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General: De España , la gloriosa : Un comunista llamado Picasso
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 18/11/2013 04:41 |
Un comunista llamado Picasso
Escrito por Antonio Tellado Viernes 25 de Octubre de 2013
Frecuentemente se organizan desde el poder actos para homenajear a destacados personajes del arte y de la cultura con el fin de utilizarlos como una actividad más en su política propagandística. Eso ha venido ocurriendo con Antonio Machado, Miguel Hernández, Federico García Lorca, y naturalmente con Pablo Ruiz Picasso.
En todos los casos se reelabora su biografía para ofrecer el retrato de un personaje que nada tiene que ver con el que fue en la realidad ni con lo que su obra representó para la cultura. En el caso de Picasso el mundo cultural de Málaga, su tierra natal, nos presenta una imagen de él edulcorada, olvidando deliberadamente la propia historia de la relación de la ciudad con el pintor, además de silenciar, como si no hubiera tenido ninguna importancia, su compromiso social y político.
Un ejemplo de ello fue la inauguración en 2003 del Museo Picasso Málaga, acto en el que se dio cita la extensa fauna de personajes y personajillos conservadores y horteras de la ciudad y de otras latitudes. Todo se hizo bajo la presidencia del Rey de España a mayor gloria de la casta de elegidos por la fortuna y de los valores establecidos, mientras al pueblo se le otorgaba el viejo papel de aplaudidor desde las aceras. No importó para nada que el pintor durante toda su vida abominara de ese tipo de gente y de sus ideas políticas y estéticas. Nadie quiso recordar que en su última estancia en Málaga viviera experiencias nada agradables con la sociedad conservadora que representaban sus parientes y el círculo social con el que éstos se relacionaban, para los que Pablo era, sin duda, un don nadie merecedor del mayor de los desprecios. Nunca más volvería a la ciudad. Ni tampoco del desaire de las llamadas fuerzas vivas de la ciudad en los años sesenta, que frustraron con sus desplantes y su negativa a que su obra viniera a Málaga –A Picasso ni caso- la posibilidad de la creación del museo en vida del autor. La sociedad conservadora de nuestros días –Alcalde, concejales, academiquillos…etcétera, todos ellos presididos por el Rey-, inauguraron, exaltaron y cantaron loas al artista, pero eso sí, presentándolo como uno más de ellos, al borrar de su biografía lo que chocaba con la sensibilidad ultraconservadora.
Pero no fue Picasso el pintor decorativo que parece desprenderse de esos actos, ni tuvo nada que ver con el tipo de pintura edulcorada y halagadora del modelo, tan querida por esas mismas instancias e instituciones, sino que su arte fue la negación de esa pintura y sus autores, así como del mal gusto de una clientela amante del academicismo, que, dicho sea de paso, era idéntica a la que hoy organiza actos en su honor. Porque Picasso fue un ferviente defensor de la República, a la que ayudó con su arte, acrecentando sus logros estéticos, precisamente en los momentos dramáticos en los que el pintor debió de vivir intensamente las noticias que llegaban de una guerra en la que el fascismo acababa con las libertades a sangre y fuego. Al producirse, el 26 e abril de 1937, el bombardeo de la villa de Guernica, que conmovió al mundo, en la mente del artista empezó a gestarse una obra que pudiera representar el drama del pueblo español. El 1º de mayo, a menos de una semana de los sucesos, ya realizó el primer esbozo del cuadro, en el que aparecían el toro, el caballo herido y la lámpara encendida que finalmente acabarían formando parte esencial del Guernica. Con anterioridad, en enero de 1937, había comenzado una serie de grabados que luego fueron vendidos en beneficio de los republicanos españoles: El sueño y la mentira de Franco.
Pero veamos qué era lo que el propio Picasso dijo de su pintura y que nunca encontramos reproducido en esos abundantes homenajes y celebraciones:
“¿Creéis acaso que un artista es un imbécil que sólo tiene ojos si es pintor, oídos si es músico, una lira dentro del corazón si es poeta, o también, si es boxeador, solamente músculos? Al contrario, al mismo tiempo es un hombre político, constantemente alertado ante los desgarradores, ardientes o deleitosos acontecimientos del mundo, que de ningún modo le dejan indiferente.” “La pintura no está hecha para decorar los apartamentos. La pintura es un instrumento de guerra ofensiva y defensiva contra el enemigo.” “Yo no he pintado la guerra porque no soy de esos pintores que como un fotógrafo, van a la búsqueda de un tema. Pero no cabe duda de que en los cuadros que pinté entonces, existe la guerra. Quizá más tarde un historiador demuestre que mi pintura cambió bajo el influjo de ésta.” “Mi adhesión al Partido Comunista es la consecuencia lógica de toda mi vida y toda mi obra, Y orgullosamente lo digo. Nunca consideré la pintura como un arte de adorno ni de distracción; por medio del dibujo y el color quise, puesto que éstas son mis armas, avanzar siempre en el conocimiento de los hombres y del mundo.” “He venido al comunismo como se va a la fuente.” Ese, y no otro, era el genial pintor, un republicano y un comunista, aunque ellos, los conservadores y horteras, quieran alterar su biografía, para hacer pasar de matute un Picasso falso.
Fuente: El blog de Antonio Tellado (http://palabbbras.blogspot.com.es/2013/10/un-comunista-llamado-picasso.html).
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Luis Buñuel
Nombre completo:
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Luis Buñuel Portolés
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Lugar de nacimiento:
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Calanda, provincia de Teruel, Aragón, España
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Fecha de nacimiento:
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22 de febrero de 1900
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Fecha de fallecimiento:
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29 de julio de 1983 (otras fuentes: 30 de julio)
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Comentario Filmografía Literatura sobre Luis Buñuel Películas sobre Luis Buñuel Luis Buñuel en WWW
Comentario: A Luis Buñuel le gustaba jugar con la idea de que la casualidad fue la que lo trajo a México en 1946. Exiliado en los Estados Unidos desde el triunfo del franquismo en España, el realizador de La edad de oro (1930) trabajaba en el Museo de Arte Moderno (MOMA) de Nueva York como colaborador de un comité de propaganda anti-nazi destinado a los países de América Latina. Decidido a establecerse en América, Buñuel estaba a punto de adquirir la ciudadanía norteamericana cuando se vio sin trabajo debido a una indiscreción cometida por su antiguo amigo Salvador Dalí.
En su libro "La vida secreta de Salvador Dalí", publicado en aquellos momentos, el pintor catalán calificaba a Buñuel de ateo. Un periodista del "Motion Pictures Herald" tomó esta declaración como base para atacar a Buñuel en un artículo en el que advertía sobre el peligro que significaba la presencia de tan escandaloso personaje en una institución cultural tan prestigiada como el MOMA. En cierto modo, lo ocurrido era más grave que una acusación de comunismo. Ante las presiones, Buñuel prefirió renunciar a su trabajo.
Sin dinero ni proyectos, Buñuel acudió a una cena en casa del cineasta René Clair en la que se encontró con Denise Tual, viuda del intérprete de Un perro andaluz (1928). Tual tenía el proyecto de producir en Francia una versión fílmica de "La casa de Bernarda Alba" de García Lorca y propuso a Buñuel que la dirigiese. Aunque reticente en un principio, el cineasta terminó aceptando el proyecto y comenzó a preparar su retorno detrás de la cámara.
Como la productora tenía que regresar a París pasando por México, Buñuel la acompañó sin imaginarse que ese primer viaje suyo a un país latinoamericano cambiaría su vida para siempre. Tras cancelarse el proyecto de filmación, el cineasta se encontró en un país extraño que lo recibió con los brazos abiertos. En una reunión, Buñuel conoció al escritor Fernando Benítez, entonces asistente del secretario de gobernación del régimen de Miguel Alemán. Conocedor de su obra, Benítez invitó a Buñuel a quedarse en México y le concertó una cita con el ministro, quien le reiteró la invitación. De esta manera, en unos cuantos días, Luis Buñuel se encontraba a punto de dirigir la primera de las veintiún cintas que filmaría en nuestro país.
Denise Tual lo había presentado con Óscar Dancigers, un productor francés que había emigrado a México huyendo de la persecución nazi. Aclimatado en la pujante industria de la época de oro, Dancigers estaba preparando la producción de Gran Casino (1946), filme con el que debutaría en México la estrella argentina Libertad Lamarque. Esta cinta, primera dirigida por Buñuel en México, resultaría ser un enorme fracaso y la causante de que no volviese a dirigir en tres años.
A los 49 años, el realizador aragonés estaba a punto de olvidarse del cine cuando el mismo Dancigers le pidió que se hiciera cargo de la dirección de El gran calavera (1949) un vehículo comercial para el lucimiento de Fernando Soler. El éxito de esta comedia sin pretensiones -aunque llena de detalles buñuelianos- animó a Dancigers a aceptar el proyecto de Los olvidados (1950), un filme más personal y arriesgado que levantó ámpulas entre periodistas e intelectuales mexicanos al mismo tiempo que consagró al cineasta en el panorama internacional.
Diversas biografías y estudios sobre la obra de Luis Buñuel tienden a concentrarse en su espléndida etapa final -los filmes franceses producidos por Serge Silberman- y en sus primeros años de militancia surrealista, menospreciando la etapa mexicana de su filmografía. Este período de la obra de Luis Buñuel contiene, al menos, tres obras maestras y casi una decena de filmes más que importantes. También ha sido común afirmar que Buñuel no tuvo muchas oportunidades de hacer un "mejor cine" en países con más recursos económicos, pero es interesante señalar que durante su estancia en México realizó al menos cinco coproducciones con Francia, España y los Estados Unidos, además de un filme producido totalmente en Francia.
Quizás el detalle más significativo alrededor de estas apreciaciones radique en la decisión tomada por Buñuel de nacionalizarse mexicano en 1949. A pesar de que en sus años más gloriosos tuvo diversas oportunidades de trasladarse a vivir en otros sitios, Buñuel continuó siendo fiel a su modesta casa de la colonia del Valle de la Ciudad de México, en la que vivió hasta los 83 años.
Hace poco tiempo, tras el fallecimiento de la viuda del cineasta, la familia Buñuel tomó la decisión de donar una gran cantidad de objetos personales de don Luis al estado español. Antes de su partida hacia Madrid, las fotografías, guiones originales, manuscritos y demás recuerdos del genial director fueron exhibidos en el Palacio de Bellas Artes de la capital mexicana. Para quienes aprendimos a amar al cine a través de las imágenes filmadas por Buñuel fue doloroso ver, por primera y quizás por última vez, un trozo de la historia del cine mexicano que por razones poco conocidas no pudo conservarse en nuestra tierra.
Sin embargo, los cinéfilos mexicanos recibimos de Luis Buñuel un legado más valioso: sus imágenes, las cuales nunca se podrán ir de nuestra pantalla interior. Esas imágenes, inolvidables al tiempo que efímeras, poseen la naturaleza que don Luis le atribuía a la libertad:
"No eres libre como imaginas. Tu libertad no es más que un fantasma que va por el mundo con un manto de niebla. Cuando tratas de asirla se te escapa sin dejarte más que un rastro de humedad en los dedos."
Filmografía:
etapa final (1964-1977):
- Cet obscur objet du désir (Ese obscuro objeto del deseo) (1977) .... director, guionista y editor (producción franco-española)
- Le fantôme de la liberté (El fantasma de la libertad) (1974) .... director, guionista y encargado de efectos sonoros (producción francesa)
- Le charme discret de la bourgeoisie (El discreto encanto de la burguesía) (1972) .... director y guionista (producción franco-hispano-italiana)
- Tristana (1970) .... director, guionista y editor (producción hispano-franco-italiana)
- La voie lactée (La vía láctea) (1969) .... director, guionista y editor (producción franco-italiana)
- Belle de jour (Bella de día) (1966) .... director y guionista (producción franco-italiana)
- Le journal d'une femme de chambre (El diario de una recamarera) (1964) .... director y guionista (producción franco-italiana)
etapa mexicana (1946-1964):
- Simón del desierto (1964) .... director, guionista y editor (mediometraje)
- El ángel exterminador (1962) .... director, guionista y editor
- Viridiana (1961) .... director, guionista y editor (coproducción con España)
- La joven (The Young One) (1960) .... director, guionista y editor (coproducción con los Estados Unidos)
- Los ambiciosos (La fièvre monte à El Pao) (1959) .... director y guionista (adaptación) (versiones en español y francés) (coproducción con Francia)
- Nazarín (1958) .... director, guionista y editor
- La muerte en este jardín (La mort en ce jardin) (1956) .... director, guionista y editor (coproducción con Francia)
- Cela s'appelle l'aurore (Eso se llama la aurora) (1955) .... director, guionista y editor (producción franco-italiana)
- Ensayo de un crimen (1955) .... director, guionista y editor
- El río y la muerte (1954) .... director, guionista y editor
- Abismos de pasión (1953) .... director, guionista y editor
- La ilusión viaja en tranvía (1953) .... director y editor
- Él (1952) .... director, guionista y editor
- El bruto (1952) .... director, guionista y editor
- Robinson Crusoe (Adventures of Robinson Crusoe) (1952) .... director, guionista y editor (coproducción con los Estados Unidos)
- La hija del engaño (1951) .... director y compositor
- Una mujer sin amor (1951) .... director
- Subida al cielo (1951) .... director, guionista y editor
- Los olvidados (1950) .... director, guionista y editor
- Si usted no puede, yo sí (1950) .... guionista
- Susana (Carne y demonio) (1950) .... director, guionista y editor
- El gran calavera (1949) .... director y editor
- Gran Casino (1946) .... director, guionista y editor
primera etapa (1928-1937):
- Madrid 1936 (España leal en armas) (1936) .... realizador del montaje (documental) (producción española en el exilio)
- ¡Centinela, alerta! (1936) .... productor ejecutivo (producción española)
- ¿Quién me quiere a mí? (1936) .... productor ejecutivo (producción española)
- Don Quintín el amargao (1935) .... productor ejecutivo (producción española)
- La hija de Juan Simón (1935) .... productor ejecutivo (producción española)
- Las Hurdes (Tierra sin pan) (1932) .... director, guionista y editor (cortometraje documental) (producción española)
- L'ge d'or (La edad de oro) (1930) .... director, guionista, editor y musicalizador (mediometraje) (producción francesa)
- Un chien andalou (Un perro andaluz) (1928) .... director, guionista, editor y musicalizador (cortometraje) (producción francesa)
como actor o intérprete:
- El náufrago de la calle de la Providencia (México, 1971) .... intérprete (mediometraje documental)
- En este pueblo no hay ladrones (México, 1965) .... actor
- Llanto por un bandido (España, 1964) .... actor
Literatura sobre Luis Buñuel: AUB, Max (1984). Conversaciones con Buñuel. Madrid: Aguilar, S. A. de Ediciones. ISBN: 84-03-09195-8. ÁVILA Dueñas, Iván Humberto (1994). El cine mexicano de Luis Buñuel: estudio analítico de los argumentos y personajes. México: IMCINE/CONACULTA. ISBN: 968-29-6205-6. BUÑUEL, Luis y Julio Alejandro (1995). Viridiana, guión de la película. Madrid: Alma-Plot Ediciones, S. A. ISBN: 84-86702-35-6. BUÑUEL, Luis (1982). Mi último suspiro. Barcelona: Plaza & Janés, S. A. Editores. ISBN: 84-01-34074-8. Publicado originalmente con el título de Mon dernier soupir (Paris: Éditions Robert Laffont. ISBN: 2-221-00920-7) BUÑUEL, Luis (1978). La vía láctea, guión de la película. México: Cineclub ERA. BUÑUEL, Luis (1977). Un perro andaluz y La edad de oro, guiones de las películas. México: Cineclub ERA. BUÑUEL, Luis (1976). Tristana, guión de la película. Barcelona: Aymá, S. A. Editora. ISBN: 84-209-1244-1. CIUK, Perla (2000). Diccionario de directores del cine mexicano. México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) y Cineteca Nacional. ISBN: 970-18-5590-6 COLINA, José de la y Tomás Pérez Turrent (1986). Luis Buñuel: prohibido asomarse al interior. México: Joaquín Mortiz Planeta. ISBN: 968-27-0215-1. Publicado en España con el título de Buñuel por Buñuel (Madrid: Plot Ediciones, S. A., 1993. ISBN: 84-86702-20-8) PÉREZ Turrent, Tomás (1995). Luis Buñuel in Mexico. En Paranaguá, Paulo Antonio [Ed.]. Mexican Cinema. London: British Film Institute (BFI) Publishing in association with IMCINE and CONACULTA. ISBN: 0-85170-516-2
Películas sobre Luis Buñuel: RIVA, Juan Antonio de la (2001). Luis Buñuel en México. México: Editorial Clío. Serie México Siglo XX: El espectáculo. (documental). LÓPEZ-LINARES, José Luis y Javier Rioyo (2000). A propósito de Buñuel. México-España-Francia-Estados Unidos. (documental).
Luis Buñuel en WWW: El ojo de Buñuel Homenaje y ciclo de Cinema 16 dedicado al Genio de Calanda ¡No se lo pierda! Azteca Films En español. Biografía detallada y filmografía. Luis Buñuel Portolés: Realizador cinematográfico En español. Breve pero interesante biografía con información poco difundida, extraida de la Gran Enciclopedia Aragonesa. Luis Buñuel En español. Breve biografía. Luis Buñuel En español. Otra breve biografía y recuento filmográfico. La música de Buñuel En español. Interesante artículo sobre el uso de la música en los filmes de Buñuel. The Internet Movie Database En inglés. Biografía y filmografía (incompleta). DEEP FOCUS: Luis Bunuel En inglés. Breve biografía. Luis Buñuel En inglés. Biografía con información tomada de la Enciclopedia Británica. LUIS BUNUEL En francés. Brevísimo comentario dentro de un sitio dedicado a los grandes cineastas franceses. Dali& Bunuel, un Chien Andalou En holandés. Breve análisis del filme. Incluye fotos. Dali& Bunuel, L'Age d'Or En holandés. Breve análisis del filme. Incluye fotos.
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Biografía y discursos de Dolores Ibárruri "La Pasionaria"
Por Eduardo Palomar Baró.
Breve biografía de Dolores Ibárruri Gómez |
Nació en la población vizcaína de Gallarta (en la actualidad desplazada de su ubicación original por una explotación minera) perteneciente al municipio de Abanto y Ciérvana (Vizcaya) el 9 de diciembre de 1895, en el seno de una familia minera. Su padre Antonio Ibárruri era un obrero con ideología carlista de procedencia vasca y su madre Dolores Gómez era de procedencia castellana. Suscribieron a la nacida con el nombre de Isidora, pero para su progenitora lo que decía el Registro Civil era un papel sin importancia por lo que decidió llamarla con su nombre. Fue la octava de once hijos.
El ambiente familiar, las lecturas piadosas y su fortísimo carácter favorecieron una devoción religiosa que la llevó a las puertas del convento. Fue siempre vestida de negro.
En 1910 se ve obligada por las condiciones económicas a abandonar los estudios. Había superado ya el curso preparatorio para ingresar en la Escuela Normal de Maestras y realizar estudios de magisterio, comenzando a trabajar de costurera y sirvienta.
Se casó en 1916 con un minero socialista llamado Julián Ruiz Gaviña, con quien estaría casada 17 años, y se traslada a Somorrostro. Aficionada a la lectura y aprovechando la condición de líder minero socialista de su marido, comenzó a adquirir conocimientos de marxismo, que cuestionaron su educación tradicionalista y católica. Dolores asumió la doctrina marxista como una herramienta ideológica idónea para luchar a favor de la “liberación de la clase obrera”.
Participó con su marido en la huelga general de 1917. Estando integrada en la agrupación socialista de Somorrostro, lo acompañó en la escisión pro comunista del PSOE en 1919 desde la que, en 1920, participó en la fundación del Partido Comunista Español, entrando en el Comité Provincial de Vizcaya, que al año siguiente se uniría al Partido Comunista de España.
Su matrimonio no fue muy feliz, debido a que él pasaba la mayor parte del tiempo en diligencias o en la cárcel.
En 1919, quedó impresionada por el triunfo de la Revolución Bolchevique en Rusia.
En 1922 es elegida delegada del I Congreso del PCE y empieza a escribir en La Bandera Roja, periódico comunista editado en Bilbao.
