El 16 de octubre de 1992 Rigoberta Menchú, líder indígena guatemalteca y defensora de los derechos humanos recibe el Premio Nobel de la Paz.
El Premio Nobel de la Paz le fue otorgado en reconocimiento a su labor por la justicia social y por la exigencia del respeto a los derechos de los indígenas.
Rigoberta Menchú nació en una numerosa familia de campesinos perteneciente a la etnia maya quiché. Su vida estuvo marcada por la pobreza y el sufrimiento.
Varios miembros de su familia fueron víctimas de torturas y asesinatos, incluyendo a su madre por parte de los militares y escuadrones de la muerte que funcionaban para aquella época en contra de los movimientos campesinos. El padre de Menchú murió con un grupo de campesinos que se habían encerrado en la Embajada de España en un acto de protesta y la policía incendió el local quemando vivos a los que estaban dentro (1980). Sus hermanos optaron por sumarse al movimiento guerrillero y ella inició una campaña pacífica de denuncia contra el régimen guatemalteco. Para escapar de la represión se exilió en México y desde allí se dedicó a denunciar los atropellos que sufrían los campesinos. Su mensaje fue escuchado en la ONU.