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General: El niño trabajador es el pobre del futuro
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De: t-maria2  (Mensaje original) Enviado: 27/02/2014 14:00

El niño trabajador es el pobre del futuro

Países latinoamericanos debaten abolir o regular el trabajo infantil

Muchos menores reclaman su derecho a tener ingresos para subsistir

La pobreza es causa del empleo temprano y también su consecuencia

Protesta por el trabajo infantil en Bolivia. / andrea martínez (afkaphotos)

Hace apenas dos meses los niños bolivianos sorprendieron al mundo pidiendo la paralización de una ley que les impediría seguir trabajando. Después de que sus manifestaciones fueran repelidas de forma violenta por las fuerzas de seguridad en las calles de La Paz, el presidente Evo Morales accedió a reunirse con ellos y apoyó la retirada del Código de la Niñez y Adolescencia, una norma elaborada con el fin de garantizar su derecho a estudiar, tener acceso a servicios de salud y educación, pero que en su texto inicial prohibía el trabajo a los menores de 14 años.

Desde entonces, el proyecto se debate en una comisión integrada por niños y políticos en la Asamblea Legislativa Plurinacional. La reacción adversa de organismos internacionales ha puesto en aprietos a los parlamentarios, que se enfrentan al reto de lograr conciliar el nuevo código boliviano con los tratados de la Organización Internacional del Trabajo —que prohíbe el empleo a los menores de 15— y el texto de la Convención de la ONU sobre Derechos de la Infancia: “El derecho del niño a estar protegido contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social”.

Chavales bolivianos frenaron una ley que veta al menor de 14 años

El debate planteado en Bolivia, donde el Movimiento de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores (UNATsBO) tiene presencia desde 2000, se repite, aunque con matices y distinta intensidad, en toda América Latina. El empleo infantil en la región es una realidad. Alrededor de 12,5 millones de niños, el 8,8% de la población infantil, desempeña algún trabajo, según datos de la OIT. De estos, 9,6 millones realizan labores peligrosas, que son aquellas que se realizan en condiciones peligrosas o insalubres que pueden causar la muerte, una lesión o una enfermedad.

“El último informe global de octubre en la tercera conferencia mundial contra el trabajo infantil habla de 168 millones de niños trabajadores en todo el mundo, el 10,7%. En Asia hay 77,7 millones y la tasa es del 9,3%, en África subsahariana es un 21,4% y en Europa y los países de ingresos medianos altos o altos, la incidencia del trabajo infantil resulta menor. El factor número uno del trabajo infantil es el económico, pero también hay otras causas ligadas a la cultura, donde el empleo forma parte de la organización familiar, como ocurre en los países andinos”, expone Guillermo Dema, especialista para América Latina y el Caribe en Empleo Juvenil y Trabajo Infantil de la OIT.

“Las cifras de América Latina están por debajo de la tasa global. En los últimos años ha habido un descenso pronunciado en el número de niños trabajadores, pasando de 20 millones en 2000 a 12,5 en el último informe”. Pero los cambios van más allá: “También hemos avanzado en el compromiso y la voluntad política de los países”. En este sentido, en toda América Latina han ratificado los convenios de la OIT 182 —sobre las peores formas de trabajo infantil— y 138 —que establece la edad mínima de admisión al empleo (15 años con algunas excepciones). Todos los Estados menos uno, México, que todavía no ha suscrito el 138 porque para ello es necesario modificar la Constitución nacional, donde se recoge que “queda prohibida la utilización del trabajo de los menores de 14 años”. En la actualidad 3,6 millones de niños trabajan en el país.

Uriel Cabello, oficial de Save the Children en México, explica que el cambio constitucional genera una polémica: “Todos los niños de 14 quedarían desplazados, no serían reconocidos como trabajadores, lo que los condena a una situación de irregularidad porque no van a dejar de trabajar”. El centro histórico y los barrios nobles de la Ciudad de México se llenan por las tardes de pequeños vendedores ambulantes que recorren las terrazas de los bares en busca de compradores de caramelos, cacahuetes y lápices que cargan en una caja a menudo demasiado grande para ellos. Aldo Gallegos, coordinador del proyecto de Save the Children en el centro de la capital mexicana, explica que el comercio informal es una de las actividades principales que mantiene a las familias que llegan de Estados aledaños.

“En el programa atendemos a 1.800 niños. El 60% trabaja en el puesto familiar o están empleados por alguien más en las tiendas. Nuestra labor se centra en la prevención de la violencia en el interior de las familias: identificamos casos de riesgo, los canalizamos con un psicólogo y les damos seguimiento. También realizamos talleres con padres sobre los derechos de los niños”. El trabajo de Save the Children viene a cubrir el vacío de las instituciones públicas. “El DF no cuenta con personal ni infraestructura para ocuparse de la problemática. Pese a la imagen internacional que tiene la capital en cuanto a desarrollo, vemos que en el corazón de la ciudad, a espaldas del Palacio Nacional, hay situaciones de enorme atraso: en cuartos de 12 metros cuadrados viven hasta 15 personas hacinadas. En estos ambientes se dan actividades de narcomenudeo y prostitución”, explica el responsable.

El colectivo asciende a 12,5 millones en América Latina

Para el especialista regional de la OIT, Guillermo Dema, el debate generado en Bolivia desde diciembre pasado está siendo planteado por “un sector minoritario pero que tiene fuerza porque está organizado”. Desde su punto de vista, la polémica no es nueva. “Forma parte de la historia de la propia humanidad. Basta con mirar lo que pasaba en los países industrializados en el siglo XIX”. La postura de la Organización Internacional del Trabajo es firme al respecto: “La OIT regula el trabajo infantil estableciendo una edad mínima por debajo de la cual no se debe trabajar, con la intención también de proteger a los niños de entre 15 y 18 años. El intentar regular condiciones por debajo de esta edad en nada favorece a los niños, sino que genera un círculo de pobreza y explotación”.

El Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores (MOLACNATS) abarca a 8.000 niños organizados en nueve países de la región. Perú, Paraguay, Colombia y Bolivia fueron las naciones fundadoras, pero en los últimos 10 años se han incorporado Argentina, Chile, Guatemala, Nicaragua y Venezuela. Para el sindicato infantil, el criterio de la edad no debe ser el que regule el acceso al empleo. “La legislación o la prohibición en función de los años no resuelve el problema, sino que invisibiliza a una gran parte de la población que ya está trabajando”, explica Ángel González, colaborador del secretariado de MOLACNATS desde 2011.