Desde el comienzo ocupó puestos de responsabilidad dentro del Partido, siendo detenida en numerosas ocasiones. Llegó a formar parte de su Comité Central en 1930 y al año siguiente se presentó a las elecciones a Cortes Constituyentes, siendo derrotada su candidatura. En 1931 se trasladó a Madrid para trabajar en la redacción del periódico del Partido, Mundo Obrero. Es detenida y va a la cárcel.
En el IV Congreso del PCE, celebrado en Sevilla en 1932 es elegida miembro del Buró Político y poco después es detenida por segunda vez y procesada. En 1933 realiza su primer viaje a la URSS.
Preside el I Congreso de la Organización de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo de España.
Tuvo seis hijos: Ester (1916-1919); Rubén (1920-1942) Teniente Mayor del Ejército Rojo que murió en combate en la II Guerra Mundial en la Batalla de Stalingrado, el 14 de septiembre de 1942; Amagoia, Azucena y Amaya (trillizas nacidas en 1923, de las que Amagoia murió al poco de nacer y Azucena a los dos años) y Eva (1928, que murió a los tres meses).
Fue afirmando su vocación política y encauzándola a través del periodismo de partido. El Minero Vizcaíno y La Lucha de Clases fueron los escaparates del pseudónimo Pasionaria, que eligió ella misma porque su primer artículo salió durante la Semana de Pasión de 1918.
Fue encarcelada varias veces debido a sus fuertes y punzantes discursos y a su activa militancia en las manifestaciones comunistas. Poco tiempo después se destacó en el Congreso de los Diputados de la II República como diputada del Partido Comunista por Asturias.
En 1934, después de la Revolución de Octubre, viaja a Asturias en solidaridad con los presos políticos y en 1935 asiste al VII Congreso de la IC y es elegida suplente del Comité Ejecutivo de la misma.
En las elecciones de febrero de 1936 fue elegida diputada del Frente Popular por Asturias. Desde ese día, hasta el inicio de la guerra civil, libera a los presos de la cárcel de Oviedo. Pronuncia un discurso en el homenaje a los amnistiados y víctimas de la represión de Octubre, celebrado en la Plaza de Toros de Madrid.
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Historia de amor-rencor con Francisco Antón
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Mantuvo una relación amorosa con Francisco Antón, un hombre 17 años menor que ella. Esta relación fue una revolución en el ámbito privado, puesto que las mujeres de esa época no solían tener amantes, menos las de clase baja, y se volvía más inconcebible aún para los hombres con quienes militaba, que el amante fuera mucho menor que ella. Es curioso que tanto desde el socialismo como desde el comunismo le pidieran como condición para seguir militando que le abandonara.
Fue una gran historia de amor y rencor de La Pasionaria hacia Francisco Antón. Lo convirtió en super-comisario político, por el que se enfrentó con Indalecio Prieto para que no fuera a pelear al frente y al que promocionó hasta la cúpula del Partido Comunista de España (PCE).
Terminada la guerra, Antón fue atrapado en Francia por los nazis, pero La Pasionaria consiguió que Stalin se lo reclamara a Hitler y volviera a sus brazos en Moscú. Mantuvieron relaciones durante una década. Pero cuando Dolores pasaba de 50 él no tenía 40, y además ella tuvo problemas de salud y se separaron.
Por aquel entonces, Francisco Antón se había enamorado en Francia de una chica muy joven y guapa. Tuvieron familia –una hija nació subnormal– y pareció que, simplemente, su historia había terminado. Pero no fue así.
Cuando fracasaron por completo las guerrillas, Pasionaria siguió siempre con su táctica habitual de culpar a alguien de haber hecho mal lo que ella había pensado bien.
Todas las purgas del PCE, encabezadas finalmente por Pasionaria, son iguales. Alguien es un obstáculo, por listo o por tonto. La dirección, con Dolores al frente, carga contra él. Si los rusos no lo respaldan, lo aplastan. Si ella se da cuenta de que la URSS puede no estar de acuerdo, pacta en secreto con los rebeldes y carga contra sus compañeros de la víspera.
La venganza contra Antón fue algo especial. Primero lo hizo culpable, junto a Santiago Carrillo, del fracaso del Partido en el interior. Carrillo defendió a Antón pero, viendo que nada detendría a Dolores, traicionó a su compañero de París y pasó a acusarlo de las peores fechorías. Llamado a Moscú, Antón acepta su derrota y suscribe una humillante autocrítica. Dolores no está satisfecha. Quiere que se le acuse de más delitos. Antón se arrastra y se acusa de todo. Pero no es suficiente. En Checoslovaquia tiene que trabajar hasta 20 horas diarias, con su joven esposa que no puede atender a la hijita subnormal, pero la antigua amante es implacable.
Cuando Antón ha reconocido hasta el número de sus víctimas en el partido durante años, es cuando Dolores revela para sorpresa de todos algo que sólo podía conocer por su intimidad con él: que su padre pertenecía a un organismo policial. Vuelta a confesar y arrastrarse. Y para rematarlo del todo –pues eso acarreaba la liquidación física–, Dolores lo acusa finalmente de ser un agente extranjero.
Todo esto se hace en la cúpula del PCE, sin que se entere la base. Nadie puede preguntar por qué, si Pasionaria sabía que era un hijo de policía y un agente capitalista, se calló durante tantos años, mientras dormía con él. Pero Líster, Uribe, Carrillo y demás estaban dispuestos a liquidar a Antón. Lo salvó la muerte de Stalin.
Dolores Ibárruri trabajó para derribar a Largo Caballero y luego a Prieto, cuando pidió públicamente, y obtuvo, la ilegalización del POUM, con el encarcelamiento de su dirección, la tortura y asesinato de Nin y la calumnia póstuma.
Preconizó la resistencia a ultranza contra Franco, como quería Stalin, aunque ella huyó por avión con la dirección del Partido sin haber facilitado un éxodo menos horrible ni preparado una mínima estructura de resistencia.
Inmediatamente después, ensalzó el pacto nazi-soviético y glosó el reparto y represión de Polonia entre Stalin y Hitler. Algunos se lo recordaron cuando murió su hijo Rubén en Stalingrado. Pero ella siguió apoyando con entusiasmo las masacres de los demócratas alemanes, checos o húngaros por la policía y el ejército soviéticos.
Exiliada de lujo en Moscú, nada hizo imprevisible o que pusiera en riesgo sus prebendas.
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Dolores Ibárruri en la guerra civil y en su exilio.
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Figura relevante durante la Guerra Civil, fue elegida vicepresidenta de las Cortes Republicanas en 1937. Durante este período se convirtió en un mito para una parte de España, siendo famosa por sus arengas en favor de la causa republicana. Suyo fue el lema «¡No pasarán!», acuñado durante la defensa de Madrid. Se opuso a la capitulación del coronel Casado.
El 6 de marzo de 1939 huye en avión desde el aeródromo de Monóvar, cerca de Elda, hacia Orán y París, en compañía de Juan Negrín, Rafael Alberti, Enrique Líster entre otros destacados miembros del Gobierno, del mundo de la cultura y de la cúpula del PCE.
Asiste en la capital de Francia a la primera reunión de la Comisión Permanente de las Cortes en el exilio.
Dirige la Radio España Independiente-Estación Pirenaica. En su etapa de exilio tras el suicidio del Secretario General del PCE José Díaz Ramos, La Pasionaria fue escogida en su sustitución Secretaria General del PCE en 1942. Ejerció como máxima autoridad entre los miembros del PCE exiliados también en el mismo país. Su jerarquía y afinidad ideológica con los gobernantes de la URSS le permitió combatir la disidencia de criterios dentro del Partido Comunista de España en el exilio, haciendo uso de la NKVD soviética, es decir, detenciones, cárceles y campos de concentración para compatriotas españoles también exiliados.
En 1945 fija su residencia en Toulouse con la dirección del PCE. Al año siguiente se traslada a París. Dos años más tarde, viaja a Moscú para ser atendida de una enfermedad hepática, permaneciendo seis años en la capital de la URSS, puesto que en 1950 el PCE es ilegalizado en Francia.
En 1953 asiste a los funerales de Stalin. En el V Congreso del PCE, primero en el exilio, en Checoslovaquia en el año 1954, es confirmada en la Secretaría General. Al año siguiente, Radio España Independiente se traslada a Bucarest y La Pasionaria establece allí su residencia. De 1957 a 1960 su voz, desde la Pirenaica, alienta a los mineros asturianos y a los obreros españoles a la huelga.
En 1960 presentó su dimisión, para pasar a ocupar el cargo de Presidente del partido. La sustituyó en sus funciones Santiago Carrillo.
En 1965 celebra su 70 aniversario y es condecorada con la Orden de Lenin.
Fue miembro del Secretariado de la Internacional Comunista junto a Georgi Dimitrov, Palmiro Togliatti y Maurice Thorez, entre otros.
Manifestó su acuerdo con Moscú con ocasión de los diversos cismas dentro del movimiento comunista internacional. Sin embargo, sus viejas convicciones estalinistas no le impidieron condenar la invasión de Checoslovaquia en 1968.
Tras la muerte del Generalísimo Franco, volvió a España en 1977 y fue elegida de nuevo diputada por Asturias, y presidió la Mesa de Edad de las primeras Cortes democráticas, aunque su papel como política fue ya más simbólico que real.
Murió en Madrid el 12 de noviembre de 1989 y fue enterrada en el recinto civil del Cementerio de La Almudena de Madrid.
Cosas del destino: falleció el mismo mes y año de la caída del Muro de Berlín…
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Discurso en la sesión parlamentaria del 16 de junio de 1936. |
El 16 de junio de 1936 tuvo lugar una de las sesiones parlamentarias más dramáticas de toda la historia de España.
Fue José María Gil-Robles el que habló en primer lugar, relatando los gravísimos y diversos sucesos ocurridos en España desde el día 16 de febrero hasta el 15 de junio de 1936.
La diputada comunista Dolores Ibárruri contestó a la intervención de Gil-Robles y a la posterior de José Calvo Sotelo, en los siguientes términos:
¡Señores Diputados!
Por una vez, y aunque ello parezca extraño y paradójico, la minoría comunista está de acuerdo con la proposición no de ley presentada por el señor Gil Robles, proposición tendente a plantear la necesidad de que termine rápidamente la perturbación que existe en nuestro país; pero si en principio coincidimos en la existencia de esta necesidad, comenzamos a discrepar en seguida, porque para buscar la verdad, para hallar las conclusiones a que necesariamente tenemos que llegar, vamos por caminos distintos, contrarios y opuestos.
El Sr. Gil Robles ha hecho un bello discurso y yo me voy a referir concretamente a él, ya que al Sr. Calvo Sotelo le ha contestado cumplidamente el Sr. Casares, poniendo al descubierto los propósitos de perturbación que traía esta tarde al Parlamento con el deseo, naturalmente, de que sus palabras tuvieran repercusiones fuera de aquí, aunque por necesidad me referiré también en algunos casos concretos a las actividades del señor Calvo Sotelo.
Decía que el Sr. Gil Robles había pronunciado un bello discurso, tan bello y tan ampuloso como los que el Sr. Gil Robles acostumbraba a pronunciar cuando en plan de jefe indiscutible –esto no se lo reprocho– iba por aldeas y ciudades predicando la buena nueva del socialismo cristiano, la buena nueva de la justicia distributiva se tradujese en hechos de gobierno, cuando el Sr. Gil Robles participaba intensamente en él, tales como el establecimiento de los jornales católicos en el campo, de los jornales de 1,50 y de dos pesetas.
El Sr. Gil Robles, hábil parlamentario y no menos hábil esgrimidor de recursos oratorios, retóricos, de frases de efecto, apelaba a argumentos no muy convincentes, no muy firmes, tan escasos de solidez como la afirmación que hacía de la falta de apoyo por parte del Gobierno a los elementos patronales. Y al argüir con argumentos falsos, sacaba, naturalmente, falsas conclusiones; pero muy de acuerdo con la misión que quien puede le ha confiado en esta Cámara y que S.S., como los compañeros de minoría, sabe cumplir a la perfección, esgrimía una serie de hechos sucedidos en España, que todos lamentamos, para demostrar la ineficacia de las medidas del Gobierno, el fracaso del Frente Popular.
Su señoría comenzaba a hacer la relación de hechos solamente desde el 16 de febrero y no obtenía una conclusión, como muy bien le han dicho los señores Diputados que han intervenido; no obtenía la conclusión de que es necesario averiguar quiénes son los que han realizado esos hechos, porque el Sr. Gil Robles no ignora, por ejemplo, que, después de la quema de algunas iglesias, en casa de determinados sacerdotes se han encontrado los objetos del culto que en ocasiones normales no suelen estar allí.
No quiero hacer simplemente un discurso; quiero exponer hechos, porque los hechos son más convincentes que todas las frases retóricas, que todas las bellas palabras, ya que a través de los hechos se pueden sacar consecuencias justas y a través de los hechos se escribe la Historia. Y como yo supongo que el Sr. Gil Robles, como cristiano que es, ha de amar intensamente la verdad y ha de tener interés en que la Historia de España se escriba de una manera verídica, voy a darle algunos argumentos, voy a refrescarle la memoria y a demostrarle, frente a sus sofismas, la justeza de las conclusiones adonde yo voy a llegar con mi intervención.
Pero antes permítame S.S. poner al descubierto la dualidad del juego, es decir, las maniobras de las derechas, que mientras en las calles realizan la provocación, envían aquí unos hombres que, con cara de niños ingenuos vienen a preguntarle al Gobierno qué pasa y a dónde vamos.
¡Señores de las derechas! Vosotros venís aquí a rasgar vuestras vestiduras escandalizados y a cubrir vuestras frentes de ceniza, mientras, como ha dicho el compañero De Francisco, alguien, que vosotros conocéis y que nosotros no desconocemos tampoco, manda elaborar uniformes de la Guardia Civil con intenciones que vosotros sabéis y que nosotros no ignoramos, y mientras, también, por la frontera de Navarra, ¡Sr. Calvo Sotelo!, envueltas en la bandera española, entran armas y municiones con menos ruido, con menos escándalo que la provocación de Vera del Bidasoa, organizada por el miserable asesino Martínez Anido, con el que colaboró S.S. y para vergüenza de la República española, no se ha hecho justicia ni con él ni con S.S., que con él colaboró. Como digo, los hechos son mucho más convincentes que las palabras. Yo he de referirme no solamente a los ocurridos desde el 16 de febrero, sino un poco tiempo más atrás, porque las tempestades de hoy son consecuencia de los vientos de ayer.
¿Qué ocurrió desde el momento en que abandonaron el Poder los elementos verdaderamente republicanos y los socialistas? ¿Qué ocurrió desde el momento en que hombres que, barnizados de un republicanismo embustero, pretextaban querer ampliar la base de la República, ligándoos a vosotros, que sois antirrepublicanos, al Gobierno de España? Pues ocurrió lo siguiente: Los desahucios en el campo se realizaban de manera colectiva; se perseguía a los Ayuntamientos vascos; se restringía el Estatuto de Cataluña; se machacaban y se aplastaban todas las libertades democráticas; no se cumplían las leyes de trabajo; se derogaba, como decía el compañero De Francisco, la ley de Términos municipales; se maltrataba a los trabajadores, y todo esto iba acumulando una cantidad enorme de odios, una cantidad enorme de odios, una cantidad enorme de descontento, que necesariamente tenía que culminar en algo, y ese algo fue el octubre glorioso, el octubre del cual nos enorgullecemos todos los ciudadanos españoles que tenemos sentido político, que tenemos dignidad, que tenemos noción de la responsabilidad de los destinos de España frente a los intentos del fascismo.
Y todos estos actos que en España se realizaban durante la etapa que certeramente se ha denominado del «bienio negro» se llevaban a cabo, ¡Sr. Gil Robles!, no sólo apoyándose en la fuerza pública, en el aparato coercitivo del Estado, sino buscando en los bajos estratos, en los bajos fondos que toda sociedad capitalista tiene en su seno, hombres desplazados, cruz del proletariado, a los que dándoles facilidades para la vida, entregándoles una pistola y la inmunidad para poder matar, asesinaban a los trabajadores que se distinguían en la lucha y también a hombres de izquierda: Canales, socialista; Joaquín de Grado, Juanita Rico, Manuel Andrés y tantos otros, cayeron víctimas de estas hordas de pistoleros, dirigidas, ¡Sr. Calvo Sotelo!, por una señorita, cuyo nombre, al pronunciarlo, causa odio a los trabajadores españoles por lo que ha significado de ruina y de vergüenza para España y por señoritos cretinos que añoran las victorias y las glorias sangrientas de Hitler o Musolini.
Se produce, como decía antes, el estallido de octubre; octubre glorioso, que significó la defensa instintiva del pueblo frente al peligro fascista; porque el pueblo, con certero instinto de conservación, sabía lo que el fascismo significaba: sabía que le iba en ello, no solamente la vida, sino la libertad y la dignidad que son siempre más preciadas que la misma vida.
Fueron, ¡señor Gil Robles!, tan miserables los hombres encargados de aplastar el movimiento, y llegaron a extremos de ferocidad tan terribles, que no son conocidos en la historia de la represión en ningún país. Millares de hombres encarcelados y torturados; hombres con los testículos extirpados; mujeres colgadas del trimotor por negarse a denunciar a sus deudos; niños fusilados; madres enloquecidas al ver torturar a sus hijos; Carbayín; San Esteban de las Cruces; Villafría; La Cabaña; San Pedro de los Arcos; Luis de Sirval. Centenares y millares de hombres torturados dan fe de la justicia que saben hacer los hombres de derechas, los hombres que se llaman católicos y cristianos.
Y todo ello, ¡señor Gil Robles!, cubriéndolo con una nube de infamias, con una nube de calumnias, porque los hombres que detentaban el Poder no ignoraban en aquellos momentos que la reacción del pueblo, si éste llegaba a saber lo que ocurría, especialmente en Asturias, sería tremenda.
Cultivasteis la mentira; pero la mentira horrenda, la mentira infame; cultivasteis la mentira de las violaciones de San Lázaro; cultivasteis la mentira de los niños con los ojos saltados; cultivasteis la mentira de la carne de cura vendida a peso; cultivasteis la mentira de los guardias de Asalto quemados vivos. Pero estas mentiras tan diferentes, tan horrendas todas, convergían a un mismo fin: el de hacer odiosa a todas las clases sociales de España la insurrección asturiana, aquella insurrección que, a pesar de algunos excesos lógicos, naturales en un movimiento revolucionario de tal envergadura, fue demasiado romántico, porque perdonó la vida a sus más acerbos enemigos, a aquellos que después no tuvieron la nobleza de recordar la grandeza de alma que con ellos se había demostrado.
Voy a separar los cuatro motivos fundamentales de estas mentiras que, como decía antes, convergían en el mismo fin. La mentira de las violaciones, a pesar de que vosotros sabíais que no eran ciertas, porque las muchachas que vosotros dabais como muertas, y violadas antes de ser muertas por los revolucionarios, ellas mismas os volcaban a la cara vuestra infamia diciendo: «Estamos vivas, y los revolucionarios no tuvieron para nosotras más que atenciones.» ¡Ah!, pero esta mentira tenía un fin; esta mentira de las violaciones, extendida por vuestra Prensa cuando a la Prensa de izquierdas se la hacía enmudecer, tendía a que el espíritu caballeroso de los hombres españoles se pronunciase en contra de la barbarie revolucionaria. )
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Viene ...
Pero necesitabais más; necesitabais que las mujeres mostrasen su odio a la revolución; necesitabais exaltar ese sentimiento maternal, ese sentimiento de afecto de las madres para los niños, y lanzasteis y explotasteis el bulo de los niños con los ojos saltados. Yo os he de decir que los revolucionarios hubieron, de la misma manera que los heroicos comunalistas de París, siguiendo su ejemplo, de proteger a los niños de la Guardia Civil, de esperar a que los niños y las mujeres saliesen de los cuarteles para luchar contra los hombres como luchan los bravos: con armas inferiores, pero guiados por un ideal, cosa que vosotros no habéis sabido hacer nunca.
La mentira de la carne de cura vendida al peso. Vosotros sabéis bien –nosotros tampoco lo desconocemos– el sentimiento religioso que vive en amplias capas del pueblo español, y vosotros queríais con vuestras mentira infame ahogar todo lo que de misericordioso, todo lo que de conmiseración pudiera haber en el sentimiento de estos hombres y de estas mujeres que tienen ideas religiosas hacia los revolucionarios.
