Aunque parece inverosímil que Estados Unidos echara mano de la música
para generar resistencia al gobierno de Raúl Castro, había un
precedente: el proyecto de Bozic se inspiró en conciertos de protesta
del movimiento estudiantil que ayudó a derrocar al entonces presidente
serbio Slobodan Milosevic en 2000.
A principios de 2009, un contratista de una entidad federal de
Estados Unidos envió a un promotor musical a Cuba con la orden de
reclutar a uno de los raperos más conocidos de La Habana para desatar un
movimiento juvenil en contra del gobierno cubano.
Se trataba de un proyecto, en la Cuba comunista, que podía haber
llevado a la cárcel al promotor serbio Rajko Bozic. Así que cuando le
hizo su propuesta al artista Aldo Rodríguez, Bozic no le mencionó sus
verdaderas intenciones, ni que estaba trabajando para la Agencia de
Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Con su peinado rasta, su cuerpo musculoso y tatuado, Aldo era un
héroe en el mundo ‘underground’ del hip-hop cubano por las letras de sus
canciones que protestaban por el control del gobierno cubano sobre
aspectos de la vida diaria, en piezas como “El rap es guerra”, palabras
que tiene escritas en un antebrazo.
El y su grupo, Los Aldeanos, estaban a punto de caer, sin saberlo, en
un enfrentamiento entre Washington y La Habana, según muestran miles de
páginas de documentos obtenidos por The Associated Press y decenas de
entrevistas. En momentos que el gobierno cubano volvía su mirada al
grupo de Aldo —su primer disco se llamó “Censurado”— Bozic fue enviado a
subirle el volumen a sus canciones de protesta.
El proyecto secreto de la USAID y los artistas hip-hop cubanos
trataba de diseminar una “revolución democrática”, pero como otras
operaciones estadounidenses en la isla, fue implementado por simples
aficionados.
Documentos muestran que USAID puso en peligro a cubanos inocentes y a
sus propios contratistas a pesar de que había claras señales de alerta.
Las autoridades detuvieron o interrogaron a músicos o a operativos de
USAID y les confiscaron varias veces sus computadoras y unidades de
memoria, que en algunos casos contenían material que los vinculaba con
entidad federal estadounidense.
En una declaración escrita, USAID dijo que estos programas eran parte
de un contrato de cuatro años que terminó en 2012, pero negó que fueran
clandestinos.
“Cualquier afirmación de que nuestro trabajo es secreto o encubierta
simplemente es falso”, dijo USAID en un comunicado el miércoles. Sus
programas estaban orientados a fortalecer a la sociedad civil “a menudo
en lugares donde la participación ciudadana es oprimida y donde las
personas son acosadas, arrestadas, sometidas a lesiones físicas o peor”.
Creative Associates se abstuvo de hacer comentarios.
La operación funcionó de manera simultánea con otros dos programas de
USAID revelados por la AP previamente este año: el lanzamiento de una
especie de “Twitter cubano” llamado ZunZuneo y otro programa que envió a
la isla jóvenes latinoamericanos a provocar disensión, y que también
incluyó elaborados subterfugios, como la creación de una organización de
fachada y un exótico entramado financiero para ocultar la participación
norteamericana.
USAID enfocó sus esfuerzos en algunos de los más destacados músicos
cubanos, entre ellos dos de sus íconos con vínculos con el gobierno,
Silvio Rodríguez y Pablo Milanés e, incluso, a un miembro de la familia
de Fidel Castro.
Todo giraba en torno a una estrategia de manipulación sutil. Bozic,
con su cabello negro corto y su sonrisa sarcástica, fue contratado por
Creative Associates International, una compañía que suscribió un
contrato multimillonario con USAID. Su objetivo: hacerse al mando del
movimiento hip-hop de la isla “para ayudar a la juventud cubana a romper
el bloqueo informativo” y crear “redes juveniles para el cambio
social”, según muestran los documentos.
Los contratistas de Creative contratarían a Aldo y a otros músicos
cubanos para proyectos que aparentemente eran iniciativas culturales
pero que en realidad estaban dirigidos a impulsar su visibilidad y
estimular a sus fans para retar al gobierno cubano. El truco era hacerlo
sin que los arrestaran.
Aunque parece inverosímil que Estados Unidos echara mano de la música
para generar resistencia al gobierno de Raúl Castro, había un
precedente: el proyecto de Bozic se inspiró en conciertos de protesta
del movimiento estudiantil que ayudó a derrocar al entonces presidente
serbio Slobodan Milosevic en 2000.
Bozic había estudiado el entorno hip-hop cubano y llegó a la
conclusión de que por ser una fuente de disenso, ofrecía una oportunidad
poco común y con un potencial para desarrollar la misión de promoción
de la democracia de USAID.
“Permanentemente, algunos de los artistas interpretan canciones que
rebosan de enojo, que critican con fuerza al régimen”, escribió Bozic
tras un viaje en 2009.
Pero el proyecto hip-hop era difícil de ocultar. Bozic trabajaba en
escenarios públicos en un país donde la música está inextricablemente
unida a la política y la vida cotidiana.
El gobierno ya estaba cancelando las presentaciones de hip-hop e
incluso había creado una agencia para regular el hip-hop: La Agencia
Cubana del Rap.
“No debemos subestimar el potencial del gobierno para reconocer el peligro”, dijo Bozic a Creative en un memorando.
Bozic notó que los músicos cubanos estaban abiertos a recibir ayuda
del extranjero, pero se mostraban recelosos de Estados Unidos.
Cualquiera que fuera sorprendido participando en una operación de USAID
podía ir a la cárcel. La financiación era un asunto “a discutirse sólo
con contactos de alta confidencialidad”, escribió Bozic.
Así que el serbio le dijo a Aldo que trabajaba en medios alternativos
y mercadotecnia. Los dos hablaron en un apartamento en un tercer piso
desde donde se podía ver el Zoológico de la Habana y que Aldo compartía
con su madre. Pero se fueron a un bar para evitar la molestia del
teléfono del rapero, que no cesaba de sonar. Parecía que todos tenían
algo que pedirle a Aldo.
Para los abrumados raperos, la propuesta de Bozic de financiar un
proyecto televisivo que mostrara el trabajo de estos jóvenes músicos,
sonaba sincero. La música se distribuiría en el entorno underground
cubano en DVD y unidades de memoria. Era una propuesta atractiva y Aldo
aceptó, informó Bozic a Creative.
Artistas traviesos
Los Aldeanos se presentaron en el poblado de Candelaria el 5 de junio
de 2009. Frente a unos 150 fans, rapearon sobre la censura y el hecho
de que les prohibieran presentarse en público en la capital. Bozic y su
equipo grabaron la presentación del concierto.
La policía llegó después de la última canción. Buscaban a los músicos
que estaban cantando “cosas contrarrevolucionarias”. Mientras los
raperos discutían con los uniformados, Bozic y su equipo de extranjeros
se escabulleron. Aldo y el camarógrafo pasaron la noche en la cárcel por
“perturbar al público”, informó el serbio.
Para Bozic, la tensión con las autoridades era parte del plan. El
entorno hip-hop, escribió, era “lo suficientemente subversivo para ser
extremadamente atractivo, pero al mismo tiempo no demasiado peligroso
para jugar en él”.
Y nivel menor de represión funcionaría a su favor, dijo a Creative:
“Las concentraciones para confrontar la censura al hip-hop tienen un
gran potencial”. Eso salió directamente de su experiencia con los
estudiantes serbios en 2000.
En una entrevista con AP en Belgrado, Bojan Boskovic, quien trabaja
con Bozic, dijo que los conciertos de protesta estudiantiles comenzaron
como algo puramente cultural pero gradualmente comenzaron a incluir
mensajes políticos. Al final, dijo, “todas las bandas que tocaban decían
‘necesitamos salir de este gobierno, y ustedes pueden hacerlo, vamos”’.
