PROMESAS AL TERMINAR EL AÑO
El hombre, en su despacho, recordó el viejo dicho popular año nuevo,
vida nueva y prometió cambiar con el nuevo año que se iniciaba.
Tomó una hoja y una estilográfica nueva, respiró profundamente,
exhaló y comenzó a anotar, solemnemente, una lista de propósitos que
cumpliría desde el primer día del año nuevo.
Prometo no fumar, se dijo y antes de anotarlo apagó el cigarro
en el cenicero de cristal.
Prometo no beber. Miró la botella de Buchannan a la que todavía quedaba
un culíny se aseguró que sería la última botella que compraría.
Prometo no decir mentiras y decir la verdad aunque no me convenga.
Sonrió.
Prometo trabajar durante las 14 horas del día y no perder el tiempo
jugando dominó con los amigos. Llegar a casa a las seis para dedicar tiempo
a mi mujer y a mis hijos.
Ensanchó un poco mas la sonrisa inicial.
Prometo no mirar a las chicas hermosas que cruzan por mi camino.
Estuvo a punto de borrar esto, pero resistió la tentación. Siguió anotando.