Cuando alguien nos insulta cobardemente y nos apedrea el huerto frutal, corremos el riesgo de olvidar que ese árbol apedreado volverá a florecer y dar su fruto sin cansarse de dar…
A media noche, cuando nos cubre la pena y la derrota. Cuando atardece la desilusión. Cuando se nos muere la risa como el sol. Cuando se nos apagan una llama que hemos cuidado mucho para alumbrarnos en las tinieblas… consuela y entusiasma recordar que: Siempre hay un mañana.
La vida puede ser horrible, las cosas pueden estar fatal, pero siempre habrá un mañana.