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General: Aida Abella candidata presidencial por Unión Patriótica en Colombia
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Respuesta  Mensaje 1 de 5 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 18/11/2013 05:44
Unión Patriótica
Con la candidatura de Aída Abella, un llamado a la unidad y total respaldo a los diálogos de paz terminó al V Congreso
Por Camilo Raigozo. Notimundo.in
 
Además de la proclamación de la candidatura presidencial de Aída Abella, en el congreso que terminó ayer domingo, se desarrollaron varios temas políticos, ideológicos y organizativos que le dan fuerza, carácter y diversidad a la Unión Patriótica.
 
En el futuro inmediato el partido no solo trabajará por el derecho a la reparación integral, verdad, justicia y reparación de las víctimas, sino que empeñará todo su esfuerzo para conseguir la tan anhelada paz y rodeará la Mesa de La Habana para que los diálogos terminen en un acuerdo de paz.
 
Así mismo enfocará sus fortalezas en la tarea de promover la Asamblea Nacional Constituyente, para la refrendación de lo que se acuerde en La Habana.
 
La UP exigirá que los acuerdos de participación política que fortalecen la democracia tengan aplicación inmediata y se puedan aplicar a la actual campaña electoral.
 
Una de las tareas más importantes emanadas del congreso es la búsqueda urgente de la unidad de la izquierda y los sectores democráticos y populares, para enfrentar con fortaleza las maquinarias y el poder de los partidos de derecha y extrema derecha.
 
El reto no es solo para la Unión Patriótica, sino también para el régimen quién deberá garantizarle al movimiento político su existencia y el derecho a ejercer su labor proselitista en todas las regiones del país sin que sus dirigentes y militantes sean asesinados, porque la Unión Patriótica exterminada tenía presencia en todo el país.
 
Un elemento importante por el que trabajará la nueva UP es la exigencia al Gobierno a que reconozca el genocidio político de la Unión Patriótica la cual fue sacada a tiros del escenario.
 
Al evento asistieron 1.278 delegados provenientes de las 27 asambleas regionales y departamentales de todos los rincones del país. Además participaron invitados de organizaciones de jóvenes, mujeres, indígenas y población LGTBI, informó la oficina de prensa del congreso.
 
Además de Aída Abella fueron elegidos entre otros: Omer Calderón, actual presidente de la UP; Jahel Quiroga Carrillo, directora de Reiniciar; Felipe Santos; Jaime Caycedo Turriago, secretario General del Partido Comunista Colombiano; José Antequera y Patricia Ariza, actual directora de la Corporación Colombiana de Teatro.
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 18/11/2013 05:47
Unión Patriótica
Aída Abella le exige al régimen devolverle a la UP 14 curules en el Congreso arrebatadas a sangre y fuego
Por Camilo Raigozo. Notimundo
 
La candidata a la Presidencia de la República por la UP, Aída Abella, le exige al régimen que preside Santos la devolución de al menos 14 curules que le fueron arrebatados a sangre y fuego a la Unión Patriótica, como parte de la reparación.
 
Igualmente señaló Abella en una entrevista con un diario capitalino, que por varios periodos a la UP no pueden exigirle un umbral electoral después de su exterminio.
 
“No pueden exigirle un umbral a un partido que ha tenido todos los problemas que hemos tenido y esa es una de las cosas que estamos pidiendo en la reparación”, le dijo Aída a El Tiempo.
 
Aída Abella, quien regresó al país el pasado 13 de noviembre después de más de 17 años de exilio forzado en Europa donde buscó refugio para proteger su vida del régimen terrorista que padece Colombia, expresó que tiene muchas esperanzas en que esto cambie.
 
“Tengo mucha esperanza de que esto cambie. Los ocho años de Uribe fueron perdidos. El país retrocedió mucho, especialmente en cuanto a la tolerancia. Se dividió y ahí vienen los que avalan la guerra y los que no”, dijo.

Respuesta  Mensaje 3 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 18/11/2013 05:56

Las confesiones de Aída Abella, 17 años en el exilio

Por Rodrigo Urrego, periodista de Semana.com

ENTREVISTA La exdirigente relata cómo sobrevivió al exterminio de la UP y exige al gobierno que lo reconozca como un genocidio.

Las confesiones de Aída Abella, 17 años en el exilio . La exmilitante la Unión Patriótica Aída Abella reaparece tras 17 años de exilio.

La exmilitante la Unión Patriótica Aída Abella reaparece tras 17 años de exilio.

