LA HABANA, Cuba, noviembre, www.cubanet.org -La noche del pasado 25 de octubre, en el espacio estelar del Noticiero Nacional de Televisión, reapareció el segmento “Cuba dice”, conducido por la periodista Talía González. Esta vez, clientes, funcionarios y directivos de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) comentaron sobre la calidad de los servicios de la telefonía pública, fija y celular.
Pero en lugar de informar, “Cuba dice” aumentó la desinformación del pueblo sobre el asunto. No es la primera vez que sucede. En las anteriores emisiones de este espacio se han limitado a hacer una relatoría de problemas que por lo general la población conoce, pero sin explicar las causas, ni hacer recomendaciones sobre cómo pueden solucionarse.
Se omitió que en 2012 existían en Cuba 54 187 teléfonos públicos, pero producto de actos vandálicos (cerca de 700 en dos años), la cifra descendió a 53 487, al cierre del primer semestre del presente año.
La destrucción de los teléfonos públicos, en los dos últimos años, ha ocasionado pérdidas ascendentes a 60 100 dólares (cada teléfono cuesta entre 800 y mil dólares). La situación se torna cada vez más crítica, si se tiene en cuenta que la mayoría de la población recurre a este servicio porque no tiene en sus casas teléfonos fijos y mucho menos puede comprar un celular.
Entre teléfonos públicos, fijos y celulares, hay actualmente en Cuba 2 970 000 líneas telefónicas. De esa cantidad, 1 216 522 son fijos. De ellos, en el sector residencial funcionan 918 692 (una densidad de 10,8 teléfonos por cada cien habitantes).
Los directivos de ETECSA, la entidad que tiene el monopolio exclusivo de la telefonía, reconocen dificultades en la compra de equipos a los proveedores internacionales. Por otro lado, afirman que se autofinancian, que destinan parte de sus ganancias al soporte de redes y equipos, aunque las líneas fijas asignadas resultan insuficientes para la población. Es decir, solo ponen parches en una herida muy vieja e infectada.
Ante las quejas de personas que llevan años esperando para que le conecten un teléfono, ETECSA se justifica diciendo que no tienen pares, que los existentes no pueden ser utilizados porque hay que dejar de reserva para cuando se interrumpan los que están en servicio.
¿Cómo se entiende que haya que dejar pares de reserva, cuando la densidad de la telefonía fija de Cuba -la más baja del hemisferio occidental- no se corresponde con las 683 centrales telefónicas, de ellas 603 digitales, que hay en el país?
Estas plantas digitales, equipadas con la tecnología más avanzada, tienen capacidad de conexión para miles de líneas telefónicas fijas, y pueden brindar sin ningún problema los servicios de Internet a los hogares, dado que todas están conectadas a la terminal del cable de submarino de fibra óptica que enlaza a Cuba con Venezuela.
Resulta escandaloso que funcionarios de ETECSA se atrevan decirle al pueblo que en estos momentos hay muchos millones de minutos en la red de telefonía celular y que “se requiere continuar con las inversiones para que en la medida que ese dinero se recupere, ETECSA pueda disponer de fondos suficientes y proceder a reducir la actual tarifa”, a 35 centavos de dólar el minuto.
Parece que la periodista Talía González y su equipo no estaban autorizados a preguntarles a estos funcionarios cuál fue el destino que se le dio a los 545 millones de dólares ganados por ETECSA el pasado año, por el tráfico internacional de llamadas para y desde Cuba y por la recarga de la telefonía celular.
Teniendo en cuenta tal monto de dinero, resultado de las tarifas de cobro en dólares más caras del mundo, las inversiones para extender a la población el servicio de la telefonía fija han sido prácticamente insignificantes.
Desde hace cinco años, las oficinas comerciales y los centro multi-servicios de ETECSA son los mismos, pero la clientela se ha multiplicado por mil, principalmente por el crecimiento exponencial de los conectados a la telefonía celular y la recargas de tarjetas. ¿Cómo entender que con tanto dinero que recauda ETECSA, la situación de la mayoría de sus oficinas comerciales sea deplorable?
Sobre tales asuntos, en “Cuba dice” se dieron pocas explicaciones y menos aún se habló de soluciones.