La cúpula del movimiento, alojada hasta finales de 2014 en Venezuela, está compuesta por cuatro delegados adolescentes trabajadores y un joven, el secretario, que comenzó siendo menor pero ahora ya es adulto. “Ninguna política, inclusive las de erradicación, se puede llevar a cabo sin escuchar a los niños. El Movimiento no hace una defensa del trabajo, sino de los niños trabajadores”.

González considera que en toda Centroamérica hay una fuerte aplicación de las políticas de prohibición. En el caso concreto de Venezuela se registra una de las tasas de trabajo infantil más bajas de la región, aunque con un creciente número de adolescentes, entre 10 y 15 años, que ni estudia ni trabaja, según datos de Unicef. La noche que Hugo Chávez fue elegido por primera vez presidente, el 6 de diciembre de 1998, el comandante prometió quitarse el nombre si al año siguiente alguno de ellos seguía de mendigo. No hace falta decir que nunca cumplió su promesa, pero el Gobierno puso mucho empeño en reducir ese indicador lo más posible. Las instituciones venezolanas, sin embargo, no sobresalen por su transparencia y todas están subordinadas en los hechos al Ejecutivo. Por esas razones, en 2011 la Red por los Derechos Humanos de los Niños, Niñas y Adolescentes enumeró los asuntos pendientes a Naciones Unidas antes del Examen Periódico Universal (EPU) de aquel año: un estudio para evaluar avances y dificultades obtenidas en la garantía de derechos de los niños y adolescentes; y la creación de un sistema estadístico nacional para infantes y adolescentes que permita monitorear los avances obtenidos.

Las estadísticas de Venezuela van en la misma línea que las de Argentina. Un estudio de 2004 decía que el 6,6% de los menores de 16 años trabajaba. En 2012, tras varios años de crecimiento económico, bajó al 2,2%. El ministro de Trabajo de los casi 11 años de Gobiernos kirchneristas, Carlos Tomada, adjudica la caída a la reducción del paro, la fiscalización contra el trabajo informal y la asignación universal por hijo, por la que los padres desempleados o con empleo en la economía sumergida reciben 57 euros mensuales por cada menor de 18 años a cambio de enviarlos a la escuela y a los controles médicos básicos.

Un experto cree que legislar no resuelve el problema, lo invisibiliza

Las estrategias para luchar contra el trabajo infantil son variadas. En Colombia, el Gobierno implementa un plan para la prevención y erradicación de las peores formas de trabajo infantil como la prostitución, el tráfico de estupefacientes y reclutamiento forzado. Una de las acciones más recientes es el desarrollo de una aplicación para móviles en colaboración con la empresa privada. Esta herramienta, llamada Aquí estoy, permite que desde cualquier teléfono inteligente se pueda denunciar la presencia de un niño trabajador. Hasta la fecha, ha recibido más de 5.000 alertas. En el país, las últimas cifras oficiales dan cuenta de la existencia de 1,1 millones de niños trabajadores entre los 5 y los 17 años, una tasa del 9,8%. La mayoría desempeña sus labores en hoteles, comercios y restaurantes. Además hay 1,7 millones de menores que realizan oficios en el hogar durante más de 15 horas a la semana, según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística. ¿Las razones? A la mayoría le gusta trabajar para tener su propio dinero y para aportar económicamente a su familia.

En Perú, el Instituto Nacional de Estadística e Informática dice que 1,8 millones de jóvenes de 6 a 17 años trabajan: el 23.4% de los niños. Hay una gran cantidad de menores que trabajan en minería ilegal en varios departamentos del país, y también en transporte de droga (les llaman cargachos, traqueteros o mochileros) pero no figuran en las cifras oficiales. Cada vez hay más menores de edad detenidos por traslado de droga. Para revertir la tendencia, en 2012 el Gobierno aprobó por decreto la Estrategia Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil 2012-2021.

Eliminar el trabajo infantil es también prioridad para el presidente Rafael Correa. Ecuador presume de ser el primer país en Latinoamérica que consiguió erradicar el trabajo infantil en basureros, en 2011. Un año más tarde, el Ministerio de Relaciones Laborales y el sector privado, con el apoyo de Unicef, crearon una red que lleva como lema Un Ecuador libre de trabajo infantil.

Las cifras indican que en Ecuador 359.000 de ellos, el 8,56% de la población infantil, aún trabaja. La cifra se redujo considerablemente desde 2006, cuando el 17% de los niños estaban empleados en Ecuador.

Karin Van Wijk, coordinadora general de la organización Defensa de los Derechos de los Niños y Niñas Internacional en Costa Rica, explica que el número de niños trabajadores se redujo de 113.000 en 2001 a 47.500 en 2011. “Podemos decir que en 10 años hubo una gran mejoría, pero los expertos lo asumen con cautela, pues subrayan que hay una gran invisibilización”.

El comercio informal es una de las actividades que sostiene a las familias

En el caso de Chile, según el último informe de la OIT, existen 219.000 niños trabajadores, el 5,8% de la población. En Brasil, más de un millón de niños de 10 a 14 años realiza algún tipo de trabajo. Las acciones para erradicar el empleo infantil y dar alternativas apenas han tenido éxito: en los últimos diez años el Gobierno recortó en menos de un 10% la proporción de niños brasileños que trabajan, que pasó del 6,6% al 6,2% en el conjunto del país.

Para Guillermo Dema, de la Oficina regional de la OIT, los retos para revertir la situación son varios: luchar contra la inequidad social y la desigualdad, una mayor inversión en educación de calidad y el desarrollo de políticas sociales inclusivas. “No olvidemos que la pobreza es una de las causas del trabajo infantil, pero también una de sus consecuencias: perpetúa el círculo. Los niños trabajadores de hoy serán los pobres del futuro”.

