Hace ya cincuenta años, se produjo la invasión de la República de Cuba por miles de mercenarios entrenados, equipados, financiados, transportados y dirigidos por el gobierno norteamericano. La aún joven revolución, bajo la brillante conducción de su Comandante en Jefe, Fidel Castro, infligió la primera y humillante derrota militar, política y moral en América Latina al más grande y poderoso imperio que ha conocido la historia de la humanidad.