El mundo de más y menos
Lázaro Fariñas • digital@juventudrebelde.cu
6 de Enero del 2014 23:03:35 CDT
Cuentan las malas lenguas que es muy difícil resistirse a un
cañonazo de un millón de dólares, y es verdad. Muchísimos seres humanos
venderían su alma al diablo con tal de tener en sus manos esa enorme
cantidad de dinero. Hay quienes dicen que lo que cuenta es lo
espiritual, pero lamentablemente son los menos y, además, la mayor parte
de los que afirman lo anterior no poseen riqueza material alguna.
Nunca he conocido un millonario que me haya dicho que lo que cuenta
es lo producido por el espíritu. He conocido a varios de ellos y a todos
lo único que les pasa por la mente es atesorar más. Cierto es que un
gran número de millonarios hacen donaciones a las universidades y a
diferentes obras benéficas, pero en muchísimos casos no lo hacen por
amor al arte, sino porque reciben beneficios en las declaraciones de
impuestos. Dan lo que les sobra, para recibir lo que necesitan y seguir
siendo más millonarios.
Si es muy difícil resistirse a un millón de dólares, ¿cómo será ante
15 800 millones? Pues bien, esa es la cantidad de dinero que el
multimillonario Bill Gates ganó en este año que acaba de terminar. Según
un cable de la agencia de noticias EFE, fechado en Nueva York, el
fundador de Microsoft volvió a colocarse en el puesto del millonario más
grande del planeta, destronando otra vez al mexicano Carlos Slim.
Según la agencia, Bill Gates posee un capital de 78 500 millones de
dólares. Casi que se puede decir y no creerse. No hay ningún país de
Centroamérica y el Caribe cuyo producto interno bruto sea mayor que el
capital de Bill Gates o el de Carlos Slim. Es prácticamente imposible
imaginarse que solo entre esas dos personas exista un capital de casi
150 000 millones de dólares.
Según un reporte de RBC Wealth Management y Capgemini Financial
Services, en el 2010 hubo un crecimiento de 8,3 por ciento entre las
personas que poseen más de un millón de dólares para invertir. El 90 por
ciento de ese crecimiento se verificó en el grupo que posee un capital
de entre uno y cinco millones.
De acuerdo con el análisis, en el mundo existen unos 12 millones de
personas millonarias. La mayor parte de ellas vive en tres países:
Estados Unidos, Alemania y Japón. Se calcula que alrededor de 3 700 000
viven en Estados Unidos, cantidad que por primera vez coloca a esta
nación en segundo lugar, pues fue superada por la región conocida como
Asia-Pacífico, la cual incluye a Japón.
Como dato curioso, este informe añade que la riqueza mundial cayó en
1,7 por ciento el año pasado, para situarse en la «miserable» suma de 42
trillones de dólares. Estados Unidos sigue en primer lugar en cuanto a
concentración de riqueza, aunque no por mucho tiempo, ya que se sabe que
en los próximos años China lo superará.
Es increíble ver cómo unos pocos países acaparan casi todas las
riquezas del planeta, así como unos cuantos millones de personas
absorben la mayor cantidad de capital. El mundo continúa dividido entre
quienes tienen mucho y quienes no tienen ni donde caerse muertos, y
entre los países que han acumulado casi todo el capital y aquellos que
viven en la pobreza —el llamado Tercer Mundo—, entre los que han sido
explotados y los que han sido explotadores, los que han saqueado y los
que han sido despojados, los que han sido colonia y los que han
colonizado.
Buscar la igualdad entre los hombres o los países es una tarea
imposible, pero buscar la mayor cantidad de justicia social no lo es.
Todos somos seres humanos y sabemos que, después que uno viene a este
mundo materialista, lo único seguro es que un día, más tarde o más
temprano, lo vamos a abandonar, no importa si eres uno de esos
privilegiados llenos de riquezas materiales o si eres un pobre de
solemnidad que lo único que busca en la vida es un pedazo de pan para
mantenerse vivo.
Como dice la canción de Tony Ávila, «en el mundo de los menos cabe el
mundo de los más, pero los menos no quieren que los más tengan lugar…».
Es así como el mundo está dividido entre los que tienen y los que no
tienen. No es justo, pero es la realidad que impera.
*Periodista cubano radicado en Miami