Con información de Mabel Azcui, Alfredo Meza, Rocío Montes, Álvaro Murillo, Jacqueline Fowks, Elizabeth Reyes, Soraya Constante y Alejandro Rebossio

 
26 FEB 2014 - 21:47 CET


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Respuesta  Mensaje 2 de 10 en el tema 
De: albi Enviado: 28/02/2014 02:34

Más de 200 millones de niños trabajan para sobrevivir

En España, la pobreza infantil ha aumentado en dos años un 10% y organizaciones y sindicatos alertan de que podría conllevar a que más menores trabajaran

PÚBLICO.ES/ EFE MADRID 12/06/2012 09:09 Actualizado: 12/06/2012 09:51

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Un niño lleva verduras en una carretilla al mercado en el que trabaja en Tegucigalpa. REUTERS/Jorge Cabrera

Un niño lleva verduras en una carretilla al mercado en el que trabaja en Tegucigalpa. REUTERS/Jorge Cabrera 

Cerca de 250 millones de niños en todo el mundo se ven obligados a trabajar para poder subsistir, según han denunciado numerosas organizaciones sociales y sindicales en el Día Mundial contra el Trabajo Infantil.

Concretamente en España, el sindicato UGT afirma que el paro, los recortes y las caídas de la renta están agravando la situación de los ciudadanos y los niños están sufriendo las consecuencias directamente. De hecho, la cara de la pobreza la protagonizan los menores en España, que han desbancado a los ancianos como el colectivo más pobre. Alertan también de que la pobreza infantil ha crecido un 10% en tan sólo dos años.

En esta línea, han querido insistir en la relación que existe entre pobreza y trabajo infantil, pues son las familias con menos recursos en las que se instala el trabajo infantil por necesidad, que además puede conllevar al abandono escolar.

Desde este sindicato se han reclamado medidas a favor del empleo y que permitan conservar el Estado de Bienestar para garantizar una vida más digna y derechos sociales como la sanidad, la educación, los servicios sociales y una renta mínima adecuada.

Además, señalan que otros de los factores que han potenciado la pobreza han sido los nuevos gastos que han tenido que afrontar las familias provenientes de impuestos directos e indirectos que menguan la renta de las familias y repercute en el gasto de los hogares destinados a cubrir la alimentación infantil.

Creen que esta disminución en la renta provoca una compra de alimentos de peor calidad por lapresión de la hipoteca, ya que el impago de esta conlleva el riesgo de perder el hogar familiar.

Las organizaciones reclaman "mayores esfuerzos económicos y políticos"

Muchas organizaciones, como Mundo Cooperante, han asumido las reivindicaciones contra el trabajo infantil de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como propias para proteger los derechos de los niños y luchar por la erradicación de esta desigualdad. 

Según Mundo Cooperante, cerca de 215 millones de niños trabajan en lugar de recibir educación, por lo que no tiene la oportunidad de acceder a un trabajo "decente" en su vida adulta. También solicitan "mayores esfuerzo económicos y mayor voluntad política" para lograr el objetivo primero de la OIT que pretende erradicar, por lo menos, las peores formas de trabajo y la explotación infantil, para 2016.

Kofi, de nueve años, trabaja todos los días en el mercado de OandoMisiones Salesianas recoge varias historias de menores que son explotados y que no tienen más remedio que trabajar para ayudar a sus familias y sobrevivir. Pyale, una niña de Togo, fue vendida a una familia rica "como esclava doméstica", una historia que se repite con cientos de miles de niños.

Kofi, de nueve años, trabaja todos los días en el mercado de Oando en Porto Novo, Benín, como porteador. Bala es otro niño de ocho años que trabaja haciendo ladrillos en Pessor, La India, donde cada jornada hace 250 con sus manos. Esta organización cuenta con programas concretos para que se mejore la situación de estos niños, de forma que puedan acceder a clases de alfabetización y cursos de formación.


Respuesta  Mensaje 3 de 10 en el tema 
De: albi Enviado: 28/02/2014 02:35

Más de 170.000 niños trabajan en España para ayudar a sus familias, según Unicef

Los pequeños de hogares con menos recursos son los que desarrollan mayor cantidad de trabajo

  • 24 de noviembre de 2002
Email meneame.net tuenti.com

A pesar de que el trabajo infantil "no es un problema grave" en España y que no se detecta "explotación laboral", unos 172.000 escolares se dedican a trabajar para ayudar a sus familias: con el ganado, con la venta ambulante, con tareas domésticas, etc. Según un estudio realizado por el Fondo de Naciones para la Infancia (Unicef), casi el 3,5% lo hace en tareas domésticas, mientras un 0,51% realiza trabajos en negocios o comercios y un 0,35% en labores agrícolas y ganaderas. Además, constata que el trabajo en casa es mayoritariamente realizado por niñas, mientras que las otras modalidades son asumidas por los niños.

Pero son los pequeños procedentes de familias con menos recursos los que desarrollan mayor cantidad de trabajo y a medida que hay más hermanos, aumenta el porcentaje de trabajo de los menores. Hay que tener en cuenta que en España nos referimos a trabajo infantil como el que desarrollan los menores de 16 años, edad mínima legal de admisión al trabajo que coincide, además, con la edad de escolarización obligatoria. Además, conviene puntualizar que existe diferencia entre "ayuda" y "trabajo" infantil. Unicef considera que es trabajo cuando dedican a la actividad 2 ó más horas al día 5 días a la semana, salvo que se trate de labores domésticas, donde se considera trabajo a partir de 3 horas diarias 5 días a la semana.

Para el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Pedro Núñez Morgades, "el trabajo de los niños considerado como peligroso o explotador en España no constituye, ni de lejos, un verdadero problema", no obstante llama la atención sobre el trabajo de los niños en espectáculos públicos y señala que "no podemos hablar de explotación ni de actividades clandestinas o marginales" pero insiste en que "no existe control de la Administración respecto a si se mantiene la escolaridad del menor, si el trabajo afecta a su formación o el número de horas que trabaja". Asimismo, señala que "teniendo en cuenta las condiciones concretas en que se graban, por ejemplo las series de televisión, lo lógico es pensar que se esté superando el número de horas diarias y semanales a partir de las cuales el trabajo es perjudicial para el menor, pues, aunque no se impida la escolaridad, sí se dificulta el descanso y el disfrute".

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Respuesta  Mensaje 4 de 10 en el tema 
De: albi Enviado: 28/02/2014 02:37
Un solo niño trabajando constituye para cualquier sociedad, un verdadero problema, no se trata de cantidad, sino de un gravisimo problema social que todos deberíamos erradicar de raiz.

