Entre las peores formas de trabajo infantil, mencionó la esclavitud, la servidumbre, el trabajo forzoso y la explotación sexual
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, llamó este martes a globalizar la lucha contra la explotación infantil para garantizar la plena protección de los menores y su futuro.
La erradicación de todas las formas de abuso y de empleo de los niños y adolescentes debe constituir un compromiso de todas las naciones, resaltó Rousseff en la inauguración de la III Conferencia Mundial sobre el Trabajo Infantil, que se celebra en un hotel capitalino.
Puntualizó que Brasil, como el resto de las naciones, sufrió también las consecuencias de las crisis financiera internacional, pero mantuvo sus políticas sociales que permitieron avanzar en la eliminación de la miseria y en un mayor acceso de los menores a las escuelas.
La mandataria rememoró que entre 1992 y 2011 el país redujo en un 57 por ciento el número de niños y adolescentes que trabajaban. “Estamos haciendo nuestra parte, y el lugar de de la niños está en las escuelas, dijo.
Tras destacar que desde el inicio de su Gobierno fueron creados 4,7 millones de puestos de trabajo, señaló que la implementacion de programas sociales propició la inclusion de millones de familias a la sociedad y de sus hijos a los centros de estudios.
Se pronunció por la necesidad de aunar esfuerzos para combatir unas de las peoeres formas de explotacion infantil; la pornografia y el trabajo sexual.
Se trata de unas de las más detestables y perversas violaciones de derechos humanos, indicó.
En la apertura de esta conferencia intervino el director general de la Organizaciçon Internacional del Trabajo (OIT), Guy Rider, quien destacó la existencia aun de 168 millones de niños trabajadores en el mundo.
Nos trazamos hace una década la meta de eliminar en 2016 las peores formas de trabajo infantil, pero no vamos a cumplir con este propósito, dijo Rider al considerar este incumplimiento un “fracaso colectivo”.
Entre las peores formas de trabajo infantil, mencionó la esclavitud, la servidumbre, el trabajo forzoso y la explotación sexual.
Organizada por Brasil y la OIT, la III Conferencia concluirá el jueves con la aprobación de la “Carta de Brasilia”, que recogerá las conclusiones de los tres días de discusiones.
Participan en este encuentro más de mil 350 representantes de 150 naciones, de organiaciones regionales e internacionales.
Texto/PrensaLatina