“La democracia no se suspende por mal tiempo”, dijo la presidenta Cristina Fernández mientras afuera la Plaza de Mayo se iba repoblando luego de que una intensa tormenta obligara a suspender los festejos por el Día Internacional de los Derechos Humanos y el 31 aniversario del final de la última dictadura en la Argentina. Como acostumbra siempre en esta ocasión, el cierre del calendario político de cada año, CFK dio un extenso discurso en el que pasó revista por muchos de los temas de la agenda. También les marcó la cancha a “propios y ajenos” de cara a los comicios del año próximo, sin translucir ninguna preferencia, pero dejando en evidencia su rol central en el mapa político nacional aun sin la necesidad de figurar en las boletas.
“Nos gustaría que en los tiempos que corren se explicaran los proyectos políticos. Todos los proyectos. Este es nuestro proyecto: el del matrimonio igualitario y la ley de género, el del Código Civil y el nuevo Código Procesal Penal, el de la Asignación Universal, el plan Progresar, el plan Procrear, el plan Conectar Igualdad, el plan Arsat, los planes de infraestructura. Este es el proyecto”, definió la mandataria, que a su vez desalentó especulaciones sobre su futuro político. “Que nadie me nomine a nada”, dijo.
En su mensaje, analizó los treinta y un años de democracia ininterrumpida que se celebraban e indicó que “desde 2003, con errores y aciertos” el kirchnerismo “ha comenzado a construir la noción de igualdad en Argentina”, que es necesaria para lograr una verdadera democracia y “no una democracia de manual”. En ese sentido sostuvo que, aunque uno pueda “pensar libremente”, también tiene que “tener los elementos que te permitan decidir porque si no esa libertad es vacía.”
A pesar de varias ausencias con aviso a causa del clima, que impidió la llegada de aviones a aeroparque, el salón de las Mujeres del Bicentenario estaba repleto como pocas veces: es que todos los invitados a acompañar a la Presidenta en el enorme escenario que habían montado frente a la Plaza debía caber en un espacio notablemente más pequeño. Además del gabinete en pleno había autoridades parlamentarias, gobernadores, legisladores, nietos recuperados, madres y abuelas de Plaza de Mayo, representantes del sindicalismo y dirigentes de organizaciones sociales y políticas.
Minutos después de las ocho, la Presidenta ingresó al salón, donde fue recibida por la Orquesta Nacional de Charangos interpretando el Himno Nacional. A continuación, Ignacio Guido Montoya Carlotto, el nieto de la titular de Abuelas, Estela de Carlotto, interpretó el clásico de Charly García “Los dinosaurios” a dúo con el músico Palo Pandolfo. Varios de los funcionarios más jóvenes se sabían el tema y acompañaron en voz baja.
Fernández de Kirchner otorgó también el premio Azucena Villaflor, instaurado en 2003 por Néstor Kirchner, que el Estado Argentino les da a las figuras más destacadas en la lucha por los derechos humanos. En esta ocasión fue premiada post mortem la ex defensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires Alicia Oliveira, y el premio fue recibido por sus hijos, de manos de la Presidenta.
Hablar de proyectos
“El 25 de mayo del año 2003 comenzamos a construir igualdad, que llena de contenido a la libertad y le da sentido a la democracia”, dijo CFK, que ayer volvió a plantarse en el centro de la escena política para marcar la cancha de la campaña de cara a los comicios del año próximo. Como ya había hecho el mes pasado en la Cámara Argentina de la Construcción y esta semana al inaugurar un hospital en Morón, les habló a “propios y ajenos” y los desafió a que muestren sus programas de gobierno. Los dardos filosos apuntaron hacia la oposición, pero también hacia los aspirantes a sucederla dentro del Frente para la Victoria.
“La igualdad se comenzó a construir a partir de cambiar la matriz del modelo económico, de industrializar el país, de crear millones de fuentes de trabajo”, explicó Fernández de Kirchner, que enumeró los puntos sobre los que se asentó durante los últimos once años: el sistema jubilatorio, la educación, el desendeudamiento, la integración regional, la mejora en la calidad de vida de los trabajadores y la política de Memoria, Verdad y Justicia.