Boskovic declinó comentar sobre su trabajo en Cuba pero los
documentos dejan en claro que la visión de Creative era a largo plazo.
Cuba estaba muy lejos de tener la situación política que había existido
en Serbia. Cuando inició el proyecto de Cuba, un gerente de Creative
habló de estar a mitad de camino en un esfuerzo que tardaría una década.
De manera que Creative vio una oportunidad importante cuando el
cantante colombiano Juanes, una estrella de rock, anunció que tocaría en
un concierto en La Habana en septiembre de 2009.
Los gerentes de Creative convocaron a una sesión de dos días en sus
oficinas en San José, Costa Rica, para explorar cómo conseguir la
colaboración de Juanes y otros artistas, entre ellos los conocidos
cantautores Silvio Rodríguez y Pablo Milanés. Pensaron que vincular a
Aldo con estrellas internacionales reduciría las probabilidades de que
los cubanos terminaran presos por sus letras contrarrevolucionarias.
La sesión fue liderada por Xavier Utset, un veterano de los esfuerzos
anticastristas que había manejado el programa para Creative Associates.
Su agenda decía: “¿qué material necesitamos para hacer que Juanes ‘venda’ nuestra idea?”.
Creative echó mano de su naciente programa de medios sociales,
ZunZuneo, para enviar cientos de miles de mensajes de texto que
preguntaban a los cubanos si Los Aldeanos debían tocar con Juanes en el
concierto. Ni siquiera los raperos conocían el origen de los mensajes.
La superestrella colombiana se abstuvo de invitarlos al concierto pero aceptó reunirse con ellos tras el espectáculo.
El día del concierto, la gerente del grupo los invitó a su
habitación. Era la primera vez que los raperos entraban a un hotel, dijo
ella.
“Se divertían muchísimo duchándose y ordenando comida a la
habitación”, recordó Melisa Riviere en una entrevista. Aldo quedó tan
impresionado que más tarde grabó una canción llamada “Hotel Nacional”.
Cuando Juanes cerró el concierto, agradeció a Los Aldeanos, algo que
Creative esperaba los ayudara a protegerse de la presión del gobierno.
Posteriormente, el artista colombiano los invitó a su habitación de
hotel, donde Riviere tomó una foto de él posando con Aldo, su colega
rapero Bian Rodríguez y su colaborador intermitente Silvito “El libre”
Rodríguez, hijo del legendario trovador Silvio Rodríguez.
Fue un momento estelar para ellos: Los Aldeanos ya no eran una banda local desconocida. Ahora tenían una foto para probarlo.
“Eso dio a de inmediato a Los Aldeanos una prominencia sin
precedentes”, dijo Riviere, quien ese momento no se dio cuenta que la
imagen encajaba perfectamente en los planes de Bozic.
Aunque se habían reunido varias veces, el serbio había hecho un gran
esfuerzo por ocultar sus conexiones a todos los involucrados.
Creative estaba girando cientos de miles de dólares en salarios y en
costos operativos, incluidos los equipos de video y las computadoras.
Para ocultar el dinero que se entregaba al serbio, Creative creó una
compañía pantalla en Panamá llamada Salida, dirigida por un abogado en
Liechtenstein. Bozic no aparecía por nombre, pero tenía un poder
notarial según un documento que debía permanecer secreto pero que la AP
consiguió.
“Un problema grande”
A pesar de su nueva fama, Aldo fue arrestado de nuevo la semana
siguiente al concierto de septiembre de 2009. Esta vez fue por posesión
ilegal de una computadora.
El equipo de Creative se enteró de la noticia por Adrián Monzón, un
productor y presentador cubano de videos que era el “contacto de mayor
confianza” en la isla, según muestran los documentos.
Monzón, a quien los documentos señalan como el único cubano que sabía
lo que estaba sucediendo y a quien Creative le pagaba, informó del
arresto de Aldo durante un chat con sus supervisores.
