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General: Máximo, "La Cámpora" y el kirchnerismo en estado puro
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Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: Gran Papiyo  (Mensaje original) Enviado: 16/09/2014 04:58
Domingo, 14 de septiembre de 2014
LA CAMPORA HIZO AYER UN ACTO MULTITUDINARIO CON MAXIMO KIRCHNER COMO ORADOR PRINCIPAL

“Hay muchas peleas más por dar”

La agrupación de jóvenes kirchneristas hizo una demostración de fuerza, al reunir a más de 40 mil militantes en Argentinos Juniors. En el que fue su primer discurso público, su líder destacó la importancia de “los proyectos políticos” y criticó a la oposición.

Por Nicolás Lantos
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Los militantes de La Cámpora colmaron ayer las tribunas y el campo del estadio de Argentinos Juniors.

Máximo Kirchner, el hijo de los últimos dos presidentes de la Argentina, dio su primer discurso público. Fue en el cierre del acto de La Cámpora en Argentinos Juniors, donde el sector más representativo del kirchnerismo hizo una demostración de fuerza de cara a las presidenciales de 2015. Ante un estadio repleto de militantes de la organización que fundó hace ocho años, Máximo Kirchner dijo que “Cristina es el último dique” que separa al país de aquellos que lo gobernaron durante gran parte del último medio siglo. Afirmó que en la política “no hay hombres y mujeres providenciales” ni “apellidos milagrosos”, sino que lo que cuentan son “los proyectos políticos”. A pesar del mal pronóstico meteorológico, más de cuarenta mil personas vieron en vivo su debut, que pareció más un gesto hacia la tropa propia que el lanzamiento de una candidatura, pero que no va a pasar inadvertido en el panorama a once meses de las PASO.

La ocasión no fue casual. Era el primer acto de esta magnitud que organizó La Cámpora en solitario, sin compañía de otros espacios de Unidos y Organizados o del Frente para la Victoria: toda la capacidad del lugar estuvo destinada a miembros de esa organización llegados de todas partes del país. Fue una demostración de fuerza: “No sé si hay muchas organizaciones, kirchneristas o no, que puedan llenar un estadio con militantes”, analizaba uno de los organizadores, satisfecho con el resultado. Además, la fecha elegida fue la del cuarto aniversario del acto del Luna Park que coronó a la juventud como una de las patas principales del kirchnerismo.

Como para no dejar dudas, sobre el escenario estaba, junto a Máximo Kirchner, la mesa chica de La Cámpora: los diputados nacionales Andrés Larroque, Eduardo “Wado” De Pedro, Mayra Mendoza y Juan Cabandié; el presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde; y el legislador bonaerense José Ottavis. El resto de los invitados, abajo, en las primeras filas: había presidenciables como el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri; y el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez; el ministro de Economía, Axel Kicillof; el titular de la Anses, Diego Bossio; los titulares del PJ bonaerense, Fernando Espinoza, y porteño, Víctor Santa María. También estaban dirigentes como el titular de la Afsca, Martín Sabbatella; el titular de Miles, Luis D’Elía; y el vicegobernador de la provincia de Buenos Aires, Gabriel Mariotto.

“Detrás de esto no hay ninguna especulación. Más bien una deuda –aclaró Máximo Kirchner al comienzo–. Les debía esto a los compañeros que dieron la cara y pusieron el cuerpo todos estos años. Hay muchas peleas más por dar, y estoy seguro de que van a estar firmes junto a Cristina.” De todos los militantes presentes, sólo habían podido escucharlo algunos pocos que compartieron con él reuniones, asados o encuentros a solas en Buenos Aires y en Santa Cruz.

Luego ratificó que la Presidenta seguirá siendo la conductora del espacio una vez que finalice su mandato (“el futuro está ahí”, dijo), criticó a la oposición que asiste a programas de televisión pero no piensa en política y a “dirigentes sindicales devenidos empresarios” que se fueron del gobierno criticando por izquierda y ahora “están con Macri”, y pidió que “el futuro de la Argentina no quede en manos de los violentos, sino de los que quieran dirimir sus ideas en las urnas”.

