Las relaciones entre España y Gibraltar están en horas bajas. Tanto que la UE ha decidido tomar cartas en el asunto. Pero la tensión no es solo diplomática, hay también intereses económicos en juego.
Es la primera vez que interviene la Unión Europea, que no ha conseguido desbloquear la situación. Las relaciones entre Gibraltar y España atraviesan su peor momento en años, un conflicto diplomático que comienza a afectar a la población y a los bolsillos.
“La medida que ha ido prolongándose en el tiempo ha ido agravándose aún más. Es un conflicto que de manera brutal está afectando a la economía de La Línea. Ha ido extendiéndose a la pequeña y mediana empresa, comerciantes y hosteleros. La Línea se ha nutrido de las compras de los gibraltareños y eso ha dejado de ocurrir, no entendemos por qué las medidas que aplican en Gibraltar tienen que afectar a La Línea”, expresa Gema Araujo, la alcaldesa del municipio de La Línea de la Concepción, en la provincia de Cádiz.
Es un conflicto que de manera brutal está afectando a la economía de La Línea de Concepción
Unos 8.000 españoles cruzan cada día al trabajo. Colas de más de 2 horas para entrar y salir. “Llegamos tarde al trabajo a veces, y como están las cosas para llegar tarde… Por la tarde siempre hay cola”, dicen los ciudadanos.
El Gobierno de Rajoy ha intensificado los controles en el paso fronterizo. Envió, tras el inicio de la crisis, a un grupo especial de la guardia civil. Una medida de presión contra Gibraltar que el Gobierno justifica por el aumento del contrabando de tabaco del Peñón libre de impuestos a España.
“Eso hace mucho daño, más que a Gibraltar, a nuestra economía, porque Gibraltar representa queramos o no casi el 20% del PIB de la Línea. Estamos hartos de tanta manipulación. Gibraltar con sus pros y con sus contras para nosotros representa mucho, y ante todo el derecho a los trabajadores que aquí no tenemos trabajo”, opina Juan José Uceda, portavoz de la Asociación Sociocultural de Trabajadores Españoles en Gibraltar (ASCTEG).
Según la Unión, los controles son legales. Bruselas ha recomendado también ampliar el paso. Al otro lado, muchos gibraltareños tampoco quieren ya cruzar para comprar o comer. “Desde que empezaron los problemas en la verja, que para cruzar hay que esperar una pila de horas, francamente pues a menos que sea preciso no he ido para allá o he evitado ir allí. Y no solo por las colas”, dice uno de los gibraltareños.
Estamos pescando donde podemos, nos peleamos cada dos por tres con la Policía de Gibraltar
“Ahora todo esto lo que está haciendo es que vuelva a haber rivalidades entre los pueblos y es una pena, porque siempre nos hemos llevado muy bien”, dice una mujer que trabaja en Gibraltar.
El origen del aumento de las tensiones entre España y Gibraltar está aquí: El Gobierno de Gibraltar lanzó en julio 70 bloques de hormigón con hierros en uno de los caladeros más importante de la zona. Desde entonces los pescadores no pueden faenar en estas aguas, y las cofradías calculan unas pérdidas del 70%.
La intención es, según el ejecutivo del Peñón, construir un arrecife artificial para mantener una pesca sostenible. En el lugar donde Encarni y su familia llevan pescando generaciones. “Un arrecife no se hace así, no se echan bloques con pinchos. Estamos pescando donde podemos, nos peleamos cada dos por tres con la Policía de Gibraltar. A mí me da igual, a mí me pueden perseguir los ‘bobbies’ como si me quiere perseguir la reina de Inglaterra. Los pescadores no nos vamos a ir de aquí, no nos va a aburrir, ¿Cómo nos va a aburrir? Si es el pan de nuestros hijos”, pregunta la pescadora Encarni Jiménez.
Bloques de hormigón y colas interminables, un pulso en el que Londres prefiere mantener distancia, que están pagando ellos.
(Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/116189-gibraltar-crisis-diplomatica-afectar-economia)