Bajan línea MINTIENDO -Marx peronista dice que en la Revolución Industrial había trabajo para todos. Karl Marx decía que la masa de desocupados o EJÉRCITO INDUSTRIAL DE RESERVA aseguraba a la clase capitalista la posibilidad de bajar salarios. -Marx peronista dice que "los dueños no daban salarios dignos ni condiciones justas". Karl Marx decía que la clase capitalista se vale del trabajo asalariado y la extracción de PLUSVALÍA para acumular capital. -Marx peronista dice que la revolución implica "que los trabajadores tomen conciencia de su situación para MEJORARLA". Karl Marx decía que deben tomar conciencia de su situación para ABOLIRLA. -Marx peronista dice que los trabajadores, luchan por "leyes que los protejan y así no permitir la explotación". Karl Marx decía que los trabajadores deben DERROCAR AL ESTADO Y SUS LEYES PARA ELIMINAR LA EXPLOTACIÓN."
Y si, el ascenso de la izquierda revolucionaria hace que el Estado deba hablar de Marx y edulcorarlo para niños y jóvenes. No vaya a ser cosa que "si llegan a terminar el colegio" o largan para laburar se olviden de Perón y en vez "de la casa al trabajo y del trabajo a la casa" empiecen a leer cosas raras de revolución, socialismo, lucha de clases, plusvalía y obreros al poder.
-Para los amigos extranjeros que no conocen el detalle de la realidad argentina, este es un dibujito ("caricatura") que se emite por un canal gubernamental dedicado a los niños, que se emite por cable (también se puede sintonizar en el muy reducido porcentaje de hogares que tienen la TV digital oficialista)
Pero parece, en cambio, que Marx vio el futuro por un fenómeno paranormal, conoció a Perón y se hizo peronista.
Será por eso que gran parte de la izquierda argentina está hipnotizada por Perón, que fue amigo de Franco y que en su momento persiguió a los comunistas en Argentina.
Eso no quiere decir que haya sido igual que Franco pero... No me parece que deba ser en ningún caso un referente popular que deba defender la izquierda. Estuvo años exiliado en la España de Franco precisamente, no en un país con libertades.
Tenés razón margarita y me corrijo, marx estudió el pasado y el presente de su época y sacó conclusiones muy válidas acerca de la marcha de la historia; lo que quiero decir que nada en la historia permanece fijo durante dos siglos, por tanto un revolucionario actual, debe tomar en cuenta a marx, los sucesos acontecidos, los cambios de la historia de la humanidad en estos dos siglos y analizarlos criticamente para seguir ampliando la teoría marxista, actualizarla y construirla y asi deben hacer los que vienen atrás luego para hacer una lucha efectiva.
Creo que respecto a la historia, no debería haber biblias ni dioses a los que adherir ciegamente, sino caminos a seguir.
El marco teòrico desde donde partir hoy, aunque el método histórico para construirlo pueda ser el mismo, tienen la obligación de ampliarlo, reconstruirlo y abordarlo creativamente los que viven la historia hoy, con intenciones de superarla desde un criterio revolucionario.
saludos y gracias por la corrección , porque así se construye la historia! entre todos haciendo y superando ideas equivocadas.
lo que jamás debería hacer un revolucionario en cambio, sería repetir esquemas propios de lo que combate: autoritarismo. dogmatismo ciego, exclusión y desprecio por otro revolucionario, solo por no adherir ciegamente a las ideas que él profesa porque esto implicaría entonces cambiar algunas cosas para que finalmente todo siga igual y no sé si esto hace avanzar la historia realmente.
Todos saben que yo no soy kirchnerista, pero Marx no siempre tiene posturas tan radicales como las que plantea Matilda, en algunos casos también habla de que los obreros pueden unirse para obtener mejoras momentáneas:
Yo creo que si alguien NO ES MARXISTA, por algo NO LO ES, en mi opinión, PORQUE NO ENTIENDE EL MARXISMO o LO ENTIENDE PERO ES CAPITALISTA. Es mi opinión, no la de Marx.
Un marxista no es más dogmático que cualquier otro que entiende una ciencia y sigue su dogma.
No es necesario inventar lo que MARX DIRIA, Y ESO NO ES LO QUE HACE MI PARTIDO ANTI, como lo muestra el video, es necesario ENTENDER LO QUE MARX DIJO, puesto que analizó el capitalismo y vivimos en capitalismo no hace falta mas que entenderlo bajo un análisis QUE AÚN NO HA SIDO SUPERADO. SIN AÑADIR NI SACAR UNA COMA, INSUPERABLE.
TALVEZ LO ÚNICO QUE SE NECESITA ES EXPLICARLO EN UN LENGUAJE ADECUADO A TODOS LOS NIVELES DE COMPRENSIÓN,PERO NO IMPLICA CAMBIAR LO QUE MARX DIJO,SINO DECIRLO DE UN MODO MAS COMPRENSIBLE, EN UN LENGUAJE MAS COLOQUIAL Y MENOS ERUDITO.
EL DIA QUE EN VEZ DE DENOSTAR A LOS MARXISTAS PUEDAN REBATIR A MARX HABRÁN AVANZADO UN PASO Y SALIR DEL LUGAR DONDE ESTÁN ESTANCADOS.
Tengo entendido que marx además de teoría, que más bien es engeliana más que marxista, ha dejado un método de abordaje contínuo de la realidad mati, y eso creo que propone el objetivo de transformación permanente de la teoría a la luz de nuevas realidades.