En ese sentido, en un mensaje que puede leerse tanto hacia afuera como hacia adentro, desafió a quienes quieran cambiar las políticas de este Gobierno: “Si están tan interesados en terminar con el kirchnerismo, por qué no compiten con Cristina, le ganan y sanseacabó. Volveremos a la calle a hacer lo que tenemos que hacer, que es reconstruir el país”. Fue el momento más caliente de un discurso de casi media hora, marcado por un tono emotivo y los nervios del orador debutante que sin embargo mostró soltura y algunas inflexiones que hicieron recordar a su padre. el ex presidente Néstor Kirchner.

Antes del acto, desde la organización habían hablado de un “punto de inflexión” y del “comienzo de una nueva etapa”. La aparición de Máximo Kirchner sin duda marca una nueva etapa para La Cámpora. “No hay nada seguro, pero no creo que sea la última vez”, confiaba uno de los referentes de la organización tras el acto. “Tendrá un mayor protagonismo desde ahora”, anticipaba otro. Todos descartaron, en cambio, la posibilidad de una candidatura. “Por ahora no está pensado que sea candidato a nada”, fue la respuesta monolítica ante la pregunta de rigor.

Durante su discurso Máximo Kirchner no hizo referencia directa a la posibilidad de postularse a algún cargo, pero aseguró que “en la política no hay apellidos milagrosos” ni “hay hombres ni mujeres providenciales”, sino proyectos políticos y recordó que el lugar natural de La Cámpora es dentro del Frente para la Victoria, que es un espacio “mucho más grande, a pesar de que algunos quieran achicar y crear conflictos sin sentido”. Incluso saludó al Movimiento Evita, que recientemente lanzó al margen de Unidos y Organizados la candidatura de Jorge Taiana, y felicitó a esa agrupación por el acto que realizó hace algunas semanas en Ferro.

Hubo espacio también para las críticas a los medios y a la oposición: “¿Cuál es el cambio? –preguntó–. El único programa que yo les conozco a algunos políticos son los programas de televisión donde siempre dan el presente, todo lo saben y todo lo resuelven, pero después cuando los vemos gobernar pasa lo que pasó hace algunos años en la Argentina. Si realmente este Gobierno es tan malo como uno escucha en la televisión; si es tan malo como dicen en sus medios y que no tiene aceptación popular, pues acá está la cancha de Argentinos”.

Luego de que concluyera el discurso, Máximo Kirchner bajó del escenario para saludar a algunos de los asistentes al evento. Allí también se encontraban otros funcionarios del Gobierno que habían observado el acto desde un costado del escenario. Este epílogo fue breve: la amenaza de la lluvia disuadió a todos para abandonar el predio a paso veloz.

SALUDOS REVOLUCIONARIOS  
(Gran Papiyo)        


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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: Gran Papiyo Enviado: 16/09/2014 05:07
OPINION

Salir a la cancha

Por Mario Wainfeld
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A menudo la lectura de los hechos se amolda a la sesgada hechura de los medios. Las “primicias”, sin ir más lejos, predominan sobre los datos relevantes que se conformaron durante mucho tiempo y, por eso mismo, no sorprenden. Las miradas sobre el acto de La Cámpora de ayer seguramente corroborarán esa tendencia.

Todo indica que harán centro en la aparición de Máximo Kirchner, su discurso y en particular su desafío para que la oposición acepte competir contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Sin negarle relevancia y sin renunciar a analizarlos líneas abajo, este cronista piensa que lo sustancial de lo sucedido en el estadio Diego Maradona fue lo que estaba escrito de antemano. La magnitud de la convocatoria, la masividad, la talla de un sector juvenil comprometido. Una mezcla de cuadros parlamentarios o del Ejecutivo con militantes rasos. Un recorte juvenil que tiene algunos “supra-40” mientras suma a pibes o pibas del secundario. Un activismo que ninguna otra fuerza política de la Argentina puede congregar.

La cancha de Argentinos Juniors desbordó de euforia, cánticos, pogos. Flamearon las banderas, los oradores dejaron de serlo eventualmente para sumarse a las consignas. En ese contexto, construido durante los mandatos de Cristina Fernández, habló media hora Máximo.

La agrupación juvenil peronista reventó la cancha y colmó las calles adyacentes. La fiesta y la demostración de poder llegaron juntas como corroboración.

