El abogado de Donnelley: de golpista a buitre
Conozca la historia del hombre que comanda el estudio Marval, O'Farrell & Mairal, cuyos “especialistas” intentaron dejar en la calle a familias obreras con una quiebra fraudulenta y siguen representando a la multinacional yanqui en la causa. Héctor Mairal: funcionario de la dictadura de Onganía, soldado de la Patria Financiera de Martínez de Hoz, ideólogo de las privatizaciones y representante de los saqueadores de Repsol.
Hace siete meses, cuando los gerentes y abogados de Donnelley tramaron la quiebra fraudulenta, los trabajadores decidieron tomar la fábrica y gestionarla ellos mismos.
La historia es conocida. Hoy reclaman la aprobación definitiva de la expropiación a favor de la gestión obrera, mientras rechazan las maniobras de la empresa ante la Justicia que tramita la quiebra.
En medio de la lucha de MadyGraf por la expropiación, y a 39 años del golpe del 24 de marzo de 1976, conozca quién comanda este ejército de abogados “de negocios”, especialistas en dejar familias en la calle y estafar el pueblo.
Asesor de Krieger Vasena
Héctor Aquiles Mairal nació en 1938 en Argentina. Terminada la universidad, viajó a perfeccionarse a Estados Unidos, que de allí en más sería la “patria” que guiaría su destino.
En Argentina trabajó en estudios privados, hasta que vio la oportunidad de “servir” al Estado. En 1968, el general Juan Carlos Onganía reprimía los levantamientos de obreros y estudiantes para imponer una dictadura que se arrodillaría ante los capitales internacionales. Mairal vio su oportunidad para iniciar su carrera en el Servicio de Promoción de Inversiones Extranjeras. Trabajaría bajo las órdenes del ministro Adalbert Krieger Vasena, quien pasaría a la historia como el más arrastrado agente de los monopolios norteamericanos.
En esa “escuela” se iba formando Héctor Mairal. Él mismo lo destaca en su currículum vitae.
El estudio de la Patria Financiera
En el Ministerio conocería a un hombre fundamental en su vida, casi un hermano. Junto a Guillermo Walter Klein fundaría en 1971 el estudio Mairal & Klein.
El estudio se dedicaría a representar a grandes empresas, con tan buena fama que Klein sería elegido como uno de los ideólogos de la dictadura más sangrienta de la historia, iniciada en 1976. Klein se convertiría en la mano derecha del ministro José Alfredo Martínez de Hoz. Los militares asesinaban y desaparecían para implantar el plan económico craneado por Martínez de Hoz y el socio de Mairal.
En esos años de plomo, el estudio vio su oportunidad. Se dedicó a representar a multinacionales y bancos extranjeros. Por ese accionar, el estudio quedó involucrado en la causa por la corrupción de la deuda externa, y otros negocios turbios.
Uno de los hechos más escandalosos fue la estatización de la compañía Ítalo, que valía 8 millones y fue comprada en 400. El caso comenzó a ser revisado tras la dictadura, y derivó en un allanamiento al estudio. Según la revista Apertura (agosto de 2013), “el 5 de septiembre de 1984, de los cuatro pisos del estudio Klein & Mairal, se incautaron chequeras y más de 300 carpetas. Según lo confiscado, se informó que en 1976 tenía 50 empresas de primera línea entre sus clientes. En 1984, eran 210. Y hasta 1981, el número de bancos asesorados por el bufet creció de 2 a 46. Veintiún de ellos eran acreedores del Estado”.
Según el libro del periodista Vicente Muleiro (1976, El golpe civil), en ese allanamiento “se encontró documentación sobre las actividades del grupo, informes de inteligencia militar sobre los trabajadores de empresas donde el grupo contaba con intereses, informes de funcionarios de Economía a inversiones extranjeras sobre políticas futuras”.
Ese día, los hijos de Mariano Grondona y de Martínez de Hoz, se fugaron del estudio de Mairal “con valijas repletas de documentación que probaba la ilegitimidad de la deuda" contraída por la última dictadura (Robo para la corona, de Horacio Verbitsky).
Sin embargo, no quedan dudas, como asegura el especialista Eduardo Basualdo, de que el estudio fue “la central de la Patria Financiera”. Entre otras cosas, Klein tomaba desde el Estado créditos con los mismos bancos a los que representaba en Mairal & Klein. Eran parte de una estafa multimillonaria que todavía seguimos pagando los argentinos.