Foto: Rodrigo Urrego / SEMANA

Diecisiete años, seis meses y cuatro días llevaba Aída Abella sin pisar Colombia. Un rocket que le lanzaron a su carro el 17 de mayo de 1996, cuando se desplazaba por la autopista Norte a su oficina del Concejo de Bogotá, fue el último campanazo de alerta que le indicó que sus días en el país habían terminado.
 

La entonces presidenta de la Unión Patriótica, en contra de su voluntad, tuvo que exiliarse. De su vida de trabajo por la comunidad en Bogotá pasó a ser refugiada y luego empleada en una chocolatería en Ginebra (Suiza) donde aprendió que el mejor chocolate del mundo se hace con cacao de Venezuela. Todo un giro de 180 grados.

Ahora, luego de que el Consejo de Estado le restituyera la personería a la UP, Aída volvió precisamente para presidir el V Congreso de este partido. Sin embargo, su exilio no termina, pues considera que aún no hay garantías para retornar a la actividad política que abandonó por las intensas amenazas de los paramilitares.

A su regreso, Aída, en diálogo con Semana.com, relató la forma como sobrevivió a lo que ella considera fue el genocidio más grande del país, el de la UP, pero sobre todo a casi 20 años de persecución política desde que era dirigente sindical.

El país aún recuerda su voz entrecortada relatándole al periodista Dario Arizmendi la forma como habían atentado, con esa bazuca. Decenas de balas la acariciaban. La muerte estaba a la vuelta de la esquina. Fue la última vez que habló en directo en las ondas radiales. La última vez que se conocieron noticias de esta dirigente de izquierda. Este es su testimonio.

“Aún tengo en la mente los sonidos de la muerte de aquella mañana del 17 de mayo del 96”, recuerda Aída. “Pero lo que son las cosas. Darío Arizmendi, el periodista que siempre me vetó, me abrió el micrófono. No sabía por qué me tenía vetada. Me lo contó un periodista y luego un compañero concejal me lo ratificó: -Aída, ¿por qué te veta Arizmendi? ¿No te das cuenta? Nos llama a todos menos a ti-. Yo le dije: -el día que me necesite me va a llamar y ese día le voy a dar las gracias por levantarme la censura. Pero precisamente fue en ese momento. Las balas silbaban cerca de nuestros oídos, en cualquier momento nos moríamos Estábamos en directo. No le pude decir lo que tenía que decirle a Arizmendi”-.

Aída Abella: ¿Cómo recuerda aquella mañana del atentado?

Semana.com:
La muerte nos acariciaba. Recuerdo que había un extraño trancón, no podíamos avanzar. Vi un carro al lado del que salía un tubo, era como una bazuca. Después nos dispararon tres revólveres al tiempo, el carro quedó con 40 impactos de bala. Ahí tengo la investigación que hizo la Policía. A nosotros nos dispararon por la espalda, pero la policía dice que nos dispararon de frente. Son cosas que demuestran que la Policía estuvo ahí. ¿Cómo pueden decir eso? Cuando nuestro senador, Hernán Motta, hizo un debate en el Senado, la Policía le llevó la investigación que estaban haciendo como una muestra de que los crímenes de la UP se investigaban. Pero todo eso era falso.

A. A.: ¿Desde cuándo empezó a recibir amenazas?

Semana.com:
La primera amenaza nos llegó en 1973 cuando estábamos en la actividad sindical, aún no estábamos en la vida política. Íbamos a hacer un paro de una hora los trabajadores del Estado. “Paró la burocracia una hora”, decía el titular de El Tiempo en primera página, no se me olvida. Ese paro nos costó la primera amenaza. Teníamos seguimiento de los cuerpos de seguridad del Estado. Iban detectives a las oficinas a vigilar al movimiento sindical. Siempre que íbamos a hacer una huelga coincidían las amenazas.

La primera carta que recibí tenía pintados dos fusiles cruzados: “Enemigos de la patria, los seguimos paso a paso”, decían. Ya cuando estaba en la Asamblea Constituyente me calificaban como “la vocera de la insurgencia”. No hubo un día en que no tuviera miedo de perder la vida. Cargaba dos escoltas, y ante las amenazas, me acuerdo que Humberto de la Calle, en ese entonces ministro de Gobierno, nos prestó un carro blindado. Esa era nuestra seguridad.

Semana.com: ¿Cómo era hacer política en medio de los asesinatos de crímenes contra sus compañeros?