- - -

En la edición de Página/12 del 18 de noviembre de 2007, en una nota titulada “El café literario es para los cuadros”, Kirchner reconoció ante este diario una limitación de su fuerza, “una pata renga”, en sus palabras. Enumeró una serie de carencias: no participar en los debates públicos, no haber organizado a sectores juveniles. Su idea, ya finalizando su mandato y estando electa Cristina, era formar “500 cuadros políticos de menos de cuarenta años”, aptos para la gestión o para la militancia. “Fuerza propia” y “cuadros” eran sus palabras clave. En aquel entonces, menos de siete años atrás, era una hipótesis a desarrollar.

Mucha agua corrió bajo los puentes: Kirchner ya no está, Cristina va a completar una saga de doce años de gobierno. Y cuenta con La Cámpora como aval y alternativa.

Detractores y compañeros les cuestionan falta de peronismo a los dirigentes de La Cámpora. Se suman, con enjundia digna de causas más elevadas, formadores de opinión que no distinguen una Unidad Básica de un bondi. El “cargo” tiene poco asidero: los principales referentes de la agrupación militan desde hace muchos años y son peronistas desde entonces. Su “antigüedad” es mayor que la de muchos compañeros de otros palos o, ya que estamos, de unos cuantos funcionarios o ex funcionarios del gobierno nacional.

El punto es que La Cámpora se define como kirchnerista dentro del magmático espacio peronista. Se mueven convencidos de que su función es bancar a Cristina en el denso corto plazo que precede a las elecciones de 2015. No mocionar candidatos (salvo que ella lo haga o se los indique), no zambullirse en la lid electoral.

La cantera propia le da a Cristina un espacio propio de maniobra para no quedar confinada a los márgenes estrechos del peronismo tradicional, cuyos dirigentes siempre husmean para dónde sopla el viento. Son un vivero de recursos humanos, dotados de mística y con algo que (ay) no todos tienen por delante: décadas de vida útil.

- - -

Los discursos de los diputados Mayra Mendoza y Juan Cabandié fueron breves, el del nieto recuperado tocó una cuerda más vibrante. El diputado Andrés Larroque solo usó el micrófono para presentar al orador que cerró. Llamó la atención que no hablaran él y otros integrantes de la mesa de conducción. Tal vez los apuró la amenaza de lluvia, que Máximo mencionaría luego.

Era el debut público de Máximo, que lo asumió de movida en medio de otras alusiones a su condición de novato. Franqueó sus sentimientos, habló de un sueño concretado. El nerviosismo inicial, el tono coloquial, hasta los propios límites de la exposición, redondearon la imagen de un orador sincero y cálido. El joven Kirchner tiene algunos gestos de su padre, como el de morderse los labios o menear la cabeza en ciertos momentos. Son visajes de un tímido que afronta el desafío de exponerse ante decenas de miles de personas, “mejores que yo”.

Mentó a sus padres presidentes como “Néstor” y “Cristina”. No se arrogó virtudes ni un pasado imaginario. Y puntualizó que “no hay apellidos milagrosos sino proyectos políticos”. Recorrió tópicos del relato kirchnerista, lo que incluye a los medios los fondos buitres o la desolación en 2001.

Tras mirar a través de los paneos de la tele y tras charlar con varios asistentes que pisaron el césped, da la impresión de que la entrada al ruedo de Máximo galvanizó a la concurrencia. La emoción en el palco era palpable, “el Cuervo” lloraba sin ocultarlo, Eduardo “Wado” de Pedro sonreía de oreja a oreja. Seguramente su acto de iniciación, por darle un nombre, tiene que ver con necesidades internas de La Cámpora: darle visibilidad, fomentar que entre en la escena pública, reorganizar sus liderazgos. Imaginar cómo se piensa proyectar en el corto plazo es prematuro.

En cuanto al planteo sobre Cristina como candidata, es factible que motive a la opo a recolocar el mito de la re-re. No hay condiciones dadas para eso, el mismo Máximo manifestó que la Presidenta no estaría de acuerdo. La traducción de volea deriva más a una confirmación del liderazgo y a no embanderarse ante tempus con candidatos propios que a un lance más audaz.