Y viene la culminación de las mentiras: los guardias de Asalto quemados vivos. Vosotros necesitabais que las fuerzas que iban a Asturias a aplastar el movimiento fuesen, no dispuestas a cumplir con su deber, sino impregnadas de un espíritu de venganza, que tuviesen el espolique de saber que sus compañeros habían sido quemados vivos por los revolucionarios. Allí convergían todas vuestras mentiras, como he dicho antes: a hacer odiosa la revolución, a hacer que los trabajadores españoles repudiasen, por todos estos motivos, el movimiento insurreccional de Asturias.
Pero todo se acaba, ¡Sr. Gil Robles!, y cuando en España comienza a saberse la verdad, el resultado no se hace esperar, y el día 16 de febrero el pueblo, de manera unánime, demuestra su repulsa a los hombres que creyeron haber ahogado con el terror y con la sangre de la represión los anhelos de justicia que viven latentes en el pueblo. Y los derrotados de febrero, aquellos que se creían los amos de España, no se resignan con su derrota y por todos los medios a su alcance procuran obstaculizar, procuran entorpecer esta derrota, y de ahí su desesperación, porque saben que el Frente Popular no se quebrantará y que llegará a cumplir la finalidad que se ha trazado.
Por eso precisamente es por lo que ellos en todos los momentos se niegan a cumplir los laudos y las disposiciones gubernamentales, se niegan sistemáticamente a dar satisfacción a todas las aspiraciones de los trabajadores, lanzándolos a la perturbación, a la que van, no por capricho ni por deseo de producirla, sino obligados por la necesidad, a pesar de que el Sr. Calvo Sotelo, acostumbrado a recibir las grandes pitanzas de la Dictadura, crea que los trabajadores españoles viven como vivía él en aquella época.
¿Por qué se producen las huelgas? ¿Por el placer de no trabajar? ¿Por el deseo de producir perturbación? No. Las huelgas se producen porque los trabajadores no pueden vivir, porque es lógico y natural que los hombres que sufrieron las torturas y las persecuciones durante la etapa que las derechas detentaron el Poder quieran ahora –esto es lógico y natural– conquistar aquello que vosotros les negabais, aquello para lo cual vosotros les cerrabais el camino en todos los momentos.
No tiene que tener miedo el Gobierno porque los trabajadores se declaren en huelga; no hay ningún propósito sedicioso contra el Gobierno en estas medidas de defensa de los intereses de los trabajadores, porque ellas no representan más que el deseo de mejorar su situación y de salir de la miseria en que viven.
Hablaban algunos señores de la situación en el campo. Yo también quiero hablar de la situación en el campo, porque tiene una ligazón intensa con la situación de los trabajadores de la ciudad, porque pone una vez más al descubierto la ligazón que existe entre los dueños de las grandes propiedades, que en el campo se niegan sistemáticamente a dar trabajo a los campesinos y consienten que las cosechas se pierdan, y estas Empresas, que como la de calefacción y ascensores, como la de la construcción, como todas las que se hallan en conflicto con sus obreros, se niegan a atender las reivindicaciones planteadas por los trabajadores.
Esto se liga a lo que yo decía antes: al doble juego de venir aquí a preguntar lo que ocurre y continuar perturbando la situación en la ciudad y en el campo.
Concretamente, voy a referirme a la provincia de Toledo, y al hablar de la provincia de Toledo reflejo lo que ocurre en todas las provincias agrarias de España. En Quintanar de la Orden hay varios terratenientes (y esto es muy probable que lo ignore el Sr. Madariaga, atento siempre a defender los intereses de los grandes terratenientes) que deben a sus trabajadores los jornales de todas las faenas de trabajo del campo.
¿Qué diría el Sr. Madariaga si en un momento determinado estos trabajadores de Quintanar de la Orden, como los de Almendralejo, como los de tantos otros pueblos de España, se lanzasen a cobrar lo que es suyo en justicia? ¡Ah! Vendría aquí a hablar de perturbaciones, vendría aquí a decir que el Gobierno no tiene autoridad, vendría aquí, como van viniendo ya con excesiva tolerancia de estos hombres, a entorpecer constantemente la labor del Gobierno y la labor del Parlamento.
Y que por parte de los grandes terratenientes, como por parte de las Empresas, hay un propósito determinado de perturbar, lo demuestra este hecho concreto que os voy a exponer.
En Villa de Don Fadrique, un pueblo de la provincia de Toledo, se han puesto en vigor las disposiciones de la reforma agraria, pero uno de los propietarios que se siente lastimado por lo que significa de justicia para el campesinado, que no ha conocido de la justicia más que el poder de los amos, de acuerdo con los otros terratenientes, había preparado una provocación en toda regla, una provocación habilísima, ¡señores de las derechas!, que vais a ver en lo que consistía y que demuestra la falsedad del argumento del Sr. Calvo Sotelo, cuando afirma que los terratenientes no pueden conceder a los trabajadores jornales superiores a 1,50.
Estos señores terratenientes con fincas radiantes en Villa de Don Fadrique, cuya cosecha está valuada en 10.000 duros, tenían el propósito de repartirla entre los campesinos de los pueblos colindantes, como Lillo, Corral de Almaguer y Villacañas. Esto, que en principio podrá parecer un rasgo de altruismo, en el fondo era una infame provocación; era el deseo de lanzar, azuzados por el hambre, a los trabajadores de un pueblo contra los de otros pueblos. Y que esto no es un argumento sofístico esgrimido por mi lo demuestra la declaración terminante del hermano de uno de las terratenientes delante de D. Mariano Gimeno, del alcalde y de la Comisión del Sindicato de Agricultores, que dijo textualmente: «Si mi hermano hubiera hecho lo que se había acordado, es decir, el reparto de la cosecha, a estas horas se habría producido el choque y esto había terminado».
Y es ahí, ¡Sr. Gil Robles!, y no en los obreros y en los campesinos, donde está la causa de la perturbación, y es contra los causantes de la perturbación de la economía española, que apelan a maniobras «non sanctas» para sacar los capitales de España y llevárselos al extranjero; es contra los que propalan infames mentiras sobre la situación de España, con menoscabo de su crédito; es contra los patronos que se niegan a aceptar laudos y disposiciones; es contra los que constante y sistemáticamente se niegan a conceder a los trabajadores lo que les corresponde en justicia; es contra los que dejan perder las cosechas antes de pagar salarios a los campesinos contra los que hay que tomar medidas. Es a los que hacen posible que se produzcan hechos como los de Yeste y tantos pueblos de España a los que hay que hacerles sentir el peso del Poder, y no a los trabajadores hambrientos ni a los campesinos que tienen hambre y sed de pan y de justicia.
¡Señor Casares Quiroga, Sres. Ministros!: ni los ataques de la reacción, ni las maniobras, más o menos encubiertas, de los enemigos de la democracia, bastarán a quebrantar ni a debilitar la fe que los trabajadores tienen en el Frente Popular y en el Gobierno que lo representa.
Pero, como decía el señor De Francisco, es necesario que el Gobierno no olvide la necesidad de hacer sentir la ley a aquellos que se niegan a vivir dentro de la ley, y que en este caso concreto no son los obreros ni los campesinos. Y si hay generalitos reaccionarios que, en un momento determinado, azuzados por elementos como el señor Calvo Sotelo, pueden levantarse contra el Poder del Estado, hay también soldados del pueblo, cabos heroicos, como el de Alcalá, que saben meterlos en cintura.
Y cuando el Gobierno se decida a cumplir con ritmo acelerado el pacto del Frente Popular y, como decía no hace muchos días el Sr. Albornoz, inicie la ofensiva republicana, tendrá a su lado a todos los trabajadores, dispuestos, como el 16 de febrero, a aplastar a esas fuerzas y a hacer triunfar una vez más al Bloque Popular.
Conclusiones a que yo llego: Para evitar las perturbaciones, para evitar el estado de desasosiego que existe en España, no solamente hay que hacer responsable de lo que pueda ocurrir a un Sr. Calvo Sotelo cualquiera, sino que hay que comenzar por encarcelar a los patronos que se niegan a aceptar los laudos del Gobierno.
Hay que comenzar por encarcelar a los terratenientes que hambrean a los campesinos; hay que encarcelar a los que con cinismo sin igual, llenos de sangre de la represión de octubre, vienen aquí a exigir responsabilidades por lo que no se ha hecho.
Y cuando se comience por hacer esta obra de justicia, ¡Sr. Casares Quiroga, Sres. Ministros!, no habrá Gobierno que cuente con un apoyo más firme, más fuerte que el vuestro, porque las masas populares de España se levantarán, repito, como en el 16 de febrero, y aun, quizá, para ir más allá, contra todas esas fuerzas que, por decoro, nosotros no debiéramos tolerar que se sentasen ahí.
ARRIBA
Llamamiento pronunciado por la Pasionaria en nombre del Partido Comunista ante los micrófonos del Ministerio de Gobernación, el 19 de julio de 1936.
¡Obreros! ¡Campesinos! ¡Antifascistas! ¡Españoles patriotas!... Frente a la sublevación militar fascista ¡todos en pie, a defender la República, a defender las libertades populares y las conquistas democráticas del pueblo!...
A través de las notas del gobierno y del Frente Popular, el pueblo conoce la gravedad del momento actual. En Marruecos y en Canarias luchan los trabajadores, unidos a las fuerzas leales a la República, contra los militares y fascistas sublevados.
Al grito de ¡el fascismo no pasará, no pasarán los verdugos de octubre!... los obreros y campesinos de distintas provincias de España se incorporan a la lucha contra los enemigos de la República alzados en armas. Los comunistas, los socialistas y anarquistas, los republicanos demócratas, los soldados y las fuerzas fieles a la República han infligido las primeras derrotas a los facciosos, que arrastran por el fango de la traición el honor militar de que tantas veces han alardeado.
Todo el país vibra de indignación ante esos desalmados que quieren hundir la España democrática y popular en un infierno de terror y de muerte.
Pero ¡NO PASARÁN!
España entera se dispone al combate. En Madrid el pueblo está en la calle, apoyando al gobierno y estimulándole con su decisión y espíritu de lucha para que llegue hasta el fin en el aplastamiento de los militares y fascistas sublevados.
¡Jóvenes, preparaos para la pelea!
¡Mujeres, heroicas mujeres del pueblo! ¡Acordaos del heroísmo de las mujeres asturianas en 1934; luchad también vosotras al lado de los hombres para defender la vida y la libertad de vuestros hijos, que el fascismo amenaza!
¡Soldados, hijos del pueblo! ¡Manteneos fieles al gobierno de la República, luchad al lado de los trabajadores, al lado de las fuerzas del Frente Popular, junto a vuestros padres, vuestros hermanos y compañeros! ¡Luchad por la España del 16 de febrero, luchad por la República, ayudadlos a triunfar!
¡Trabajadores de todas las tendencias! El gobierno pone en nuestras manos las armas para que salvemos a España y al pueblo del horror y de la vergüenza que significaría el triunfo de los sangrientos verdugos de octubre.
¡Que nadie vacile! Todos dispuestos para la acción. Cada obrero, cada antifascista debe considerarse un soldado en armas.
¡Pueblos de Cataluña, Vasconia y Galicia! ¡Españoles todos! A defender la República democrática, a consolidar la victoria lograda por el pueblo el 16 de febrero.
El Partido Comunista os llama a la lucha. Os llama especialmente a vosotros, obreros, campesinos, intelectuales, a ocupar un puesto en el combate para aplastar definitivamente a los enemigos de la República y de las libertades populares. ¡Viva el Frente Popular! ¡Viva la unión de todos los antifascistas! ¡Viva la República del pueblo! ¡Los fascistas no pasarán! ¡No pasarán!
ARRIBA
¡El pueblo español prefiere morir de pie a vivir de rodillas! |
Discurso pronunciado por la Pasionaria en un gran mitin de solidaridad con el pueblo español, celebrado en París, en el velódromo de Invierno, el 8 de septiembre de 1936
En misión oficial, una delegación del Frente Popular, integrada por Dolores Ibárruri, vicepresidente de las Cortes; Marcelino Domingo, dirigente de Izquierda Republicana; Salmerón, del Partido Federal; Luis Jiménez de Asúa, vicepresidente de las Cortes y miembro de la Comisión Ejecutiva del PSOE y por el ex ministro Antonio Lara, llegó a París para gestionar del Gobierno francés y de los partidos políticos y organizaciones de aquel país, ayuda para la República Española.
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¡Trabajadores de París! ¡Demócratas franceses!
Desde la España que lucha por su libertad y por la libertad de todos los pueblos, frente a la pérfida agresión de la reacción española y del fascismo internacional, venimos aquí, al París de la Comuna y de la Gran Revolución, a deciros en qué condiciones luchan nuestros combatientes, lucha y muere nuestro pueblo.
Venimos aquí en demanda de solidaridad para con la República Española, seguros de que nos ayudaréis; confiados en que vosotros, que tantas páginas de gloriosas luchas tenéis en vuestra historia, sabréis comprendernos, sabréis ayudarnos.
La sublevación del ejército ha dejado al gobierno republicano sin los más elementales medios de defensa. Pero al levantarnos a cerrar el paso al devastador torrente fascista, que arrasa nuestras villas, que destruye nuestras ciudades, no nos detuvimos a contar cuántos eran nuestros enemigos, ni pensamos tampoco en el desvalimiento en que la sublevación militar dejaba a la República, al privar a ésta de las armas fundamentales necesarias para su defensa.
Pensamos solamente, impulsados por un movimiento nacional, espontáneo, de dignidad, que ceder sin resistencia a la agresión sería innoble cobardía, que ni el pueblo ni la Historia podrían jamás perdonarnos.
Y sin ninguna vacilación, unidos en el mismo sentimiento y con la misma decisión de cerrar el paso al fascismo y defender la República y la democracia, comunistas, socialistas, republicanos, anarcosindicalistas y nacionalistas vascos, nos lanzamos a la lucha dispuestos a toda clase de sacrificios, porque no ignorábamos lo que el fascismo representa y de lo que es capaz la reacción española. La represión de Asturias es un ejemplo próximo y elocuente. Y no podíamos, sin abdicar de nuestra dignidad humana y española, ni someternos al degradante yugo fascista, ni poner mansamente la cabeza bajo el hacha del verdugo. Consciente de lo que nuestra lucha significa, el pueblo español prefiere morir de pie a vivir de rodillas.
Al lado de los rebeldes, apoyándolos en su agresión contra la República y contra el pueblo, participan fuerzas fascistas extranjeras, cuyos aviones bombardean las abiertas ciudades españolas.
Y mujeres y niños, víctimas inocentes del odio salvaje de la reacción española, caen para siempre, abatidos por la metralla enemiga, y pagan con su sangre y con su vida el delito de vivir en la España republicana, en la España que no acepta ser convertida en una cárcel fascista, en una base de agresión de la reacción internacional.
Hemos venido a Francia en representación del gobierno republicano y de los combatientes que en todos los frentes proclaman su voluntad de lucha, en defensa de la libertad de España, en defensa de la libertad de todos los pueblos, cuya suerte se decide en nuestra patria. Hemos venido a deciros a vosotros, heroicos descendientes de los combatientes de la Comuna, de los vencedores de la Bastilla, a deciros la profunda inquietud que ha producido en nuestro pueblo, en nuestros combatientes, en nuestro gobierno, la negativa del gobierno francés a vender armas al gobierno español, violando los acuerdos establecidos entre ambos y por los cuales el gobierno francés se comprometía a vender al español las armas que necesitaba para su defensa.
Se han cerrado las fronteras con España. Con ello se priva a los combatientes españoles de la posibilidad de resistir. Con ello se coloca al pueblo español ante el terrible dilema de entregarse cobardemente a los agresores o de aceptar sin posibilidad de resistencia, el exterminio por las bandas fascistas y reaccionarias de lo más joven, de lo más progresivo, de lo más combativo de nuestro pueblo. Y nosotros nos negamos a aceptar esta disyuntiva, que entrañaría el horror de la victoria del fascismo en España. Que entrañaría para el pueblo francés la amenaza de agresión de guerra del otro lado de los Pirineos.
¡Camaradas y amigos franceses! ¡Hombres y mujeres de la Francia de la Gran Revolución, de los Derechos del Hombre y de la Comuna! ¡Ayudadnos! ¡Ayudad a nuestro pueblo a defenderse! Exigid de vuestro gobierno que no nos coloque un dogal al cuello del pueblo español, que lucha por su libertad y por la vuestra.
¡Madres y mujeres de Francia! ¡No os pedimos que sacrifiquéis a vuestros hijos ni a vuestros hombres! Os pedimos solamente que nos ayudéis a hacer cambiar la decisión del gobierno francés que nos ata los pies y las manos frente a la agresión fascista.
Sobra a nuestro pueblo heroísmo, pero el heroísmo no basta. A las armas de los rebeldes hay que poder oponer fusiles, aviones, cañones. Defendemos la causa de la libertad y de la paz. Necesitamos aviones y cañones para nuestra lucha, para defender nuestra vida, nuestra libertad, para impedir que los sublevados ataquen nuestras ciudades abiertas, asesinen a nuestras mujeres y a nuestros niños. ¡Necesitamos armas para defender la libertad y la paz!
Y no olvidéis, y que nadie olvide, que si hoy nos toca a nosotros resistir a la agresión fascista, la lucha no termina en España. Hoy somos nosotros; pero si se deja que el pueblo español sea aplastado, seréis vosotros, será toda Europa la que se verá obligada a hacer frente a la agresión y a la guerra.
Ayudadnos a impedir la derrota de la democracia, porque la consecuencia de esta derrota sería una nueva guerra mundial, que todos estamos interesados en impedir y cuyos primeros combates se libran ya en nuestro país. ¡Por nuestros hijos y por los vuestros! ¡Por la paz y contra la guerra, exigid que se abran las fronteras! ¡Exigid que el gobierno francés cumpla sus compromisos con el gobierno republicano español! ¡Ayudadnos a tener las armas que necesitamos para defendernos! ¡El fascismo no pasará, no pasará, no pasará!
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Desde el Madrid inconquistable. |
Discurso pronunciado en el Monumental Cinema de Madrid, el 8 de noviembre de 1936.
Trabajadores, camaradas de Madrid:
Cuando los obuses del enemigo comienzan a batir las casas de nuestra ciudad; cuando sobre el cielo de la capital de la República vuelan los aviones facciosos, vertiendo metralla mortífera sobre mujeres y niños indefensos, parece increíble venir a celebrar un acto de esta naturaleza. Y esto no es necesario para levantar vuestro espíritu, que bien templado lo tenéis a través de días de lucha inenarrables, sino para deciros que estamos aquí y que nos hemos ido. Que estamos aquí junto a vosotros, como hemos estado siempre, y dispuestos también a cumplir con el deber de agradecer desde aquí, desde el Madrid inconquistable, a la Unión Soviética, al entrañable País Soviético, su solidaridad para con nuestro pueblo y su defensa de la República en Ginebra.
Desde aquel país nos dice el heroico pueblo soviético –que supo vencer no sólo al enemigo interior, sino también al enemigo exterior– y nos gritan mujeres: ¡Hermanos españoles, estamos con vosotros!
Gracias a esta solidaridad nos sentimos más seguros; no nos sentimos solos y podemos decirle al enemigo que ¡no pasará!
Es preciso que el mundo conozca el alto nivel moral de nuestro pueblo, que no se deja abatir por la superioridad enemiga.
Hemos dicho muchas veces que Madrid no se defiende sólo desde dentro, sino también desde fuera. Y no hace muchos días que el Partido Comunista publicó un llamamiento a todos los trabajadores, y principalmente a los comunistas, en este sentido. «Es necesario que el comunista –decía ese manifiesto– sea un soldado que organice, un comisario político que eduque y prepare a los combatientes; que sea el primero en la lucha y en el sacrificio.» Cumpliendo las decisiones de nuestro Comité Central, nos hemos desplazado a provincias, y no más tarde que ayer hemos recorrido las regiones de Levante, para demandar a los campesinos y trabajadores levantinos ayuda para Madrid, y ellos nos la han prometido, y han comenzado ya la organización del envío de víveres.
