El espionaje desplegado por el DAS contra magistrados, dirigentes de oposición y periodistas ha sido suficientemente documentado por la justicia colombiana y reconocido, incluso, por la mayoría de protagonistas del organismo de inteligencia que hoy purgan condenas. Sin embargo, el gran interrogante sigue orbitando en quién dio las órdenes para que tal ‘cacería’ fuera realizada. La entrega de la exdirectora del DAS María del Pilar Hurtado puede servir para resolver de una vez por todas esa pregunta. El Espectador revisó el expediente de las llamadas ‘chuzadas’ del DAS y reproduce los apartes más comprometedores de las declaraciones que los exsubalternos de Hurtado le entregaron a la Fiscalía. Ella insiste en su inocencia, mientras el expresidente Uribe denuncia un supuesto matoneo. ¿Sabrá el país la verdad?
Alba Luz Flórez
Más conocida como la ‘Mata Hari’, fue ella la que infiltró la Corte Suprema de Justicia. Para conseguirlo volvió a enamorar a un exoficial de la Policía, con quien había sostenido una relación sentimental en el pasado. Fue ese el enlace con los oficiales que prestaban seguridad en la Corte, a quienes convenció de que debían entregarle toda la información de los magistrados, porque le debían más lealtad al presidente que a sus protegidos. Ella reclutó, además, a dos empleadas de servicios generales, a las que suministró una grabadora que instalaban antes de la realización de las salas plenas. Asimismo logró fotocopiar expedientes reservados de la parapolítica. Esa información le fue transmitida a su jefe William Romero. La operación de espionaje se llevó a cabo entre finales de 2007 y todo el año 2008, precisamente cuando las relaciones entre la Presidencia y la Corte estaban prácticamente fracturadas por una pelea institucional que tuvo como trasfondo los complots de ‘Tasmania’ y ‘Don Berna’. El DAS tuvo acceso a toda la información privada de los magistrados, sus familias y hasta sus cuentas bancarias. Según la ‘Mata Hari’, en alguna ocasión fue felicitada por William Romero por sus avances, al tiempo que éste le solicitó conseguir el expediente del “primo del 1”, que era, supuestamente, el de Mario Uribe. El propio Romero dijo que Hurtado le manifestó “que el 1 conoció los insumos entregados por ella en la mañana de ese día y que le habían gustado”.
Jorge Lagos
El exsubdirector de Contrainteligencia Jorge Lagos contó en detalle cómo inició la investigación del llamado “Caso Paseo”, como fue rotulado por el DAS el viaje a Neiva de los magistrados en el año 2006. Según dijo, el entonces asesor presidencial José Obdulio Gaviria y el secretario de Prensa, César Mauricio Velásquez, le pidieron una copia del listado de magistrados que viajaron a la capital huilense en desarrollo del homenaje promovido por el polémico empresario Asencio Reyes, hoy investigado por la justicia. La Fiscalía le preguntó qué motivaba a María del Pilar Hurtado a demostrar tal interés en ese caso, a lo que Lagos contestó: “La misma presión que estaba recibiendo de la Casa de Nariño, en muchas ocasiones llegaba de allí muy presionada y me llamaba para pedir resultados sobre esas verificaciones”. Lagos relató que en abril de 2008, cuando los escándalos de la yidispolítica y la parapolítica empezaban a cercar al Gobierno, en Palacio había “una gran insistencia para conseguir las fotografías de los agasajos que se habían realizado a los magistrados en Santa Marta y Neiva, y por saber si en ellos habían participado Asencio Reyes o Giorgio Sale”, este último condenado como enlace del exjefe paramilitar Salvatore Mancuso. Además, resaltó que el Gobierno necesitaba verificar una fotografía en la que aparecía, supuestamente, Asencio Reyes con el fiscal de entonces, Mario Iguarán, debido a un reportaje periodístico realizado por la revista ‘Semana’, en el que se iban a denunciar los pasos oscuros de ese empresario.