Respuesta  Mensaje 5 de 10 en el tema 
De: albi Enviado: 28/02/2014 02:38

NIÑOS TRABAJADORES, 
TAMBIEN EN ESPAÑA

"Los niños y niñas pertenecientes a minorías étnicas o población inmigrante en dificultades socioeconómicas pueden ser población de riesgo, así como los niños y niñas que abandonan de forma precoz la escuela"
Foto: M.A. Oliva

Un estudio reciente de UNICEF pone de manifiesto que en España los menores también trabajan. 170.000 chavales dejan sus carteras al llegar del colegio y se disponen a realizar tareas domésticas, a trabajar en talleres, en el campo, con el ganado o la pesca, o dedicarse a la venta ambulante, fundamentalmente. Las situaciones tercermundistas no quedan tan alejadas de nuestras casas.

Texto: Marta Iglesias.

Es necesario aclarar los mitos sobre el trabajo infantil, no es cierto que sea un problema exclusivo de los países en vías de desarrollo: los niños y niñas trabajan también en los países industrializados. Es necesario por tanto poner en práctica políticas de infancia dirigidas a combatir esta realidad". El que habla es Francisco González Bueno, Vicepresidente de UNICEF-Comité Español y el encargado de hacernos ver más de cerca este problema.

-170.000 menores trabajando en España es una cifra sorprendente para un país occidental, ¿qué denota esto?
-Los resultados del estudio ponen de manifiesto que el trabajo infantil no es un problema grave en España. Los porcentajes no son alarmantes pero sí preocupantes, no podemos obviar la existencia de un buen número de niños y niñas en España que dedican un tiempo excesivo a trabajar, la mayoría lo hacen en colaboración con sus familiares, y fundamentalmente en tareas domésticas que deben ser consideradas también como una forma de explotación.

-Cuando pensamos en trabajo infantil nos imaginamos a menores en venta ambulante o inmigrantes recogiendofresas. Pero, ¿qué otros ejemplos hay bajo lo más evidente? ¿Trabajan más los niños pertenecientes a minorías étnicas?
-Del total de niños y niñas que trabajan según este estudio, la mayor parte lo hace en tareas domésticas, un 3,49% Este tipo de trabajo es el más habitual hoy en España, además los resultados demuestran que el trabajo doméstico es mayoritariamente realizado por las niñas. El resto de las modalidades de trabajo tienen un peso muy inferior; hablamos del trabajo en negocios y comercios, venta ambulante, tareas agrícolas y ganaderas, y trabajo en talleres y fábricas. Los niños y niñas pertenecientes a minorías étnicas o población inmigrante en dificultades socioeconómicas pueden ser población de riesgo, así como los niños y niñas que abandonan de forma precoz la escuela.

-Tomando como ejemplo las tareas domésticas, ¿cuándo es una ayuda y cuándo puede considerarse que hapasado a ser un trabajo?
-El estudio utiliza un criterio temporal para distinguir entre los dos conceptos. Consideramos trabajo las actividades que realizan los niños y niñas durante tres o más horas diarias cinco días a la semana, y ayuda las desarrolladas en menos de tres horas. La ayuda ligera en tareas familiares forma parte de la educación informal y es muy adecuada para el desarrollo y aprendizaje de los niños y niñas y para fomentar su responsabilidad, pero la repercusión de estas actividades sobre el desarrollo del niño es el factor clave para determinar cuándo el trabajo infantil se convierte en un problema. El trabajo infantil es incompatible con la satisfacción de las necesidades infantiles básicas universales, especialmente en lo que se refiere a la educación formal, el juego y el tiempo para el ocio, derechos que la Convención reconoce a todos los niños y niñas. Los resultados del estudio reflejan también una correlación entre el nivel de trabajo infantil y el rendimiento académico.

"El trabajo infantil es incompatible con la satisfacción de las necesidades infantiles básicas universales, especialmente en lo que se refiere a la educación formal, el juego y el tiempo para el ocio"
Foto: Save the Children

-Muchas veces los niños trabajan a causa de la situación de pobreza que viven sus familias. ¿Dónde habría que actuar para que esa situación cambiara?
-El trabajo infantil es un problema complejo que no responde a una sola causa. Los tres factores claves son la explotación de la pobreza, la falta de una educación adecuada y las expectativas tradicionales. Situándonos en el contexto español, la estrategia para acabar con el trabajo infantil debería ir dirigida a destacar el papel de la educación en el desarrollo de los niños, potenciar el apoyo a las familias con menos recursos, desarrollar campañas de sensibilización dirigidas a familias, y trabajar para promover y potenciar los derechos de los niños y niñas. También es importante que el sistema educativo tenga flexibilidad para adaptarse a la realidad de los niños inmigrantes, favoreciendo su integración, y que incluyan el aprendizaje de habilidades útiles para el contexto sociocultural actual. Por último, es importante que se cumpla la legislación, que existe y es muy clara. ∆


Respuesta  Mensaje 6 de 10 en el tema 
De: albi Enviado: 28/02/2014 02:39


MÁS DE 8 MILLONES DE NIÑOS EN EL MUNDO SON ESCLAVOS 
Hay más de 200 mllones de niños y niñas trabajadores,de los cuales 126 realizan trabajos peligrosos.

Actualmente, existen 218 millones de niños trabajadores en el mundo con edades comprendidas entre los 5 y los 17 años. Más de la mitad de ellos, unos 126 millones de niños, realizan trabajos peligrosos y unos 8 millones y medio lo hacen en condiciones de esclavitud, atrapados en las peores formas de trabajo ilegal, degradante y peligroso.

Existen ocho formas más frecuentes en las que los niños y niñas son obligados a trabajar. El informe describe las terribles condiciones en las que los menores son obligados a trabajar, el impacto directo que todo esto tiene en sus vidas y recomendaciones para combatir estos abusos.

Estas ocho formas de esclavitud infantil son trabajos que destruyen de forma horrible la infancia de millones de niños en todo el mundo:

 


 
Trata infantil: Cada año 1,2 millones de menores son víctimas del tráfico infantil. Un negocio que mueve al año 23.500 millones de €.
Explotación sexual con fines comerciales1,8 millones de menores en todo el mundo están siendo explotados sexualmente con fines comerciales.
Trabajo infantil forzoso por endeudamiento: Decenas de millones de niños en el mundo trabajan para pagar a usureros las deudas de sus familias.
Trabajo forzoso en la mina: En África occidental, 200.000 menores trabajan en minas y canteras de oro. Constituyen más de un tercio del total de la mano de obra.
Trabajo forzoso en la agricultura: 132 millones de niños y niñas menores de 15 años, algunos en régimen de esclavitud, trabajan en este sector.
Niños soldados/combatientes: 300.000 niños y niñas menores de 15 años están relacionados de algún modo con las fuerzas armadas. Algunos tienen tan solo 7 años.
Matrimonio infantil forzoso14 millones de niñas adolescentes dan a luz cada año y 100 millones de niñas contraerán matrimonio antes de cumplir los 18 durante la próxima década, la gran mayoría por obligación.
Esclavitud domésticaLos menores trabajadores domésticos, en su mayoría niñas, sufren castigos extremos como golpes con planchas ardiendo, flagelaciones y quemaduras con agua hirviendo en sus cuerpos.

