Posiblemente
que de los participantes actuales, alguno recuerde que ya me pronuncié en su
día, pero el siervo del impero lo trae de nuevo a ver si alguno pica y piensa
que “no me mojo” pero siguiendo mi misma línea, no pienso contestar a sus
sucios requerimientos, algo le quedó de sus paseos por los pasillos de los
juzgados, o de cuando servía en el ejército a su amo Uribe Vélez.
En otro orden
de cosas es chocante que tanto hablar en contra de Repsol, ahora nos traiga un artículo
en el cual “La estatal Petróleos de Venezuela
(Pdvsa), líder del sector nacional de hidrocarburos, evalúa diversos proyectos
de inversiones conjuntas con la compañía española Repsol en varias zonas del
país, informó hoy el presidente de la primera, Rafael Ramírez.” ¿En qué quedamos senil veleta?
Y esto
fue hecho, preciso es decirlo, con la complicidad de las autoridades
argentinas, tanto de las provincias como de la nación, que hicieron la «vista
gorda» ante el descarado incumplimiento de las obligaciones contraídas en los
contratos de privatización de YPF. Gracias a esta negligencia oficial, sobre
cuyas (malas) razones preferimos, por ahora, no expedirnos, Repsol pudo
explotar los yacimientos conocidos, y hacerlo de mala manera, sin cuidarlos
como se debe, y sin tener tampoco que preocuparse por tomar los riesgos
financieros que supone la exploración y búsqueda de nuevos mantos petrolíferos
o gasíferos, cosa a la que contractualmente estaba obligada. Pudo también
remitir el 90% de sus utilidades, ante la mirada distraída de los entes
estatales encargados de fiscalizar sus operaciones en la Argentina.
Pudo
ocultar operaciones, al punto tal que recién con la intervención de Repsol-YPF
se conoció que había una compañía denominada Repsol YPF Gas S.A, que se
encontraba en poder de Repsol sin que los sagaces ojos de los funcionarios de
diversos entes reguladores de Argentina se hubieran percatado de ello.
Por eso,
cuando la presidenta envió el proyecto de ley expropiando las acciones de
Repsol en YPF no incluyó la de aquella empresa, cosa que hubo de corregir
apresuradamente una vez que la intervención hizo el anuncio correspondiente.
Tenemos
una larga lucha por delante. Los pueblos de España y de América Latina y el
Caribe debemos ser conscientes de que tenemos los mismos enemigos. Los que
destruyen la legislación laboral y provocan paro y empobrecimiento en el Estado
español son los mismos que han provocado el holocausto social y ecológico que
hoy padecen los países de este lado del Atlántico.
De Atilio Boron