Doce países están a punto de firmar un acuerdo comercial
que permitirá que grandes corporaciones puedan demandar a nuestros
gobiernos para librarse de leyes que nos protegen, y así aumentar sus
beneficios. Esto afecta a todo tipo de legislación, desde el derecho
a un Internet libre hasta el etiquetado de los alimentos
transgénicos. A tan solo 48 horas de que se cierre el
acuerdo, tres países no lo tienen claro. Si les inundamos con un
llamamiento para que se mantengan firmes ahora mismo, podemos
detener este asalto corporativo mundial antes de que Monsanto
descorche el champán de la victoria. Firma ahora:
Monsanto está a punto de
celebrar su gran golpe maestro: tenemos hasta el fin de semana para
detenerlo.
El Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas
en inglés) consiste en un pacto ultra secreto y de altísimo alcance entre 12
países clave que otorgará a las grandes corporaciones un poder sin precedentes.
Bajo este acuerdo, las compañías podrán usar un nuevo tipo de tribunales
globales para demandar a nuestros gobiernos cuando emitan leyes que nos protejan
pero que puedan hacer peligrar sus beneficios empresariales. El tratado toca
todos los ámbitos imaginables, desde el etiquetado de los alimentos transgénicos
hasta nuestro derecho a un Internet libre. Wikileaks ha filtrado la historia y,
aunque la oposición ciudadana a este acuerdo crece cada día, los gobiernos se
están apresurando para dejarlo sellado en 48 horas.
Toda esta
maquinación es una locura, pero aún podemos evitar el pacto -- 3 países
están dudando y, si se retiran ahora, el acuerdo entero podría venirse abajo. Si
los líderes de Chile, Nueva Zelanda y Australia reciben un aluvión de apoyo
público que les pida que den la cara por los ciudadanos, podemos hacer que
esta invasión corporativa salte por los aires antes de que Monsanto descorche el
champán de la victoria. Firma ahora y comparte la campaña con todos tus
conocidos:
Los borradores filtrados sobre el TPP parecen la lista de la compra
de las súper empresas mundiales. De aprobarse, la imposición de la voluntad
de las corporaciones sobre los gobiernos se establecería como norma a nivel
mundial gracias a un sistema de tribunales opacos. Cortes judiciales de esta
naturaleza podrán limitar el acceso a medicinas genéricas más baratas en favor
de los medicamentos de marca, e incluso permitir que las compañías
tabacaleras demanden a los gobiernos por normas de salud pública que amenacen
sus beneficios. Casi es demasiado absurdo para ser verdad.
¡Lo
increíble es que prácticamente nadie ha oído hablar del TPP! Las charlas son tan
secretas que solo los negociadores directos y un grupo formado por 600
lobbistas conocen los detalles. Ni siquiera los parlamentarios que hemos elegido
en las urnas han tenido acceso a su contenido. Los documentos filtrados han
conseguido que políticos y ciudadanos de Chile, Nueva Zelanda y Australia pongan
el grito en el cielo y traten de parar este secuestro corporativo. Se enfrentan
a Estados Unidos, que está decidido a finiquitar el trato antes de que salte al
escrutinio público.
El TPP nos afecta a todos -- viola nuestros
derechos y debilita nuestras democracias solo para proteger la cuenta de
resultados de las empresas. Solo tenemos unos días para detenerlo. Únete a
esta llamada urgente y díselo a todo el mundo:
Es fácil sentirse insignificante frente a la fuerza de las grandes
corporaciones que mueven los hilos de nuestros gobiernos. Pero somos nosotros, y
no el dinero, la verdadera fuente de energía del sistema. Nuestra comunidad ha
demostrado una y otra vez que, cuando nos unimos para proteger nuestros derechos
frente al creciente poder de las empresas, podemos vencer. Paremos ahora esta
amenaza sin precedentes que se cierne sobre nuestras democracias.