Respuesta  Mensaje 7 de 10 en el tema 
De: albi Enviado: 28/02/2014 02:41
 
 
 

El horror que viven los niños que trabajan en las minas

 
El horror que viven los niños que trabajan en las minas
21/06/2013

Desde World Vision hemos publicado un nuevo informe llamado “Los niños mineros hablan” en el que denunciamos los horrores que padecen a diario los niños que trabajan en las minas de República Democrática del Congo. En este informe, los niños que son explotados en minas ilegales nos cuentan de las lesiones que sufren, la mala salud que padecen y el trabajo pesado al que son sometidos.

La minería es una de las peores formas de trabajo infantil. Los niños mineros usan sus manos y herramientas para recoger la materia prima y extraer el metal. El trabajo pesado puede causar daños permanentes en los huesos y los músculos de un niño en crecimiento. Los minerales extraídos son peligrosos y la exposición al uranio y mercurio pueden tener efectos profundos en su salud. Además, los niños pueden caer en los pozos, quedarse atrapados o heridos por el derrumbe de túneles o morir ahogados.


La vida a la que se enfrentan más de 50 niños en las minas de cobre y cobalto en RDC es sucia, peligrosa y degradante.
 
El trabajo en las minas roba a los niños la infancia a la que tienen derecho:

- “El objetivo de este informe es oír de primera mano de los niños por qué trabajan en las minas y qué significa esto para su salud física, mental, emocional," nos explica Bob Kisulya, Director de World Vision en RDC. "Este estudio nos ayuda a saber qué puede hacer el gobierno y la comunidad internacional para apoyar a estas familias y encontrar soluciones contra el trabajo infantil en la minería”.

- "Desde que trabajo aquí tengo problemas con mi piel, dolores en el cuerpo, y picor en los ojos", nos cuenta Jean, un niño de ocho años de edad, quien trabaja junto a su madre en la mina.

- "Yo tengo que recoger los bloques de color verde para mi madre pero de mayor quiero ser un sastre", dijo Dorcas, un niño de seis años de edad, que trabaja en las minas de cobre y cobalto ayudando a su madre y a sus seis hermanos.

El horror que viven los niños que trabajan en las minas

El horror que viven los niños que trabajan en las minas


Respuesta  Mensaje 8 de 10 en el tema 
De: albi Enviado: 28/02/2014 02:42

Más de 1,7 millones de niños y niñas trabajan en la industria del tabaco en la India

  • Para conseguir dos euros al día, han de estar más de diez horas liando bidis, cigarrillo tradicional de la India. Elaborar bidis implica problemas de salud como la tuberculosis o el asma.
  • PLAN, presente en la India desde 1979, desarrolla proyectos para sensibilizar sobre el trabajo infantil.
 

 

Niñas trabajando en India

Madrid, 12 de junioDesde que se despierta hasta que se acuesta, Aliya de cinco años trabaja fabricando bidis, los tradicionales cigarrillos liados a mano de la India. Como ella, todas las niñas y mujeres de su comunidad confeccionan más de 1.000 bidis diarios en jornadas de 10 a 14 horas para conseguir dos euros pagados por los intermediarios. Los fabricantes de bidis, sin embargo, ganan miles de millones de euros.

Para cada bidi, se coloca el tabaco dentro de una hoja seca procedente de un árbol de ébano local, se enrolla fuertemente y se cierra con un hilo. Los cigarrillos son transportados a los depósitos de los grandes fabricantes, envasados y vendidos en el mercado por un precio mucho más alto. Los bidis son tan populares que suponen la mitad de los ingresos del mercado del tabaco en toda la India. En la ciudad de Kadiri, en Andhra Pradesh, donde vive Aliya, liar bidis es su único medio de supervivencia. Para la mayoría, si no enrollan bidis suficientes todos los días, no habrá comida en el plato. "La presión para conseguir la meta es tan fuerte que muchos se saltan las comidas y no van ni al baño” explica un voluntario de la comunidad Shanu.

Salma de 11 años es la más pequeña de cuatro hermanos. El año pasado abandonó la escuela cuando terminó 4º de primaria. "Yo quería seguir yendo a la escuela pero somos muy pobres y estamos luchando para pagar el alquiler", dice ella en su lucha por poder respirar. Salma está sufriendo de ictericia y está tan débil que no puede sentarse recta. Sin embargo, ella se encarga de enrollar hasta 1.500 bidis al día para mantener a su familia. Sentada en el suelo y encogida, fabrica cigarrillos durante más de 12 horas todos los días y, aún así, sólo gana un poco más de dos euros. Además de la ictericia, Salma también ha desarrollado la infección de la tiña en la muñeca, debido a la falta de higiene y saneamiento. Necesita atención médica, pero visitar el hospital local significa un día de trabajo, debido a las largas colas y el salario de un día en el transporte. Sus padres no lo pueden pagar tampoco.

Niñas y mujeres trabajadoras

Casi todos los trabajadores del bidi en Kadiri son niñas y mujeres. Los hombres prefieren que hagan este tipo de trabajos que las mantiene en el hogar y así no tienen que mandarlas fuera. Recientes estudios estiman que más de 1,7 millones de niños y niñas trabajan en la industria de la Indiaenrollando bidis. Los fabricantes prefieren que los hagan los niños y niñas ya que tienen los dedos más ágiles para liar cigarrillos. Sin embargo, la legislación india define la elaboración de bidis como un trabajo peligroso ya que implica graves consecuencias para la salud: la tuberculosis, el asma, dolores en el cuerpo y problemas de cadera y articulaciones relacionados con la postura son los más comunes. También enrollar bidis deja grandes cantidades de nicotina en la piel lo que hace que los dedos de los niños y niñas comiencen a adelgazar y además, pierdan sensibilidad en las manos.

