Cuba al rescate de la Ciénaga de Zapata
La Ciénaga de Zapata, el mayor humedal del Caribe insular, precisa protección ante el cambio climático.
Enviado por: ECOticias.com / Red / Agencias, 02/01/2014, 10:40 h | (17) veces leída
Las 18 comunidades de la cubana Ciénaga de Zapata,
el mayor humedal del Caribe insular, han vivido tiznadas de carbón y
sobrevivido de la abundante caza y pesca. Pero eso ya no es posible en
tiempos de cambio climático.
Años atrás era impensable que los
hombres y las mujeres de esta Reserva de la Biosfera, en el occidente de
Cuba, dejaran de explotar el bosque para elaborar carbón vegetal,
extraer maderas preciosas o cazar cocodrilos y venados.
De manera
espontánea, emprendedores de este territorio pantanoso exploran
iniciativas limpias de ecoturismo, cría de animales y pequeños huertos,
poco usuales en este lugar de cazadores, pescadores y recolectores.
Una
larga fila de pobladores de Playa Girón, Playa Larga, Caletón y otros
lugares costeros del humedal colgaron carteles de “Rooms for rent” o “Se
rentan habitaciones” en sus viviendas.
Apenas 9.300 personas
habitan en los 4.322 kilómetros cuadrados de Ciénaga de Zapata, el
municipio más despoblado del país. Sus riquezas están en los extensos
bosques, pantanos que cubren 1.670 kilómetros cuadrados, y más de 165
especies migratorias y autóctonas, como el cocodrilo cubano (Crocodylus
rhombifer).
En 2000, la Unesco (Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) declaró al humedal,
que ocupa toda la península de Zapata y sus zonas aledañas, como Reserva
de la Biósfera. Un año después la Convención sobre Humedales, conocida
como Ramsar, lo incluyó en su lista de aquellos con valor internacional.
La
Ciénaga de Zapata, en la provincia de Matanzas, tiene puntos débiles
para enfrentar su futuro, aunque sea el humedal mejor conservado de las
islas caribeñas, dijo Alfonso. Sus cuencas de aguas superficiales y
subterráneas se han salinizado, sus paisajes se fragmentaron y persisten
desbalances en el funcionamiento ecológico.
Tampoco se eliminó
totalmente la tala, caza y pesca furtiva de especies protegidas, como el
cocodrilo cubano, en peligro de extinción, ni los hornos de carbón
vegetal en lugares vedados y con base en maderas prohibidas como el
mangle.
Para mejorar la protección del humedal, el gobierno
cubano lo inscribió en 2003 para que sea reconocido por la Unesco como
Patrimonio Natural de la Humanidad.