El hecho de que haya tantas mujeres en este mitin nos permite, sin temor a equivocarnos, proclamar con orgullo que no se ha extinguido la tradición heroica de las mujeres españolas, que en todos los momentos en que estuvo amenazada la integridad de la patria estuvieron junto a sus hombres y con ellos supieron luchar y morir. Y por ello nos sentimos profundamente orgullosos y seguros de la victoria. Porque una causa que defienden las mujeres y las madres, a pesar de los avatares de la lucha, será siempre una lucha victoriosa.
Desde esta misma tribuna dije que teníamos lo necesario para comenzar la ofensiva. Después, un día, os dije: Camaradas, hay que resistir los embates del enemigo, dos, tres, cuatro, ocho días, los que sean preciso. Habéis resistido, resistís y Madrid se ha hecho inconquistable.
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Discurso de "La Pasionaria" despidiendo y agradeciendo el apoyo prestado por las Brigadas Internacionales. 1 de Noviembre de 1938.
Hasta pronto hermanos:
Es muy difícil pronunciar unas palabras de despedida dirigidas a los héroes de las Brigadas Internacionales, por lo que son y por lo que representan.
Un sentimiento de angustia, de dolor infinito, sube a nuestras gargantas atenazándolas... Angustia por los que se van, soldados del más alto ideal de redención humana, desterrados de su patria, perseguidos por la tiranía de todos los pueblos...
Dolor por los que se quedan aquí para siempre, fundiéndose con nuestra tierra y viviendo en lo más hondo de nuestro corazón aureolados por el sentimiento de nuestra eterna gratitud.
De todos los pueblos y todas las razas, vinisteis a nosotros como hermanos nuestros, como hijos de la España inmortal, y en los días más duros de nuestra guerra, cuando la capital de la República española se hallaba amenazada, fuisteis vosotros, bravos camaradas de las Brigadas Internacionales, quienes contribuisteis a salvarla con vuestro entusiasmo combativo y vuestro heroísmo y espíritu de sacrificio.
Y Jarama y Guadalajara, y Brunete y Belchite, y Levante y el Ebro cantan con estrofas inmortales el valor, la abnegación, la bravura, la disciplina de los hombres de las Brigadas Internacionales.
Por primera vez en la historia de las luchas de los pueblos se ha dado el espectáculo, asombroso por su grandeza, de la formación de las Brigadas Internacionales para ayudar a salvar la libertad y la independencia de un país amenazado, de nuestra España.
Comunistas, socialistas, anarquistas, republicanos, hombres de distinto color, de ideología diferente, de religiones antagónicas, pero amando todos ellos profundamente la libertad y la justicia, vinieron a ofrecerse a nosotros incondicionalmente.
Nos lo daban todo; su juventud o su madurez o su experiencia; su sangre y su vida, sus esperanzas y sus anhelos... Y nada nos pedían. Es decir, sí: querían un puesto en la lucha, anhelaban el honor de morir por nosotros.
¡Banderas de España!... ¡Saludad a tantos héroes, inclinaos ante tantos mártires!...
¡Madres!... ¡Mujeres! Cuando los años pasen y las heridas de la guerra se vayan restañando; cuando el recuerdo de los días dolorosos y sangrientos se esfume en un presente de libertad, de paz y de bienestar; cuando los rencores se vayan atenuando y el orgullo de la patria libre sea igualmente sentido por todos los españoles, hablad a vuestros hijos; habladles de estos hombres de las Brigadas Internacionales.
Contadles cómo, atravesando mares y montañas, salvando fronteras erizadas de bayonetas, vigiladas por perros rabiosos deseosos de clavar en ellos sus dientes, llegaron a nuestra patria como cruzados de la libertad, a luchar y a morir por la libertad y la independencia de España, amenazadas por el fascismo alemán e italiano. Lo abandonaron todo: cariños, patria, hogar, fortuna, madre, mujer, hermanos, hijos y vinieron a nosotros a decirnos: ¡«Aquí estamos»!, vuestra causa, la causa de España es nuestra misma causa, es la causa de toda la humanidad avanzada y progresiva.
Hoy se van; muchos, millares, se quedan teniendo como sudario la tierra de España, el recuerdo saturado de honda emoción de todos los españoles.
¡Camaradas de las Brigadas Internacionales! Razones políticas, razones de Estado, la salud de esa misma causa por la cual vosotros ofrecisteis vuestra sangre con generosidad sin límites os hacen volver a vuestras patrias a unos, a la forzada emigración a otros. Podéis marcharos orgullosos. Sois la historia, sois la leyenda, sois el ejemplo heroico de la solidaridad y de la universalidad de la democracia, frente al espíritu vil y acomodaticios de los que interpretan los principios democráticos mirando hacia las cajas de caudales o hacia las acciones industriales que quieren salvar de todo riesgo.
No os olvidaremos, y cuando el olivo de la paz florezca, entrelazado con los laureles de la victoria de la República española, ¡volved!...
Volved a nuestro lado, que aquí encontraréis patria los que no tenéis patria, amigos, los que tenéis que vivir privados de amistad, y todos, todos, el cariño y el agradecimiento de todo el pueblo español, que hoy y mañana gritará con entusiasmo: ¡Vivan los héroes de las Brigadas Internacionales!
ARRIBA
Desfile de despedida de las Brigadas Internacionales. |
Tuvo lugar en Barcelona el 28 de octubre de 1938. Toda la Avenida del 14 de Abril (Diagonal) estaba engalanada con banderas rojas, republicanas y catalanas, pancartas en los árboles y farolas, con los nombres de los batallones de las Brigadas Internacionales, como el Rakosy, Garibaldi, Thaelmann, Lincoln, Henry Barbusse, etc. En la fachada de un edificio de la plaza Hermanos Badía había colgado un gran tapiz con el escudo de la España republicana, y unos carteles alegóricos con distintas inscripciones, en las que se leía, por ejemplo:
«Camaradas de las Brigadas Internacionales: Id y contad en vuestros países cómo se lucha aquí por la dignidad de Europa». «Las fuerzas del aire no olvidarán jamás a sus camaradas de lucha, los hombres de las Brigadas Internacionales –ciudadanos del mundo–, defensores de los verdaderos ideales de paz y de justicia». «El Cuerpo de Seguridad será el más firme puntal de las libertades, que con vuestra sangre habéis defendido en España, hermanos Internacionales». «A los que vinieron a luchar en España por la libertad de todas las patrias». «A los que merecen ser sus hijos España no los despide, les abraza. Y con la victoria que conseguirá les ofrece una patria libre y una tierra generosa».
Ocupaban la tribuna Manuel Azaña, Juan Negrín, Diego Martínez Barrio, Luis Companys, Josep Tarradellas, José Díaz, Dolores Ibárruri ‘La Pasionaria’, Joan Comorera, el general Vicente Rojo y el general José Riquelme, comandante militar de la plaza.
Abrió el desfile una sección motorizada del servicio de carreteras, siguiendo una compañía de desembarco de la Armada, una compañía de Infantería de Marina, una compañía de Ametralladoras del servicio de defensa de costas, los profesores y alumnos de la Escuela Popular de Guerra y una compañía de Aviación.
A continuación desfilaron las gloriosas banderas de las divisiones que integran los ejércitos del Ebro, a las que seguían representaciones armadas de los mismos, combatientes que habían llegado de las trincheras para contribuir, con sus enseñas, al homenaje.
Acto seguido comenzó el desfile de las Brigadas Internacionales. A la cabeza iba el comisario Gallo y los tenientes coroneles Hans y Morando. Desfilaron por grupos de nacionalidades. Polacos, alemanes, ingleses, belgas, franceses, países americanos… Cada grupo llevaba al frente, tras los oficiales, unas grandes pancartas con títulos significativos: «España, ejemplo para todos los países amenazados por el fascismo». «Aquí o en nuestros países, siempre lucharemos por la libertad de todos los pueblos». «La victoria será el mejor monumento a nuestros muertos».
Los hombres de las Brigadas desfilaron ya sin armas, los brazos muertos y sin ritmo. Hombres fuertes, desfilaban con la tristeza reflejada en el semblante. Algunos con lágrimas en los ojos. Fueron estos los momentos más emocionantes, más angustiosos y a la vez más sublimes.
Tras las Brigadas, cerraban la marcha el cuerpo de abnegadas enfermeras extranjeras que han prestado sus servicios en los frentes y en los hospitales, y dos camiones en los que iban mutilados y heridos.
Después desfiló el batallón de la Guardia presidencial. En este momento, los altavoces indicaron que, por conveniencias de seguridad, se suspendía la continuación del desfile, recomendando una dispersión con calma.
(Extracto de La Vanguardia, sábado 29 de octubre de 1938
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Federico García Lorca. Fue un poeta, dramaturgo y prosista español, también conocido por su destreza en muchas otras artes. Adscrito a la llamada Generación del 27, es el poeta de mayor influencia y popularidad de la Literatura española del siglo XX. Como dramaturgo, se le considera una de las cimas del teatro español del siglo XX, junto con Valle-Inclán y Buero Vallejo. Murió ejecutado tras el levantamiento militar de la Guerra Civil Española, por su afinidad con el Frente Popular y por ser abiertamente homosexual.[1][2]
Síntesis biográfica
Nació en el municipio de Fuente Vaqueros, Granada (España), en el seno de una familia de posición económica desahogada, el 5 de junio de 1898, y fue bautizado con el nombre de Federico del Sagrado Corazón de Jesús García Lorca; su padre fue Federico García Rodríguez, un hacendado, y su madre, Vicenta Lorca, maestra de escuela que fomentó el gusto literario de su hijo.
Desde la edad de 2 años, según uno de sus biógrafos, Edwin Honig, Federico García Lorca mostró su habilidad para aprender canciones populares, y a muy tierna edad escenificaba en miniatura oficios religiosos. Su salud fue frágil y no empezó a andar hasta los cuatro años. Leyó en su casa la obra de Víctor Hugo y de Miguel de Cervantes. Como estudiante fue algo irregular. De niño lo pusieron bajo la tutela del maestro Rodríguez Espinosa, en Almería, ciudad en la que residió con su familia entre 1906 y 1909.
Inició el bachillerato de vuelta a su provincia natal y abandonó la Facultad de Derecho de Granada para instalarse en la Residencia de Estudiantes de Madrid (1918–1928); pasado un tiempo, regresó a la Universidad de Granada, donde se licenció en Derecho, aunque nunca ejerció la abogacía, puesto que su vocación era la literatura. La ubicación meridional de Granada, donde se encontraba viva la herencia mora, el folclore, el Oriente y una geografía agreste, quedaron impresas en toda su obra poética, donde los romanceros y la épica se funden de manera perceptible. Después de su madre, fue Fernando de los Ríos quien estimuló el talento del entonces pianista en favor de la poesía; así, en 1917 escribió su primer artículo sobre José Zorrilla, en su aniversario.
La España de García Lorca era la de la Edad de Plata, heredera de la Generación del 98, con una rica vida intelectual donde los nombres de Francisco Giner de los Ríos, Benito Pérez Galdós, Miguel de Unamuno y, poco después, Salvador de Madariaga y José Ortega y Gasset imprimían el sello distintivo de una crítica contra la realidad de España.
Influyeron, además, en la sensibilidad del poeta en formación Lope de Vega, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Manuel Machado, Ramón del Valle-Inclán, Azorín y el Cancionero popular.
Juventud y primeras obras
En 1918 publicó su primer libro Impresiones y paisajes, costeado por su padre. En 1920 se estrenó en teatro su obra El maleficio de la mariposa, en 1921 se publicó Libro de poemas, y en 1923 se pusieron en escena las comedias de títeres La niña que riega la Albahaca y El príncipe preguntón. En 1927, en Barcelona, expuso su primera muestra pictórica.
En esta época frecuentó activamente a los poetas de su generación que permanecen en España, en torno a la Residencia de Estudiantes: Jorge Guillén, Pedro Salinas, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Rafael Alberti, y sobre todo Buñuel y Dalí, a quien después le dedicó la Oda a Salvador Dalí. El pintor, por su parte, pintó los decorados del primer drama del granadino: Mariana Pineda. En 1928 publicó la revista literaria Gallo, de la cual salieron solamente dos números.
En 1929 marchó a Nueva York. Para entonces se habían publicado, además de los antes mencionados, sus libros Canciones (1927) y Primer romancero gitano (1928). Esta última es su obra más popular y accesible. A García le molestaba mucho que el público lo viera como Gitano.
Viajes a América
De su viaje y estancia en Nueva York surge el libro Poeta en Nueva York. En 1930 fue a La Habana, donde escribió parte de sus obras Así que pasen cinco años y El público. Ese año regresó a España, donde fue recibido en Madrid con la noticia de que su farsa popular La zapatera prodigiosa se estaba escenificando.
Cuba
"Soy Federico García..."
Diría a manera de presentación a quienes le recibían a su llegada a La Habana. Desde entonces, 7 de marzo de 1930 y para siempre, el poeta andaluz se convertiría en una de los más admirados y queridos intelectuales que visitarían a Cuba.
Federico García Lorca llegaba desde Nueva York invitado por la Asociación Hispano Cubana de Cultura que dirigía Fernando Ortiz para dar una serie de charlas y conferencias en la isla.
Su libro Poeta en Nueva York, que completa durante su estancia en Cuba con su poema Son de negros en Cuba, recoge en sus versos la fuerte impresión que dejaran en el poeta sus días cubanos, que en carta a sus padres desde La Habana les dice:
"Esta isla es un paraíso"
Federico García Lorca se deslumbró con Cuba tanto como los mismos cubanos se hechizaron con su presencia. En su poema dedicado a la isla "Son de negros en Cuba" dice:
"Cuando llegue la luna llena iré a Santiago de Cuba,
iré a Santiago en un coche de agua negra. Iré a Santiago. Cantarán los techos de palmera. iré a Santiago. Cuando la palma quiere ser cigüeña,
Iré a Santiago"
Su poema transformó en Cuba a la poesía adherida al populismo de la época; género y arte que cultivan los cubanos Zacarías Tallet, Nicolás Guillén entre otros y que se extenderá con los años por toda América Latina.
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Desde su llegada a Cuba junto al poeta español estuvieron sus amigos los hermanos Loynaz del Castillo; Flor, Carlos, Enrique y Dulce María; otros amigos del poeta granadino que entonces le acompañaron fueron José María Chacón y Calvo, que fuera instrumento de su viaje a Cuba, Emilio Roig de Leuchsenring y los poetas Cardosa y Aragón, guatemaltecos, y Porfirio Barba Jacob, colombiano.
Todo el mundo que le conoce queda prendado de su gracia y vitalidad, como dijera la escritora cubana Lydia Cabrera, que le conoció y a quien el poeta dedica, escogida por ella misma, uno de sus más famosos poemas, La casada infiel, que con razón el escritor cubano Guillermo Cabrera Infante considera entre los textos más eróticos escritos en español.
Además de sus reuniones literarias García Lorca gustaba de escaparse a solas para así recorrer los barrios marginales de La Habana, mezclándose con la población del país y desapareciendo por algún tiempo en las provincias cubanas.
En sus escapadas a través de la isla visita las ciudades de Sagua la Grande y Caibarien, Cienfuegos. Viaja a Santiago de las Vegas invitado por la Asociación Cultural Euterpe, presidida por el dramaturgo Marcelo Salina. Visita Varadero, el Valle de Viñales, el Valle de Yumurí, donde queda extasiado por la belleza del paisaje. A fines del mes de mayo llega a Santiago de Cuba, hospedándose en el Hotel Venus cerca del centro de una ciudad que oye admirada su conferencia "Mecánica de la nueva poesía", que atrae un numeroso público.
Segunda República Española
Al instaurarse la Segunda República española, Fernando de los Ríos fue nombrado Ministro de Instrucción Pública. Bajo el patrocinio oficial, se encargó a Lorca la codirección de la Compañía Estatal de Teatro La barraca, donde disfrutó de todos los recursos para producir, dirigir, escribir y adaptar algunas obras teatrales del Siglo de Oro español. Escribió en este período Bodas de sangre, Yerma y Doña Rosita la soltera.
En 1933 viajó a Argentina para promover la puesta en escena de algunas de sus obras por la compañía teatral de Lola Membrives y para dictar una serie de conferencias, siendo su estancia un éxito
Guerra Civil y asesinato
Al estallar el motín militar cntra la República lo gobiernos de Colombia y México, cuyos embajadores previeron que el poeta pudiera ser víctima de un atentado debido a su puesto de funcionario de la República Española, le ofrecieron el exilio, pero Lorca rechazó las ofertas y se dirigió a su casa en Granada para pasar el verano.
En esos momentos políticos alguien le preguntó sobre su preferencia política y él manifestó que se sentía a su vez católico, comunista, anarquista, libertario, tradicionalista y monárquico. De hecho nunca se afilió a ninguna de las facciones políticas y jamás discriminó o se distanció de ninguno de sus amigos, por ninguna cuestión política. Tuvo una gran amistad con el líder y fundador de la Falange Española, José Antonio Primo de Rivera, muy aficionado a la poesía.[3]
Tras una denuncia anónima, el 16 de agosto de 1936 fue detenido en la casa de uno de sus amigos, el también poeta Luis Rosales, quien obtuvo la promesa de las autoridades nacionales de que sería puesto en libertad «si no existía denuncia en su contra». La orden de ejecución fue dada por el gobernador civil de Granada, José Valdés Guzmán, quien había ordenado al exdiputado de la CEDA, Ramón Ruiz Alonso la detención del poeta.
Las últimas investigaciones, determinan que fue fusilado la madrugada del 19 de agosto de 1936, seguramente por cuestiones territoriales, ya que algunos caciques, muy conservadores, tenían rencor al padre de Lorca porque era un cacique progresista. En una entrevista al diario El Sol había declarado que:
"en Granada se agita la peor burguesía de España"
Y eso fue su sentencia de muerte. Federico García Lorca fue ejecutado en el camino que va de Víznar a Alfacar, y su cuerpo permanece enterrado en una fosa común anónima en algún lugar de esos parajes con el cadáver de un maestro nacional, Dióscoro Galindo, y los de los banderilleros Francisco Galadí y Joaquín Arcollas, ejecutados con él.[4]
En 2009, gracias a la ley para la recuperación de la memoria histórica (Ley de Memoria Histórica de España) aprobada por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, se decide abrir la fosa donde supuestamente descansaban los restos del poeta. Aun así, no se encontró nada.[5]
Obra
El universo lorquiano se define por un palpable sistematismo: la poesía, el drama y la prosa se alimentan de obsesiones -amor, deseo, esterilidad- y de claves estilísticas constantes. La variedad de formas y tonalidades nunca atenta contra esa unidad cuya cuestión central es la frustración.
Estilo
Los símbolos: de acuerdo con su gusto por los elementos tradicionales, Lorca utiliza frecuentemente símbolos en su poesía. Se refieren muy frecuentemente a la muerte aunque, dependiendo del contexto, los matices varían bastante. Son símbolos centrales en Lorca:
- La luna: es el símbolo más frecuente en Lorca. Su significación más frecuente es la de muerte, pero también puede simbolizar el erotismo, la fecundidad, la esterilidad o la belleza.
- El agua: cuando corre, es símbolo de vitalidad. Cuando está estancada, representa la muerte.
- La sangre: representa la vida y, derramada, es la muerte. Simboliza también lo fecundo, lo sexual.
- El caballo y su jinete: está muy presente en toda su obra, portando siempre valores de muerte, aunque también representa la vida y el erotismo masculino.
- Las hierbas: su valor dominante, aunque no único, es el de ser símbolos de la muerte.
- Los metales: también su valor dominante es la muerte. Los metales aparecen bajo la forma de armas blancas, que conllevan siempre tragedia.
- La metáfora: es el procedimiento retórico central de su estilo. Bajo la influencia de Góngora, Lorca maneja metáforas muy arriesgadas: la distancia entre el término real y el imaginario es considerable. En ocasiones, usa directamente la metáfora pura. Sin embargo, a diferencia de Góngora, Lorca es un poeta conceptista, en el sentido de que su poesía se caracteriza por una gran condensación expresiva y de contenidos, además de frecuentes Elipsis. Las metáforas lorquianas relacionan elementos opuestos de la realidad, transmiten efectos sensoriales entremezclados, etc.