Ideólogo de las privatizaciones
No conforme con los negociados durante la dictadura, Mairal vio una nueva oportunidad con el menemismo.
Como cuenta la revista Veintitrés (junio de 2010) “cuando José Roberto Dromi asumió en Obras y Servicios Públicos, Mairal integraba el grupo de notables que le dieron letra a la Ley de Reforma del Estado, piedra angular de la avanzada privatizadora”.
Las privatizaciones dejarían a decenas de miles de trabajadores en la calle y se convertirían en un gran negociado para las multinacionales.
Según la revista Apertura (2013), “su ópera prima fue la privatización de Gas del Estado. Héctor Aquiles Mairal dirigió un equipo de abogados, full time. Su siguiente faena fue más desafiante: la conversión de YPF en S.A”. Sería el primer paso a la privatización y la entrega a Repsol de los recursos naturales.
Robo para la corona
Si en los 90 Mairal fue asesor de las privatizaciones, una década después se dedicó a impulsar las demandas de las ex privatizadas y bancos extranjeros contra el Estado argentino. Le exigen el pago de 14.000 millones de dólares después de haberse robado el patrimonio público y saqueado los recursos naturales.
El abogado de Donnelley no se la podía perder. “Mairal&O’Farrell es el estudio que representa a British Gas, que reclamó 238 millones de dólares” (Página 12, marzo de 2009).
Hay algo más grave. Hoy el estudio está involucrado en una investigación en una causa por lavado de dinero. “La Unidad de Información Financiera incluye cuatro reportes de operaciones sospechosas por más de 500 millones de dólares, todas realizadas por Merchant Bankers Asociados, en el escrito en que pide a la Justicia que investigue si la transferencia de este banco es una operación de lavado de bienes apropiados durante la dictadura” (Télam, 2014). ¿Adivine quién había pedido la transferencia? Adivinó: el estudio Marval, O’ Farrell & Mairal.
En todos estos años, a Héctor Mairal le ha ido muy bien. Se hizo millonario representando a las grandes empresas, sea para esquilmar los fondos públicos, o perjudicar a los trabajadores. Para eso armó un ejército de 320 abogados y 700 empleados que le responden.
No solo de negocios vive el hombre…
Pero los negocios no vienen despojados de ideologías. Por eso Mairal es uno de los principales impulsores de la fundación “Libertad y progreso”, una usina de ideólogos de la derecha argentina, de doble apellido, que tiene como objetivo “una Argentina transformada en una sociedad abierta basada en el respeto por los derechos individuales, gobierno limitado, propiedad privada, mercados libres y paz”.
Allí comparte tertulias y comunicados con personajes como Roberto Durrieu (asesor del gobierno de Videla), y José María Dagnino Pastore (ministro de Economía de Bignone).
Con la misma pasión se ha integrado a la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. Junto a él participan otros golpistas, como Carlos Pedro Blaquier. La “Academia” causó revuelo hace pocos meses al sacar un comunicado en defensa de uno de sus integrantes, el empresario Vicente Massot, imputado por la desaparición de obreros gráficos de su diario La Nueva Provincia (Bahía Blanca).
Bajo las órdenes del Imperio
En los últimos meses, su estudio representó a Repsol en la demanda contra el país por la expropiación de acciones de YPF. El abogado de Donnelley estaba a cargo de sacarle a las arcas públicas el mayor dinero posible.
Semejante trayectoria le han permitido a Héctor Mairal un enorme prestigio entre las empresas multinacionales y los gobiernos imperialistas. Al punto que no solo le confían sus casos más importantes, también le hacen honores. Como lo hizo la Cámara de Comercio Británica, que lo tuvo como uno de sus directores. Y te tienen que tener confianza los ingleses para confiarte sus negocios en la Argentina…
No solo eso, sino que desde 1973 es miembro honorario de la Excelentísima Orden del Imperio Británico (OBE), creada por el rey Jorge para premiar “a quienes hacen algo significativo por el Reino Unido”.
***
A 39 años del golpe que masacró a una generación de trabajadores, estudiantes y militantes, vale recordar quiénes han sido siempre los enemigos de los trabajadores. Héctor Mairal, el abogado buitre de Donnelley que sigue atacando la gestión obrera, es uno de ellos.
Otro motivo para marchar este 24 de marzo junto a los gráficos sin patrón, y seguir apoyando la lucha por la expropiación de MadyGraf.