A. A.:
Cuando salimos de la Constituyente, en diciembre del 91, me eligen presidente de la UP y ahí fue Troya. Las amenazas no dejaban descansar. Cuando llegué al Concejo era una de las épocas más duras de la matanza al movimiento: el asesinato de los trabajadores en Urabá. Fue cuando aparecieron los ‘mochacabezas’, le quitaban la cabeza a nuestros compañeros, las colgaban en estacas, sobretodo en la diagonal San Jorge de Apartadó.
Algunos iban a sus fincas bananeras, les cortaban las cabezas y las mandaban en bandejas a los casinos de los trabajadores en la hora del almuerzo, con el mensaje de que si seguían en el sindicato las cabezas rodarían. Jugaban fútbol con las cabezas de la gente que asesinaban, y esperaban a que vinieran las aves de rapiña a comerse los cuerpos. Eso no se sabía porque no permitían que saliera en las noticias.

Semana.com: Pero se atrevieron a denunciarlo…

A. A.:
La gente tenía que saber lo que estaba pasando en Urabá. Y nadie quería publicarlo. Fuimos a la Fiscalía y hablamos con Alfonso Valdivieso. En ese informe iba los sitios donde se entrenaban los paramilitares, los asesinatos de nuestra gente, y quien los había matado. Estaban implicados nombres de miembros de las fuerzas militares.

La carta se filtró a los medios. A los tres días recibí un mensaje de Rito Alejo del Río comandante de Brigada para reportar los hechos denunciados. Y trece días después me dispararon. Son cosas que uno dice ¿estuvo una cosa ligada con la otra? Es posible. Pero ante la matanza de nuestra gente no nos podíamos quedar callados. Para lo que sirvió esa denuncia fue para que se parara esa forma de matar tan cruel. No la siguieron empleando en masa.

Semana.com: Prácticamente la UP tuvo que sesionar en los cementerios…

A. A.:
Era tal la cantidad de muertos a lo largo y ancho del país que cada semana nos encontrábamos en los cementerios. Hacíamos la militancia en el cementerio. Teníamos que vivir en condiciones de legalidad y normalidad. Muchas veces no podíamos llegar a la casa. Nos avisaban los vecinos que hay carros con gente armada al frente. Durábamos hasta semanas fuera de casa. Casi siempre eran funcionarios del Estado. Permanecían por semanas completas, gente armada, al lado de nuestras casas. Y lo peor, mientras enterrábamos a nuestros compañeros había gente de la fuerza pública que se reía. Era indignante. Es el mínimo respeto. Fueron años muy duros y difíciles.
Semana.com: Han pasado casi 20 años, y los paramilitares en Justicia y Paz han denunciado como fue la matanza a la UP.

Semana.com: ¿Cómo ha recibido esas confesiones?

A. A.:
Me causó estupor la entrevista de Raúl Hasbún. Todos sabíamos que había parte de los empresarios comprometidos con la matanza. Todos sabíamos que la fuerza pública estaba implicada. Pero no nos imaginamos que fuera de tal dimensión como lo dice en la entrevista Hasbún.

En ese momento no pude explicar cómo pudimos sobrevivir a un genocidio de esa magnitud. Eso se llama terrorismo de Estado. Que es lo más grave que le puede suceder a un país o una comunidad, a una democracia. Eso era concebible en una dictadura. En mi criterio, lo que nos hicieron fue aplicar la pena de muerte que está prohibida en la Constitución.

Los listados circulaban en muchas de las brigadas. Parecía la lista de los que teníamos que ser asesinados. Eso explicaba que un compañero que estaba en Barranquilla y viajara a Nariño allá fuera asesinado, otra persona que había estado cinco años en el exilio como Ramón Castillo, cambiando de ciudad, lo asesinaran. A dónde llegaban siempre se encontraban de frente con los asesinos. Eso no tiene explicación en ninguna democracia.

Semana.com: ¿Cree que la CIDH podrá declara el exterminio de la UP como un genocidio?

A. A.:
Se dice que el genocidio se refiere a crímenes que tienden a configurar la desaparición de un grupo nacional, racial, étnico y religioso. El genocidio político no está tipificado. Pero todos los genocidios son en el fondo son políticos. En este caso fue contra un partido, y el gobierno tiene que reconocerlo.

Semana.com: Las nuevas generaciones aún creen que la UP era el brazo político de las FARC, ¿eso era cierto?