- - -

La Cámpora “juega” desde hace un rato. Sus dirigentes están en la cancha, supeditados a sus desempeños, a las críticas aviesas o razonables. Máximo Kirchner hizo su debut sin alardear ni salirse de la narrativa K. Tuvo el buen gesto de mencionar el acto del Movimiento Evita en Ferro, semanas ha.

Los concurrentes se abrazaron, confirmaron su pertenencia. Y le dijeron a Cristina que cuenta con ellos. Lo que Kirchner maquinó es realidad, imperfecta desde ya. De eso se trataba. El conteo de “¿cuántos fueron?” formará parte de la comidilla de los días futuros. Una muchedumbre, por lo pronto. Fueron porque están convencidos, algo que el escenario seguramente catalizó. No alcanza por sí sola para ganar elecciones, es un envidiable activo para un gobierno con más de once años de rodaje.

 
SALUDOS REVOLUCIONARIOS  
(Gran Papiyo)           
 

Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: Gran Papiyo Enviado: 16/09/2014 05:11

En la edición de Página/12 del 18 de noviembre de 2007, en una nota titulada “El café literario es para los cuadros”, Kirchner reconoció ante este diario una limitación de su fuerza, “una pata renga”, en sus palabras. Enumeró una serie de carencias: no participar en los debates públicos, no haber organizado a sectores juveniles. Su idea, ya finalizando su mandato y estando electa Cristina, era formar “500 cuadros políticos de menos de cuarenta años”, aptos para la gestión o para la militancia. “Fuerza propia” y “cuadros” eran sus palabras clave. En aquel entonces, menos de siete años atrás, era una hipótesis a desarrollar.

Mucha agua corrió bajo los puentes: Kirchner ya no está, Cristina va a completar una saga de doce años de gobierno. Y cuenta con La Cámpora como aval y alternativa.


Domingo, 18 de noviembre de 2007
LOS PLANES DE NESTOR KIRCHNER CUANDO SEA EL “PRIMER CABALLERO”

El café literario es para los cuadros

Néstor Kirchner tiene otras misiones en mente, amén del armado político y el café literario. Una es la formación de jóvenes cuadros políticos y técnicos para ampliar su base de sustentación e intervenir con más fortuna en el espacio público. Sus argumentos, los límites propios que reconoce, los precedentes, el ejemplo del PSOE.

Por Mario Wainfeld
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“Fue nuestra pata renga en estos años”, asume Néstor Kirchner y hay que parar la oreja cuando el Presidente hace algo parecido a una autocrítica o, al menos, a un amague de rectificación. No es tan usual, vamos. Kirchner tilda de coja a su fuerza política que, como fuera, le permitió ganar la elección de medio período y arrasar en la presidencial. No la subestima, qué va, pero la ubica en contexto: “En 2005 y 2007 fuimos con lo que pudimos”. Ese esquema, imagina el mandatario ante sus allegados y eventualmente ante la prensa, debe ser superado. Dos expresiones clásicas, aggiornadas desde el fondo de la historia, “fuerza propia” y “cuadros políticos”, cobran un nuevo sentido en su boca y en la coyuntura.

“Necesitamos renovar nuestros cuadros, sumar gente joven, formar 500 cuadros de no más de cuarenta años”. Una particular lectura de la conformación actual del PSOE español le sirve de relativo punto de comparación y de partida. El Presidente confiesa una debilidad que jamás aceptó hasta ahora, su débil presencia discursiva en el espacio público. Sacar del freezer a la Fundación Calafate será parte de la tarea reparatoria. Un empeño que ni reemplaza ni excluye al “armado” convencional, a la toma de definiciones respecto de la relación entre el PJ y el Frente para la Victoria (FPV). Pero que le añade un nuevo ingrediente, que entusiasma de modo inopinado al Presidente que se va y responde (en parte, más vale) dos preguntas homófonas que están de moda: “¿Qué va a hacer?” y “¿qué va a ser?”.