Fernando Tabares
El exdirector de Inteligencia del DAS Fernando Tabares señaló que en septiembre de 2007 María del Pilar Hurtado lo invitó a que lo acompañara a un desayuno de trabajo con el secretario general de la Presidencia, Bernardo Moreno. Dicho encuentro se llevó a cabo en el club Metropolitan de Bogotá, en uno de los reservados del segundo piso. “El doctor Moreno le manifiestó a María del Pilar Hurtado que el interés del señor presidente de la República era que el DAS lo mantuviera informado sobre cuatro temas principales: la Corte Suprema de Justicia, los senadores Piedad Córdoba y Gustavo Petro, y el periodista Daniel Coronell. Terminado ese desayuno yo me regresé con la doctora Hurtado y ella me preguntó que si nosotros teníamos cómo informar al presidente sobre eso, y yo le dije que sobre los tres primeros temas no le veía ningún inconveniente, porque están enmarcados dentro de nuestras funciones como proveedores de inteligencia para el alto gobierno, pero que en el último tema específico, referente a Daniel Coronell, yo lo veía más como un tema personal”.
Tabares reconoció que de inmediato se dieron las órdenes para la recolección de la información solicitada por la Casa de Nariño y que incluso se ordenaron pagos bajo el rubro de gastos reservados para tal fin. Además, sostuvo que se desarrolló un complot para desacreditar al magistrado Iván Velásquez, coordinador de los expedientes de la parapolítica, en el denominado caso ‘Tasmania’. Y que como la conspiración ‘Tasmania’ falló, se intentó otro montaje con la visita de emisarios de ‘Don Berna’ a la Casa de Nariño en abril de 2008. Incluso aceptó que se hicieron pagos para desprestigiar a la excongresista Yidis Medina, quien ese 2008 confesó que vendió su voto en el Congreso para aprobar la reelección presidencial inmediata.
Martha Leal
La exsubdirectora de Operaciones relató las incidencias del caso ‘Tasmania’ y que la entonces directora del DAS, María del Pilar Hurtado, le ordenó viajar a Medellín para obtener la carta que supuestamente había escrito el exparamilitar José Orlando Moncada, alias ‘Tasmania’, en la que denunciaba al entonces magistrado de la Corte Iván Velásquez. Esa misiva se la terminó entregando el conductor del senador Mario Uribe. Después se probó que esa carta no la había escrito ‘Tasmania’ y que el objetivo era enlodar a Velásquez. Leal también contó el episodio de los emisarios de ‘Don Berna’, que entregaron en la Casa de Nariño unas grabaciones para desacreditar a Velásquez y a la Corte. Lo curioso es que esas grabaciones se hicieron con dispositivos que el DAS le entregó a ‘Don Berna’. También relató que agentes encubiertos visitaron las notarías en donde tenían registradas sus firmas el abogado y columnista Ramiro Bejarano y su defendido, el entonces presidente de la Corte César Julio Valencia, un requerimiento que según le dijo Hurtado “le habían solicitado de la Presidencia”. Asimismo, aportó detalles de cómo fueron seguidos Piedad Córdoba y Gustavo Petro, y cómo en el propio carro de Córdoba se instaló un micrófono para oírla durante 15 días. Por último, reconoció que se ordenaron seguimientos al periodista Coronell y se montó una fachada para poder determinar quiénes eran sus fuentes. Según Leal, Hurtado solía referirse como “cortesanos” a los magistrados de la Corte. “No tuve la claridad de saber históricamente cuál es el problema que existe de fondo entre el presidente Uribe y la Corte, y por el contrario, y debo decirlo con algo de tristeza, creo que yo y la institución terminamos siendo utilizados en esta lamentable circunstancia”.
William Romero
Uno de los testimonios más importantes contra Hurtado lo entregó el exsubdirector de Fuentes Humanas William Romero. Según dijo, durante la dirección de María del Pilar Hurtado se dieron órdenes para que se documentara todo lo relacionado con los magistrados de la Corte Suprema y sus nexos con Asencio Reyes, la supuesta entrega de un reloj Rólex al magistrado Yesid Ramírez por parte del italiano Giorgio Sale, además de continuar la inteligencia contra Piedad Córdoba y Gustavo Petro. Fue así que se desarrolló la ‘Operación Escalera’ para infiltrar la Corte a través de la detective Alba Luz Flórez. “Entre julio y agosto de 2008, la doctora Hurtado me hizo asistir junto al director de Inteligencia Tabares al despacho del piso noveno del DAS y nos hizo los siguientes comentarios: ‘Vengo de la Presidencia, y el presidente está muy contento por lo que llevé (…). Con estos resultados nos hemos vuelto a ganar la confianza del señor presidente, esta es la credibilidad institucional que debemos mantener’”. En ese encuentro, supuestamente Hurtado le preguntó a Tabares cómo habían logrado conseguir unas grabaciones de los magistrados, entonces “el capitán Tabares me indicó que le explicara (a Hurtado) cómo fue dicho proceso, pero incorporándose de su silla la doctora María del Pilar exclamó: ‘¡Mejor no!’, e indicó: ‘Esa misma actitud la asumió el presidente cuando yo le intenté explicar la operación de inteligencia’, por lo que Hurtado pidió que le extendiera una felicitación al equipo de trabajo y que se mantuvieran motivadas económicamente las fuentes humanas”.