“TIENES QUE CAMBIAR TU clave/nombre de chat por si te incautan la
computadora, eso es un PROBLEMA GRANDE”, escribió el supervisor.
Mientras los contratistas de USAID estudiaban cómo sacar a Aldo de la cárcel, tuvieron otro golpe de suerte.
Silvio Rodríguez, el padre del colaborador musical de Aldo, llamó a
solicitud de un familiar del rapero y sin conocer el trasfondo del tema,
a un amigo en el Ministerio de Cultura, recordó el trovador en una
entrevista con la AP en La Habana. Silvio pidió que le devolvieran la
computadora al joven, diciendo: “Mira, si hay algún problema, diles que
la computadora fue un regalo mío”.
Eso consiguió sacar a Aldo de la cárcel, pero los documentos muestran
que la policía se demoró un tiempo antes de devolverle la computadora. A
Creative le preocupaba que hubiera correos electrónicos que provocaran
sospechas sobre el proyecto televisivo. Aunque Aldo no sabía lo que
sucedía, las autoridades cubanas tal vez se darían cuenta.
Entonces le tocó al turno a Bozic. En noviembre de 2009 fue detenido
cuando llegaba a Cuba con “todo lo que Best Buy vende en su mochila”,
computadoras y equipos de video para artistas y videógrafos, le dijo
Bozic a un ex contratista de la USAID, quien narró la conversación a
condición de no ser identificado para no afectar su trabajo.
La policía incautó el equipo, incluida una unidad de memoria con
documentos “que tenían mucha información”, escribió un gerente de
Creative. Bozic se marchó antes de lo planeado. En un chat a principios
de diciembre, Creative le dijo a Monzón que el serbio no volvería a la
isla.
Pocas semanas después que Bozic saliera de Cuba, las autoridades de
la isla arrestaron al ciudadano estadounidense Alan Gross, otro
contratista de la USAID que trabajaba en otro programa secreto. Gross
fue sentenciado a 15 años de prisión.
Como Bozic se había marchado, el proyecto quedaba en manos de Monzón,
el único contacto de Creative en la isla que conocía su verdadera
misión.
Monzón se puso manos a la obra. Viajó por la isla en busca de
artistas. A final de cuentas, identificó a unos 200 “jóvenes con
conciencia social” y los conectó con una red llamada TalentoCubano.net.
Los gerentes de Creative esperaban que el “mapa”, como lo llamaban,
pudiera crear un “movimiento social”.
Sin embargo, para enero de 2010 Monzón ya sentía la presión: después
que un fotógrafo que trabajaba en el proyecto fue detenido, Monzón
recibió una visita de la policía.
“BB se despertó”, dijo Monzón en un chat, usando el código del equipo para referirse a la Seguridad del Estado cubano.
Las autoridades lo llevaron a una visita no tan voluntaria a un museo
de La Habana para hablar. Les preocupaba el Festival EXIT, el festival
de música anual que Bozic ayudaba a producir en Serbia y tenían
sospechas sobre TalentoCubano, reportó Monzón al serbio. “El hecho es
que están MUY preocupados por ustedes” y la posibilidad de que sea un
plan de la CIA para “destruir la revolución”.
Más tarde ese mes, Monzón viajó por avión con un grupo de músicos
jóvenes de su proyecto TalentoCubano para una “capacitación de
liderazgo” en Europa, cuando en realidad era para preparar activistas.
Monzón promovió su portal de internet en una actividad pública,
calificada por un documento de Creative de “una gran pantalla (para
protegerse) de las autoridades en la isla”.
Los jóvenes músicos, que no sabían del verdadero objetivo del
proyecto, pasaron un mes en Amsterdam y Madrid estudiando temas como
encuestas y mercadotecnia guerrillera, y les enseñaron cómo realizar
campañas de pintas de grafitos que destacaran sensibles temas políticos.
