Estados Unidos está en camino de lograr su máximo objetivo tras la invasión y ocupación de Iraq realizada hace casi siete años: apoderarse de toda la reserva petrolera de esa nación por medio de empresas transnacionales.
Como se ha comprobado con el paso del tiempo, las excusas ofrecidas por la Casa Blanca para atacar a Iraq en marzo de 2003 resultaron fútiles pues ese país no poseía armas nucleares o biológicas, ni tenía relación con la organización terrorista Al Qaeda.