El ministro de Exteriores argentino, Héctor Timerman, informó este martes de que su Gobierno ha pedido formalmente a Estados Unidos que incluya en sus negociaciones con Irán sobre desarme nuclear la investigación del atentado que en 1994 acabó con la vida de 85 personas en Buenos Aires. Es lo que se conoce en Argentina como el caso AMIA, ya que el atentado se produjo con un coche bomba frente a la Asociación Mutual Israelita Argentina.
Argentina ya pidió formalmente a la Casa Blanca en octubre de 2013 que incorporase la causa AMIA como “una cuestión relevante” dentro de su diálogo con Irán. La carta que envió a la Casa Blanca la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, contenía un reconocimiento público y explícito hacia la labor de Estados Unidos: “La Argentina y los Estados Unidos han cooperado permanentemente en la búsqueda de la verdad y en la necesidad de llevar a la justicia a los responsables materiales e intelectuales del atentado terrorista a la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994”.
En esta ocasión, la carta del Gobierno argentino iba dirigida a los embajadores de Israel y Estados Unidos en Buenos Aires. Y su tono era más crítico que el que empleó el Gobierno Argentino hace dos años. Parte del texto, leído por Timerman dice: “La Argentina observa con suma preocupación la creciente frecuencia con que muchos países son utilizados como escenarios en los que otros Estados intervienen para definir disputas en función de sus propios intereses geopolíticos. También nos preocupa ver cómo se utilizan mecanismos de propaganda abierta o encubierta para tales fines. Mi país rechaza tales actos y pretende que no sucedan en su territorio”.
La petición de Argentina era un brindis al sol cargado de crítica en Estados Unidos. Y desde la Casa Blanca no se tomaron excesivas molestias en explicar las razones de su negativa. La portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, aclaró este martes que Estados Unidos no tiene previsto abordar nada relativo a la investigación del atentado. “No tengo conocimiento de ningún plan de hacer eso”, replicó en conferencia de prensa. “Las negociaciones con Irán siguen centradas en el asunto nuclear y eso va a continuar”, informa Joan Faus desde Washington. Psaki se limitó a señalar que EE UU colabora desde hace dos décadas con Argentina en “la búsqueda de justicia” tras el atentado. “En el pasado hemos contribuido con información y seguiremos haciéndolo”, añadió.
La operación diplomática de Argentina se encuadra estos días en la polémica desatada tras la muerte del fiscal Alberto Nisman, cuatro días después de denunciar a Cristina Fernández por encubrimiento de supuestos terroristas iraníes. La presidenta apeló en sus discursos televisados a que los argentinos no se dejen llevar por problemas importados desde el exterior. Fernández involucró de forma directa en la muerte de Nisman al espía jubilado Antonio Stiuso, quien mantuvo siempre muy buenas relaciones con la CIA.
Si hace dos años, Argentina agradecía, el trabajo de Estados Unidos en la “búsqueda de la verdad y en la necesidad de llevar a la justicia a los responsables materiales e intelectuales del atentado, ahora el Gobierno de Fernández habla de la supuesta intrusión en el país de los servicios de inteligencias estadounidenses o israelíes: “El pueblo argentino”, señala la carta enviada ayer a los dos embajadores, “no tiene que tolerar, y mucho menos sufrir, que su país sea un teatro de operaciones políticas, de inteligencia, o peor aún, de hechos y acciones más graves, por conflictos que le son completamente ajenos a su historia, a su idiosincrasia y a sus costumbres”.
Manuel Ballagas
Qué cómico. En Latinoamérica se rasgan las vestiduras hablando sobre el "imperialismo yanki" y su "injerencismo". Pero cuando les conviene, para que les saquen las castañas del fuego, piden la intervención. Hipócritas. Foro EL PAÍS
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