Entusiasmado, verborrágico como suele estar cuando habla de política, el Presidente desconcierta pues daba la impresión de sentirse confortable en su modo de construir poder y lealtades, que era interpelar desde los recursos del Estado. Dos formas de reclutamiento combinó desde la Casa Rosada. En ambas “pagando” muy generosamente pero generando pocas semillas. La primera fueron las incorporaciones a dirigentes o personalidades ajenas al peronismo (Torcuato Di Tella, Graciela Ocaña, José Nun, Pablo Lanusse) o muy distantes de su actual conformación (Horacio González). La otra es la relación, pura racionalidad instrumental, con intendentes o gobernadores. Puesto en un slogan puede aventurarse que su modo de tender puentes en términos políticos es erigir puentes en sentido estricto. La obra pública fue basal en ese trato que le permitió ir desmadejando al duhaldismo y granjearse la afinidad de los radicales K. Una liga de gobernantes y un espacio generoso en cargos para los recién llegados compusieron un dispositivo bien “a lo Kirchner”, rudimentario y funcional.

Sus zonas oscuras eran también evidentes: el único espacio convocante era el estatal, la incitación a adhesiones de otro tipo quedó obturada de facto. En aquellas elecciones en las “que hicimos lo que pudimos” Kirchner debió echar mano a su gabinete para formar listas: Rafael Bielsa, Alicia Kirchner, Daniel Filmus, Jorge Taiana sin agotar la nómina.

La resultante fue una debilidad asombrosa para una fuerza política ascendente, exitosa en sus indicadores socioeconómicos, dominante en la arena política y con amplia aprobación en la opinión pública.

Kirchner mira donde está y no se conforma. Registra críticas que fue cosechando y, que en sus momentos, daba la sensación de ningunear. “No tenemos presencia argumental. En todas las discusiones nos atacan de todos lados y sólo nos defendemos desde el gobierno”, describe. No son sus palabras, jamás las dirá, pero detecta que el atril y los Fernández no le bastarán a Cristina Fernández de Kirchner en los años por venir. El Presidente retoma nombres que son una de sus obsesiones favoritas y les da un giro de tuerca. “¿Cómo puede ser que Solanet o Artana hablen y se les dé una chapa enorme, de especialistas reconocidos?”, se indigna como de costumbre pero le imprime un giro hacia adelante: “Nosotros no tenemos centros de saber con reputación, que te legitimen en los medios o los debates. ¿Por qué no contrarrestar al supuesto prestigio de FIEL, el de la Fundación Fénix o la Fundación Calafate?”. Socrático, se interroga para responderse solo: porque ese prestigio alternativo debe ser construido.

“No pueden hacerlo funcionarios, eso se edifica en otro lugar.” El café literario va tomando color.

Los primos de ultramar

El Presidente usa como referencia el PSOE, con cuya elite dirigente alterna hace mucho tiempo. Se vale del ejemplo cuando se dedica a estimular a algunos de sus compañeros de gestión. Viene charlando desde hace meses con Daniel Filmus, Jorge Taiana, Carlos Tomada y Carlos “Chacho” Alvarez, después de haber macerado el punto en la mesa chica. A estar a la narrativa de Kirchner, los socialistas españoles han sabido aleccionar una generación de cuadros que combinan pertenencia política, formación ideológica y aptitud para desempeñarse en el gobierno. Es posible que ese modelo sea chúcaro a la importación, pues hay demasiadas características locales irreproducibles en las pampas. Los primos de ultramar provienen de una experiencia resistente al franquismo y de un núcleo de ideas muy sólido, el marxismo, que convulsionaron con revisionismo socialdemócrata y con una idea fuerza revulsiva: entrar a Europa. Ni el peronismo, ni la generación post dictadura (la que se busca interpelar si se quiere agregar personas de 30 o 40 años) se dejan calcar con ese ejemplo distante.

Ese tipo de pruritos no arredra a Kirchner si tiene algo entre ceja y ceja. Cuando rumia algo, lo han visto quienes lo rodean, pasa a la acción. Así que será hora de desoxidar a la Fundación Calafate, para arrancar.

La primera Fundación

En Palacio nadie lo rememora a los gritos pero la susodicha Fundación es hija de una intuición y de una llamada de Eduardo Duhalde, el ex presidente que otrora fuera aliado. Cuando el Frepaso crecía a ritmo desafiante, seduciendo a cuadros del peronismo renovador, el entonces gobernador bonaerense pensó que era forzoso pelear a los advenedizos en su propio terreno. El Frepaso venía nimbado de un aire intelectual o al menos de albergue para cuadros políticos capacitados.

