04 de noviembre de 2013, 10:21Por Lourdes Pérez Navarro* La Habana (PL) Bayamo, cuna de la nacionalidad cubana, muestra al nativo y al visitante un rico patrimonio histórico y cultural atesorado durante sus cinco siglos de existencia, que cada día se alimenta con nuevas obras y proyectos.
El 5 de noviembre de 1513 el adelantado de la Isla de Cuba, Diego Velázquez, fundó en el oriente del país a San Salvador de Bayamo, segunda villa colonial después la primigenia Baracoa, que pronto prosperó con el empuje de la ganadería, la caña de azúcar y el comercio de contrabando.
Esta es una ciudad de primicias e inicios, caracterizada por su carácter irreverente y rebelde, desde los aborígenes hasta la actualidad.
Aquí el 20 de octubre de 1868, luego de la toma de Bayamo por las tropas de Carlos Manuel de Céspedes, quien 10 días antes iniciara la guerra para independizarse del colonialismo español, el patriota Perucho Figueredo compuso la letra de La Bayamesa, luego devenida en Himno Nacional, que de inmediato fue acogida y entonada por el pueblo.
En esta villa, el 27 de marzo de 1851, al pie de la ventana de la casa de la joven Luz Vázquez, se cantó la primera canción romántica cubana, conocida como La Bayamesa, escrita por José Fornaris y con música de Céspedes y Francisco del Castillo.
Aún se mantiene en pie el pórtico del primer cementerio a campo abierto que existió en Cuba �"para algunos el más antiguo de América�", que fuera traspatio de la iglesia de San Juan Evangelista, erigida en 1702.
El 24 de abril de 1740 fue inaugurada la Capilla de Nuestra Señora de los Dolores, que sobrevivió a la devastadora quema que redujo la ciudad a las ruinas el 12 de enero de 1869, un gesto de patriotismo de los bayameses que prefirieron dejar de ser antes que entregar la ciudad a los españoles.
El retablo de esta capilla, de estilo barroco, tallado en madera de cedro y laminado en oro, es fiel exponente de la arquitectura colonial cubana y todavía muestra su belleza amparada en el espacio que ocupa la actual catedral del Santísimo Salvador de Bayamo.
En este recinto se interpretó por vez primera la música del Himno Nacional y en 1869, en el atrio de la edificación y en presencia del Gobierno en armas, se bendijo la bandera que enarbolaron los mambises en la llamada Guerra de los Diez Años.
Esta ceremonia quedó perpetuada para la historia en un óleo de grandes dimensiones pintado por el dominicano Julio Desangles y expuesto en el arco formero de la nave principal de la iglesia, única pintura de tema patriótico en un templo católico cubano.
Entre sus peculiaridades, este actual municipio y capital de la provincia de Granma, posee la primera Plaza de la Revolución que tuvo Cuba, que hospeda las estatuas de Perucho Figueredo y de Céspedes, el Padre de la Patria, quien la llamó de esa manera.
La ciudad es considerada también cuna del ajedrez en Cuba y América, pues allí se registró la primera partida del llamado juego ciencia en la primera mitad del siglo XVI, actividad de la cual disfrutan los bayameses en la actualidad.
Viajar en coche tirado por caballos por las calles de la localidad es otra de las tradiciones que se mantienen en la preferencia de los bayameses, al punto de ser utilizado tanto para el transporte habitual como en fiestas populares y ceremonias nupciales.
Recorrer el centro histórico urbano, declarado Monumento Nacional el 10 de octubre de 1978, es un viaje a la génesis de la cubanía, que se puede palpar lo mismo al caminar por las calles empedradas como al visitar los varios museos, entre ellos el de la casa natal de Céspedes, el inmueble de Perucho Figgueredo y la Casa de la Nacionalidad Cubana.
Pero esta villa no está detenida en el tiempo. Así lo muestran el Paseo Bayamés General García, donde se conjugan elementos coloniales con otros de la modernidad; el Museo de Cera, único de su tipo en el país que expone a tamaño natural a personalidades de la historia y la cultura cubanas; o la Maqueta de la Ciudad, un prototipo en miniatura de Bayamo.
SITIO OBLIGADO DE VISITA
"Al bayamés le queda el compromiso de no vivir de sus glorias pasadas, sino de hacer el presente, de tener una ciudad más culta, más próspera, que sea digno ejemplo para los cubanos de hoy", afirmó a Prensa Latina el máster en Gestión Turística y profesor de la Escuela de Hotelería y Turismo de la provincia Granma, Domingo Cuza Pedrera.
De ahí, dijo, que entre los proyectos está convertir a Bayamo en un destino turístico, no solo por el beneficio económico, sino ante la necesidad de que el resto de los cubanos conozcan a esta ciudad que es la meca de la Patria.
"Que conozcan la Plaza del Himno, el cuartel Carlos Manuel de Céspedes, la Demajagua, el lugar en que cayó José Martí en Dos Ríos, la Comandancia de la Plata, eso nos hace mejores cubanos", remarcó Cuza. Esta estrategia, por tanto, tiene aportaciones en lo nacional, en lo político, histórico y económico, puntualizó.
El especialista anunció que próximamente se van a diversificar los senderos de visitas en la provincia, como recientemente se hizo con el Delta del río Cauto, y se agregarán otros como el escalamiento al Pico La Bayamesa, punto más elevado de la geografía granmense, con mil 730 metros sobre el nivel del mar.
Bayamo es una ciudad que podemos aprovechar para hacer estancia y disfrutar de todos los destinos turísticos de la provincia, aseguró el delegado del Ministro de Turismo en Granma, Ramón Cereijo Barrero.
Recientemente, señaló, se celebró Turnat (evento de turismo de naturaleza) y pudimos demostrar que Bayamo es enlace con otras provincias orientales, porque geográficamente estamos casi en el centro del oriente cubano.
Destacó que desde Bayamo se pueden visitar productos históricos y naturales del territorio, como pueden ser Santo Domingo, desde donde se visita la Comandancia General del Ejército Rebelde, el Pico Turquino, y también el municipio de Guisa que tiene atractivos históricos y naturales maravillosos.
Para ello, apuntó, este municipio debe mejorar el confort de sus instalaciones (operadas por la cadena hotelera Islazul) y perfeccionar las ofertas, aún cuando subrayó que ya están listos para convertir a Bayamo en una ciudad de estancia, donde el visitante pueda disfrutar de la vida cultural, excelente gastronomía, tradiciones y épica historia.
Cereijo resaltó la favorable inserción del sector no estatal, a partir del impulso dado en octubre de 2010 al trabajo por cuenta propia, el cual puede ejecutarse en más de 200 modalidades, entre ellas, servicios gastronómicos y de arrendamiento de viviendas.
Ejemplificó con un grupo de restaurantes o de las llamadas paladares que prestan un servicio de excelencia, rescatan la gastronomía regional y ofertan, a la par de comida internacional, productos genuinos del territorio.
Además, dijo, las casas de renta han aumentado significativamente en Bayamo y constituyen un complemento a la oferta turística de la provincia.
Con su rica historia, calles coloniales, deslumbrantes parajes naturales, variedad culinaria y la hospitalidad y calor de sus gentes, la segunda villa de Cuba, a la vuelta de 500 años, constituye un atractivo de indiscutible valor para cualquier ciudadano del mundo.
*Periodista de la redacción Económica de Prensa Latina.
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