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Las movilizaciones se dan en medio del escándalo de corrupción en la estatal Petrobras, los signos de agotamiento económico, el anunciado ajuste fiscal y la devaluación del Real, lo que generó contradicciones entre los mismos manifestantes que tuvieron que intercalar consignas en defensa de Dilma y contra el ajuste.
El movimiento fue convocado por organizaciones como la Central Única de Trabajadores (CUT), el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), Movimiento de Afectados por Represas (MAB, por sus siglas en portugués) y organizaciones estudiantiles, además de la Federación Única de Petroleros (FUP), sindicato ligado al Partido de los Trabajadores.
Las manifestaciones ocurren dos días antes de las protestas convocadas contra la presidenta Dilma Rousseff, que incluyen peticiones de un proceso de destitución (impeachment) a raíz del escándalo de corrupción que involucra a Petrobras.
En las movilizaciones se expresó el apoyo al Gobierno de Rousseff, pero entre los elogios se deslizaron críticas contra los ajustes implementados por la presidenta para enfrentar la delicada situación económica que atraviesa Brasil.
Es que tanto las movilizaciones de este viernes como las impulsadas por la derecha para el domingo no están exentas de contradicciones. Como decíamos en otro artículo: “muchos en el opositor PSDB apoyan el acto por el impeachment convocado para el 15 de marzo, a pesar de no estar de acuerdo con la consigna. Por otro lado, el acto que la CUT está convocando para el 13 de marzo, que es en la práctica en defensa del gobierno, se presenta como un acto contra medidas del propio gobierno. Ni el acto cutista en defensa del gobierno puede ser muy dilmista, ni el PSDB determina las banderas de las clases medias que pueden ir a las calles el 15”.
Durante la movilización del vienes el coordinador general de la FUP, João Antonio de Moraes, dijo que cerca de 50.000 personas se manifestaban en San Pablo.
"Queremos la detención de los culpables y la devolución del dinero", dijo el director de la FUP y ejecutivo de la Central Única de Trabajadores (CUT), Vitor Carvalho, en referencia a las investigaciones sobre un escándalo de corrupción en la estatal que involucra a empresas, ex ejecutivos y políticos.
Carvalho dijo además que los manifestantes se oponen al proceso de destitución presidencial y quieren defender la democracia "reconquistada en las calles y en la lucha" después de una dictadura militar.
"Nosotros perdimos tres elecciones consecutivas y nunca cuestionamos el resultado", dijo Carvalho, en defensa de la presidenta Rousseff.
Las manifestaciones tenían lugar en los estados de Amazonas, Bahía, Distrito Federal, Brasília, Espírito Santo, Maranhão, Minas Gerais, Pará, Paraíba, Paraná, Pernambuco, Piauí, Paraná, Río de Janeiro, Río Grande do Norte, Roraima, Santa Catarina, Florianópolis, Sergipe, Aracaju, São Paulo, Tocantins y Río Grande do Sul.
Anticipándose a la marcha del domingo contra Dilma Rousseff, este viernes, la Mesa Directora de la Cámara de Diputados recibió un pedido formal para el inicio de un juicio político contra la jefa de Estado, presentado en forma individual por el diputado opositor Jair Bolsonaro, el parlamentario más activo de la derecha brasileña.
Si bien la posibilidad de un juicio político a Dilma parece hoy inviable, la polarización social junto a la los signos de agotamiento económico y la devaluación del Real, tienden a tensar la situación política nacional.
Fuentes: Reuters / EFE