Con solo 10 años de edad, Mabel Ríos Sedeño fue afectada por
la poliomielitis, una enfermedad infecciosa aguda que ataca
considerablemente el sistema nervioso central, ocasionando invalidez
parcial o total, y en ocasiones la muerte.
Ella fue uno de últimos casos diagnósticos en Cuba en los años 60, al
iniciarse la campaña nacional de vacunación antipoliomielítica, la cual
cumple en el año en curso su aniversario 53.
Según cuenta Mabel, luego de un dolor muy fuerte en sus piernas,
estuvo más de un mes sin caminar, los médicos que la atendían le habían
comunicado a sus padres que posiblemente quedaría paralítica, porque no
estaba respondiendo al tratamiento.
“Así comenzaba una lucha que duró varios años, me atendieron muchos
especialistas y por fortuna me hicieron una intervención quirúrgica en
las piernas y hoy en día, aunque con algunas limitaciones, puedo caminar
y hacer una vida normal”, confiesa nuestra entrevistada.
Mabel se siente muy agradecida por lo que hicieron los médicos
cubanos en el tratamiento de su enfermedad, que antes del triunfo de la
Revolución en 1959, afectó a miles de personas en Cuba por la pésima
situación sanitaria del país, sobre todo en el campo.
En su opinión, hoy es una mujer feliz, integrada a la sociedad, con
todos sus derechos, que le permitieron formar una familia y desempeñarse
como especialista de cuadros de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay de Camagüey.
Fue el 26 de febrero de 1962 que comenzó a desarrollarse en Cuba la
primera campaña de vacunación masiva contra esta enfermedad, y hasta la
fecha se ha extendido a más de 75 millones de niños.
El 9 de abril de 1995, Cuba recibió de parte de la Organización
Panamericana de la Salud y de la Comisión Internacional de la
Erradicación de la Poliomielitis en el Mundo, un certificado según el
cual se validaba la inexistencia del flagelo en el país y además, se
reconocía la trascendencia de la experiencia cubana en la lucha contra
este padecimiento.
Antes del triunfo de la Revolución sólo estaban eliminadas en Cuba
dos enfermedades prevenibles por vacunas, la fiebre amarilla, en 1908, y
la viruela en 1923.
En el período comprendido entre 1962 y el 2013 han sido erradicadas
cinco enfermedades prevenibles como el tétanos y la meningitis por
Haemophilus influenzae tipo b.
Otras enfermedades como la Fiebre Tifoidea y la Hepatitis B han
reducido notablemente su morbilidad y mortalidad durante este período.
En el país se han aplicado más de 83 millones de dosis vacuna antipolio,
lo que ha garantizado la protección de la población cubana menor de 65
años.