Las empresas de Cuba no pueden comprar ’software’ que necesitan de EE.UU. debido al embargo, pero esto no ha sido motivo para que se queden de brazos cruzados. Los cubanos explotan su talento para desarrollar el ámbito tecnológico en su país.
Uno de los ejemplos del éxito de las aplicaciones digitales de origen cubano es Datys. Esta empresa estatal ofrece una larga lista de software para el procesamiento de archivos y lenguaje natural. Asimismo dispone de una serie de proyectos para la minería de datos, algo vital en la actividad diaria de cualquier actividad empresarial.
Específicamente los empleados de la empresa destacan sus logros en el campo de la creación de datos de multibiometría en conjunto con sistemas electrónicos de identificación de rostros, huellas dactilares y hasta muestras de ADN. Además, a la calidad de los diversos programas se suma un sustancial aliciente: su bajo precio, un arma infalible a la hora de adelantar a los competidores.
“Se vende el producto con la capacidad requerida para reconfigurarse en el país donde se vende. Las bases de datos no tienen que venir a nuestro país, el producto es suficientemente flexible para que pueda ser configurado en condiciones donde se va a usar”, explica Leonel Iriarte Navarro, director adjunto del Centro de Desarrollo e Investigación de Datys.
Viendo las ventajas que estos avances podrían reportar, otros países latinoamericanos no han tardado en cerrar contratos con la firma cubana al más alto nivel. Los sistemas informáticos de control y seguridad ya funcionan en organismos estatales en países como Bolivia, Argentina o México.
Protección de datos
Hoy en día, cuando se digitaliza toda la información, las bases de datos son frecuentemente la fuente por la que se confirma la identidad de una persona. A la vista de las escandalosas filtraciones del espionaje masivo de EE.UU. hechas por Edward Snowden, los expertos advierten de que América Latina se ve prácticamente obligada a tener alternativas a las transnacionales informáticas.
“Todas las compañías estadounidenses u occidentales tienen contratos con entidades de seguridad estadounidenses para dar y violentar toda la información privada de los usuarios que usan estos sistemas”, dice Sandino Asturias, analista del Centro de Estudios de Guatemala. “Por lo tanto —añade— ir creando software o ir creando un aparato, una plataforma informática independiente ayuda a que los ciudadanos estén protegidos en sus derechos individuales, en su información privada y particular y permite que de alguna manera nuestros países sean más independientes de estas políticas injerencistas de EE.UU.”.
Ahora cuando los gigantes informáticos occidentales son observados con recelo a causa del temor al robo de datos personales, Cuba, con su postura modesta, pero con una fuerte apuesta, tiene la oportunidad de disparar su prestigio, conquistando este sector no con publicidad, sino con la confianza de los usuarios.
RT