Estimada señora Diana Nyad, visitantes estadounidenses que la acompañan, representantes de instituciones cubanas y glorias de nuestro deporte presentes hoy aquí.
Diana Nyad dijo:
“Si hay algo que realmente es importante para ti, busca el camino, nunca es demasiado tarde para perseguir tu sueño…”
La hazaña de cruzar el Estrecho de la Florida a nado, sin aletas y sin jaula protectora, protagonizada por ella luego de cuatro intentos anteriores, demuestra una vez más que el ser humano, cuando sustenta sus sueños en nobles propósitos, es capaz de convertirlos en realidad.
El 2 de septiembre de 2013, después de 52 horas y 54 minutos nadando continuamente una distancia de alrededor de 177 kilómetros, Diana arribó a Cayo Hueso para convertirse en la primera persona en lograr tal empeño.
Esta admirable mujer ya había asombrado al mundo cuando, en 1975, nadó 45 kilómetros alrededor de la isla de Manhattan, en Nueva York, en menos de siete horas y 30 minutos.
En 1979, venció 164 kilómetros entre una isla de Las Bahamas y la Florida, en 27 horas y media.
Su fuerza de voluntad, tesón, perseverancia y su determinación de vencer lo que parecían ser obstáculos insuperables, con el inestimable apoyo de su equipo de colaboradores, lograron inscribir en la historia del deporte este nuevo capítulo.
Apenas unos minutos después de implantar su récord, sin recuperarse aún del enorme esfuerzo realizado, Diana difundió al mundo otros mensajes:
“Nunca debes darte por vencido.
Nunca un deporte es solitario; es de todo un equipo”.
Estos principios no nos son ajenos, son similares a los que han guiado al pueblo cubano a lo largo de su historia: valentía, resistencia, unidad, constancia, confianza y optimismo.
Estimada Diana Nyad, para nosotros es un gran honor que usted ostente la Orden al Mérito Deportivo, la más alta condecoración que otorga la República de Cuba a los atletas de excelencia.
Recíbala como un reconocimiento a su proeza y como un símbolo de amistad entre nuestros pueblos.
Muchas gracias.
(Tomado de Granma)