En la morumba, que no cesa y se extiende, corre la bola calandraca de que lo cubano de ajuera podrán invedtil en la Cuba de aentro. Y la pregunta cae como mojón de plátano maduro. Por favor, ¿quién e' el que bota el número de que se puede ahora cuando antes no se pudo?
Malanga, el que manda.
No falta el inconcluso chiva tapiñao que dice, "la moná", porque… Que si la prensa no dice toda la verdad pero es sincera, que Kcho se hace el arquitecto de la cana yuma teniendo cana en casa, que la ley es trampa y dicha trampa es tan tramposa como y hasta más que la ley, y muchas más elucubraciones que no caben en el cayo, tierra de la mariconancianbulencia e ixlotes adyacentes.
Lo que no le cuadra a Malanga.
Rosa Mariam es la artesana del doctorado en espacio molar y tesista natural, es que con la protestadera en Cubazuela y la apretadera de aquellos tres, que no son fino ná la bolá que se pone prieta y el nudo a tres trozos, que si perro sin tripa no es perro, que Venezuela empieza en el cabo de San Antonio pero no tá lleno de cederistas, que si fulanito le dijo a menganito, que si mondongo le dijo a mandanga y gorgojo a malanga.
La esperanza del pasado que está por nacer entre los dicen que si pero no.
Madtí, que jamás imaginó a un Canel tan can, que el negro Maceo no sospechó a un Lazo tan agacha'o y el blanco bigotúito, que con la careputo que tiene y hablando que se va a retirar en tres sabe, pragmático, que la timba ta' por reventar, la rampa sigue soñando a caños que le saldrá aquello de que te pongo a ti porque eres como yo; aunque sabe que el tuerto y la yegua que anda con patos no saben de aquello de que el machete, la lima y el futuro que está por venir en el futuro de la era que está pariendo un corazón de melón.
Que si tú que si yo, nosotros ustedes, aquellos y los otros es la bolá que se teje y el negraje se pregunta sin saber que será, pero, ¿como decirles que no hay manera de adivinar lo que no adivina ni aquel chino que fié médico alguna vez.
Hasta el árbol que nace recto, jamás su tronco joraba.
La bolá es que ni un singao del consejostao se acaba de aprender y es la ley de vida que viene. La mejor, la más completa y la que prima, pues debajo de to'a la mariconá que ellos creen que ahogó la didnidá y la cosa buena que aún tira, como brasa viva, debajo de las almas aparentemente muertas de allende y aquende esta orilla.
¿O no?
Púdranse.