El presidente Barak Obama no tiene nada que envidiar a George W. Bush en lo que se refiere a pisotear la Constitución y los valores fundacionales de Estados Unidos. Es más, en lo concerniente al espionaje masivo de las comunicaciones de millones, incluyendo el de sus propios conciudadanos, propiciado por la Ley Patriota, el actual inquilino de la Casa Blanca ha superado con creces las cotas alcanzadas por su antecesor.