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The Guardian: Extraordinaria ayuda de Cuba en materia de salud avergüenza al bloqueo de EEUU
5 diciembre 2014
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Ilustración: Eva Bee/ The Guardian
Por Seumas Milne
Cuatro meses después de declarada internacionalmente la emergencia del Ébola
que ha devastado el oeste de África, Cuba es líder mundial en la
asistencia médica directa en el combate contra la epidemia. Los EE.UU. y
Reino Unido han enviado miles de tropas y, junto con otros países, han
prometido ayuda – la mayoría de la cual aún no se ha materializado.
Pero, como la Organización Mundial de
la Salud ha insistido, lo que se necesita con mayor urgencia son
trabajadores de salud. La isla caribeña, con una población de sólo 11
millones y un ingreso oficial de $ 6.000 per cápita (£ 3,824), respondió
a esa llamada antes de que se hiciera. Fue la primera en la línea de
combate contra el Ébola y ha enviado el mayor contingente de médicos y
enfermeras – 256 ya están en el campo, con otros 200 voluntarios en
camino.
Mientras el interés de los medios occidentales se ha desvanecido con
del disminución de la amenaza de la infección mundial, cientos de
trabajadores de los servicios de salud británicos se han ofrecido como
voluntarios para unirse a ellos. Los primeros 30 llegaron a Sierra Leona
la semana pasada, mientras que las tropas han estado construyendo
clínicas. Sin embargo, los médicos cubanos han estado sobre el terreno
desde octubre y están allí a largo plazo.
La necesidad no podría ser mayor. Más de 6.000 personas ya han muerto. Tal
vergüenza ha provocado la operación cubana, que los políticos
británicos y estadounidenses se han sentido obligados a ofrecer
felicitaciones. John Kerry describió la aportación del Estado
que los EE.UU. ha tratado de derrocar por medio siglo como
“impresionante”. El primer médico cubano en contraer Ébola ha sido
tratado por los médicos británicos y funcionarios estadounidenses
prometieron “colaborar” con Cuba en la lucha contra el Ébola.
Pero no es la primera vez que Cuba ha proporcionado la mayor parte de la asistencia médica después de un desastre humanitario. Hace cuatro años, después del devastador terremoto en la empobrecida Haití, Cuba envió el mayor contingente médico y atendió al 40% de las víctimas.
A raíz del terremoto de Cachemira de 2005, Cuba envió a 2.400
trabajadores médicos a Pakistán y trató a más de un 70% de los
afectados; también dejaron 32 hospitales de campaña y donaron mil becas
médicas.
Esa tradición de ayuda de emergencia se remonta a los primeros años
de la Revolución Cubana. Pero es sólo parte de un internacionalismo
global médico extraordinario y extenso. En la actualidad hay 50 000
médicos y enfermeras cubanos que trabajan en 60 países en desarrollo. Como dice el profesor canadiense John Kirk:
“El internacionalismo médico cubano ha salvado millones de vidas.” Pero
esta solidaridad sin precedentes apenas se ha registrado en los medios
occidentales.
Los médicos cubanos han realizado tres millones de operaciones
oftalmológicas en 33 países, principalmente en América Latina y el
Caribe, en gran parte financiado por la Venezuela revolucionaria. Así es
como Mario Terán, el sargento boliviano que mató a Che Guevara por
orden de la CIA en 1967, recuperó su vista 40 años más tarde en una
operación hecha por los médicos cubanos y pagada por Venezuela, en la
Bolivia radical de Evo Morales. Si bien el apoyo de emergencia a menudo
ha sido financiado por la propia Cuba, los servicios médicos globales
del país suelen ser pagados por los gobiernos receptores y se han
convertido, por mucho, en la mayor rama de exportación de Cuba,
vinculando los ideales revolucionarios con el desarrollo económico. Eso
ha dependido a su vez del papel central de la salud pública y la
educación en Cuba, ya que La Habana ha construido una industria
biotecnológica de bajo costo junto con programas de infraestructura y de
alfabetización médicos en los países en desarrollo a los que sirve – en lugar de sustraer médicos y enfermeras como en el modelo occidental.