Duhalde comidió a disputar ese espacio a Alberto Fernández, a quien, con prognosis llamativa, consideraba tangente con esos sectores. La idea fue armar un encuentro de dirigentes peronistas capacitados y con historia para elaborar un núcleo de pensamiento propio que los diferenciara virtuosamente del menemismo (iletrado y muy despectivo del legado nac & pop) y también de los “socialdemócratas” del Frepaso.

Fernández tiró las líneas. Néstor Kirchner, muy concernido en la movida, fue anfitrión del puntapié inicial jugando de local en Calafate, en uno de los escenarios más hermosos del mundo, que le cedió su nombre al Grupo. Sobrevinieron otros encuentros, como el Tanti, Córdoba, y luego multitud de reuniones, preferentemente en Capital.

Si se repasa someramente la lista de los integrantes fundacionales o de la primera y la producción del Grupo Calafate la conclusión es paradójica o, por ser más precisos, muy congruente con el debe y el haber del kirchnerismo. El Grupo Calafate anudó un conjunto importante de lealtades que se prolongaron hasta el gobierno nacional, al que aportaron en buena medida: Carlos Tomada, Esteban Righi, Norberto Ivancich, Alberto Iribarne, Miguel Talento por mentar algunos conspicuos.

La cara oscura de la luna fue la productividad intelectual pública del grupo y su capacidad de reclutar adhesiones y o de atraer sangre joven. Rondaron el cero. “Nunca pudimos trascender nuestro núcleo original”, evoca uno de los fundadores, kirchnerista como el que más.

El objetivo actual es mucho más ambicioso: un ámbito que congregue a militantes o profesionales o funcionarios de baja graduación e ir formateando el perfil de una dirigencia futura, del palo, bien nutrida de saberes. Y, last but not least, llamada a revertir la impotencia discursiva del kirchnerismo en el ágora.

A pocas cuadras

Habrá muchos otros afanes para el primer ciudadano, referidos a conservar lo adquirido antes que a cimentar el porvenir. Se rumorea bastante sobre ellos aunque, como en el aspecto que nos ocupa, escasean las precisiones. El Presidente deberá decidir “qué hace” con la mélange PJ-FPV. El mapa electoral ha dado para barridos y fregados. Sin aspirar a cerrar las polémicas, es palmario que el oficialismo ganó más y mejor en casi todos los bastiones tradicionales del peronismo. Y que la gobernabilidad clave para ese desenlace tuvo mucho que ver con la pax romana sellada con la dirigencia política y sindical peronista.

Es imaginable que Kirchner se avenga, de una buena vez, a normalizar el PJ, jugando con el FPV como su línea hegemónica. Las fantasías sobre desafiliaciones masivas para formar un nuevo partido, también remedo del PSOE, han perdido piné sometidas a la luz de la única verdad, la realidad.

En su torno se da por hecho (o se anhela, vaya usted a saber) que también mantendrá contactos con los radicales K y sobreviven los que anhelan que exista una nueva llamada a los “progresistas” que repuntaron durante su gobierno: Hermes Binner y Martín Sabbatella a la cabeza.

Mientras se maquina cómo hacer operativas esas tácticas, que son preponderantes, Kirchner se da manija con su naciente criatura: el partido de cuadros, reemplazo epocal de los viejos y traspapelados partidos de masas. La Fundación Calafate tiene su nueva sede en la cabeza de Goliat, más próxima a las luces del centro que la original. Se puede ir caminando de ahí hasta la Plaza de Mayo, sin mayor despliegue aeróbico, queda cerquita.

Es profetizable que haya reuniones de canjes políticos, con compañeros de rostros adustos, que encarnan en cuerpos fornidos a la puja territorial o a la distributiva. Todo indica que también habrá otros participantes, aunque queda muy abierto todavía vaticinar quiénes, cuándo y cómo.

SALUDOS REVOLUCIONARIOS  
(Gran Papiyo)       

Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: alí-babá Enviado: 16/09/2014 21:34


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