Sin protección laboral

Niñas trabajando en la IndiaPero lo peor para los trabajadores del bidi es la sensación de que nadie les protege, no tienen bienestar ni tampoco el apoyo del Estado. Ellos votan, pero no tienen poder ni una representación efectiva. A lo largo de su vida, sus derechos fundamentales son violados: matrimonios precoces y esclavitud laboral extrema. En verano las temperaturas alcanzan los 45º y las calles de Kadiri se envuelven en una nube sofocante de polvo de tabaco. Los niños juegan entre los montones de hojas de tabaco. Cubiertas de sudor, las niñas y niños lían bidis con los ojos fijos en su bandeja de tabaco. Las mujeres mayores ayudan a recortar las hojas de ébano. El trabajo continúa hasta altas horas de la noche sólo para conseguir la comida del día siguiente y mantener un techo bajo el que vivir.

PLAN invierte en la sensibilización sobre los derechos de los niños y las niñas. También sobre los daños de poner a los niños a trabajar tan temprano. Nuestro objetivo es trabajar con las comunidades y los gobiernos locales para evitar que los niños caigan en este ciclo”, explica Concha López, directora general de PLAN en España..

Aisha tenía sólo 13 años cuando contrajo matrimonio. Ahora, a la edad de 16 años, está embarazada de 4 meses de su primer hijo. Era la tercera de cinco hermanos que se quedaron huérfanos cuando ella tenía diez años. La pobreza extrema, agravada por la muerte de su padre, significaba que tenía que abandonar la escuela después de que acabase educación primaria y casarse.

Ha estado enrollando bidis desde que vino a vivir con la familia de su marido después del matrimonio.Debido a los escasos ingresos de su marido, Aisha es la encargada de llevar el dinero al hogar. "No somos dueños de una casa y tenemos que pagar el alquiler. Si no pagamos, perdemos nuestro hogar", explica Aisha.

Lejos de cuidar de sí misma y de su embarazo, Aisha pasa todo el día en cuclillas en el suelo enrollando hasta 2.000 bidis junto con las otras mujeres de la familia. "Siento fuertes dolores en el pecho y  en los pulmones. También tengo de dolor de espalda ", añade.

Como parte de la campaña mundial "Por Ser Niña”, PLAN ha iniciado un programa enfocado en el trabajo de las niñas que fabrican bidis. El proyecto tendrá un impacto directo en la vida de 1.500 niñas en los próximos tres años.

PLAN, presente en la India desde 1979, trabaja en 11 estados del país y, en todo este tiempo, ha contribuido a mejorar la situación de más de un millón de niños y niñas.


Respuesta  Mensaje 9 de 10 en el tema 
De: albi Enviado: 28/02/2014 02:45

Niños y niñas que trabajan y mueren en Paraguay

 
Una niña juega en un barrio de chabolas de Paraguay

Una niña juega en un barrio de chabolas de Paraguay RAMY WURGAFT

 
DINO CAPELLIEspecial para EL MUNDO ASUNCIÓN
Actualizado: 08/02/2014 07:10 horas 
 

Liz Carolina y Mariela se parecían en mucho. Niñas paraguayas, ambas de 10 años de edad. La pobreza las emparentaba, y el trabajo también. Liz clasificaba basura en el vertedero de Cateura, uno de los más grandes de Paraguay. Mariela también trabajaba para aliviar las penurias económicas de su familia. Pero las historias de una y otra no terminan de la misma manera. Mariela es parte del Programa Abrazo, y salió de la calle. Liz fue atropellada por una máquina en el lugar donde trabajaba, y murió en el acto.

 
 

El caso de Liz Carolina Villasanti puso una vez más en la agenda del país el trabajo infantil, esa realidad insoslayable que afecta a más de 420.000 niños de todo el país. "Deberían estar jugando y estudiando", reclaman las organizaciones de derechos humanos. Pero no lo están.

Mariela es una niña que ahora tiene 10 años, enérgica y alegre a pesar de su historia, habla casi gritando y juega en complicidad con sus amigas y amigos del lugar. Es hija de una humilde mujer con seis hijos. Para alivianar las necesidades de la familia, Mariela fue entregada al cuidado de su abuela. Desde los 6 años de edad tuvo que trabajar. Recientemente el Programa Abrazo le trajo a Mariela una luz de esperanza cuando la abuela visitó el centro y aceptó la invitación de inscribir a Mariela en el programa. Desde entonces, Mariela estudia y se divierte... y no trabaja. Sus notas en la escuela repuntaron notablemente. Es uno de los ejemplos que se narra desde lo positivo.

Sin embargo la realidad es bien distinta. En Paraguay, más de 416.000 niños, niñas y adolescentes -el 22,4% del total- se encuentra en situación de trabajo infantil, y la mayoría de ellos realiza trabajos infantiles peligrosos, según la Encuesta Nacional de Actividades de niños, niñas y adolescentes 2011, publicada por el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC) en 2013.

Infancia entre basura

A pocas horas de la muerte de la niña, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Paraguay lamenta públicamente que siga habiendo muertes de niños, niñas y adolescentes que realizan distintos tipos de trabajo en el país. "El último caso registrado esta semana, el de una niña de 10 años de edad que falleció aplastada por una maquinaria pesada en el vertedero de Cateura, en Asunción, demuestra que niños y niñas continúan trabajando en ese lugar, buscando productos reciclables entre la basura, poniendo en riesgo su salud, seguridad y su vida misma", señala Diego Brom desde el área de Comunicación del organismo.

El caso, que no es el primero que se registra en los últimos tiempos, es más que preocupante porque la recolección de desechos y materiales reciclables constituye uno de los tipos de trabajo infantil peligroso, y está expresamente prohibido para los menores de edad según un decreto que data del año 2001. "Unicef considera importante que las autoridades velen porque estas situaciones no se vuelvan a repetir, haciendo cumplir la legislación que prohíbe el trabajo a niños y niñas de menos de 14 años de edad, y protegiendo las condiciones de los adolescentes que realizan estas labores, asegurándoles que asistan a la escuela periódicamente y desarrollen tareas acordes a sus capacidades físicas e intelectuales", acota Brom.