El internacionalismo está en el ADN de Cuba. Como hija de Ernesto
Guevara, Aleida, que trabajó como médico en África, dice: “Somos
afro-latinoamericanos y llevaremos nuestra solidaridad a los niños de
ese continente.” Pero lo que comenzó como un intento de extender la
Revolución cubana en los años 60 y se convirtió en la intervención
militar decisiva en apoyo de Angola contra el apartheid en los años 80,
ahora se ha transformado en el proyecto de solidaridad médica más
ambicioso del mundo.
Su éxito ha dependido de la marea progresiva que ha barrido América
Latina durante la última década, inspirada por el ejemplo de la Cuba
socialista durante los años de las dictaduras militares de derecha. Los
gobiernos de izquierda y centro-izquierda continúan siendo elegidos y
reelegidos en toda la región, lo que permite Cuba reinventarse como un
faro de humanitarismo internacional.
Pero la isla sigue siendo asfixiada por el embargo comercial de
Estados Unidos que se mantenido un carácter vicioso en lo económico y lo
político durante más de medio siglo. Si Barack Obama quiere hacer algo
que valga la pena en sus últimos años como presidente podría usar el
papel de Cuba en la crisis del Ébola como una apertura para comenzar a
levantar ese bloqueo y tirar abajo la guerra de desestabilización de los
EE.UU.
Ciertamente hay paja en el viento. En lo que parecía una operación de avance para la administración,
el New York Times publicó seis editoriales en cinco semanas de octubre y
noviembre alabando el registro médico global de Cuba, exigiendo el fin del embargo, atacando a los esfuerzos estadounidenses para inducir a los médicos cubanos a desertar, y llamando a un intercambio negociado de prisioneros.
La campaña del periódico publicó que la Asamblea General de la ONU
votó por 23ª vez, con 188 votos a favor y dos en contra (Estados Unidos e
Israel), para exigir el levantamiento del bloqueo de Estados Unidos,
originalmente impuesto en represalia a la nacionalización de empresas
estadounidenses y ahora justificado por motivos de derechos humanos –
por un Estado aliado con algunos de los regímenes más represivos del
mundo.
El embargo sólo puede ser desechado por el Congreso, siendo
obstaculizado por los herederos de la corrupta dictadura apoyada por
Estados Unidos que derrocaron Fidel Castro y Guevara. Pero el Presidente de los Estados Unidos tiene alcance ejecutivo
para aflojarlo sustancialmente y restaurar las relaciones diplomáticas.
Se podría empezar por la liberación de los tres agentes cubanos de
inteligencia restantes de los “Cinco de Miami”, encarcelados hace 13 años por espiar a grupos anticubanos relacionados con el terrorismo.
El momento obvio para que Obama termine la campaña estadounidense de
50 años contra la independencia de Cuba sería en la Cumbre de las
Américas del próximo mes de abril – la cual los gobiernos
latinoamericanos habían amenazado con boicotear a menos que se invitara a
Cuba. La mayor contribución que pueden hacer quienes realmente se
preocupan por las libertades democráticas en Cuba es quitar a los EE.UU.
de la espalda del país.
Si de verdad el bloqueo fuera desmantelado, no sólo sería una
reivindicación del notable registro de justicia social en Cuba y su
solidaridad con otros países, respaldado por la creciente confianza de
una América Latina independiente. También sería de gran ayuda para
millones de personas alrededor del mundo que se beneficiarían de una
Cuba sin sanciones – y una demostración de lo que puede lograrse cuando
se anteponen las personas a las ganancias corporativas.
Tomado de The Guardian: Cuba’s extraordinary global medical record shames the US blockade