Con discursos cortos y estética de Carnaval, el jefe de Gobierno mostró sus candidatos y buscó apuntalar sus aspiraciones para 2015.
La fórmula es conocida: globos, baile, música (rock, de ser posible), discursos cortos y estética de Carnaval. A todo eso, el PRO le agregó ayer un componente peronista en la multitud que bajó de los micros y se ubicó frente al microestadio de Ferro. Allí, Mauricio Macri presentó a sus candidatos porteños –los de los otros distritos, aparecieron solo en las pantallas gigantes– e intentó apuntalar su proyecto presidencial para 2015. “Estamos construyendo la alternativa que le va a resolver los problemas a todos los argentinos”, aseguró el procesado jefe de Gobierno, mientras los jóvenes PRO hacían pogo y el confeti lo cubría todo.
Un globo aerostático flotaba sobre Ferro con la imagen de Alvaro González, actual funcionario y candidato a diputado. Una murga con chalecos con su nombre improvisaba una batucada en la puerta del microestadio. A diferencia de la estética cuidada de otros años, cuando los macristas elegían actos muy pequeños, ayer hubo mucha gente, algunos incluso con latitas de cerveza y con lógica de cancha. De eso sabe el ministro de Educación, Esteban Bullrich, que tuvo que interceder cuando dos grupos casi se van a las manos. Uno de estos grupos se fue del estadio con caras de pocos amigos. Había macristas con viseras con luces multicolores que hacían juego con el escenario. Los seguidores del ministro de Espacio Público, Diego “Colo” Santilli, llevaban pelucas rojas. Los globos, de todos los colores, no podían faltar. Le sumaron unas pelotas gigantes amarillas que la multitud dentro del estadio empujó por el aire hasta que se pincharon. De fondo sonaban los Redondos, Charly García, Vicentico, Los Auténticos Decadentes, entre otros.
La multitud estalló cuando Macri ingresó solo cerca de las 19.40. El líder del PRO presentó a Laura Alonso como “una hincha de River, que en la cancha parece bostera”. La diputada PRO entró bailando con “Fuego”, de Bomba Estéreo. El presidente del Banco Ciudad, Federico Sturzenegger, en cambio, entró con el puño en alto. Santilli llegó arengando a los de las pelucas rojas. Trazó una parábola sobre una persona (María, la llamó) que podía viajar en Metrobus, sus hijos recibieron una netbook, se compró una bicicleta con un crédito. “A María no le alcanza para llegar a fin de mes y vive en el país del odio. No queremos la reelección de Cristina. No queremos el odio y el rencor”, sostuvo Santilli, quien fue el primero en hablar de la proyección nacional del espacio.
Lo siguió Sergio Bergman, cuyos seguidores traían banderas con los dibujos de su kipá yemenita. “Somos la alternativa que el 2015 va a gobernar la Argentina”, se entusiasmó el rabino. “Cuando hay corrupción pasa lo de los trenes y no solamente hay prófugos, sino que tienen que estar presos”, aseguró sobre el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime. También dijo que “se ofende la memoria de los desaparecidos cuando se pone a un oficial de inteligencia al frente de las Fuerzas Armadas”, en alusión al jefe del Ejército, César Milani. Debió ser la primera vez que se habló de los desaparecidos en un acto del PRO. Bergman pidió “pacificación” y terminar con “el rencor y la venganza”.
Michetti entró con el tema de Tan Biónica que dice “ella tiene swing”. “Sabemos que podemos tener un país en paz, donde podamos sentarnos a la mesa sin discutir”, sostuvo. “Se siente, se siente, Mauricio presidente”, le corearon a Macri, quien aseguró: “Somos un grupo de gente que vamos a defender nuestras libertades”. Al final, salió el resto de los candidatos, volaron globos, confetis y Macri bailó con Michetti al ritmo de “No me arrepiento de este amor”, de Gilda. El mismo tema que bailaron cuando ganaron en 2007 la Jefatura de Gobierno.