Gustavo Sierra
El exsubdirector de Análisis Gustavo Sierra manifestó que siempre se le hacían llegar análisis al alto gobierno sobre partidos de oposición, congresistas o temas de interés, y que en algún momento se pidió que una vez leída esa información de inteligencia ésta fuera destruida para no dejar rastro. Según dijo, se entregaron ‘dossieres’ con información de magistrados, de la excongresista Yidis Medina, de Gustavo Petro y de Piedad Córdoba. El testigo dijo que en el año 2007 empezaron los requerimientos sobre informaciones de la Corte Suprema, en especial tras la investigación que se le abrió al senador Mario Uribe, primo del presidente Álvaro Uribe, por presuntos nexos con paramilitares. “En una ocasión la seccional del Valle envió un video donde Piedad Córdoba se reunía con unos estudiantes y al fondo había unas pancartas de las Farc.
Este video le gustó mucho a la doctora María del Pilar y de inmediato lo hizo público a través de los noticieros con el fin de darle a entender a la opinión pública cómo Piedad Córdoba incitaba a la juventud con apoyo de las Farc”. Según él, Hurtado le ordenaba estar encima de las actividades de los opositores del Gobierno con el fin “de adelantarnos a los acontecimientos”. Esos requerimientos se hicieron porque ella manifestaba “que el doctor Bernardo Moreno les pedía esa información”. La orden de Hurtado fue hacerle un control político semanal al Polo. Asimismo, contó que cuando Yidis Medina prendió su ventilador salpicando al Gobierno se ordenó recopilar información para desacreditarla, con el fin de bajarle la temperatura al escándalo. Por último, contó que cuando supo que se iba a infiltrar a la Corte, él mismo le dijo a Hurtado que eso le parecía muy riesgoso. “Pensé que iba a tener una reacción más comprensible, pero se disgustó y me dijo que yo era un miedoso”.
La defensa de María del Pilar Hurtado
En julio de 2010, cuatro meses antes de que viajara a Panamá, la exdirectora del DAS María del Pilar Hurtado rindió un interrogatorio en la Fiscalía, en el que negó haber ordenado cualquier espionaje a la oposición y a la Corte Suprema de Justicia. Cuando la Fiscalía le preguntó si se utilizó el episodio de Asencio Reyes con la finalidad de desprestigiar a la Corte, ella contestó: “No sé si los medios de comunicación tuvieron una intención diferente a la de informar”. Se refería al evento promovido por el controvertido empresario Asencio Reyes, en el que fue homenajeado en Neiva el presidente de la Corte, Yesid Ramírez, en 2006. “Nunca recibí una orden de encontrar una información para desprestigiar a nadie (…). Nunca el señor presidente ni ninguna otra persona de la Casa de Nariño requirió algo relacionado con ese tema al DAS (…). Nunca pedí que se hicieran averiguaciones en relación con el magistrado (César) Valencia Copete”, declaró.
Hurtado reconoció que supo que el DAS tenía fuentes humanas en el interior de la Corte Suprema de Justicia y que esas fuentes podían “ser útiles para conseguir información que permitiera mejorar la seguridad de los magistrados, conocer de posibles infiltraciones, proteger su vida o conocer sobre actos de corrupción”. Además, señaló que nunca tuvo conocimiento de grabaciones de sesiones reservadas de la Corte. Cuando le preguntaron si supo de la infiltración a la senadora Piedad Córdoba manifestó: “No lo ordené y además fue una conducta que desde la dirección del DAS combatí, por cuanto se presentaban quejas en ese sentido”.
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