Como en un museo al aire libre, se expone una parte del mundo subterráneo de La Habana Vieja. Si usted visita el Centro Histórico de la capital cubana por estos días, encontrará fragmentos de tuberías, escombros, montañas de adoquines y enormes agujeros en las calles.
Son huellas de la titánica labor de sustitución de las redes soterradas de electricidad, acueducto, gas y comunicaciones que emprenden cientos de obreros e ingenieros en la parte más añeja de la ciudad.