Y mientras los organismos bregan por el fin del trabajo infantil a través de los medios de comunicación, el padre de la pequeña fallecida cuenta la forma en que murió su hija. "Ella estaba recogiendo la basura con otros niños cuando se quedó atascada con un hule negro. Fue en ese momento que la topadora le pisó; le apretó la rueda de la máquina con la basura. Así murió mi hija, entre la basura", llora Julio Villasanti.

Liz Carolina no estaba sola. Acompañada por un grupo de 10 niños, buscaba entre la basura algún objeto reciclable que pudiera vender. Los vecinos, indignados, manifestaron a viva voz que las máquinas trabajan en el vertedero a pocos metros de los niños. Así, le dieron muerte a Liz.

En el otro extremo de la ciudad, Mariela continúa asistiendo a clases, y es parte de un trabajo social que permite que su abuela concurra a charlas, talleres y estrategias para salir adelante económicamente. Pero lamentablemente, no es un fiel reflejo de la realidad paraguaya en materia de trabajo infantil.


Respuesta  Mensaje 10 de 10 en el tema 
De: albi Enviado: 28/02/2014 02:47

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SOCIEDAD 2.826.549 menores viven en riesgo de pobreza

Los niños invisibles

FOTOS: AITOR LARA | Save The Children

  • Uno de cada tres niños españoles vive en riesgo de pobreza o de exclusión social

  • Sólo en el último año la cifra de menores afectados ha aumentado en 267.600

  • 'O actuamos ahora o perdemos una generación entera de niños', avisa Save the Children

  • Psicólogos, trabajadores sociales, profesores y, sobre todo, padres retratan la situación

Actualizado: 02/02/2014 08:31 horas
 

En casa de Cecilia (la llamaremos Cecilia) sólo se como fuet los días de fiesta, como el que come langosta en Nochebuena. "A mi hija le mata, pero entiende que todos los días no puede haber fuet en casa. De lo que no es necesario no hay y si no hay fuet todos los días es porque no se puede", explica.

Cecilia, que es de un pueblo pequeñito del norte de Nicaragua, cumplió 50 años el sábado pasado. Conoció a su marido en España pero pronto emigraron a su país, donde nacieron sus dos niñas. Cuando las cosas se complicaron en Nicaragua dejaron su granja y su trabajo para buscar un mundo mejor en Valencia. Ella empezó limpiando casas y trabaja ahora como monitora en un comedor escolar, cuidando niños y colaborando con una ONG. Él empezó trabajando como chófer de un taxi sin licencia y ha ido cambiando de empleo hasta que lo cambió por ninguno. Hace años que no trabaja y la familia sobrevive en Valencia con menos de 1.000 euros a repartir entre cuatro personas y un piso que se lleva 350 euros en alquiler.

 
 

Sus dos hijas tienen ahora 17 y 14 años y son dos de las 2.826.549 razones que ha esgrimido esta semana la ONG Save the Children para exigir la protección de los derechos de la infancia. Uno de cada tres menores en España está en riesgo de pobreza o exclusión social. Dos viven en casa de Cecilia, aunque mucho se lo tendrá que currar la crisis para atrapar a sus hijas.

La familia aterrizó en Valencia dos meses antes de la Navidad de 2003 y las pequeñas descubrieron aquí que las tiendas de juguetes hacían catálogos de regalos y que los escaparates eran como Disneylandia. "Aquello me marcó como madre", recuerda ahora Cecilia. Y los ojos se le empapan como si fuera ayer. "Las dos cogían los catálogos y marcaban todo lo que querían, les deslumbraban las tiendas. Me senté con ellas y les expliqué que Papa Noel tenía que repartir entre muchos niños, que no podían elegir juguetes tan caros. Luego le escribí yo una carta a los Reyes y les pedí al menos uno para cada una".

"Aún te sientes fatal cuando piden algo. Les digo que no se puede y me dicen: vaaaaaaaaale mamá". Con todas las aes de la resignación. "Ellas asumen ahora que no hay más alternativas que la realidad. Lo peor es no poder cumplir sus sueños, pero quiero que sepan que no todo es rosita a su alrededor, que no todo es material. No quiero que mis hijas vivan en un mundo irreal. Quiero que sepan que las cosas cuestan, que valoren que lo poco que tienen ha costado mucho, que no viene por ciencia infusa. Van a desear tenerlo todo, pero lo importante es tener salud, tener para comer, para vivir e ir a la escuela. Y eso aún podemos dárselo".

La familia de Cecilia vivía en una casa enorme en Nicaragua. Cuando llegaron a España se apretaron en el piso de sus suegros. Un día la hija pequeña le dijo a Cecilia que no quería vivir en una casa tan "chiquita". "Dime la verdad, ¿quién de ustedes dos decidió venir aquí?", preguntó. "Fue la situación la que nos empujó", respondió la madre.

'Sé que herencia material no les voy a dejar, pero ese no es mi sueño. No quiero que mis hijas vivan una vida de princesas. Hubiésemos fallados como padres si lo más importante para ellas fuese lo material'

Ahora se plantea de verdad volver a Nicaragua, pero prefiere esperar a que sus hijas crezcan. "Aguantaremos todo lo que se pueda. Nosotros no contamos, cuentan ellas", dice. Y maldice esa "situación" que les empujó primero allí y les estrangula ahora aquí. "Me da asco la actitud de los políticos y me desespera la poca participación de la sociedad española. No tendríamos que estar con estos males, pero los responsables no se enteran porque la necesidad no les llega a ellos. Dicen que lo que no se vive no se siente y lo que no se siente no se entiende".

Admite que pedir ayuda "cuesta" pero lo hará siempre que sus hijas lo necesiten. "Duele tener que pedir cuando que mi marido tenga trabajo es un derecho, no una cuestión de caridad. Me da rabia", grita.

"Sé que herencia material no les voy a dejar, pero ese no es mi sueño. Mis hijas no serán monigotes, quiero que aprendan a defender sus derechos. Que no vivan una vida de princesas como muchas de sus compañeras. Hubiésemos fallados como padres si lo más importante para ellas fuese lo material. Quiero que sepan que hay situaciones muchísimo peores que las nuestras. Otra cosa no les vamos a dejar".

