Por Omar Segura*
Queda claro que Rafael Bautista, en su reflexión [1], desconoce y subestima a los cubanos, y en especial a Fidel y a Raúl. Prácticamente nos acusa de oportunismo: Ya Cuba resolvió su problema… que se joda el mundo.
Sin dejar de entender que muchas de sus preocupaciones y cuestiones que plantea tienen basamento, sobre todo en lo referido a las intenciones de USA, que nunca ha actuado como buen samaritano, sí no compartimos su pesimismo y -digámoslo sin rodeos- su desconfianza hacia nuestros gobernantes.
A pesar de una aparente defensa de la unidad y de la solidaridad con Venezuela y Latinoamérica, Bautista no deja de coincidir con los mismos argumentos de quienes persiguen confundir y desunir a nuestros pueblos asignándole a Cuba el papel de mercader de nuestra soberanía y traicionar los principios bolivarianos y martianos.
El autor parece que no leyó bien o no interpretó el mensaje de Raúl, donde también queda expuesto el ideario y las convicciones de Fidel: “discutir y resolver las diferencias mediante negociaciones, sin renunciar a uno solo de nuestros principios”, y dentro de esos principios, y en un lugar destacado, se encuentra la solidaridad y el internacionalismo, y por supuesto: el antiimperialismo, que a los cubanos nos vienen de casta. Demostrado históricamente en la práctica en otros momentos y circunstancias difíciles.
Da la impresión que el autor sí se da cuenta de las intenciones del imperio, de sus intentos de recomponer su hegemonía, y nuestros líderes son gente ingenua que se deja embaucar así, sencillamente.
Pretende hacernos ver cosas que, de sobra, por experiencia personal, conocemos los cubanos, en especial sus dirigentes.
¿Sabremos o no nosotros los cubanos de que la suerte de uno es la suerte de todos? ¿Estaremos o no conscientes de que o nos levantamos todos o nos hundimos todos?
Pueden existir relaciones bilaterales sin perjudicarse las multilaterales. ¿Quién dijo que Cuba, al establecer relaciones comerciales y diplomáticas con Estados Unidos abandonará sus compromisos y sus relaciones con Latinoamérica –su entorno natural-, con Rusia, con China o con cualquier otro país?
Pienso también que subvalora a los venezolanos. Es cierto, evidente, de que esta acometida va dirigida a presionarla, minar sus bases y destruirla, apoyados por la oligarquía interna y los elementos apátridas y guarimberos. Hay un legado de Chávez que viene desde Bolívar, y que el pueblo ha hecho suyo y lo defenderá. Tenemos plena confianza en ese pueblo.
Es inevitable que las relaciones de Cuba y Estados Unidos deben materializarse en algún momento, pero, como siempre se ha reiterado de esta parte: sobre la base de la igualdad y el respeto a nuestra soberanía, a nuestra independencia, al modelo socioeconómico que hemos decidido implantar y defender, y, reitero: sin renunciar a uno solo de nuestros principios.
Subestima a Fidel cuando dice que fue “sorprendido” o cuando se refiere a su “silencio”. El hecho de que no haya escrito o hablado, no significa que no piense. Todos los que, de una forma u otra conocemos a Fidel, sabemos que es ajeno al “silencio” o al dejar de pensar. En cuando a lo de “sorprendido”, más de una vez, Fidel ha sido quien ha sorprendido a muchos. Pero, todo a su tiempo.
Este resultado -aunque muchos no quieran reconocerlo o pretendan minimizarlo- responde a la resistencia y a la lucha de Cuba, siempre apoyada por los pueblos del mundo, y donde Fidel ha jugado un papel principal. Y, para los mal pensados, no es culto a la personalidad, es el merecido reconocimiento al liderazgo de quien siempre ha estado al frente de las luchas de su pueblo en tiempos de calma y de tempestades.
Muchas cuestiones lleva implícito y explícito el trabajo de Bautista, que tienen una lectura que en nada ayuda a la unidad y defensa de principios que el pretende, a su vez, defender.
¿Cómo Venezuela se va a quedar sin su “sostén discursivo”, y que “su antiimperialismo se queda sin su mejor argumento”, cuando es el propio imperialismo, con su actuar, quien brinda el sostén moral y político y el mejor argumento a quienes lo enfrentan?. El argumento para el antiimperialismo, sostenido históricamente por nuestros grandes próceres, es tan viejo como el propio imperialismo, y el argumento dejará de tener base con la desaparición del sistema que le sirve de fundamento.
El antiimperialismo no se “desinfla” (por usar la terminología del autor) por esta medida adoptada por Estados Unidos con Cuba. Sus bases van más allá del tiempo y de nuestras fronteras. Siempre que haya un crimen que denunciar, una política agresiva que combatir, una causa justa que defender, ahí ha estado y estará la voz de Cuba. De eso no le quepa le menor duda a nadie.
¿Dónde está la “desunión” de los “ingenuos” y “descolocados” países, cuando el ALBA, CARICOM, UNASUR, CELAC, MERCOSUR, están ahí? Está claro que esta era una medida inesperada, y que el imperio aplica políticas para destruir y desunir a quienes se le enfrentan; pero eso no significa que se baje la guardia y se desarticule la defensa de la soberanía de nuestros pueblos.
Más que acusar a Cuba de “pragmática”, el autor la acusa de oportunismo. No fuimos “pragmáticos” cuando desapreció la URSS y, con ella, un importante soporte de la Revolución, sin embargo, no formamos parte de ese abandono de principios y, a la larga, contra viento y marea, estamos aquí.
La necesidad de mantener relaciones y una actividad comercial con Estados Unidos es innegable, pero no sólo para Cuba. Ambos resultamos beneficiados. Sus propios empresarios y las personas con alguna luz lo reconocen así. Pero de ahí a que –como quiere hacer ver el autor con otras palabras- Cuba se venda y venda a otros por un plato de lentejas, va un buen trecho, insalvable. Decir que las negociaciones de Cuba son una “gambeta política” es lo último que pueda escucharse, cuando Cuba no le ha hurtado el cuerpo a ninguna situación, por espinosa que fuera, que haya tenido que enfrentar para defender justos intereses ajenos, aun a riesgo propio. Mucho menos, dejar abandonados en el camino a quienes nos brindaron su apoyo y solidaridad. Simplifica todo a un simple ajedrez político, donde USA propone un gambito de Cuba por Venezuela. Eso es desconocer e ignorar los principios que mueven a los cubanos. Es, en resumen, faltarnos el respeto y acusarnos de mercachifles políticos. Además, nuestros dirigentes no son tan inexpertos “ajedrecistas”. No es la primera vez que Cuba propina un jaque mate.
En resumen, Bautista, plantea que Cuba, con su actuación, lleva a Venezuela, y con ella a los demás países de Latinoamérica… y de más allá, a la piedra de los sacrificios.
¡Qué poco nos conoce!
Todo no está dicho aún. Raúl lo enfatizó al final de su intervención: “Sobre estos importantes temas volveremos a hablar más adelante”.
Nuestros dirigentes sabrán estar a la altura de este momento, de sus convicciones y de sus compromisos históricos.
[1 ] ¿Del bloqueo a Cuba al bloqueo del ALBA? Rafael Bautista (especial para ARGENPRESS.info) http://www.argenpress.info/2014/12/del-bloqueo-cuba-al-bloqueo-del-alba.html