- El Neopopularismo: aunque Lorca asimila sin problemas las novedades literarias, su obra está plagada de elementos tradicionales que, por lo demás, demuestran su inmensa cultura literaria. La Música y los Cantos tradicionales son presencias constantes en su poesía. No obstante, desde un punto de vista formal no es un poeta que muestre una gran variedad de formas tradicionales; sin embargo, profundiza en las constantes del espíritu tradicional de su tierra y de la gente: el desgarro amoroso, la valentía, la melancolía y la pasión.
Poesía
La obra poética de Lorca constituye una de las cimas de la poesía de la Generación del 27 y de toda la Literatura española. La poesía lorquiana es el reflejo de un sentimiento trágico de la vida, y está vinculada a distintos autores, tradiciones y corrientes literarias. En esta poesía conviven la tradición popular y la culta. Aunque es difícil establecer épocas en la poética de Lorca, algunos críticos diferencian dos etapas: una de juventud y otra de plenitud.
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La época de juventud
Aquí se incluyen sus primeros escritos: Impresiones y paisajes (en prosa, aunque sin embargo muestra procedimientos característicos del lenguaje poético) y Libro de poemas (escrito bajo el influjo de Rubén Darío, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez; en este poema García Lorca proyecta un amor sin esperanza, abocado a la tristeza.
La Diputación de Granada edita en 1986 una antología poética, seleccionada, presentada y anotada por ANDREW A. ANDERSON (I.S.B.N. 84-505-3425-9). Esta antología aporta Suites (1920-1923) y Poemas en prosa (1927-1928). En Suites se encuentra "Cancioncilla del niño que no nació" [1] pág. 71 , y en Poemas en Prosa "Degollación de los Inocentes", pág. 150. En estos escritos el poeta hace referencia al drama del aborto.
La época de plenitud
Comienza con el Poema del cante jondo (1921) que, mediante la unidad temática, formal, conceptual y la expresión de los sentimientos, debida en parte a su inspiración folclórica, describe la lírica neopopularista de la Generación del 27.
En Primeras canciones (1927) , y Canciones (1936) emplea las mismas formas: la Canción y el Romance. Los temas del tiempo y la muerte se enmarcan en el alba, la noche, la ciudad Andaluza y los paisajes lunares.
La muerte y la incompatibilidad moral del mundo Gitano con la sociedad burguesa son los dos grandes temas del Romancero gitano. Destacan los procedimientos habituales de poesía de origen popular, y la influencia del compositor Manuel de Falla. No se trata de una obra folclórica; está basada en los tópicos con que se asocia lo gitano y Andaluz. Lorca eleva al personaje gitano al rango de Mito literario, como después hará también con el negro y el Judío en Poeta en Nueva York. En el Romancero gitano emplea el Romance, en sus variantes de novelesco, lírico y dramático; su lenguaje es una fusión de lo popular y lo culto.
Lorca escribe Poeta en Nueva York a partir de su experiencia en EEUU, donde vivió entre 1929 y 1930. Para Lorca la civilización moderna y la naturaleza son incompatibles. Su visión de Nueva York es de pesadilla y desolación, propia de un mal sueño. Para expresar la angustia y el ansia de comunicación que lo embargan, emplea las imágenes visionarias del lenguaje Surrealista. Su libertad expresiva es máxima, aunque junto al Verso libre se advierte el uso del Verso medido (Octosílabo, Endecasílabo y Alejandrino).
El Diván de Tamarit (1940) es un libro de poemas de atmósfera o sabor oriental, inspirado en las colecciones de la antigua poesía arábigo-Andaluza. El tema central es el del amor sujeto a experiencias frustrantes y amargas; su lenguaje está muy próximo al de Poeta en Nueva York.
Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías (1935) es una elegía de incontenible dolor y emoción que actúa de homenaje al torero sevillano que tanto apoyó a los poetas de la Generación del 27.
La obra poética de García Lorca se cierra con Seis poemas gallegos y la serie de once poemas amorosos titulada Sonetos del amor oscuro. Lorca siempre ha contado con el respeto y admiración incondicional de los poetas de generaciones posteriores a la Guerra Civil. Considerado un poeta Maldito, su influencia se ha dejado sentir entre los poetas españoles del Malditismo.
Libros de poesía
Teatro
El teatro de García Lorca es, con el de Valle-Inclán, el de mayor importancia escrito en castellano en el Siglo XX. Es un teatro poético, en el sentido de que gira en torno a símbolos medulares —la sangre, el cuchillo o la rosa—, de que se desarrolla en espacios míticos o presenta un realismo trascendido, y de que, en fin, encara problemas sustanciales del existir. El lenguaje, aprendido en Valle-Inclán, es también poético. Sobre Lorca influyen también el drama Modernista (de aquí deriva el uso del Verso), el teatro lopesco (evidente, por ejemplo, en el empleo organizado de la canción popular), el calderoniano (desmesura trágica, sentido de la alegoría) y la tradición de los Títeres. La producción Dramática de Lorca puede ser agrupada en cuatro conjuntos: Farsas, Comedias «irrepresentables» (según el autor), Tragedias y Dramas.
Entre las Farsas, escritas entre 1921 y 1928, destacan La zapatera prodigiosa, en la que el ambiente Andaluz sirve de soporte al conflicto, Cervantino, entre imaginación y realidad, y Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, complejo ritual de iniciación al amor, que anuncia los «dramas irrepresentables» de 1930 y 1931: El público y Así que pasen cinco años, sus dos obras más herméticas, son una indagación en el hecho del Teatro, la Revolución y la presunta Homosexualidad —la primera— y una exploración —la segunda— en la persona humana y en el sentido del vivir.
Consciente del éxito de los dramas rurales poéticos, Lorca elabora las tragedias Bodas de sangre (1933) y Yerma (1934), conjugación de mito, poesía y sustancia real.
Los problemas humanos determinan los dramas. Así, el tema de la «solterona» española (Doña Rosita la soltera, 1935), o el de la represión de la Mujer y la Intolerancia en La casa de Bernarda Alba, para muchos la obra maestra del autor.
Obras teatrales
Filmografía
Sobre la vida de Lorca
- Lorca, muerte de un poeta (1987), serie de televisión dirigida por Juan Antonio Bardem
- Muerte en Granada (1997), dirigida por Marcos Zurinaga. El actor Andy García da vida al poeta
- Lorca (1998), dirigida por Iñaki Elizalde
- La luz prodigiosa (2003), dirigida por Miguel Hermoso
- Lorca. El mar deja de moverse (2006), documental dirigido por Emilio Ruiz Barrachina
- Sin límites (Little ashes) (2008), dirigida por Paul Morrison semibiográfico sobre las relaciones entre Dalí, Lorca y Buñuel.
- El deseo y la realidad (2009), documental dirigido por Rafael Zarza y Fernando García de Canales.
- Mudanza (2009) , dirigida por Pere Portabella
Adaptaciones de su obra
Óperas
ópera basada en una ficción biográfica
Bibliografía
- Álvarez de Miranda, A.: «Poesía y religión», en Revista de Ideas Estéticas, t. XI (1953), pp. 221–251.
- Colecchia, F.: García Lorca. A selectively annotated bibliography of criticism (Nueva York-Londres, 1979).
- Fernández Cifuentes, L.: García Lorca en el teatro: La norma y la diferencia (Zaragoza, 1986).
- García-Posada, M.: Lorca: Interpretación de «Poeta en Nueva York» (Madrid, 1982).
- Gibson, I.: Federico García Lorca, 2 vols. (Barcelona, 1985, 1987).
- Gil, I.-M. (ed.): Federico García Lorca (Madrid, 1973).
- Grande, Félix: García Lorca y el flamenco (Madrid, 1992).
- Laffranque, M.: Les idées esthétiques de Federico García Lorca (París, 1967).
- Mery: Raramente, una versión infantil de sus obras Viendo a las flores crecer (Gallicia, 1937).
- Ramos-Gil, C.: Claves líricas de García Lorca: Ensayos sobre la expresión y los climas poéticos lorquianos (Madrid, 1967).
Referencias
Fuentes
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Antonio Machado Ruiz. Poeta y prosista español, perteneciente al movimiento literario conocido como Generación del 98. Probablemente sea el poeta de su época que más se lea todavía.
Síntesis biográfica
Infancia
Nació en Sevilla (España), el 26 de julio de 1875. Sus padres fueron Ana Ruiz Hernández y Antonio Machado Álvarez. Su familia, de carácter progresista y liberal, se trasladó a Madrid cuando él tenía ocho años. Allí Antonio estudió en la Institución Libre de Enseñanza. Pero estos estudios fueron interrumpidos en varias ocasiones, debido al fallecimiento de su padre (en 1893) y a diversos problemas económicos que sufrió la familia.
Juventud
En Madrid continúa el Bachillerato en los Institutos de San Isidro y Cisneros (aunque no lo terminaría hasta los 25 años). Al morir su padre en 1893 y su abuelo en 1895 sobrevienen dificultades económicas y Antonio empieza un trabajo como actor teatral. En 1899 se traslada —con su hermano Manuel— a París donde trabaja como traductor para la Editorial Garnier y entra en contacto con la vida literaria parisiense.
Trayectoria artística
En Paris conoció al poeta Rubén Darío, que influyó en parte de su obra. Por este entonces Antonio Machado escribió sus primeros textos en revistas como La caricatura, Electra, entre otras.
Luego residió en la ciudad de Soria, y ocupó el puesto de catedrático de francés en un instituto. En 1909 conoció y se casó con la joven Leonor Izquierdo. Pero ella falleció de tuberculosis en 1912, lo cual dejó destrozado al escritor, que abandonó la ciudad ese mismo año. Antes de morir Leonor, fue publicado Campos de Castilla (1912).
Poco después comenzó a dar clases de francés en Baeza y más tarde en Segovia. En 1927 fue nombrado miembro de la Real Academia de la Lengua. Un año después, comenzó una relación amorosa con una mujer casada llamada Pilar Valderrrama, a la que el poeta llamó en sus versos "Guiomar".
La obra de Antonio Machado es fundamentalmente poética, a pesar de las incursiones en el teatro, siempre básicamente poético, y en el ensayo, siempre con un tono bastante lírico.
Muerte
En 1931 se trasladó al Instituto Calderón de Madrid; pero al apoyar la causa republicana tuvo que abandonar España al iniciarse la Guerra Civil, exiliándose a Francia donde murió el 22 de febrero de 1939.
Obras
Su primer libro fue:
Poemas de carácter modernista, en los que destaca la emoción del momento y el sentido oculto de lo que le rodea.
Es la obra anterior aumentada. Tiene alguna influencia modernista, pero ya con el tono intimista que caracterizará toda la poesía de Machado.
Continúa la línea sentenciosa y filosófica donde cada vez destaca más la crítica social, sin que desaparezca la resonancia lírica. Siguen las descripciones de Castilla y sus tierras áridas; pero ahora utiliza Machado formas populares ágiles, cercanas a la poesía popular. Su forma es sentenciosa y epigramática; recoge la forma del cantar popular que luego seguirán Lorca y Alberti en la generación del 27.
Meditaciones en prosa de carácter filosófico y poético, reminiscencias de lecturas de Kant, Bergson y Schopenhauer.
Colección de ensayos que le presentan como uno de los prosistas menos convencionales del siglo XX. En estos ensayos utiliza como portavoz de su pensamiento a uno de sus dos poetas "apócrifos", inventados a finales de los años veinte.
Un volumen que recoge cartas y escritos inéditos de la más variada índole.
Obras dramáticas
Antonio Machado escribió algunas obras de teatro junto con su hermano Manuel Machado. Son obras escritas casi todas en verso. Su dramaturgia permanece dentro de los límites del teatro comercial del momento.
Reconocimientos
En 1927 fue elegido miembro de la Real Academia Española, si bien nunca llegó a tomar posesión de su sillón. Por eso, Antonio Machado fue uno de los más apreciados poetas españoles añorados en esa época. En 2007 se instala en la Biblioteca Nacional de España en Madrid la magnífica cabeza de Antonio Machado realizada por el escultor Pablo Serrano en el año 1966 y que también se encuentra en el "Centre Georges Pompidou de París" y en el "MOMA" de Nueva York.
Véase también
Enlaces externos
Fuentes
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Miguel Hernández Gilabert. Cultivador de una poesía vigorosa del clamor épico, luchador antifascista que se alistó voluntariamente en el ejército de la República y llevó a todos los frentes su valentía de hombre y su voz de poeta.
Ejemplo de escritor comprometido con su realidad, logró una poesía desgarradora, expresión genuina de su pueblo, al denunciar la muerte sembrada sobre la tierra española por el fascismo, su obra sorprende por la riqueza del verso, la variedad de metros y la elocuencia poética.
Reseña biográfica
Poeta español nacido en Orihuela, Alicante, el 30 de octubre de 1910.
Hijo de campesinos, desempeñó entre otros oficios, el de pastor de cabras. Guiado por su amigo Ramón Sijé,se inició en la poesía desde los veinte años; publicó su primer libro «Perito en lunas» en 1933 y posteriormente, los sonetos agrupados en «El rayo que no cesa», marcaron la experiencia amorosa del poeta.
Su niñez y adolescencia transcurren por la aireada y luminosa sierra oriolana tras un pequeño hato de cabras. Por las tardes ordeña las cabras y se dedica a repartir la leche por el vecindario.
Sólo el breve paréntesis de unos años interrumpe esta vida para asistir a la Escuela del Ave María, donde estudia gramática, aritmética, geografía y religión, descollando por su extraordinario talento.
En 1925, a los quince años de edad, tiene que abandonar el colegio para volver a conducir cabras por las cercanías de Orihuela. Pero sabe embellecer esta vida monótona con la lectura de numerosos libros de Gabriel y Galán, Miró, Zorrilla,Rubén Dario, que caen en sus manos y depositan en su espíritu ávido el germen de la poesía. A veces se pone escribir sencillos versos a la sombra de un árbol realizando sus primeros experimentos poéticos. Al atardecer merodea por el vecindario conociendo a Ramón y Gabriel Sijé y a los hermanos Fenoll, cuya panadería se convierte en tertulia del pequeño grupo de aficionados a las letras.
Ramón Sijé, joven estudiante de derecho en la universidad de Murcia, le orienta en sus lectura, le guía hacia los clásicos y la poesía religiosa, le corrige y le alienta a proseguir su actividad creadora.
El joven pastor va llevando a cabo un maravilloso esfuerzo de autoeducación con libros que consigue en la biblioteca del Círculo de Bellas Artes. Don Luis Almarcha, le orienta en sus lecturas y le presta también libros. Poco a poco irá leyendo a los grandes autores del Siglo de Oro: Cervantes, Lope, Calderón, Góngora y Garcilaso, junto con algunos autores modernos como Juan Ramón y Antonio Machado.
Desde 1930 Miguel Hernández comienza a publicar poemas en el semanario El Pueblo de Orihuela y el diario El Día de Alicante. Su nombre comienza a sonar en revistas y diarios levantinos.
En diciembre de 1931 se lanza a la conquista de Madrid con un puñado de poemas y unas recomendaciones que al fin de nada le sirven. Aunque un par de revistas literarias, La Gaceta Literaria y Estampa, acusan su presencia en la capital y piden un empleo o apoyo oficial para el "cabrero-poeta". A pesar de la abnegada ayuda tiene que volverse fracasado a Orihuela.
El conocimiento acerca de los gustos literarios de la capital le inspiran su libro neogongorino Perito en lunas (1933), extraordinario ejercicio de lucha tenaz con la palabra y la sintaxis, muestra de una invencible voluntad de estilo.
En el Casino de Orihuela recita y explica su "Elegía media del toro". Otra vez, en abril de 1933, es en Alicante donde interpreta la misma elegía donde la prensa local se hace eco del acontecimiento literario, alimentando en el joven poeta el ansia y sed de celebridad.
Inicios como poeta
Tras su enamoramiento con Josefina Manresa sus vivencias van hallando formulación lírica en una serie de sonetos que desembocarán en "El rayo que no cesa" (1936). Las lecturas de Calderón le inspiran su auto sacramental "Quien te ha visto y quien te ve" y Sombra de lo que eras", que, publicado por "Cruz y raya", le abrirá las puertas de Madrid en la primavera de 1934.
En Madrid se mantiene con un empleo que le ofrece José María de Cossío para recoger datos y redactar historias de toreros. Su correspondencia amorosa no se interrumpe y la frecuente soledad inevitable en la gran ciudad le hace sentir nostalgia por la paz e intimidad de su Orihuela.
Trata de vender algunos números de la revista "El Gallo Crisis", recién fundada por Ramón Sijé, pero tiene que constatar que ésta no gusta a muchos de sus nuevos amigos:Manuel Altolaguirre, Alberti,Luis Cernuda, Delia del Carril, María Zambrano Alarcón,Vicente Aleixandre y Pablo Neruda; estos lo iniciaron en el surrealismo y le sugirieron, de palabra o con el ejemplo, las formas poéticas revolucionarias y la poesía comprometida, influyendo en la ideología social y política del joven poeta provinciano.
Superada esta crisis, Miguel Hernández es ya un poeta hecho y comienza a crear lo más logrado y genial de su obra.
Participación en el estallido de la Guerra Civil
El estallido de la Guerra Civil en julio de 1936 le obliga a tomar una decisión: formar parte como voluntario del 5º Regimiento. No solamente entrega toda su persona, sino que también su creación lírica se trueca en arma de denuncia, testimonio, instrumento de lucha ya entusiasta, ya silenciosa y desesperada.
En plena guerra logra escapar brevemente a Orihuela para casarse el 9 de marzo de 1937 con Josefina Manresa.
Es una vida agitadísima de continuos viajes y actividad literaria. Todo esto y la tensión de la guerra le ocasionan una anemia cerebral aguda que le obliga por prescripción médica a retirarse a Cox para reponerse. Varias obritas de Teatro en la guerra y dos libros de poemas que han quedado como testimonio vigoroso de este momento bélico: Viento del pueblo (1937) y El hombre acecha (1939).
En la primavera de 1939, ante la desbandada general del frente republicano, Miguel Hernández intenta cruzar la frontera portuguesa y es devuelto a las autoridades españolas. Así comienza su larga peregrinación por cárceles españolas. Inesperadamente, a mediados de septiembre de 1939, es puesto en libertad.
Muerte
Fatídicamente, arrastrado por el amor a los suyos, se dirige a Orihuela, donde es encarcelado de nuevo en el seminario de San Miguel, convertido en prisión. Su vida se convierte en un ir y venir de prisiones hasta que en su indefenso organismo se declara una "tuberculosis pulmonar aguda" que se extiende a ambos pulmones, alcanzando proporciones tan alarmantes que hasta el intento de trasladarlo al Sanatorio Penitenciario de Porta Coeli resulta imposible.
Entre dolores acerbos, hemorragias agudas, golpes de tos, Miguel Hernández se va consumiendo inexorablemente. El 28 de marzo de 1942 expira a los treinta y un años de edad.
Antes de morir, enfermo y detenido, publicó su última obra, «Cancionero y romancero de ausencias».
Legado de su obra
De "Imagen de tu huella" 1934
- Astros momificados y bravíos...
- Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos...
- Ya se desembaraza y se desmembra...
- Pirotécnicos pórticos de azahares...
De "El rayo que no cesa" 1935 1936
- Como el toro he nacido para el luto...
- Elegía a Ramón Sijé
- Fuera menos penado, si no fuera...
- Me tiraste un limón y tan amargo...
- Mi corazón no puede con la carga...
- Por tu pie, la blancura más bailable...
- ¿Recuerdas aquel cuello, haces memoria...
- Silencio de metal triste y sonoro...
- Te me mueres de casta y de sencilla...
- Tengo estos huesos hechos a las penas...
- Tu corazón una naranja helada...
- Umbrío por la pena, casi bruno...
- Una querencia tengo por tu acento...
De "Poemas últimos" 1939 1941
- Desde que el alba quiso ser alba...
- Muerte nupcial
- Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío...
De "Cancionero y romancero de ausencias" 1941 1942
- Antes del odio
- Ascensión de la escoba
- Besarse, mujer...
- El amor ascendía entre nosotros...
- En el fondo del hombre...
- Hijo de la luz y de la sombra...
- La boca
- Llegó tan hondo el beso...
- Menos tu vientre todo es confuso...
- Nanas de la cebolla
- Orillas de tu vientre...