Cuatro meses después, en julio de 2010, Los Aldeanos llegaron a
Serbia para participar en el Festival EXIT, su primer viaje fuera de la
isla. También recibieron la capacitación.
“¿Crees que el training consiguió enfocarlos un poco más en su rol
como actores de movilización social?”, preguntó Utset en un chat con
Monzón.
“Sí”, respondió este. “Ahora vieron que hay otras gentes en otros lugares luchando igual e incluso en condiciones peores”.
Y agregó: “los serbios todo el tiempo te dicen ‘si lo hicimos en Serbia SEGURO que lo pueden hacer en Cuba”’.
Una conexión “alucinante”
El equipo de Creative decidió entonces infiltrar un festival
artístico y musical local organizado por la familia del conocido
trovador Pablo Milanés.
Los contratistas pagaron 15.000 dólares para financiarlo y así se
pudiera destacar a los artistas de TalentoCubano. La misión verdadera
era sembrar “nuevas ideas en la mente de los organizadores” y
persuadirlos de enviar “mensajes de alto impacto” a la audiencia, decía
un informe.
El esfuerzo casi se descarrila en agosto de 2010 cuando Bozic hizo
una transferencia bancaria desde Europa. El programa de la USAID era tan
secreto que, incluso, sorprendió al Departamento del Tesoro de Estados
Unidos que frenó la transacción por sospechas de que violaba el embargo a
la isla.
Sin embargo, el gobierno cubano ya estaba desbaratando el plan.
Suylen Milanés, hija de Pablo Milanés, dijo que funcionarios llegaron el
día antes del festival y le advirtieron que se estaba juntando con
personas indeseables. Incluso le mostraron copias de los correos de
Bozic, que calificaron de sospechosos, recordó en una entrevista. Pablo
Milanés declinó comentar al respecto.
Posteriormente, Creative puso la mira en un plan aún más audaz:
persuadir a una institución oficial cubana de que participara en el
Festiva EXIT en Serbia enviando a un miembro de la familia de Fidel
Castro.
Bozic había conocido a un pariente de la hija de Raúl Castro, Mariela
Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX).
En un chat con Creative, Bozic propuso aliarsee con ella, lo que
causó sensación. “Esto es asombroso, pensar que podamos trabajar con la
propia familia de Raúl”, escribió un gerente.
El CENESEX aceptó participar sin saber del plan secreto, muestran los documentos.
Utset pensó que era algo grande. El Festival EXIT resultaría mucho
menos sospechoso para las autoridades cubanas, escribió, si una
funcionaria cubana lo respaldaba.
Mariela Castro dijo a la AP que el instituto que ella dirige envío a
dos representantes al festival pero que no se involucraron más porque
ese evento “no tenía nada que ver con nuestro trabajo”.
¡Viva Cuba Libre!
De regreso en La Habana, Los Aldeanos fueron invitados a actuar en el
Festival Rotilla, el mayor de música electrónica en la isla que se
celebra en agosto.
El festival de tres días había crecido de una fiesta en la playa cerca
de La Habana en 1998 a considerarse el mayor festival independiente de
música de la isla.
En agosto de 2010, Rotilla atrajo la mayor multitud de su historia,
unas 15.000 personas. Los Aldeanos no se contuvieron y criticaron a
funcionarios del gobierno con palabrotas del argot popular, además de
burlarse de la policía, que ciertamente los estaba observando.
“La policía me inspira pena en vez de odio, porque son tan
comemierdas que ni siquiera se dan cuanta que son víctimas del sistema.
Viva Cuba Libre”, raleó el colega de Aldo. Y la multitud vitoreaba.
Para Creative fue un triunfo… pero duró poco.
Hacia 2011 las sospechas del gobierno les dificultaban operar. Pero a
pesar de las señales claras de alerta de que las autoridades cubanas
estaban al tanto de la situación, el equipo siguió corriendo riesgos y
cometiendo los mismos errores.
