Lorenzo Anasagasti, vicedirector de Investigaciones del Instituto de Oncología, afirmó que esa política hostil daña a los enfermos de cáncer, a los investigadores e, incluso, al pueblo norteamericano.
Estados Unidos es el núcleo más grande de investigaciones contra el cáncer, que es ya la principal causa de muerte en Cuba, explicó el especialista. Como consecuencia del bloqueo, los cubanos no tienen acceso a algunos medicamentos, o en otros casos se demora y encarece la adquisición de estos. Además, la política de Washington limita la participación cubana en eventos internacionales, y la compra de equipos médicos.
Los norteamericanos tampoco tienen permitido el acceso a tratamientos producidos en nuestro país. Anasagasti puso el ejemplo de una enfermera en Estados Unidos que, tras un pleito legal con la OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros), logró tratar a una paciente suya con un medicamento cubano que estaba siendo usado en Canadá, y logró resultados favorables.
Por su parte, María Esther Lao, directora de la escuela especial Solidaridad con Panamá, enumeró algunas carencias a las que se enfrentan los niños discapacitados como consecuencia del bloqueo, entre ellas sillas de ruedas motorizadas e implementos informáticos especiales. No obstante, ratificó, eso no podrá impedir la voluntad para atender a los casi 39 mil niños que se encuentran hoy en 350 es-cuelas especiales en todo el país.
Por otro lado, Andrés Zaldívar, del Centro de Investigaciones Históricas de la Se-gu-ridad del Estado, mencionó las principales sanciones de Estados Unidos desde el triunfo de la Revolución, y recordó que durante la actual administración se ha registrado el récord de multas impuestas a instituciones internacionales que han tenido relaciones con Cuba.
Oni Acosta, especialista de música en los medios de comunicación y profesor del Instituto Superior de Arte (ISA), se refirió a los daños que causa el bloqueo a la industria discográfica.
Desde Washington participaron David Guggenheim, ambientalista y presidente de la ONG Ocean Doctor, y Mavis Anderson, coordinadora del programa de Cuba en el Grupo de Trabajo Latinoamericano, entidad que agrupa a instituciones académicas y religiosas.