- Ropas con su olor...
- Tristes guerras
- Tus ojos se me van...
Otros poemas
- Canción del esposo soldado
- Canción última
- Casida del sediento
- Cerca del agua te quiero llevar...
- Dime desde allá abajo...
- El tren de los heridos
- Me llamo barro aunque Miguel me llame...
- Me sobra el corazón
- Pena bienhallada
- Ser onda, oficio, niña, es de tu pelo...
- Tus cartas son un vino
Véase también
- Librínsula,Nombrar las cosas,Miguel Hernández, José Martí: voces y viento del pueblo[[1]](consultado 28 de marzo de 2013)
- Librínsula, Noticias,Con los ojos del corazón. Homenaje a Miguel Hernández en la Biblioteca Nacional[[2]]
Fuentes
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Rafael Alberti Merello
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Considerado uno de los mayores literatos españoles de la llamada Edad de Plata de la literatura española.
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Nombre |
Rafael Alberti Merello |
Nacimiento |
16 de diciembre de 1902 Puerto de Santa María, Cádiz, España |
Fallecimiento |
28 de octubre de 1999 Puerto de Santa María, Cádiz, España |
Nacionalidad |
Española |
Ocupación |
Escritor, poeta, dramaturgo y prosista. |
Padres |
Agustín y María |
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Rafael Alberti Merello. Destacado y reconocido escritor español, además de poeta, dramaturgo y prosista. Fue miembro de la Generación del 27. Considerado uno de los mayores literatos españoles de la llamada Edad de Plata de la literatura española, cuenta en su haber con numerosos premios y reconocimientos.
Datos biográficos
Nació en Puerto de Santa María, Cádiz el 16 de diciembre de1902, quinto de los seis hijos que tuvo el matrimonio de Agustín y María, nieto de bodegueros proveedores de las cortes europeas. En 1917 se trasladaba con su familia a Madrid, para dedicarse a copiar pinturas en el Museo del Prado, vocación que prefirió al bachillerato, que jamás terminaría.
La nostalgia de la bahía de Cádiz y los remordimientos tras la muerte de su padre, le llevaron a refugiarse en la poesía y dejar la pintura en un segundo plano. A partir de ese momento, iría introduciéndose en la Residencia de estudiantes, donde se relacionaría con los padres de la que se daría en llamar Generación del 27 (Dámaso Alonso, Lorca, Gerardo Diego Cendoya y Aleixandre, entre otros).
El ponderado movimiento intelectual que, según los estudiosos, había surgido con motivo del homenaje celebrado en Sevilla en 1927 aLuis de Góngora, en el centenario de su muerte, formado por un grupo extraordinario de autores que renovaría las letras e influiría de forma determinante en todas las artes.
Alberti reunió entre 1920 y 1924 los primeros poemas bajo el título "Mar y Tierra", que presentó en el Premio Nacional de Literatura de 1924-1925, y ganó, junto al poeta santanderino Gerardo Diego Cendoya. El libro se titularía definitivamente "Marinero en Tierra".
Por esos años entabló amistad con poetas comoJuan Ramón Jiménez, Pedro Salinas,Jorge Guillén, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre, el compositor gaditano Manuel de Falla, y los genios de la pintura y el cine Dalí y Buñuel (también mantendría fuertes vínculos con Pablo Neruda y el francés Louis Aragon). Intervino como activista en las protestas estudiantiles contra el general Primo de Rivera, y, en 1929 publicó una de sus obras maestras, "Sobre los ángeles", de fuertes tintes surrealistas.
Etapas importantes de su vida
Se casó en 1930 con la escritora María Teresa León, con la que compartió los años de su exilio porBuenos Aires y Roma (Mª Teresa fallecería en 1988), y con la que tuvo una hija, Aitana. En 1931 estrenó su primera obra de teatro, "El hombre deshabitado". Ese mismo año comenzó a relacionarse en Francia conPicasso y escritores sudamericanos como César Vallejo, Miguel Ángel Asturias y Alejo Carpentier.
Becado por la Junta para la Ampliación de Estudios de la Segunda República Española, viajó en 1932 a la Unión Soviética y trató con los escritores soviéticos de la época. El año siguiente conoce aPablo Neruda y, según cuenta en sus memorias, empieza a convertirse en "poeta en la calle": en realidad, el poeta nunca separó su labor intelectual de su actividad política, desde sus primeros versos hasta su retiro en Puerto de Santa María.
Escribió multitud de poemas satíricos y de agitación, que recitaría en actos políticos, bibliotecas obreras y plazas públicas. En 1933 asistió en Moscú como invitado al primer Congreso de Escritores Soviéticos.
A partir de 1934 inicia una gira por varios países americanos, y, en 1936, año de la muerte de Lorca, estalla la Guerra Civil. Durante este período Alberti fue miembro de la Alianza de Intelectuales Antifascistas junto con otros autores como María Zambrano, Ramón Gómez de la Serna,Miguel Hernández, José Bergamín, Rosa Chacel,Luis Buñuel,Luis Cernuda,Pedro Garfias, Juan Chabás,Manuel Altolaguirre entre otros.
En su actividad, además de la propiamente cultural, se hicieron manifiestos, charlas y llamamientos contra el ascenso del fascismo que representaba el Ejército sublevado de Franco, así como la realización de boletines y publicaciones entre las que destacó El Mono Azul.
Rafael Alberti colaboraba en salvar los cuadros del Museo del Pradode los bombardeos, acoge a intelectuales de todo el mundo que apoyaban a la República y llama a la resistencia del Madrid asediado recitando versos que se difunden hasta los frentes de batalla.
Tras la derrota republicana, Alberti y María Teresa León se ven obligados a exiliarse. Se trasladan a París hasta que el gobierno de Pétain les retira el permiso de trabajo por ser considerados comunistas peligrosos. En 1940 y ante la amenaza alemana, se trasladan a Chile acompañados por Pablo Neruda. A partir de entonces Rafael Alberti vive un largo exilio que le llevará a Buenos Aires y Roma.
El 27 de abril de 1977 regresó a España: en junio de ese mismo año fue elegido diputado a Cortes del PCE por la provincia de Cádiz, pero poco después, en octubre de ese mismo año, renunció al escaño.
Desde su vuelta a España residió en su ciudad natal, el Puerto de Santa María. En 1989, la Diputación de Cádiz creó en su ciudad natal la fundación que lleva su nombre, a la que se trasladó gran parte de su archivo y biblioteca personales. Contrajo matrimonio en segundas nupcias con María Asunción Mateo, quien le ha acompañado y representado durante los últimos años.
Monumento a Rafael en El Puerto de Santa María.JPG
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Obra literaria
Poesía
- Poesías anteriores a “Marinero en tierra”, Barcelona, Ediciones V. A., Colección “Insolites”, 1969.
- Marinero en tierra. Poesías 1924, Madrid, Bibilioteca Nueva, 1925.
- La amante. Canciones 1925, Litoral, Málaga, 1926.
- El alba del alhelí 1925-1926, Santander, edición particular de José María de Cossío, 1927.
- Domecq 1730-1928. Poema al Iltmo. Sr. Vizconde de Almocadén, Jerez de la Frontera, Jerez Industrial, 1928.
- Cal y canto 1926-1927, Madrid, Revista de Occidente, 1929.
- Sobre los ángeles 1927-1928, Madrid, Ediciones de la Compañía Iberoamericana, 1929.
- Sermones y moradas 1929-1930. Se publicó por primera vez en Poesía (1924-1930).
- Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos 1929.
- Se publicó por primera vez en Poesía (1924-1930).
- Con los zapatos puestos tengo que morir. (Elegía cívica) 1 de enero de 1930. Se publicó por primera vez en Poesía (1924-1930).
- Consignas, Madrid, Ediciones Octubre, 1933.
- Un fantasma recorre Europa, Madrid, Ediciones “La tentativa poética”, 1933.
- Verte y no verte. A Ignacio Sánchez Mejías [1935], México, Miguel N. Lira, 1935.
- 13 bandas y 48 estrellas. Poema del mar Caribe, Madrid, Manuel Altolaguirre, 1936.
- De un momento a otro. (Poesía e historia), Madrid, Ediciones “Europa-América”, 1937.
- El burro explosivo, Madrid, Ediciones del 5º Regimiento, 1938.
- Vida bilingüe de un refugiado español en Francia 1939-1940. Este libro se publicó por primera vez junto a De un momento a otro (Drama de una familia española) y Cantata de los héroes y la fraternidad de los pueblos, Buenos Aires, en la Editorial Bajel, 1942.
- Entre el clavel y la espada 1939-1940, Buenos Aires, Losada, 1941, (“Poetas de España y América”).
- Pleamar 1942-1944, Buenos Aires, Losada, 1944, ( “Poetas de España y América”).
- A la pintura. Poema del color y de la línea [1945-1948], Buenos Aires, Losada, 1948, (“Poetas de España y América”).
- Signos del día 1945-1955. Se publicó por primera vez en Poesías completas.
- Coplas de Juan Panadero (primera parte), Montevideo, Edición “Pueblos Unidos”, 1949.
- Buenos Aires en tinta china, Buenos Aires, Losada, 1951, (“Biblioteca Contemporánea”).
- Poemas de Punta del Este 1945-1956. Se publicó por primera vez en Poesías completas.
- Retornos de lo vivo lejano 1948-1952, Buenos Aires, Losada, 1952, (“Poetas de España y América”).
- Ora marítima seguida de Baladas y Canciones del Paraná [1953], Buenos Aires, Losada, 1953, (“Poetas de España y América”).
- Baladas y canciones del Paraná 1953-1954, Buenos Aires, Losada, 1954, (“Poetas de España y América”).
- Sonríe China, (en colaboración con las prosas de María Teresa León), Buenos Aires, Jacobo Muchnik, 1958.
- La primavera de los pueblos 1955-1957. Este libro se publicó por primera vez en Poesías completas. Poemas escénicos. Primera serie 1961-1962, Buenos Aires, Losada, 1962, (“Poetas de ayer y de hoy”).
- Abierto a todas horas 1960-1963, Madrid, Edición Afrodisio Aguado, 1964.
- Roma, peligro para caminantes 1964-1967, México, Editorial Joaquín Mortiz, 1968, (“Las dos orillas”).
- Los ocho nombres de Picasso y no digo más que lo que no digo 1966-1970, Barcelona, Editorial Kairós, 1970, ( “069”).
- Canciones del Alto Valle del Aniene y otros versos y prosas 1967-1972, Buenos Aires, Editorial Losada,1972, (“Biblioteca clásica contemporánea”).
- Desprecio y maravilla (edición bilingüe), Roma, Editori Reuniti, 1973.
- Maravillas con variaciones acrósticas en el jardín de Miró, Barcelona, Ediciones Polígrafa, 1975.
- Los 5 destacagados, Sevilla, Calle del Aire, 1978.
- Fustigada luz 1972-1978, Barcelona, Editorial Seix Barral, 1980, (“Serie Mayor”).
- Rafael Alberti-José Bergamín. Correspondencia en verso (inédita) Roma-Madrid, Málaga, Litoral, 1982.
- Versos sueltos de cada día [1979-1982], Barcelona, Seix Barral, 1982, ( "Serie Mayor”).
- Golfo de sombras, Madrid, Villamonte Ediciones, 1986. Dibujos de Manuel Rivera.
- Los Hijos del Drago y otros poemas, Granada, 1986, ( “Maillot Amarillo”).
- Accidente. Poemas del Hospital, Málaga, Librería Anticuaria El Guadalhorce, 1987, (“Cuadernos de Raquel”).
- Cuatro canciones (anticipo de Canciones para Altair), Librería Anticuaria El Guadalhorce, ( “Cuadernos de María Eugenia”), Málaga, 1987.
- Canciones para Altair, Ediciones Hiperión, Madrid, 1989.
- Homenaje a la Pintura, Poemas manuscritos expresamente por Alberti para esta edición, con grabados en color de R. Motherwell, Barcelona, Círculo de Lectores, 1991.
- Historia del soldado [1932]. Música de Igor Strawinsky. Introducción de Eladio Mateos Miera. Adaptación y comentarios de José Martos, Sevilla, Fundación El Monte, 2000.
Antologías de poesía
- Antología poética 1924-1940, Buenos Aires, Losada, 1942, (“Biblioteca contemporánea”).
- Antología poética 1924-1944, Buenos Aires, Losada, 1945, ( “Poetas de España y América”).
- Poemas de Rafael Alberti, San Pablo, Pueblo y poesía, 1956.
- Antología poética 1924-1952, Losada, Buenos Aires, 1958, (“Biblioteca contemporánea”).
- Summa Taurina (Verso, prosa, teatro). Edición de Rafael Montesinos, Barcelona, Editorial RM, 1963.
- Antología poética, Edición de Eduardo González Lanuza, Ediciones Culturales Argentinas, Buenos Aires, 1965.
- El poeta en la calle Poesía civil, 1931-1965, París, Editións de la Librairie du Globe, Colección “Ebro”, 1966.
- Poemas de amor, Madrid, Alfaguara, 1967.
- Libro del mar. (Antología poética), Barcelona, Editorial Lumen, 1968. Selección de Aitana Alberti y fotografías de F. Catalá Roca.
- El poeta en la calle (obra civil), Madrid, Editorial Aguilar, 1978, (“Biblioteca de autores modernos”).
- Poemas del destierro y de la espera, Madrid, Edición de José Corredor Matheos, Espasa-Calpe, 1978, ( “Selecciones Austral”).
- Antología poética 1924-1972, Losada, Buenos Aires, 1979, (“Biblioteca clásica y contemporánea”.
- Canto de siempre, Edición de José Corredor Matheos, Madrid, Espasa-Calpe, 1980, (“Selecciones Austral”).
- Poemas para niños, Buenos Aires, Latina D. L., 1980.
- Rafael Alberti, Edición de Jerónimo Pablo González Martín, Madrid, Júcar, 1980, (“Los poetas”). Dos volúmenes.
- 101 sonetos, Seix Barral, Barcelona, 1980, ( “Serie Mayor”). ¡Aire que me lleva el aire!, Barcelona, Labor, 1979, (“Bolsillo juvenil”).
- Del mar de Cádiz, Edición de José Luis Tejada, El Puerto de Santa María,Fundación Municipal de Cultura, 1981.
- Antología poética, Edición de Natalia Calamai, Madrid, Alianza Editorial, 1982, (“Libro de bolsillo”).
- Rafael Alberti, Pliegos Literarios, nº. 49, dentro de “Estudios Hispánicos”, Universidad de Granada, 1982.
- Rafael Alberti para niños,Edición de María Asunción Mateo, Madrid, Ediciones de la Torre, (“Alba y Mayo”), 1985.
- Federico García Lorca, poeta y amigo, Edición de Luis García Montero, Granada, Editoriales Andaluzas Unidas, 1984, (“Biblioteca de la cultura andaluza”).
- Todo el mar, Edición de Pere Gimferrer, Barcelona, Círculo de Lectores, 1985, (“Joyas literarias ilustradas”).
- Rafael Alberti y los niños, León, Everest, 1986, (“Grandes hombres”).
- Antología comentada (2 tomos), Edición preparada por María Asunción Mateo, Madrid, Ediciones de la Torre, 1988.
- 90 Poemas, Edición preparada por María Asunción Mateo, Madrid, Ediciones de la Torre, 1992, («Germinal»).
- Sólo la mar, Edición preparada por María Asunción Mateo, Madrid, Espasa Calpe, 1994.
- Mi primer libro de poemas (Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca y Rafael Alberti), Ilustraciones de Luis de Horna, Anaya, Colección “Sopa de libro”, 1997.
- Antología poética, Barcelona, Editorial Óptima, 1999.Rafael Alberti para niños, Madrid, Susaeta Ediciones, 1999.
- Sueños del marinero, Madrid, Editorial Grijalbo Mondadori, 1998, (Mitos Poesía).
- Antología personal, Madrid,Visor Libros, 1999. (Incluye C.D.)
- La voz de Rafael Alberti,Madrid, Publicaciones de la Residencia de Estudiantes, (“Poesía en la Residencia”), 1999. (Incluye C.D.)
- Poesía cívil 1930-1940, Prólogo de Serge Salaün, Edición de Robert Marrast, Barcelona, Seix Barral, (Próxima aparición).
- Con la luz primera (Antología de verso y prosa de Rafael Alberti), Edición de María Asunción Mateo, Madrid, EDAF, 2002.
Ediciones de poesías completas
- Poesía 1924-1930, Madrid, Cruz y Raya, Ediciones del Árbol, 1935.
- Poesías 1924-1937,Madrid, Ediciones Signo, 1938.
- Poesías 1924-1938, Buenos Aires, Losada, 1940, ( “Poetas de España y América”).
- Poesías completas, Edición de Jorge Horacio Becco,Buenos Aires, Editorial Losada, 1961, (“Cumbre”).
- Poesía 1924-1967, Edición de Aitana Alberti, Madrid, Editorial Aguilar, 1977, (“Biblioteca de autores modernos”).
- Poesía 1920-1938, 1939-1963, 1964-1988, Edición de Luis García Montero, Editorial Aguilar, Madrid, 1988, ( “Obras Completas”).
Antologías infantiles
- ¡Aire que me lleva el aire!, Labor, Colección “Bolsillo juvenil”, Barcelona, 1979.
- Poemas para niños, Latina D.L., Buenos Aires, 1980.
- Rafael Alberti para niños. Edición de María Asunción Mateo. Ediciones de la Torre, Colección “Alba y Mayo”, Madrid, 1985.
- Rafael Alberti y los niños, Everest, Colección “Grandes hombres”, León, 1986.
- Mi primer libro de poemas (Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca y Rafael Alberti). Ilustraciones de Luis de Horna. Anaya, Colección “Sopa de libro”, 1997.
- Rafael Alberti para niños, Susaeta Ediciones, Madrid, 1999.
- Sobre el corazón un ancla. Antología poética. Edición de María Asunción Mateo. Espasa Juvenil, Poesía, Madrid, 2002.
- La Generación del 27 para niños (2 tomos). Ediciones de la Torre, Colección “Alba y mayo”, Madrid, (Próxima aparición).
Fundación Rafael Alberti
La Fundación Rafael Alberti tiene su sede en el Puerto de Santa María en una casa de tres plantas, blanca y luminosa, de sencilla y típica construcción andaluza en la que el poeta vivió de niño.
En ella están depositados no sólo los recuerdos de la infancia del universal poeta, sino también la donación que junto a su primera esposa, María Teresa León, hizo en 1978 a su ciudad natal, así como nuevas aportaciones que cada día van llegando para completar la intensa biografía y obra de Rafael Alberti.
Premios
- Premio Nacional de Teatro (España), 1981.
- Premio Salinas por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (España), 1981.
- Comendador de las Artes y las Letras (Francia), 1982.
- Doctor honoris causa (Universidad de Toulouse), 1982.
- Premio Miguel de Cervantes (España), 1983.
- Doctor honoris causa (Universidad de Cádiz), 1985.
- Medaille Picasso de la UNESCO, 1988.
- Ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (España), 1989.
- Doctor honoris causa (Universidad de Burdeos), 1990.
- Huésped Ilustre de La Habana (Cuba), 1991.
- Doctor honoris causa (Universidad de La Habana, Cuba, 1991.
- Ciudadano Ilustre de Buenos Aires (Argentina), 1991.
- Orden Gabriela Mistral (Chile), 1991.
- Medalla de Oro de Bellas Artes (España), 1993.
- Doctor honoris causa (Universidad Complutense de Madrid), 1993.
- Doctor honoris causa (Universidad Politécnica de Valencia), 1995.
- Hijo Predilecto de la Provincia de Cádiz (España), 1996.
- Alcalde Perpetuo de la Ciudad de El Puerto de Santa María (España), 1996.
- Ciudadano de Honor de la Ciudad de Roma (Italia), 1998.
- Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Cataluña (España), 1998.
Muerte
El 28 de octubre de 1999 murió en su casa de el Puerto de Santa María, en su pueblo natal. Sus cenizas fueron esparcidas en el mismo mar de su infancia, aquel que cantó en su obra "Marinero en Tierra".