A. A.:
La UP nació por los diálogos que se entablaron entre Belisario y las FARC y que la gente se vinculara a la política. Pero los guerrilleros no eran los miembros de la UP. Sus dirigentes estaban en los sindicatos, en el periodismo, en las corporaciones públicas, era gente que estaba cansada del partido Liberal y del partido Conservador.

Cuando empieza la matanza la gente alzada en armas se va porque no veían garantías de hacer política. Y nos quedamos todos los que no teníamos nada que ver con el movimiento insurgente. Nos quedamos los sindicatos, los trabajadores. Era una esperanza de cambiar el bipartidismo y de mirar que podíamos hacer cosas. Los resultados del 86 fueron impresionantes. Eso ocasionó la posibilidad de llegar al poder por las vías que los dueños del poder político habían diseñado. La vía electoral. Hubo una inmensa acogida. La gente vio que se podía llegar por la vía democrática al poder. Pero los enemigos de la paz y la democracia lo impidieron a sangre y fuego.

Semana.com: ¿Se sienten reconocidos por la ley de víctimas del gobierno?

A. A.:
La ley no es la mejor. El daño que se ha causado es muy grande. Es que mataron una esperanza de cambio. Es un daño contra la humanidad. Como el holocausto judío. En Colombia se ha reeditado ese genocidio. Esto tendrá que revertir no solo en reconocimiento a la familia, al movimiento político, a resarcir todos los juicios políticos. Hay que impedir que esto quede en la impunidad. Hay que reconocer que hay victimarios del Estado. Eso sirve para que nadie diga en Colombia no se puede morir por causas políticas.

Semana.com: ¿Cuál debería ser la reparación integral a la UP?

A. A.:
No solo es la personería jurídica sino condiciones para que el partido pueda hacer política. A nosotros nos mataban parlamentarios que no se pudieron reemplazar. Mataron alcaldes, concejales. Creo más en la decisión de un tribunal internacional. Además nuestros jóvenes deben conocer la historia, cómo durante decenios se asesinó un movimiento político. Y que esto no puede volver a repetirse. La historia debe enseñarse y debe figurar en los libros de historia.

Semana.com: ¿Y cree que hay garantías parta volver a la política?

A. A.:
No. Para ello se debe condenar a todos los culpables. No solo al sicario. Detrás del sicario hay mucha gente. Y especialmente a los autores intelectuales, los que fueron capaces de programar semejante matanza y de hacerlo en medio de una supuesta democracia. Si no hay castigo ejemplar a quienes tienen la misión de protegernos, no habrá garantías.

Deben tener más responsabilidades. Deben tener un castigo ejemplar para que esa institucionalidad no se vaya de las manos. Pero en Colombia se los condena a cárceles cinco estrellas, donde pueden seguir delinquiendo, donde siguen recibiendo su sueldo, su pensión. Y la matanza continúa. Continúan matando sobrevivientes. Tantos gobiernos comprometidos en esto y no para. He conocido por algún medio un mensaje que se cruzan dos empresarios: “Como que va a renacer la UP, nos tocará hacer algo”, dicen.

Semana.com: Desde la distancia, ¿cómo ve la política colombiana?

A. A.:
A veces siento pena y tristeza de ver que dentro de la política han incursionado personas que no deberían estar en la política sino en la cárcel. El Congreso es de las entidades más desacreditadas. Se convirtió en una organización para delinquir. Pero con rarísimas excepciones hay políticos dedicados a hacer política. Pero la inmensa mayoría se dedican a hacer plata. Algo que en mi criterio tendría que ser ajeno a la política. Un parlamentario tiene un salario muy superior a cualquier profesional, con eso debería ser suficiente.

Tampoco entiendo como un expresidente sigue queriendo gobernar sin tener el poder. Eso es exótico. Que quiera ser presidente sin ser presidente. Lo mínimo, en la decencia política, es dejar que el que está en el poder gobierne. Eso no quiere decir que no se hagan críticas.

Semana.com: ¿Se va a quedar en el país?

A. A.:
Nos quitaron la patria, nos obligaron a buscar un lugar dónde poder vivir. Tuvimos que abandonar la familia. Nos quitaron una carrera que llevábamos en la vida sindical y en la vida política. Parte de la vida. Tuvimos que empezar de cero, aprender a caminar, acomodarse a otra realidad. Volver a la universidad a validar los títulos, trabajar en una chocolatería. Pero nunca he dejado de trabajar y sigo siendo colombiana. Vivimos para volver. Siempre y cuando algún día estas cosas dejan de repetirse. Por ahora no es el momento.

