Para Aleksander Kwasniewski, recién elegido presidente de Polonia en el otoño de este año por una abrumadora mayoría, la integración de su país al seno de la UE es lo más importante y no sólo a nivel internacional, económico y jurídico, sino a nivel mental y sociológico. En las elecciones celebradas en el mes de octubre, el ex comunista reconvertido en socialdemócrata Aleksander Kwasniewski (Alianza de Izquierda Democrática, SLD), fue reelegido presidente de Polonia para los próximos cinco años por una abrumadora mayoría, algo que ya vaticinaban todos los sondeos. Kwasniewski (56,1%) barrió en las urnas a sus doce rivales, pero la peor parte se la llevó su antecesor en el cargo y antiguo líder de Solidaridad, el Nobel de la Paz y ex presidente Lech Walesa (Democracia Cristiana de la III República). Con menos del 1% del apoyo popular Walesa, histórico líder de la lucha contra el comunismo, dijo haber perdido una batalla, pero no la guerra, y manifestó su intención de mejorar estos resultados en las elecciones parlamentarias del 2001. Comicios que, según las últimas informaciones, el presidente pretende convocar el próximo mes de junio. El partido de Kwasniewski es el favorito para la victoria, lo que le permitiría el control de las dos cámaras, y por tanto de casi todos los poderes. En las anteriores presidenciales (celebradas en el año 1996), el socialdemócrata consiguió ganar en la segunda vuelta al obtener el 52% de los votos frente al 48% de Walesa.
El segundo candidato electoral, que se presentó en solitario, el liberal independiente y prestigioso economista que fuera ministro de Finanzas, Andrzej Olechowski, obtuvo un 18,5%, lo que relegó a un tercer lugar al actual líder de Solidaridad y cabeza de la alianza conservadora, Marian Krzaklewski (AWS). Del resto de los candidatos únicamente hacer mención de los dos que superaron la barrera del 1%: Jaroslaw Kalinowski (Partido Campesino Polaco) con un 5,6% de los sufragios y Andrzej Lepper (sindicato campesino Autodefensa) con un 2,4%.
El hecho de que estos dos partidos superasen el mínimo establecido, parece responder a un hecho: en el campo reside un 27% de la población. Este es uno de los problemas de más difícil solución para las autoridades polacas a la hora de acceder a la UE, ya que, según cálculos oficiales, únicamente unas 700.000 granjas podrán beneficiarse de las subvenciones agrícolas de la UE tras el ingreso. Por tanto, los 1,8 millones de granjas restantes están condenadas a ... "