Enlaces relacionados
Enlaces externos
Fuente
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Escritores en combate: La experiencia de España Republicana
11 julio 2006
En la Europa de los años treinta, cuando el totalitarismo rampante amenazaba con una noche eterna, los escritores respondieron con un espíritu de combate que salvó la cultura de una declinación sombría. Julien Benda acusó a los intelectuales de traicionar su misión de custodio de los valores del espíritu al descender a la arena política. Pero al aparecer “La traición de los intelectuales”, en 1927, se desarrollaba una profunda crisis espiritual, un eclipse de muchos valores tradicionales de la burguesía en medio de una grave crisis económica. La tensión entre la realidad y las utopías desencadenó un activo impulso revolucionario y fortaleció a la izquierda radical. Es el momento en que Antonio Gramsci reclamó la consolidación del intelectual orgánico que sirve de guía espiritual al identificarse con las necesidades de los desposeídos.
En un clima de creciente extremismo derechista, de acentuación del fascismo y de los regímenes autoritarios, se fundó en París en 1933 por Louis Aragon, -tras apartarse del surrealismo-, la Maison de la Culture. Poco después surgía la revista Commune, con Gide, Barbusse y Nizan. La revolución de octubre avanzaba entre purgas y planes quinquenales que iban acercando la Unión Soviética a cifras de producción similares a los países industrializados del oeste de Europa. Ello coincide en Cuba con la madurez de la generación de la Década Crítica, la revista de Avance y las luchas antimachadistas. El Primer Congreso de Escritores Soviéticos se efectúa en agosto y septiembre de 1934 y a él asisten Alberti, María Teresa León, Malraux, Aragon y Nizan.
Influidos por el espíritu militante alentado en Moscú, el 21 de junio de 1935 se inauguró en la Sala de la Mutualité, en París, el Primer Congreso Internacional de Escritores y a los intelectuales anteriormente mencionados se unieron ahora Romain Rolland, Jean Giono, Ilia Ehrenburg, Jean Cassou y Alexei Tolstoi. Un total de doscientos treinta delegados discutieron sobre humanismo y nacionalidad, oposición o acuerdo del escritor y la sociedad, el individuo expresión de su clase, valor crítico de la literatura, papel social de la literatura, continuidad y ruptura. De ese Congreso emanó la decisión de fundar la Asociación Internacional para la Defensa de la Cultura con una junta directiva de doce miembros entre los cuales se hallaban Valle Inclán, Thomas Mann, Gorki, Bernard Shaw, Aldous Huxley y Sinclair Lewis. Bergamín propuso que se realizara un Segundo Congreso, similar a éste, en Madrid. En junio de 1936 se reúne en Londres el pleno de la Asociación y un mes después estalla la Guerra Civil en España con el alzamiento de las tropas nacionalistas contra la república. Inmediatamente los defensores de la cultura emitieron un manifiesto definiendo su postura ante esa nueva situación: “esta lucha pone en juego la cultura y con ella la libertad, la independencia, la dignidad humana, condiciones de toda creación”. Se habla de la herencia espiritual que el pueblo español defiende y la deuda de los hombres de cultura con el inmenso tesoro dispensado por España al mundo. Ese documento lo firman Alberti, Bergamín, Antonio Machado, Ehrenburg, Aragon y Malraux, entre otros.
Las contingencias de la guerra determinan un cambio de fecha y de lugar. En lugar de Madrid el Congreso se inaugura en Valencia, entonces capital del gobierno republicano, pero a la vez se declaran como sedes a Madrid y Barcelona y se decide que la clausura se efectúe en París. Algunos gobiernos europeos ponen impedimentos para obstaculizar el viaje de varios escritores, entre ellos el gobierno británico que bloquea la concesión de visados a la delegación inglesa, lo cual motiva una enérgica protesta de Stephen Spender.
A diferencia de los anteriores, en este Congreso se advierte una fuerte presencia latinoamericana: Raúl González Tuñón por Argentina, Pablo Neruda y Vicente Huidobro por Chile, César Vallejo por Perú y una nutrida delegación mexicana compuesta de Juan de la Cabada, José Chávez Morado, José Mancisidor, Carlos Pellicer, Silvestre Revueltas y Octavio Paz, entre otros. Por Cuba asistieron Leonardo Fernández Sánchez, Nicolás Guillén, Alejo Carpentier, Juan Marinello y Félix Pita Rodríguez. Para Guillén la asistencia a aquella reunión fue un paso de firmeza en su formación revolucionaria. En 1937 se organizó en México un congreso convocado por la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) y Juan Marinello lo invitó. En México le ofrecieron participar en el Segundo Congreso por la Defensa de la Cultura, que iba a celebrarse en España, en medio de la Guerra Civil. Según el propio Guillén ha confesado, fue la lucha contra la tiranía de Machado en Cuba, y la Guerra Española, los dos acontecimientos políticos que impulsaron su vocación revolucionaria.
Ya Guillén había irrumpido con las formas coloquiales y populares del habla en la literatura cubana. El ron, la rumba, la santería, el solar, se convirtieron en escenarios poéticos. En una sociedad enmascarada con hipocresía burguesa Guillén había logrado adentrarse en la esencia nacional sin caer en el pintoresquismo ni el costumbrismo. Después de aquél afortunado golpe inicial, que le hizo famoso y discutido, con “Motivos de Son”, repitió al año siguiente el experimento con “Sóngoro Cosongo”. Miguel de Unamuno leyó con delectación aquellos versos, se los hizo leer a Federico García Lorca, y le escribió a Guillén una carta en la que confesaba que el sentido del ritmo, de la música verbal de negros y mulatos: “es el espíritu de la carne, el sentimiento de la vida directa, inmediata, terrenal. Es, en el fondo, toda una filosofía y una religión.”
En ese libro ya se advertía que Guillén se apropiaba de elementos que cada cubano conocía pero que ninguno había sabido exaltar hasta la categoría culta de la esencia nacional. “La canción del bongó, la rumba, el canto negro, el velorio de Papá Montero: quemaste la madrugada con fuego de tu guitarra…, Chévere del Navajazo, ¡Ah, qué pedazo de sol carne de mango! La balada del Güije… El calor raja la noche, la noche cae tostada sobre el río… Rojo calor para negros… José Ramón Cantaliso, con su guitarra, en un bar.” Si con los “Motivos de Son” ya se anunciaba en Guillén a un promisorio poeta de talento, con “Sóngoro Cosongo” se reafirma la certidumbre de que ha nacido un gran poeta de nuestra lengua. El Nicolás Guillén que pisa la tierra española es ya un creador maduro, confiado en sus instrumentos de expresión y un revolucionario definido. A su regreso, en mayo de 1937, escribió su “España, poema en cuatro angustias y una esperanza”.
¿De qué se defendían estos “defensores de la cultura? El diez de mayo de 1933 los estudiantes de la Universidad Humboldt, de Berlín, saquearon su biblioteca y condujeron centenares de libros a la Plaza de la Ópera, donde procedieron a incendiarlos. Eran obras de Thomas Mann, Einstein, Heine, Marx, H.G.Wells, Brecht, Feuchtwanger, Hemingway y Remarque, entre otros muchos. Un total de veinte mil libros fueron arrojados a la pira esa noche, pero en las semanas siguientes la purga en bibliotecas y los incendios continuaron por toda Alemania. Joseph Goebbels declaraba: “El futuro ciudadano alemán no será hombre de libros sino hombre de carácter”. Y mientras ardía la quema siniestra frente a la Ópera, Goebbels pronunciaba un discurso en el que afirmaba:”Mientras los académicos se han aislado gradualmente de la vida, la joven Alemania se está preparando
Por esa razón hacemos bien entregando el sucio espíritu del pasado a las llamas
Las viejas mentiras han caído al fuego, pero las nuevas surgirán de esas llamas anidando en nuestros corazones
” Mientras, los miembros de la Asociación de Estudiantes de Alemania gritaban sus consignas: “Contra la decadencia y la degeneración moral”, “Por la decencia de las costumbres de la familia”, “Contra la lucha de clases y el materialismo”, “Por la comunidad del pueblo y una vida ideal”.
En el Congreso del Partido Nacional Socialista Alemán, efectuado en Nuremberg en 1935, su dirigente máximo Adolfo Hitler declaró: “La misión del arte no es acercarse a la podredumbre ni describir al ser humano en estado de putrefacción”. A partir de entonces, y alegando la decadencia moral del arte de vanguardia, numerosas obras fueron incautadas en museos y colecciones privadas. Con ellas se organizó una exposición de “arte degenerado” en Munich, en julio de 1937, (antes de destruirlos), con cuadros de Braque, Chagall, de Chirico, Gauguin, Van Gogh, Kandinsky, Leger, Matisse, Mondrian, Roualt, Vlaminck y Picasso. Las obras fueron clasificadas en salones que llevaban rótulos que definían sus “transgresiones”: el campesinado alemán visto por los judíos, insultos a la maternidad germánica, burlas a Dios. Se proclama como “arte degenerado” todo el período del dada, el cubismo, el expresionismo, el fauvismo y el surrealismo. Joseph Goebbels declara sobre los artistas prohibidos, el 26 de noviembre de 1937: “Son representantes seniles a quienes no puede tomarse en serio y forman parte de un período de monstruosas creaciones intelectuales”.
Con esos truenos en el horizonte el destino del arte de avance, de la literatura liberal, de la libre emisión del pensamiento, se ve torvamente amenazado. El triunfo del fascismo implicaría el auge de la censura, de la diatriba de Estado, de las expresiones mediocres de un realismo edulcorado. A eso responden los intelectuales reunidos en España. El Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura se inauguró en Valencia el 4 de julio de 1937.
Ciento diez delegados de veintisiete países se encuentran presentes en la Sala Consistorial del Ayuntamiento de Valencia con la presencia de Juan Negrín, Presidente de la República Española, quien afirma que la guerra en España comenzó siendo una rebelión militar pero se ha transformado en una lucha por la independencia nacional y por la libertad y la soberanía de todos los pueblos. Responde a nombre de los asambleístas el novelista danés Andersen Nexo, quien es nombrado presidente de esa primera sesión. Le sigue en la palabra el Comisario de Guerra, Julio Álvarez del Vayo, quien recuerda la destrucción de Guernica, crimen que está muy reciente en la memoria de todos.
El 26 de abril de 1937 bombarderos Junkers y Heinkels facilitados por la Alemania nazi, pertenecientes a la Legión Cóndor, atacaron con bombas explosivas e incendiarias, durante tres horas, a la ciudad vasca de Guernica destruyéndola completamente. El ataque causó 1,645 muertes y 889 heridos. La ciudad no era un objetivo de guerra, estaba muy alejada del frente y la fábrica de armas, situada en las afueras, quedó intacta. Se trataba de un ensayo de cierto tipo de bombardeos masivos que los nazis desplegarían más tarde, durante la Segunda Guerra Mundial, para aterrorizar a la población civil. La masacre contra una ciudad abierta e indefensa creó un escándalo mundial.
La segunda sesión la abre Bergamín con un extenso y esencial discurso en el cual glosó el tema shakesperiano del ser o no ser diciendo que jamás un pueblo tuvo más conciencia de sí mismo que cuando se halló solo. “Todo verdadero español, por serlo, es revolucionario – afirma-, y siempre su sangre es espíritu”. En días siguientes Juan Marinello es electo Presidente de las delegaciones hispano americanas y dice en su discurso: “La libertad, lo que representan los defensores de Madrid, es el camino de la vida
el fascismo es el camino hacia la muerte
“En la sesión de clausura declara conmovido: “Los hombres que han venido a este Congreso quieren un mundo a semejanza del que están construyendo, a duro precio de sangre, los defensores de Madrid… ¿Quién podrá entender mejor la razón del campesino de Andalucía que el indio de Bolivia? ¿Quién podrá saber de agresiones del poder económico mejor que el negro antillano? ¿Quién podrá sentir más de cerca la injuria de un pueblo ofendido y maltratado por castas reaccionarias que quien es maltratado y ofendido por tiranías torpes y crueles?… Hay en el hombre, es cierto, un insobornable sentimiento de lo justo; aún en los peores hay una sed de realizaciones
El político y el escritor que merezcan tal nombre, deben coincidir por vías distintas, como hemos coincidido ahora los asistentes a este Congreso, con el impulso del soldado del pueblo
Hunda en España su mano creadora el escritor hispanoamericano; húndala, sabiendo que ha de expresar en su obra la palpitación española universal
No puede hablarse hoy de España sin hablarse de Argentina, de Cuba, de Venezuela, del Ecuador. No se puede combatir el fascismo sin atacar a su hermano gemelo el imperialismo
Yo os afirmo, escritores de toda la tierra, que el escritor de nuestras patrias sabrá ser español. Lo tiene en la sangre y en la conciencia
A todo puede renunciarse menos a la hombría
” Marinello estaba subrayando ante los delegados la necesaria interconexión entre los procesos de liberación y la lucha contra el oscurantismo nazi fascista, de la solidaridad indispensable sin la cual el esfuerzo libertario podría colapsar.
Fernando de los Ríos afirma que si fusilaron a Lorca no fue por su nombre sino por lo que representaba: “fusilaron en él a la poesía, no al poeta”. Una de las víctimas más señaladas de esa horrible carnicería fue Federico García Lorca. Granada cayó en poder de los falangistas el 20 de julio de 1936, dos días después de la traición de los militares. Las persecuciones y la represión se desencadenaron con una saña inusitada. Ian Gibson supone que el poeta fue torturado antes de morir, según las revelaciones de uno de sus homófobos custodios. Se sabe que fue asesinado junto a un maestro de escuela y un banderillero anarquista. Sus restos yacen en el parque de Alfacar, no lejos de Granada. Se ha erigido un monolito en un lugar cercano al sitio donde probablemente se encuentren sus despojos.
Claude Couffon plantea que al estallar la guerra Federico se hallaba planeando un viaje a México. Al saber de la rebelión fascista se ocultó en la casa de sus padres en la Huerta de San Vicente. Después fue a casa de los Rosales, que eran falangistas y podrían brindarle una mejor protección. Durante años se acusó injustamente a Luis Rosales de haberle denunciado pero el tiempo y los hechos lo exoneraron. Tras su arresto fue conducido al edificio del gobierno civil de Granada, después a la Colonia, en Viznar, un sitio de vacaciones convertido en prisión. Allí pasó la noche del 18 de julio y el día 19 fue fusilado. Se sabe que Manuel de Falla hizo múltiples gestiones para salvarlo. El padre de Federico, rico propietario, designó un abogado para que realizara las gestiones de su excarcelación si saber que su hijo ya estaba muerto. Los falangistas difundieron un falso certificado de defunción donde se especificaba que había muerto por “heridas sufridas en la guerra”.
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Tristan Tzara se lamentó en el Congreso de Valencia que solamente los gobiernos de la Unión Soviética y México ofrecían una ayuda efectiva a la república. Dijo que la conciencia del intelectual tiene dos vertientes la conciencia personal y la conciencia que éste debe despertar en las masas. Manuel Altolaguirre denuncia el asesinato de Lorca. César Vallejo afirmó: “los responsables de lo que sucede en el mundo somos los escritores, porque tenemos el arma más formidable que es el verbo”. El escritor alemán Ludwig Renn se separa de las actividades del Congreso para adentrarse en el frente y en Guadalajara, bajo el fuego de las ametralladoras italianas, conduce a un grupo de combatientes alemanes antifascistas, llevando por todo armamento un lápiz en su mano con el cual orienta el rumbo de su tropa.
Nicolás Guillén replica a la falacia de la supuesta superioridad racial de los blancos y rubios germánicos: “para el fascismo, colocado siempre de espaldas a la vida, o mejor dicho, frente a la vida, esa raza ha de tener el dominio del espíritu y de la fuerza para aplastar toda otra manifestación que tienda a la unidad humana como cifra de armonía, de cultura, de paz.”
André Malraux realiza gestiones ante el gobierno de Leon Blum para que le proporcione aviones a la causa republicana y los obtiene. En retribución el gobierno español le otorga el grado de coronel y le comisiona para que forme una cuadrilla de combatientes extranjeros, bautizada como España. Está integrada por veinte aviones pero nunca pasan de diez los que logran entrar en combate. Todos los pilotos viven en el Hotel Florida, en la Gran Vía, el mismo donde habita Hemingway. El grupo de combate de Malraux participa en más de cincuenta acciones. Durante la batalla de Teruel el avión de Malraux sufre un accidente y el escritor deja el frente y se sumerge en el proselitismo activo. Recorre Estados Unidos y Canadá recaudando fondos y ayuda médica. Cuando escribe su novela sobre la Guerra Civil, “La Esperanza, hace decir a uno de su personajes: existe una esperanza profunda en cada hombre. Para quien ha estado injustamente condenado, quien ha encontrado la torpeza, la ingratitud o la cobardía, la revolución desempeña, entre otros papeles, el mismo que ejercía antes la vida eterna, lo cual explica muchas de sus características. Y concluye: “Si cada uno aplicara a sus esfuerzos propios un tercio del empuje que empeña por lograr una nueva forma de gobierno, sería posible vivir en España
”
Ernest Hemingway llegó a España en el invierno de 1936 para servir de guionista a un filme de Joris Ivens “Tierra Española”. Lograron filmar secuencias en la batalla de Guadalajara. En Madrid Hemingway residió en el Hotel Florida en la Plaza del Callao. Frecuentaba el Hotel Gaylord, donde residían primordialmente los rusos, prueba de que no tenía ningún prejuicio antisoviético. Uno de sus principales interlocutores era el corresponsal de Pravda, Mihail Koltsov, (más tarde fusilado por Stalin), quien le asistía con sus análisis de la compleja situación política de la Guerra Civil. Allí conoció a Ilya Ehrenburg.
Durante los tres años de la guerra hizo cuatro viajes a España. El primero fue una estancia de cuarenta y cinco días. Regresó a Nueva York para hablar en el Segundo Congreso de Escritores Americanos, en Carnegie Hall. El tema de ese evento fue el abandono de la llamada de Torre Marfil de los escritores que se abstraían del compromiso con su tiempo. Allí dijo que la única forma de gobierno que no podía producir buenos escritores era el fascismo, que es “una mentira contada por matones. Un escritor que no esté dispuesto a mentir no puede vivir bajo el fascismo.” El gran problema de los escritores, siempre, ha sido escribir la verdad, afirmó.
Al regresar a España comenzó la tarea de escribir el guión para el filme “La tierra española”. Joris Ivens tenía la idea pero no el dinero. Hemingway formó la compañía productora “Historiadores Contemporáneos”junto a John Dos Pasos, Lillian Hellman y Archibald McLeash, quienes sufragaron los costos del documental junto con él. Hemingway acompañaba a los camarógrafos al campo de batalla de Campo del Moro para que realizaran las tomas correspondientes. Terminada la obra la llevó a Estados Unidos para su edición, musicalización y posproducción. Obtuvo que lo recibiera el Presidente Roosevelt y su esposa Eleanor, en la Casa Blanca, donde les proyectó el filme y argumentó a favor del abandono de la neutralidad de Estados Unidos hacia el conflicto español. Esto revela una actitud militante, un deseo de hacer campaña, de convertirse en un activista. Era algo más que un corresponsal, era algo más que un observador indiferente y objetivo. Se apasionaba y comprometía.
En 1937 Hemingway asistió al Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura. Según Hugh Thomas, Hemingway excedió sus responsabilidades como corresponsal de guerra. Instruyó a jóvenes brigadistas sobre el manejo de las armas. También visitaba hospitales para confortar heridos. En enero de 1937 hizo una donación de cuarenta mil dólares para comprar ambulancias. También requirió a algunos de sus opulentos amigos americanos para que entregaran dinero a la causa española. Escribió la obra teatral “La quinta columna” como un instrumento de agitación y propaganda. Obtuvo en noviembre de 1938 que el Theater Guild la estrenase en Broadway.
En febrero de 1939 empezó a escribir “Por quien doblan las campanas” en el Hotel Ambos Mundos. Cuando salió publicada recibió grandes críticas de la izquierda. Lo acusaron de renegado y traidor. Hemingway no ocultaba las atrocidades cometidas por ambas partes ya que la ferocidad de la guerra arrastra a todos. Harry Morgan el personaje de “Tener y no tener” dice: “un hombre solo no puede nada”. En ese elogio de la solidaridad puede sintetizarse el credo humanista de Ernest Hemingway quien contribuyó a introducir en la apreciación de los grandes públicos norteamericanos el tema de la guerra civil española. Pese a su rechazo a editorializar en su narrativa no puede dejar de hacerle exclamar a Robert Jordan en “Por quien doblan las campanas”: “He estado combatiendo desde hace un año por cosas en las que creo. Si vencemos aquí, venceremos en todas partes. El mundo es hermoso y vale la pena luchar por él, y siento mucho tener que dejarlo.”