Un método es un camino para conocer y transformar en este caso y eso implica construir teoría para seguir avanzando y NO implica adherir al capitalismo.
Entonces la obligación de un revolucionario en primer lugar es : 1 .- Construir teoría permanentemente lo que no significa denostar el capital de marx y 2.- generar conciencia y sumar sin uniformar sumar la construcción teórica de unos y de otros y aproximarse sucesivamente a la realidad.
Eso quise decir, quizá sea un punto de vista diferente al tuyo y quizá los dos tengan algo de razón.
Tenés entendido mal ,Albi, la teoría MARXISTA , es marxismo, Engels fué el co autor del MANIFIESTO COMUNISTA y otros escritos como LA IDEOLOGIA ALEMANA, pero la gran obra del lateoría marxista, EL CAPITAL, ES DE MARX,así como muchísimos escritos más en los que SUPERA el pensamiento hasta su época.
F. Engels
Discurso ante la tumba de Marx
(1883)
Escrito: Discurso pronunciado en inglés por F. Engels en el cementerio de Highgate en Londres, el 17 de marzo de 1883. Primera publicación: En alemán en el Sozialdemokrat del 22 de marzo de 1883. Digitalizació:n: Por José Ángel Sordo para el Marxists Internet Archive, 1999.
El 14 de marzo, a las tres menos cuarto de la tarde , dejó de pensar el más grande pensador de nuestros días. Apenas le dejamos dos minutos solo, y cuando volvimos, le encontramos dormido suavemente en su sillón, pero para siempre.
Es de todo punto imposible calcular lo que el proletariado militante de Europa y América y la ciencia histórica han perdido con este hombre. Harto pronto se dejará sentir el vacío que ha abierto la muerte de esta figura gigantesca.
Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho, tan sencillo, pero oculto bajo la maleza idológica, de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte, religión, etc.; que, por tanto, la producción de los medios de vida inmediatos, materiales, y por consiguiente, la correspondiente fase económica de desarrollo de un pueblo o una época es la base a partir de la cual se han desarrollado las instituciones políticas, las concepciones jurídicas, las ideas artísticas e incluso las ideas religiosas de los hombres y con arreglo a la cual deben, por tanto, explicarse, y no al revés, como hasta entonces se había venido haciendo. Pero no es esto sólo. Marx descubrió también la ley específica que mueve el actual modo de producción capitalista y la sociedad burguesa creada por él . El descubrimiento de la plusvalía iluminó de pronto estos problemas, mientras que todas las investigaciones anteriores, tanto las de los economistas burgueses como las de los críticos socialistas, habían vagado en las tinieblas.
Dos descubrimientos como éstos debían bastar para una vida. Quien tenga la suerte de hacer tan sólo un descubrimiento así, ya puede considerarse feliz. Pero no hubo un sólo campo que Marx no sometiese a investigación -y éstos campos fueron muchos, y no se limitó a tocar de pasada ni uno sólo- incluyendo las matemáticas, en la que no hiciese descubrimientos originales. Tal era el hombre de ciencia. Pero esto no era, ni con mucho, la mitad del hombre. Para Marx, la ciencia era una fuerza histórica motriz, una fuerza revolucionaria. Por puro que fuese el gozo que pudiera depararle un nuevo descubrimiento hecho en cualquier ciencia teórica y cuya aplicación práctica tal vez no podía preverse en modo alguno, era muy otro el goce que experimentaba cuando se trataba de un descubrimiento que ejercía inmediatamente una influencia revolucionadora en la industria y en el desarrollo histórico en general. Por eso seguía al detalle la marcha de los descubrimientos realizados en el campo de la electricidad, hasta los de Marcel Deprez en los últimos tiempos.
Pues Marx era, ante todo, un revolucionario. Cooperar, de este o del otro modo, al derrocamiento de la sociedad capitalista y de las instituciones políticas creadas por ella, contribuir a la emancipación del proletariado moderno, a quién él había infundido por primera vez la conciencia de su propia situación y de sus necesidades, la conciencia de las condiciones de su emancipación: tal era la verdadera misión de su vida. La lucha era su elemento. Y luchó con una pasión, una tenacidad y un éxito como pocos. Primera Gaceta del Rin, 1842; Vorwärts* de París, 1844; Gaceta Alemana de Bruselas, 1847; Nueva Gaceta del Rin, 1848-1849; New York Tribune, 1852 a 1861, a todo lo cual hay que añadir un montón de folletos de lucha, y el trabajo en las organizaciones de París, Bruselas y Londres, hasta que, por último, nació como remate de todo, la gran Asociación Internacional de Trabajadores, que era, en verdad, una obra de la que su autor podía estar orgulloso, aunque no hubiera creado ninguna otra cosa.
Por eso, Marx era el hombre más odiado y más calumniado de su tiempo. Los gobiernos, lo mismo los absolutistas que los repulicanos, le expulsaban. Los burgueses, lo mismo los conservadores que los ultrademócratas, competían a lanzar difamaciones contra él. Marx apartaba todo esto a un lado como si fueran telas de araña, no hacía caso de ello; sólo contestaba cuando la necesidad imperiosa lo exigía. Y ha muerto venerado, querido, llorado por millones de obreros de la causa revolucionaria, como él, diseminados por toda Europa y América, desde la minas de Siberia hasta California. Y puedo atreverme a decir que si pudo tener muchos adversarios, apenas tuvo un solo enemigo personal.Su nombre vivirá a través de los siglos, y con él su obra.