La salud en el mundo del trabajo
Por: Douglas Gómez.(*)
Especial para TP
Analizar un tema tan complejo y exigente como la situación actual de
la salud de las y los trabajadores en Venezuela requiere no sólo más
espacio, sino rigor en el manejo de los criterios técnico-jurídicos y
metodológicos que sirven de referencia a la hora de formular un
diagnóstico lo más cercano posible a la realidad de una problemática que
hoy adquiere dimensiones preocupantes en nuestro país.
Son muchos los aspectos y variables a considerar, los cuales, de
conjunto, actúan como determinantes de la situación planteada. En aras
de acercarnos a una descripción lo más objetiva posible, vamos a ir
analizando cada uno de estos aspectos y variables en entregas sucesivas.
El eje central y primario de donde debe partir todo análisis al
respecto lo constituye el comportamiento o desempeño del Estado
venezolano en relación al cumplimiento de su papel de garante de la
salud de las y los trabajadores en los términos consagrados en el
artículo 87 de la CRBV, según el cual: “El Estado adoptará medidas y creará instituciones que permitan el control y la promoción de estas condiciones” de seguridad y salud en el trabajo.
Si comparamos el desempeño del Estado venezolano actual con el Estado
de la llamada Cuarta República, podemos observar, en materia de salud y
seguridad en el trabajo, una diferencia sustancial sobre todo entre los
años 2000 y 2008. Mientras aquel Estado del periodo puntofijista tuvo,
por su carácter oligárquico-burgués, un desempeño nefasto en esta
materia (al punto que nunca hizo esfuerzo alguno por aplicar en
profundidad los contenidos de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones
y Medio Ambiente de Trabajo, LOPCYMAT), el Estado actual ha tenido, a
pesar de su carácter democrático-burgués, un mejor desempeño que
lamentablemente ha venido perdiendo fuerza a partir del año 2008.
Una primera valoración positiva de este desempeño del actual Estado
está relacionada con la adopción de dos medidas trascendentales que
impactaron favorablemente en el control de las condiciones y medio
ambiente de trabajo y por consiguiente en las estadísticas de
morbilidad, accidentalidad y mortalidad en el trabajo. La primera, fue
la puesta en marcha del Instituto Nacional de Prevención, Salud y
Seguridad Laborales (INPSASEL), en febrero de 2000, bajo la presidencia
del Dr. Enrique Agüero Gorrín, y su posterior reimpulso en mayo de 2002
bajo la presidencia del Dr. Francisco González (porque la designación
del Ing. José Michelangelli, en septiembre de 1992 como primer
presidente, no pasó de ser un acto simbólico para calmar los ánimos de
quienes –como el PCV y la CUTV– exigían su puesta en marcha, pero el
INPSASEL nunca arrancó). La segunda, fue la aprobación de una reforma
integral de la LOPCYMAT en julio de 2005, que reforzó su contenido
progresista, carácter preventivo y poder sancionatorio.
Una segunda valoración positiva, que tiene que ver con lo anterior,
está relacionada con los iniciales intentos del órgano de gestión
(INPSASEL) de darle cumplimiento al artículo 10 de la LOPCYMAT referido a
la formulación y aplicación de una “Política Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo destinada al control de las condiciones y medio ambiente de trabajo.”.
Aun cuando los contenidos, alcances y resultados de esa ‘Política
Nacional’ los analizaremos en el próximo artículo, podemos afirmar que
en estos 15 años de gestión bolivariana, la situación de la salud de las
y los trabajadores en Venezuela dio un salto cualitativo.
(*)Miembro del BP del PCV y de la Coordinación Nacional de la Corriente Clasista de Trabajadores “Cruz Villegas”