy 58% del Producto Interno Bruto (PIB)
mundial está en manos de empresas multinacionales.
Fuente: CIUDAD CCS