Respuesta  Mensaje 4 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 18/11/2013 22:51

¿Aída Abella logrará unir a la izquierda? / Análisis

Por: |

8:44 a.m. | 18 de Noviembre del 2013

 

 
 
 
 

Regresó del exilio y ahora es la carta de la UP. Expectativa por la llegada al escenario político.

La sorpresiva incursión en el panorama presidencial del 2014 de la exconcejal de Bogotá Aída Abella constituye sin duda uno de los hechos más relevantes para la izquierda colombiana en los últimos años. (Lea también: 'Hacemos un llamado a la izquierda para que hablemos': Abella)

El pasado sábado, durante el V Congreso de la Unión Patriótica (UP), un movimiento político que para muchos estaba prácticamente aniquilado del escenario político nacional, se proclamó el nombre de Abella para competir por la Presidencia de la República el próximo año. (Lea también: La Unión Patriótica presentará listas para Congreso en el 2014)

Abella, quien se había bajado de un avión apenas tres días antes tras permanecer exiliada 18 años en Europa, aceptó el reto en medio del júbilo de los integrantes de una organización política que reestrenará la personería jurídica que el Consejo de Estado le devolvió en junio pasado.

Lo primero que hay que decir es que pese a su prolongada ausencia, la nueva candidata presidencial ha demostrado en las entrevistas que ha dado que está tan enterada del acontecer nacional como si nunca hubiera abandonado el país.

Abella tiene muy clara la importancia para Colombia del proceso de paz, de la reconciliación; el momento histórico de las Farc y las confrontaciones en la izquierda, las cuales, en entrevista con EL TIEMPO, atribuyó a “intereses personales”.

Los diálogos del Gobierno y las Farc en La Habana no escapan de su análisis. Incluso, según ella, fueron una de las razones para su regreso.

La candidata presidencial quiere que la izquierda se meta más de frente con esas conversaciones, a “discutir el tema de la paz de manera directa, sin necesidad de estar todos los días lanzando epítetos por la radio contra el Gobierno”, según ha dicho.

Estas expresiones sobre la paz provienen de una persona que cuenta con toda la legitimidad y la credibilidad para lanzarlas. No hay que olvidar que en 1996, siendo concejal de Bogotá, la ahora candidata presidencial sufrió un ataque con un rocket, en el norte de Bogotá, que la obligó a salir del país.

Abella es una de las pocas sobrevivientes del exterminio de la UP, que además de cobrar la vida de alrededor de 4.000 de sus militantes, se llevó a dos candidatos a la Presidencia: Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo.

Nadie en el país puede poner en duda el prestigio y la credibilidad de Abella para hablar de paz y esto es algo que los líderes de la izquierda deberían capitalizar si quieren constituirse en una fuerza política de peso en las elecciones del 2014.

Otro punto a favor de la aspiración presidencial de la exconcejal de Bogotá es que oxigena a la izquierda colombiana, afectada por los roces entre algunos de sus dirigentes.

Para nadie es un secreto la división de esta tendencia en Colombia, la cual vivió su momento de mayor efervescencia en 2006, cuando la candidatura presidencial de Carlos Gaviria, a nombre del Polo Democrático Alternativo, obtuvo 2’613.157 votos, algo histórico.

Después de eso, la izquierda se ha trenzado en peleas internas entre a2lgunos de sus sectores, en medio de las cuales varios dirigentes como el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, o el líder del Partido Comunista Carlos Lozano han sido marginados del Polo.

Abella es una figura que no está 'contaminada' de ninguna de estas confrontaciones. Ha pasado los últimos 18 años en Europa, lejos de estas fricciones que le han arrebatado a la izquierda una posibilidad real de poder en Colombia.

Además, conserva intacto el sentido contestatario que la caracterizó durante varios años en la actividad política. Expresiones como “nos tienen que devolver 14 curules” a la Unión Patriótica o “necesitamos varios periodos en los que no nos exijan el umbral” son muestra de ello.

Estas manifestaciones demuestran que ella no sería una convidada de piedra al debate electoral que se avecina y vienen a reforzar la presencia de mujeres tan significativas en esa tendencia como la exsenadora Piedad Córdoba y la presidenta y candidata presidencial del Polo, Clara López.