Luego, apuntó contra la oposición, que se muestra “como si fuera un shopping en el que hay veinte marcas diferentes de zapatos” cuando “la historia dice que en la Argentina siempre hubo dos proyectos”. Uno: que comenzó con el endeudamiento con la Baring Brothers y explotó en 2001. Esos son “los que siempre estuvieron a favor de la rendición”, dijo. ¿Qué diferencia hay entre los que le decían a Belgrano que se entregue y los que me dicen a mí que negocie en cualquier término con los fondos buitre? No hay ninguna diferencia”, enfatizó.
“Antes venían con armas y cañones, ahora vienen con las armas de la economía, son el terrorismo del mercado”, agregó CFK, que trazó “una línea en toda la historia argentina” entre ese proyecto liberal y el proyecto nacional y popular. “No hay tantos proyectos, por eso queremos que nos expliquen cuál es el proyecto. No basta con una foto, una campaña de marketing y elegir un color. El país y la patria son algo más que eso”, remató, sin aclarar a qué color se refería.
A la tropa propia
Fernández de Kirchner sigue sin dar pistas respecto de una preferencia entre los distintos precandidatos presidenciales del Frente para la Victoria. Sin embargo eso no significa que no juegue en la interna. Ayer lo dejó en claro, al advertirles a “propios y ajenos”, que se necesita “gente comprometida con un proyecto”. “Las candidaturas son algo más que una foto, un color, bonitas palabras. Necesitamos hombres y mujeres identificados con proyectos colectivos. Lo necesita la democracia” porque “cuando la sociedad deposita las esperanzas en una urna y luego es defraudada, el daño que se les hace a las instituciones, a la democracia, es inconmensurable”, agregó la jefa de Estado. También aclaró que no alcanza una fotografía con ella para representar los ideales del kirchnerismo.
Todos los precandidatos presidenciales del FpV estaban presentes en el salón de las Mujeres del Bicentenario de la Casa Rosada, excepto por el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, cuyo vuelo fue desviado a Rosario por la tormenta que azotaba a la Ciudad de Buenos Aires. El gobernador entrerriano se encontrará con la mandataria el martes, en la capital de esa provincia, Paraná, donde se llevará a cabo la cumbre de jefes de Estado del Mercosur.
Por otra parte, CFK desestimuló las especulaciones sobre su participación como candidata en las elecciones del año próximo. “Que nadie me nomine a nada. Esto nunca fue un proyecto personal. Nunca me sentí destinada a ser Presidenta. Una cosa es la campaña, la fotito, el asesor que te dice que tenés que hacer esto o lo otro, pero cuando te quedás a solas en ese salón, ahí te la voglio dire”, dijo.
Jueces, medios y buitres
CFK también criticó duramente a los fondos especulativos que están en litigio con la Argentina, así como a los medios opositores y a un sector del Poder Judicial quienes, sostuvo, comparten una estrategia contraria a los intereses del país. “A la Justicia no se la puede criticar. Es un valor, un imperativo moral. Hay que referirse para ser más precisos al Poder Judicial, o a un sector del Poder Judicial”, indicó la mandataria, quien señaló que “no es cierto que el Poder Judicial sea corporativo” ya que sólo se defienden entre ellos los jueces opositores, mientras que “persiguen y hostigan” a la procuradora Alejandra Gils Carbó y a fiscales que no adhieren a ellos.
También recordó que su gobierno debió “soportar nueve corridas cambiarias precedidas por miles de portadas catastróficas diciendo que el mundo se venía abajo” y que, “unos meses atrás, decían que la Argentina terminaba el año con la mitad de las reservas, que el dolar valía 20 pesos y que se caía del mundo”.
Por último apuntó contra los “sicarios judiciales” que intentan “asustar a los diputados” o a ella misma llamando a indagatoria por su gestión en Aerolíneas Argentinas durante la intervención de 2008 al ministro de Justicia, Julio Alak, 15 minutos antes de que se comenzara a debatir el Código Procesal Penal en el Congreso. “Nunca un fiscal llamó a alguno de los empresarios vaciadores extranjeros” de la línea de bandera, completó.
Por último, destacó la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo, señalando el ejemplo de Estela de Carlotto y concluyó: “Las cosas se construyen con amor y con alegría. Hay un amor que une todo, que se torna colectivo, un amor que se torna liberador, es el amor a la patria. Por el amor a la patria el pueblo es invencible y la Nación Argentina será libre, digna y soberana. ¡Por una Argentina con soberanía económica, autonomía política e igualdad social!”.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo)