Por Lázaro Barredo Medina
Cada día aparecen mayores evidencias de que lo que aconteció aquel sábado 12 de septiembre de 1998 en Miami obedeció más a la conspiración de oficiales del Buró Federal de Investigaciones (FBI) con la mafia terrorista anticubana, que a la protección de la seguridad nacional de los Estados Unidos.
En el 2001, cuando abordamos en la Mesa Redonda el proceso judicial contra los Cinco, me llamó la atención