'Aprender a ser padres sin comprar cosas'

Yolanda Carmona es trabajadora social. El caso de Cecilia, "una supermujer", es el ejemplo casi perfecto de cómo gestionar el tsunami de la crisis, pero no es la norma. "Antes se suplía todo con dinero, pero ahora hay que enseñar a ser padres sin tener que comprar cosas. La pobreza infantil no es sólo dinero. Que los padres o madres no tengan estabilidad emocional, afecta a los hijos. No les da seguridad, sufren la falta de atención de unos padres que suficiente tienen con intentar solucionar los problemas o que simplemente no saben cómo hacerlo", radiografía.

El último informe de Save the Children alerta sobre el aumento de nuevos pobres. 267.600 niños más en el último año. "La situación no ha cambiado para los que ya estaban fuera del sistema. Pero los que vienen de una situación normalizada quedan ahora bloqueados, caen como moscas y quedan atrapados en esta nueva situación sin saber cómo reaccionar. Los niños siguen pidiendo tablets y hay padres que no son capaces de defraudarles", explica Yolanda.

En Valencia, la ONG ha puesto en marcha un programa para evitar la exclusión social de niños en riesgo de pobreza. Trabajan en diez centros con casi 600 niños de hasta 13 años. Hace siete años el 80% eran inmigrantes. Hoy el 70% son españoles.

"O actuamos ahora o perdemos una generación entera de niños", avisa Rodrigo Hernández, delegado de Save the Children

"O actuamos ahora o perdemos una generación entera de niños", avisaRodrigo Hernández, delegado de Save the Children en la Comunidad Valenciana. "Es muy importante visibilizar estos casos porque nos puede pasar a todos y es muy importante trabajar desde la asistencia y no desde la pena. Hay que garantizar los derechos de los niños y garantizar que eso sea sostenible".

Rodrigo reconoce que ha visto en España casos que serían impensables en países en vías de desarrollo. "En España funciona lo evidente, pero está fallando lo menos evidente, lo que no vemos". Y habla de padres que tienen que elegir si compran el libro de Matemáticas o el de Lengua porque no hay dinero para los dos. De niños que van a gimnasia calzando un 45 y de todos los que repiten la sopa del comedor por si hoy no toca cena. "La fruta se ha convertido en un producto de lujo. Hay familias que están comiendo dos potitos para cuatro y niños que sólo comen arroz y espaguetis, que se duermen en clase, que no pueden rendir en el cole". El 42% de los niños en riesgo de exclusión no se pueden permitir celebrar su cumpleaños, el 24% no come ni fruta ni verduras, el 20% jamás ha estrenado una prenda de vestir.

Vicent es el director de un colegio en la zona sur de Valencia. En su escuela ya hay cuatro o cinco alumnos por clase que no se pueden pagar todo el material escolar. "Nos hemos convertido casi en un centro de servicios sociales", reconoce. Han puesto en marcha una campaña para promover que los alumnos completen los libros de texto a lápiz para que se puedan reutilizar, han cambiado las excursiones por visitas a pie por el barrio y ya no hay viajes de fin de curso porque sólo se apunta el 20% de los estudiantes.

Si los padres tienen cualquier deuda con Hacienda, no tienen derecho a beca. Si los padres no tienen papeles, tampoco tienen derecho a beca. "Al final los que más lo necesitan, son los que menos ayudas tienen", denuncia Rodrigo Hernández. "Y es el hijo el que paga una culpa que no tiene".

Una fortuna de 10 euros

En un pueblo a menos de 9 kilómetros de Valencia vive Luis. Tiene una hija de 13 años y un hijo de 9. El otro día le tuvo que escribir a la profesora de su hija en la agenda del cole que lo sentía mucho, pero su hija no podía llevar el libro de inglés que le habían pedido porque valía 10 euros. Y 10 euros son ahora una fortuna para él.

'No me avergüenzo de mi situación, de tener que pedir ayuda. No es mi vergüenza, es la vergüenza del país'

Luis tiene 45 años, es (o era) transportista y no trabaja desde 2010. Cobra 400 euros de prestación que se agotan este semestre. Se ha separado de su mujer pero como mucho se va al sofá porque el dinero no da para separarse más. "Cuando el hambre entra por la puerta, el amor sale por la ventana", es todo lo que explica él. Ella cobra otros 400 euros. Juntos pagan coche e hipoteca y van tirando vendiendo libros de segunda mano, limpiando alguna casa, dando "zarpazos".

"Intento no hablar con mis hijos del tema, que no se den cuenta. Son mis fantasmas y yo cargo con ellos. Ellos saben que si no trabajo no es porque no quiera y de momento comemos, así que... Sé que no depende de mí y si tengo que acudir a un comedor social, lo haré. No me avergüenzo de mi situación, de tener que pedir ayuda. No es mi vergüenza, es la vergüenza del país. Hay bancos haciéndose ricos y yo muriéndome de asco", protesta.

Luis es un tipo grande, con unas manos enormes y apariencia de tipo duro. "No me voy a poner a llorar. Si yo me derrumbo, se derrumba todo", advierte.

'Dicen que las penas con pan son menos, pero qué pasa si ya no hay ni para pan'

Laura Herrera es psicóloga de Save the Children. "La crisis que atraviesa el país hace que los niños sufran consecuencias a nivel psicológico", alerta. "Los niños ven como sus padres pierden el trabajo, no llegan a fin de mes. Oyen hablar de facturas impagadas, de embargos, de desahucios... El ambiente familiar se degrada y los niños lo perciben. En la medida que se pueda, es importante que se cuente con ellos para explicarles la situación", recomienda.

Luis se consuela pensando que el paro le ha permitido pasar más tiempo con sus hijos. Y se repite que sus niños aún desayunan cada día. Lo demás es todo indignación. "Dicen que las penas con pan son menos, pero qué pasa si ya no hay ni para pan. Es todo una gran mentira. Oigo hablar de recuperación y se me llevan los demonios. No hay salida. ¿Es que Rajoy no ve que hay gente buscando comida en los contenedores? Es el último estrato, es el comportamiento de los animales salvajes".

La España de Luis es la Gotham de Batman, la de la corrupción y el comadreo. "Y yo que pensaba que esto era sólo de los comics", bromea. "Me hablas de PP o de PSOE y me dan ganas de ahorcarme. Los políticos son un germen putrefacto que pudren todo lo que tocan. Sé que mis hijos no van a tener oportunidades y eso es lo que más me duele. Los quiero como cualquier padre pero sí me arrepiento de eso. Yo no he traído a mis hijos a este mundo para que hagan de ellos unos esclavos, ni para que sean invisibles".



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