MADRE GRECIA
Xosé Luis Méndez Ferrín
Para la orden masónica, Oriente significa una especie de Principio de Esperanza, en lo abstracto, y la idea tridente de Libertad, Igualdad, Fraternidad en lo que se refiere a lo concreto. Durante décadas las Luces vinieron de la URSS. Esa es la razón por la que el Imperio norteamericano decidió denominarse con lo opuesto a Oriente que es Occidente. En la correspondencia de Ramón Piñeiro, que estuvo muy aireada hace poco por su descendencia, los comunistas recibían el nombre bufo de "orientales". En nuestra madre Grecia ha perdido las elecciones Occidente, o sea, el Kapital junto con el Espíritu que Niega la vida, y las ha ganado Oriente.
Las ha ganado la Aurora-de rosados-dedos de los versos homéricos que siempre nos iluminará. Ha ganado las elecciones griegas una izquierda plural en cuyo logotipo va la bandera roja superpuesta a otras banderas complementarias; la verde, pongo por caso. Los victoriosos usan acrónimo, palabra griega donde las haya, que habla de cumbres y eminencias. El acrónimo incluye las palabras que se traducen por "coalición", por "izquierda" y por "raíz". Raíz cuyo adjetivo etimológico es "radical". Parece ser que el mando único de la UE se ve en peligro. Una mayoría de pueblo en un pequeño país sube, y los poderes de la UE, del FMI, el BM, e incluso el mal llamado Banco Europeo, esto es, nuestros verdaderos amos, pillan una suerte de miedo.
Y fingen indiferencia, miedo hay hasta en las grandes reservas de dinero sucio que los británicos tienen depositado en nuestra hermana céltica que es la isla de Man. Gana la izquierda radical coaligada en Grecia en el momento en que el Imperio está batiéndose en retirada ante nuestros ojos, si bien deja en Siria y en otros sitios la tierra quemada y devastada. La globalización ha hecho pum. O boom, si prefieren la fórmula de los Marvel Comics.
Fuera de la UE, que no es Europa en realidad, hay vida e incluso vida económica. Si Tsipras repasare el mito del Vellocino de Oro, verá que Jasón lo fue a buscar, pasando el Mar Negro, en el Oriente, en la Cólquida, en territorios que hoy, fuera de la leyenda, son realmente parte de la Federación Rusa. Decimos que el mundo ya no se acaba en la UE. Ni en la NATO, que llevó el fascismo tardío de los coroneles a Grecia, para no dejar tan solo a Franco. Ahora hay China, naturalmente en el Oriente. Y del otro lado del Iberr, Tsipras puede contar con una América Latina, antes Hispanoamérica, que seguramente le va a tender los brazos.
Digo que una parte de la América Latina puede ayudar a Grecia a que recobre "el ple domini de la Terra", que cantaba Espriu. Terribles fuerzas sigilosas harán lo posible por aniquilar la coalición de izquierda radical griega. Si leemos en la Ilíada el fragmento conocido como "Catálago de las naves", de lo que tanto gozó Steiner, veremos que retrata una coalición muy variada que se federa con un fin único, que es Troya. La generación de mis padres le llamó a esto Frente Popular.
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