Desde el mismo sábado, Córdoba dijo que estaría dispuesta a "cargarle la maleta" a Abella, en caso de que aspirara por la Presidencia. "Colombia merece vivir en paz; Aída es símbolo de esperanza", dijo la líder de Colombianos por la paz.

Y López, quien tendrá una nueva competidora en su campo, resaltó la importancia de que la UP se esté reorganizando y "salga con decisiones fuertes de participación electoral".

La llegada de Abella matiza además la contienda presidencial, hasta ahora protagonizada por el presidente Juan Manuel Santos, quien seguramente aspirará a cuatro años más en la Casa de Nariño, y el expresidente Álvaro Uribe, quien hace presencia en esa campaña con el candidato Óscar Iván Zuluaga.

Esto porque hasta el momento se había hablado de una tercería solamente en cabeza de la Alianza Verde, la fusión del Partido Verde y Progresistas, y encarnada por el exalcalde de Bogotá Enrique Peñalosa o el vocero petrista Antonio Navarro, para quien el panorama ahora no parece sencillo.

Navarro aún no decide si acepta una consulta con Peñalosa para escoger candidato presidencial de la Alianza Verde. Seguramente Navarro aspira a que, de ser candidato en esa elección, algunos sectores de la izquierda lo apoyen. Hay que recordar que el exgobernador de Nariño fue uno de los líderes más visibles del M-19, que tras años en la lucha armada, en 1989 firmó la paz con el gobierno de Virgilio Barco y se convirtió en una fuerza democrática de mucho peso en ese momento.

Todas estas circunstancias hacen que la llegada de Aída Abella a la contienda presidencial no sea un hecho político menor. El reto ahora para la izquierda sería capitalizar el nombre de la exconcejal de Bogotá y unirse en torno a ella si quiere demostrarle al país que las peleas en esta tendencia no son más que titulares de prensa.

JUAN FRANCISCO VALBUENA G.
REDACCIÓN POLÍTICA


Respuesta  Mensaje 5 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 19/11/2013 05:25

Clara López envía saludo de solidaridad a Congreso de la Unión Patriótica

 
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La presidenta del Polo Democrático Alternativo, Clara López Obregón envió un mensaje de saludo y solidaridad a la dirigencia y militancia de la Unión Patriótica con motivo de la realización de su congreso reorganizativo que se instaló el pasado viernes 15 de noviembre en Bogotá.

El texto de la misiva de López Obregón es el siguiente:

Bogotá, D.C., 14 de noviembre de 2013.

Señor
OMER CALDERÓN Y
DEMÁS INTEGRANTES DE LA UNIÓN PATRIÓTICA

Ciudad.

 


Apreciados Compañeros y Compañeras:

En nombre del Polo Democrático Alternativo y en el mío propio reciban el más caluroso y afectuoso saludo en este Congreso reconfigurativo de la Unión Patriótica, movimiento político que hoy empieza a recibir a cuenta gotas la reparación por su eliminación física a sangre y fuego a través de su personería jurídica. Ésta, no obstante, sigue siendo un saludo a la bandera pues quién en pocas semanas reconstruye los valerosos liderazgos sacrificados por centenares, por miles, construidos por las luchas de generaciones.

El daño es irreparable no solo para la Unión Patriótica sino para el proyecto mismo de la democracia colombiana a la cual se le abre una luz al final del túnel con los avances logrados en las negociaciones de La Habana, si es que la ultraderecha fracasa en su intento desesperado de malograr el proceso de paz que constituye un anhelo de todo el pueblo colombiano.

Con ustedes quiero hoy honrar a tantos y a tantas amigas y amigos valiosos. A Jaime Pardo Leal le reitero las palabras pronunciadas sobre su tumba cuando los violentos lograban disolver las masas agolpadas en el Cementerio Central de Bogotá:

“Ante la tumba de Jaime Pardo Leal, juro luchar con todas mis fuerzas, hombro a hombro, con las mujeres y hombres demócratas de este país, por crear un frente de convergencia de inconformidad nacional”.

Que grato haber escuchado la voz de Aída Avella a través de la radio después de 17 años de penoso destierro.

Permítanme desearles buen viento y buena mar en este nuevo esfuerzo por la paz y la democracia en la que tendremos que encontrarnos para construir una nueva mayoría en Colombia.

Solidario y afectuoso saludo,


CLARA LÓPEZ OBREGÓN
Presidenta Polo Democrático Alternativo.


16 de noviembre de 2013.



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