Antonio Machado pronuncia en el Congreso su discurso, que luego sería acreditado por múltiples reproducciones, con una cita de Mairena: “Escribir para el pueblo, ¡que más quisiera yo!, deseoso de escribir para el pueblo aprendí de él cuanto pude, mucho menos – claro está – de lo que él sabe
Escribir para el pueblo es rebasar las fronteras de nuestra patria
Escribir para el pueblo es llamarse Cervantes en España, Shakespeare en Inglaterra, Tolstoi en Rusia”.
Rafael Alberti concluye con un poema: “Todas las voces del mundo / los corazones más llenos / de sangre limpia, de clara /sangre que es entendimiento / contigo, pueblo de España
”
Alberti estuvo en Moscú cuando el Primer Congreso de Escritores Soviéticos. Eran los años difíciles de la implantación del culto a la personalidad en la URSS, pero también de una toma de conciencia generalizada de los deberes del intelectual ante el descalabro social del capitalismo. Conoció a Prokofieff y a Eisenstein. Años más tarde Alberti definiría ese congreso como una convención para definir cómo debía hacerse un arte socialista. Lo presidió Gorki. Alberti acompañó a Aragón y a su mujer, Elsa Triolet. Conoció a Pasternak. Maiacovski se había suicidado no hacía mucho.
En 1937 se entrevistó con Stalin para solicitarle que enviase a los escritores soviéticos al congreso que iban a celebrar en España. André Gide había prometido su asistencia y como recién había publicado un libro antisoviético se decía que los escritores de la URSS no asistirían en protesta por su presencia. Mihail Koltsov le concertó la entrevista. Stalin lo recibió en un despacho con un gran mapa de España lleno de banderitas señalando las diferentes posiciones de fuerzas en los frentes. Cuando vio a Alberti le dijo: tengo una gran noticia que darle: los italianos de Mussolini han sido derrotados en la batalla de Guadalajara. Luego añadió que la República española era inmensamente popular en la Unión Soviética y que si hiciesen una convocatoria de voluntarios muchísimos se presentarían para luchar allí.
Alejo Carpentier refiere que en la ruta de Valencia, al atravesar el poblado de Minglanilla, una anciana arrugada se le acercó y le dijo: “¡Defiéndannos, ustedes que saben escribir!” Carpentier confiesa que nunca se sintió tan humillado como en aquel instante, dándose cuenta de lo poco que significaba “saber escribir” ante ciertos desamparos profundos, ante ciertas miradas de fe, ante el oscuro anhelo de mundos mejores que palpitaba en el alma de aquellos campesinos. Más tarde, en la sesión de clausura en París, Bertolt Brecht dirá: “Atacar un sindicato o un monumento es la misma cosa. El pueblo, al perder su posición política y económica, pierde también sus medios de producción culturales.”
El ápice de la contribución de un escritor a la causa republicana puede hallarse en el rastro honroso de Pablo de la Torriente Brau, quien entregó su vida. Desde su explosión lírica, cuando exclama en una crónica: “He tenido una idea maravillosa: me voy a España
a la revolución española, en donde palpitan hoy las angustias del mundo entero de los oprimidos. La idea hizo explosión en mi cerebro, y desde entonces está incendiado el gran bosque de mi imaginación”. A lo cual Raúl Roa le replica en una carta premonitoria: “Creo que España vale hoy todo. Hasta el sacrificio de la propia vida”.
Pablo llega a Madrid el 24 de septiembre de 1936. Ha hecho un largo viaje desde Nueva York. Se reúne en el Hotel Florida con los combatientes internacionalistas. Visita el frente de Guadarrama. Los fascistas cortan la comunicación por carretera entre Toledo y Madrid. Se combate en la Ciudad Universitaria. Comienzan a abrirse trincheras en Madrid. En su trabajo como Comisario del Pueblo Pablo recluta campesinos, conoce caracteres. En su crónica “En el parapeto” refiere su confrontación con un falangista en las trincheras. “Con ustedes hay italianos y alemanes mercenarios enviados por Hitler y Mussolini, los dos chulos del cabaret político de Europa
Con ustedes está la canalla del mundo. Ustedes son mandados por traidores. A nosotros nos mandan luchadores por la libertad y nos apoya el proletariado del universo entero.”
La mañana del día 19 de diciembre sale con una avanzadilla a reconocer el frente de Majadahonda, bajo una intensa nevada. Todos regresan menos él. Se envía otro destacamento de reconocimiento. En un barranco aparece el cadáver de Pablo con el corazón atravesado por un balazo. Todo el músculo y el vigor de aquél joven alegre pasa a ser una contracción, escribió Lino Novás Calvo. Lo veló “una guardia de labriegos erguidos, oscuros, silenciosos”. En el cementerio de Chamartín los soldados de la brigada rodearon con un cerco de bayonetas su sepultura. Una descarga quebró el himno. Miguel Hernández escribió: “Has quedado en España
con el sol español puesto en la cara / y el sol de Cuba en los huesos”.
No todos los asistentes al Congreso tuvieron una actitud ejemplar. André Gide comenzó a interesarse en Rusia a través de sus estudios de la obra de Dostoievsky. Descubrió en la Revolución de Octubre un instrumento de redención humana y asistió a los congresos de escritores de Moscú y París que habían precedido al de Valencia. Tras un viaje a la Unión Soviética se declaró comunista pero una segunda visita le impulsó a renegar de cuanto había dicho y apartarse de una doctrina que, según él, “limitaba su libertad individual como creador”. Escribió dos libros: “Viaje a la URSS y “Retoques a mi viaje a la URSS”. Tras haberse declarado escritor comprometido ahora pasó a la posición de renegado y como tal es denunciado en el congreso español.
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George Orwell fue a España a luchar junto a los republicanos y se unió a las fuerzas del Partido Obrero de Unificación Marxista (P.O.U.M.) afín a los anarco-sindicalistas. Luchó, como subteniente, en los frentes de Aragón y de Teruel, donde fue herido en la garganta lo cual le dejó una afección en la voz. En mayo de 1937 inició su refutación del comunismo y al regresar a Londres ingresó en la BBC. Ya había sido policía en las fuerzas coloniales británicas en Birmania, pero tras su entrada en la BBC se convirtió en delator y empezó a facilitar listas de simpatizantes comunistas a través de un contacto en Relaciones Exteriores, donde incluiría a bien conocidas figuras como el dramaturgo J.B Priestley, el poeta Stephen Spender, el actor Michael Redgrave, el cantante Paul Robeson y el escritor norteamericano John Steinbeck. Recibió subvenciones de hasta cien mil dólares de la Agencia de Información de Estados Unidos. Colaboró con el reaccionario Congreso por la Libertad de la Cultura. La película “La granja de los animales”, basada en una obra suya, fue íntegramente financiada distribuida por la CIA. Escribió su alegato español en “Homenaje a Cataluña”.
La guerra civil española, el empeño de lo mejor de la intelectualidad europea y americana con aquella causa, preparó el terreno para el gran enfrentamiento ideológico que acompañó la pugna bélica de la Segunda Guerra Mundial. La experiencia republicana demostró que los escritores podían desempeñar un papel esencial en los desafíos de la época. La solidaridad activa, que podía expresarse de muchas formas, era otra forma de combatir. Toda una generación comprendió que abstenerse era un modo de elegir. El entendimiento y la penetración que exige la literatura deben ir acompañados de un profundo sentido ético. Tras la derrota Albert Camus escribió: En España “los hombres descubrieron que era posible tener razón y sin embargo, ser vencidos, que la fuerza puede superar el espíritu y que hay veces en que el valor no es su propia recompensa”.
James Wilkinson afirmó en su “La resistencia intelectual en Europa”: “Durante tres años de prolongados y sangrientos combates, en que se enfrentaron las fuerzas insurgentes de Franco y sus aliados ítalo-germano contra los republicanos leales y una banda internacional de voluntarios, los intelectuales consideraron los acontecimientos de España como un drama simbólico. Algunos participaron en la guerra como combatientes; muchos más identificaron sus esperanzas con la supervivencia de la república y se sintieron disminuidos cuando ésta cayó
La segunda Guerra Mundial empezó con una capitulación ante el fascismo y terminó con una reafirmación de los valores que tan cerca habían estado de perecer en 1939. La historia intelectual de los años de guerra es una historia de esta reafirmación, modelada por los esfuerzos de la Resistencia. Esa experiencia ejemplificó lo que Jaspers había llamado “una situación límite”, en que los verdaderos ideales y lealtades de una persona se revelaron a ella misma y a los demás. La guerra dio a estos ideales una validez concreta en la prueba de la experiencia personal. Justificó la profundidad de convicción con que eran profesados y la lealtad que continuaron inspirado entre muchos intelectuales, mucho después que la paz retornó para los sobrevivientes en 1945.” Fue precisamente en el año de 1945 cuando en el número inicial de “Tiempos modernos”, Sartre esboza su concepción de lo que debe ser la literatura. Comienza afirmando que todos los escritores de origen burgués han conocido la tentación de la irresponsabilidad. Por un lado canta, suspira; por el otro, le dan dinero. El intelectual ha optado por juzgar a su medio y de esa manera creer que escapa de sus trampas. Pero el escritor no tiene ninguna posibilidad de evadirse y debe abrazarse estrechamente con su época. No cabe lavarse las manos. Se escribe para los contemporáneos y se percibe el mundo con ojos perecederos. Continúa diciendo que cada época descubre un aspecto de la condición humana y el hombre debe decidir su propio destino frente a los demás. Es indispensable contribuir a que se produzcan cambios en la sociedad que nos rodea, afirma. La literatura debe volver a asumir lo que nunca debió deponer, su función social. La única tarea del espíritu de análisis de la burguesía es turbar la conciencia revolucionaria y aislar a los hombres en beneficio de las clases privilegiadas. Un hombre es toda la tierra y se libera actuando sobre su entorno. Cada ser humano debe elegir el sentido de su propia libertad, aceptándola o rebelándose contra ella, y una vez hecha su elección se compromete y es totalmente libre.
En 1947 publica, en el segundo tomo de sus “Situaciones” su ensayo “¿Qué es la literatura?” donde comienza afirmando que el escritor trabaja con significados y la propia ambigüedad del signo permite ir más allá de la grafía para perseguir contenidos nuevos. La prosa es ante todo una actitud del espíritu, afirma y concluye que la palabra es un momento de la acción y no se comprende fuera de ella. Hablar es actuar y toda cosa que se nombra ya ha perdido su inocencia. Revelar es cambiar y no es posible descubrir sin proponerse un cambio. El escritor revela el mundo a los demás hombres para que asuman sus responsabilidades. La mirada del escritor coagula y cambia el objeto en sí mismo. Por tanto la misión del escritor consiste en obrar de modo que nadie pueda ignorar el mundo.
En otro ensayo, en el mismo opúsculo, “La nacionalización de la literatura” expresa su temor de que se convierta a los escritores en bienes nacionales y trocados en funcionarios y agobiados de honores se desvanezcan discretamente detrás de su obra. El deber del intelectual, afirma, consiste no solamente en escribir sino en saber callar cuando es necesario. La obra escrita es un hecho social y un escritor, antes de tomar la pluma, debe estar profundamente convencido de lo que va a decir y muy persuadido de su enorme responsabilidad. Sartre definió bien en sus “Situaciones” el papel del intelectual en la sociedad burguesa: “Inseguro de su posición social, demasiado temeroso para alzarse contra la burguesía que le paga, demasiado lúcido para aceptarla sin reservas, ha escogido ser juez de su época y se ha persuadido de que, por este medio, permanece ajeno a ella.” El ascenso de la derecha en Europa, en la década del treinta, recibió la repulsa generalizada de escritores y artísticas, como ya hemos visto. En marzo de 1933, Thomas Mann renunció a la Academia Prusiana y marchó al exilio. Fue el primero de una larga fila de quienes se apartaron de las dictaduras en progresión. Al ocurrir la ocupación alemana de Francia Malraux se unió al maquis insurgente. También se adhirieron a la Resistencia francesa escritores como Sartre, Beauvoir y Merleau-Ponty, Eluard, Camus y Vercors. Otros, como Bernanos, Levy Strauss y Raymond Aron prestaron su voz al inconformismo desde el exilio. No podemos olvidar el Manifiesto de los 121, que los intelectuales franceses esgrimieron contra la guerra de Argelia, pese a un escandaloso proceso judicial con el que se trató de coaccionarlos. En Italia, Pavese, Vittorini, Silone conquistaron un prestigio moral en la Resistencia contra el fascismo.
Al terminar la Segunda Guerra Mundial una nueva promoción de escritores se enfrentó al tema de la catástrofe pasada y al conflicto que surgía con la Guerra Fría. El tema de la literatura comprometida se impuso como la nueva alternativa moral ineludible. Günther Grass definió así el problema: “Sentí que para mi generación y para los autores de la literatura alemana que renacía, los temas centrales ya estaban fijados: la guerra criminal desatada por Alemania; la capitulación total; los crímenes y su sombra trágica.”
Ello no era suficiente. Él y su generación debían luchar, además, contra el intento de ocultar lo que para todos era evidente. Ha dicho Grass que batallaron contra: “la imposición de la censura sobre el pasado. Algunos dirigentes políticos y hasta algunos intelectuales, construían leyendas. Hablaban de un pobre pueblo engañado, manipulado por los nazis. Después de 1945 la mayoría de los alemanes adoptaron una consigna: no hablar del tema, cubrir todo con un manto de olvido y dejar las cosas como estaban. La joven literatura quería hallar una respuesta para esa situación. Desde el comienzo estábamos contra esos silencios y esos olvidos. Y esa misma actitud la mantuve ante las tentativas oficiales de apaciguamiento.”
Han dicho algunos críticos que la literatura alemana de la posguerra tuvo como misión “sacar el cadáver del armario”, admitir la culpabilidad colectiva por el advenimiento del nazifascismo, combatir el congelamiento de las opciones en la estructura del nuevo orden social burgués. También se enfrentaban a los desafíos de la Guerra Fría. Con Heinrich Böll, Grass compartió un realismo escéptico que les parecía era la única posición honesta dentro de las circunstancias de la reconstrucción alemana. No querían admitir los excesos estalinianos, pero también rechazaban una sociedad que tenía como propósito primordial cambiar de modelo de automóvil todos los años. Eran escritores movidos esencialmente por motivaciones éticas.
Los grandes movimientos artísticos del siglo veinte, han estado imbuidos de preocupación social. El Expresionismo, el Dada, el Surrealismo, el Futurismo han incitado a la rebelión contra la sociedad organizada. La vanguardia intelectual y artística ha utilizado la crítica y la inserción en la vida política para reafirmar su validez social.
En los años treinta se desarrolló la Gran Depresión en Estados Unidos y muchos intelectuales se agruparon en torno a la revista de izquierda “The Masses” y comprendieron su papel social. Escritores como John Steinbeck y Ernest Hemingway tomaron conciencia de la realidad social y expresaron en su obra los desajustes de su tiempo. Esa tradición se consolidó en Norteamérica cuando, años más tarde, Robert Oppenheimer se opuso a la cacería de brujas, auspiciada por el McCartismo, y Benjamin Spock y Noam Chomsky rechazaron la guerra en Vietnam.
Alejo Carpentier describió al intelectual latinoamericano como un ser que sale de la universidad para ingresar en la prisión. Este confinamiento se debe a la obsesión de actuar como vectores de la conciencia nacional. En América tenemos una arraigada tradición de intelectuales que han ejercido el compromiso intelectual, que va desde Sarmiento a Martí, de Vasconcelos hasta José Revueltas. La nómina de intelectuales que han pagado con su vida su intento de alentar una nueva vida se ha enriquecido en tiempos recientes con los nombres de Rodolfo Walsh y Javier Heraud, entre otros. Tupamaros, Montoneros y Miristas vieron entre sus filas a muchos poetas.
El hombre de pensamiento tiene como tarea nombrar las cosas, realizar inventarios, alentar productos de la imaginación, normar la vida y trazar procedimientos. Desde los sofistas hasta los enciclopedistas no han hecho otra cosa. ¿Hasta qué punto se puede ser neutral sin convertirse en un réprobo, disentir sin ser reprimido, declararse independiente sin sufrir represalias? Cuando se pretendió imponer la ideología a la creación artística la imaginación ha desfallecido. La patética experiencia de la Unión Soviética sirve de escarmiento para evitar experiencias similares. Los bolcheviques no comprendieron a la vanguardia artística que se desarrollo al calor de una auténtica revolución, como la de octubre. Los grandes cambios en la expresión artística protagonizados por Tatlin, Kandinsky, Malevitch, El Lissitsky y Rodchenko no fueron aceptados.
El modernismo y los soviets nunca se entendieron: las teorías del proletkult concebían la creación artística como un medio de difusión ideológica y agitación política y se desperdició un valioso talento que pudo haber sido incorporado positivamente a la creación del socialismo. La imposición de una doctrina estética partidista y de una censura, el zdanovismo y el realismo socialista, acarrearon la esquematización y reducción de la vida cultural. Bertolt Brecht, quien nunca perdió la frescura original que le permitió cuestionarlo todo, pudo escribir estos versos: “¡Tú que eres un dirigente, / no olvides que lo eres / porque has dudado de los dirigentes! / ¡Permite, por tanto, a los dirigidos / dudar!” Pero su consejo no fue escuchado: la credulidad forzosa sustituyó a la duda sistemática.
La literatura ha desempeñado un papel primordial en los cambios acaecidos en nuestra era. Moldeando las normas de pensamiento y los modelos de conducta los escritores han influido en la conformación de nuestra era y en el proyecto del “otro mundo” perfectible al cual todos aspiramos. La autoridad que los escritores ejercen ha estado en relación directa con su concepto de compromiso, con su deber de identificarse con las causas vinculadas al desarrollo social. Edificar la opinión pública es una función de la literatura y solamente puede ejercerse cuando existe un fuerte vínculo entre quienes piensan y quienes actúan, cuando el emisor de opinión establece una relación con las bases que animan los criterios.
Hay quienes constatan que cada día se lee menos y se ve más; la cultura de la figuración reemplaza lentamente a la del entendimiento. La extensión del raciocinio está vinculada a la amplitud del establecimiento educacional. De otra parte, existen desafíos que deben enfrentarse: la intolerancia, el fanatismo fundamentalista, la explosión demográfica, el déficit educacional, la omnipotencia creciente de las transnacionales de la comunicación, las catástrofes ecológicas, las migraciones incontroladas, el consumo en auge de estupefacientes, la desigualdad en la distribución de la riqueza. El escritor es un sacerdote laico y dentro de sus funciones se encuentra la renovación de la fe en la eficacia de las virtudes sociales. La independencia del intelectual siempre ha estado menguada por el poder del estado y el absolutismo de los mercados. Ha pasado de los brazos del príncipe al regazo del empresario. Campeador de ideas, de luchas ideológicas, de combates espirituales, el conformismo es el peor anestésico de la eterna vigilia a que está condenada la conciencia. La relación entre la palabra y la autoridad política, entre los signos semánticos y las esferas decisorias, es uno de los fenómenos que ha definido a nuestra época. Los escritores pueden ser depositarios de una parte del dinamismo social, de los resortes que actúan como impulsores de la marcha de la comunidad. Para ello hay que supeditar el oficio literario a un cometido moral que le otorgue otra dimensión a la tarea de reflejar el ser y su circunstancia.
El intelectual, en nuestro tiempo, se ha debatido entre la servidumbre y la irresponsabilidad. Al individualismo liberal ha tratado de oponérsele la subordinación a las necesidades corporativas; o nos someten a una disciplina o nos aíslan del contexto social. El Congreso de Escritores en Defensa de la Cultura de España dio inicio a estas reflexiones y afanes que animaron el combate de los escritores en la primera mitad del siglo XX.
Conferencia inaugural del “Coloquio Festival de Música y Poesía Nicolás Guillén”, convocado por la Fundación Nicolás Guillén, el 10 de julio de 2006, en el Hemiciclo del Palacio de Gobierno de La Habana Vieja |
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