Incluso en Miami les preocupaba que la inteligencia cubana los
estuviera vigilando. Monzón viajó a esa ciudad a una reunión en abril y
Utset dijo que iba sigilosamente a una oficina arrendada para que no lo
vieran con los otros conspiradores, muestran los documentos.
Como era de esperar, Monzón fue detenido a su regreso a Cuba. Le
incautaron la computadora y una unidad de memoria. Una vez más los
conspiradores no sabían en los dispositivos había información que los
comprometía.
Pero siguieron adelante y crearon un laberíntico método para financiar a los artistas de TalentoCubano en secreto.
Bozic quería que Creative le diera dinero a un amigo croata que lo
“donaría” a la organización caritativa de un amigo británico. Esa
organización entonces enviaría el dinero a Monzón para los músicos, sin
informar a la junta directiva de la entidad caritativa.
Pero a Creative se le estaba acabando la suerte. El plan se desbarató y pronto ocurrió lo mismo con el proyecto del hip-hop.
Cuando a Monzón le devolvieron sus equipos, notó un contrato que no
había visto y que lo vinculaba claramente tanto con Creative como con la
compañía fachada de Panamá. Su plan secreto había quedado al
descubierto.
El pecado original
En 2010, el Festival Rotilla parecía uno de los logros que valía la
pena continuar desarrollando. Pero antes que la edición siguiente
pudiera celebrarse, las autoridades cubanas informaron a los
organizadores que tomarían el control del mismo.
Un contratista de Creative advirtió que las autoridades cubanas
sabían que Bozic y sus colegas “estaban recibiendo dinero de USAID” y
que trataban de socavar al gobierno como hicieron con Milosevic en 2000.
El Festival Rotilla tenía raíces independientes pero los documentos
muestran que Bozic y la fundación EXIT lo estaban apoyando desde 2006,
un período en el que creció mucho.
En una entrevista el domingo en La Habana, el fundador de Rotilla,
Michel Matos, aseguró que se sentía orgulloso de su papel en el festival
pero quedó asombrado de saber que el serbio estaba trabajando para la
USAID y dijo que nunca hubiera tomado a sabiendas dinero del gobierno de
Estados Unidos para actividades con fines políticos.
“Si yo trabajo con un norteamericano, recibo dinero del gobierno
norteamericano… para hacer acciones culturales en Cuba… no es que yo
tenga un problema sólo con el gobierno cubano, tengo un problema con los
cubanos. Ese es el pecado original en Cuba”, dijo Matos.
Silvio Rodríguez también se mostró igualmente sorprendido.
“Me sorprende completamente. Nunca me imaginé que pudiera existir (un
programa así). Cuando a uno le revelan que uno podría estar en medio de
una conspiración, uno se sorprende”.
Rotilla había sido exactamente lo que el gobierno estadounidense
trataba de impulsar: una iniciativa cultural orgánica independiente de
las autoridades cubanas. En su lugar, USAID le dio al gobierno cubano
una razón para acabarlo.
Pronto, Aldo se dio cuenta de que vivir como rapero en la isla era
imposible. El gobierno intensificó la censura dijo en entrevistas
recientes, y prohibió actuar a Los Aldeanos. Hoy, el entorno del hip-hop
cubano, que llegó a su cumbre con ese grupo, ha perdido impulso.
Aldo, que ahora tiene 31 años, se mudó a Tampa, Florida, donde todavía canta, pero su música es ahora menos dura.
Aldo declinó discutir por qué lo vincularon al proyecto. “Tengo la conciencia tranquila”, le dijo a la AP.
Adrián Monzón se mudó a Miami, donde trabaja en un Papa John’s.
Bozic, el serbio, continuó trabajando en proyectos en Túnez, Ucrania,
Líbano y Zimbabue. Declinó comentar sobre su operación en Cuba.
Xavier Utset, el organizador de los proyectos del “Twitter cubano” y
la penetración del entorno del hip-hop en la isla, declinó comentar.
Dejó su empleo en Creative por un empleo federal.
Ahora se fue a trabajar con USAID.
AP